Mi primer fic que espero que les guste. jaja Viva el Ichikia¡¡¡ Y si se puede dejen comentarios.
Despertó aterrado por semejante sueño y lo primero que hizo fue revisar si la pequeña shinigami se encontraba en el armario.
Toco la puerta varias veces y la llamo en voz baja pero ella no contesto. Al abrir la puerta, se encontró con la improvisada cama tendida y vacía. Luego los recuerdos de su reciente sueño le pusieron los nervios de punta; intento tranquilizarse mentalmente para no salir a la calle a gritar a todo pulmón el nombre de la morena y fue entonces que opto por buscarla dentro de la casa primero. Quien sabe a lo mejor le había dado sed y había bajado por un poco de agua a la cocina o se encontraba en el baño.
Bajo a la cocina sigilosamente y se encontró con una total oscuridad, al igual que en los dos baños de la casa.
-¿Dónde demonios te metiste Rukia?- se pregunto Ichigo algo exasperado y demasiado preocupado.
Volvió a subir y salio por la ventana de su habitación, al doblar la esquina de la primera calle vio a la menor de los Kuchiki caminando tranquilamente bajo el cielo nocturno de Karakura.
La observo varios segundos, se veía tan relajada que no quiso atormentarla con preguntas. Estaba bien y eso era lo que contaba.
Regreso a la casa antes de que ella lo viera, se recostó en la cama y entrecerró los ojos para verla entrar por la ventana, así ella creería que el dormía.
Al poco rato Rukia se escabullo por la ventana y toco el piso sin hacer ruido. Observo el cuerpo inmóvil del pelinaranja y se sentó junto a el. Mientras tanto Ichigo tuvo que cerrar bien los ojos para no ser descubierto; ella aparto algunos mechones de la frente del chico y sonrió sutilmente al comprobar que ni dormido el shinigami sustituto dejaba de tener el ceño fruncido. Acaricio su rostro casi sin tocarlo y le hablo en un susurro.
-Gracias Ichigo, por haberme salvado de la muerte en tantas ocasiones. Eres Mi salvador y siempre lo serás, y aunque solo soy la enana mandona que echo a perder tu vida quiero que sepas que voy a recordarte toda mi eternidad. Eres alguien muy especial y no solo por tus grandes poderes, si no por que me haces sentir cosas que jamás imagine que existieran. Gracias- sin pensarlo se inclino un poco y deposito un tierno beso en los labios de un sorprendido Ichigo. Dormido pero sorprendido al fin de cuentas y que no tenia ni idea de que hacer.
Rukia se levanto y antes de entrar al armario, poso sus ojos de nuevo en el chico y susurro un –Te amo Ichigo- cerro la puerta, se recostó boca arriba y no paso mucho tiempo cuando escucho algo inesperado.
-Yo también te amo, enana mandona- le contesto el en un tono de voz audible para ella y con una sonrisa dibujada en los labios. Recibió un almohadazo directo en la cara y vio a la morena cerrar la puerta, luciendo una gran sonrisa.
Ahora ambos sabían lo que sentían el uno por el otro y estaban felices por ello.
Para Ichigo el mal sueño quedo atrás pues ahora sabía que era mejor aceptar la verdad y arriesgarse, que perderlo todo por una mala decisión.
