Disclaimer: La mayoría de estos personajes no me pertenecen. Son invención de la maravillosa escritora J.K. Rowling.
Hocus pocus
Capítulo 1
Con la frente pegada en la fría ventana del avión muggle en el que había decidido viajar observó cansado cómo sobrevolaban los bosques y lagos que tan bien conocía por sus muchos años de residencia en aquella nación, su encantadora Inglaterra.
Había añorado día y noche el siempre verde de las tierras británicas, pero ahora que se encontraba sobrevolándolas un tremendo malestar se apoderó de la boca de su estómago. Es culpa de la comida del avión. Se dijo a sí mismo, procurando engañarse inútilmente.
Notó a su lado el movimiento incómodo de su acompañante y sonrió al dirigir la mirada sobre éste. Un joven rubio de su misma edad mantenía los ojos enérgicamente cerrados mientras se agarraba con todas sus fuerzas a los brazos del asiento.
-Señoras y señores los informamos que en breves momentos aterrizaremos en el aeropuerto de Londres, Inglaterra. Deseamos que hayan tenido un vuelo agradable. El capitán les da las gracias por su presencia y espera que vuelvan a depositar su confianza en Skyfly en futuras ocasiones.-
El agarre del nervioso muchacho se hizo más fuerte si cabía, hecho que no pudo evitar que el pelinegro soltara una carcajada. Así, el afectado abrió los ojos finalmente, fulminándolo con la mirada.
-No tiene la menor gracia, Potter.-
-Yo diría que sí la tiene, Malfoy.- repondió el susodicho, haciendo énfasis en la última palabra.- ¿Tan enfadado estás que me llamas por el apellido, hurón?
Una fuerte sacudida del aeroplano en tocar el suelo impidió que Draco respondiera, y sus posibles palabras obscenas fueron sustituidas por un respingo.
-Jamás me acostumbraré a este maldito trasto muggle.- murmuró entre dientes.
-Bienvenidos, señores Potter y Malfoy. Es un placer conocerles al fin.- un hombre de mediana edad y totalmente calvo los esperaba a la salida del aeropuerto. Harry observó con interés al individuo, que había hecho un lamentable intento por adaptarse a las costumbres muggles: llevaba puestos unos pantalones de talle altísimo, de un color clasificable entre el amarillo y el verde extremadamente chillón. Metida por dentro de los pantalones una camisa roja de topos blancos amenazaba con cegar a cualquiera que la mirara directamente. Los zapatos, de charol blanco, y un bastón a juego con éstos completaban la indumentaria de tan curioso personaje.
Harry miró de reojo a Draco, que parecía tan sorprendido como él. Cuando se dio cuenta de que su amigo no pretendía responder al amable saludo decidió hacerlo él mismo.
-Lo mismo digo señor…- el individuo no se había presentado, pero estaba tan concentrado en la legendaria cicatriz del joven que no lo escuchaba.- Señor…- volvió a repetir Harry.
-¡Oh! ¡oh! ¡Lo siento!- el hombre, azorado, alzó los brazos, golpeando con su ridículo bastón a un muchacho que pasaba tras él.- Me llamo Alfred Hemingway. El señor Weasley me ha enviado a buscarles.
¡Weasley!
El nombre sacudió a Harry con dureza, trayéndole a la memoria las razones por las que no había querido volver antes a Inglaterra.
Le sorprendió oír la voz de Draco, por fin, recuperándose tras el que había considerado un terrible vuelo.
-¿Arthur Weasley?
-El señor Ministro del Departamento de Cooperación de Magos y Muggles, sí.
Harry miró de arriba abajo a su interlocutor, que permanecía en un curioso debate interno por concentrarse más en sus ojos que en su cicatriz. Arthur lo ha vestido, no hay duda.
-¿Dónde debe llevarnos?- preguntó el joven, acechado por una repentina sospecha.
-Tengo órdenes de hacerlos llegar a ustedes y sus pertinencias a casa de la familia Weasley.- sonrió nerviosamente, al parecer con recién adquirida confianza.- Por lo que sé su encantadora señora ha preparado una deliciosa comida. ¡Y estarán todos sus amigos esperándolos!
-¿Todos, eh?- murmuró en respuesta el pelinegro. Observó a Malfoy en silencio, pidiendo con la mirada su aprobación para lo que iba a hacer. Su amigo, sin embargo, ya se le había adelantado y una sonrisa voraz surcaba su rostro.
-Estimado señor Hemingway.- empezó a decir amablemente el rubio.- Lamentándolo mucho tendrá que disculparnos con la familia Weasley.
-Pero…- el hombre no tuvo tiempo de continuar.
-¡Señor Hemingway! Nos disculpará con la familia Weasley, pues no podremos asistir al que, al parecer, será un delicioso almuerzo. Ellos saben por qué. Así que presénteles nuestros respetos.- sin más dilación el joven rubio cogió sus maletas y se dirigió a una esquina apartada, lejos del ojo avizor del tumulto de gente, y, antes de que el desdichado mago pudiera responder, se desapareció.
Harry permaneció con la vista fija en el lugar en el que había estado su amigo hacía apenas unos segundos, sorprendido por su reacción. Finalmente se dirigió también a Hemingway, que mantenía una ridícula expresión en el rostro. Sus ojos estaban abiertos de par en par, pero su boca permanecía herméticamente cerrada. Draco suele tener el efecto de un Petrificus Totalus. Pensó el chico de la cicatriz sonriente. Así, haciendo un gesto de despedida con la cabeza acudió al encuentro del último de los Malfoy.
Comentario de la autora:
Buff, ¡aquí está! Después de muchísimo tiempo sin publicar nada por fin me he decidido a dar el paso y empezar una serie.
¿Qué os ha parecido?¿repugnante, vomitivo, aceptable...? ¡Toda crítica constructiva será aceptada! Que hayáis leído hasta aquí ya es todo un logro.
Acerca del título... quiero proponeros un reto. La primera persona que descubra qué significa -y me lo diga mediante un review, obvio xdé- tendrá el (relativo) honor de dar nombre a uno de los personajes de la historia.
Además, me gustaría que me dieráis vuestra opinión sobre un proyecto futuro que, si gusta, empezaré en seguida: un Crossover Harry Potter (por supuesto, ignorando el último libro) - Crepúsculo (todavía no sé si partir del partir del primer libro o si ser fiel a la historia). Por supuesto las parejas principales serían Harry/Hermione y Edward/Bella. Quizá la idea no es muy original... pero creo que se trata de la combinación perfecta.
¡Un besazo!
