Título: Magic Sunrise

Capítulo 1

Ninguno de los personajes de Charmed mencionados (Chris y Wyatt) nos pertenecen ¡pero Sam y Jane son todas nuestras! Así que ya sabéis, no nos denunciéis!

Capitulo I. Introducción.

El sol apenas acababa de aparecer a lo lejos, tras el Golden Gate, cuando Samantha y Jane Cory se prepararon para lo que pretendía ser otro día de incansable rutina.

- ¡Sam¡Vamos sam, date prisa, o llegaremos tarde!

Samantha se levantó pesadamente de su cama; a los 16 años y como cualquier otra chica de su edad, lo que menos le apetecía era ir a clase. Era casi Junio, y los exámenes y los trabajos, no le dejaban ni un segundo de diversión.

- siii…ya voy. – contestó.

A pocos metros de su habitación, Jane tampoco se encontraba muy entusiasmada con la idea de ir a trabajar. Se acercó a la ventana y la abrió para respirar un poco de aire fresco; Un brillante amanecer dorado apareció reflejado en el agua y Jane se quedó allí durante un buen rato, con la mirada perdida. Se preguntaba cómo habría sido todo si sus padres estuvieran allí, o si su tía Stacy no hubiese muerto. Se preguntaba cómo sería su vida si no tuviese que trabajar para mantener a su hermana pequeña. Lo mismo que se preguntaba cada mañana al levantarse. Por qué las habrían dejado solas.

Samantha, en cambio, poco podía decir de todo esto. Su madre había muerto cuando apenas tenía 3 años, y a su padre jamás lo conoció. Su tía política Stacy las había cuidado a ambas, hasta que cayó gravemente enferma. Su muerte supuso para Jane mucho más de lo que Sam podía llegar a imaginar.

- ¡Sam! – Insistió - ¿estás preparada?

- ¡Jenny espera¡Todavía tengo que desayunar! – contestó Sam apurada.

- Te he dicho mil veces que no me llames Jenny…- dijo jane para sí, sonriendo. Se dio la vuelta, dejándose bañar por la dorada luz matinal, y se dirigió a la cocina. Ella ya había desayunado hacía rato, pues al contrario que su hermana, no soportaba dejarlo todo para el último minuto. Y aunque nunca lo admitiría, el que Sam trabajase tan bien bajo tanta presión, la hacía en cierto modo, admirable.

Eran cerca de las 9 de la mañana cuando Jane se dio cuenta de que no tenía las llaves del coche. Resolvió con buscarlas en un viejo armario de la cocina, donde siempre guardaba todas las cosas importantes: llaves, facturas… pero no encontró lo que estaba buscando. Necesitaba esas llaves para poder llevar a Sam al instituto y llegar a tiempo para abrir la librería en la que ella trabajaba; así que empezó a buscarlas por toda la casa.

¿por qué siempre me pasará lo mismo? – se preguntaba – ¡donde demonios habré metido las llaves!

Empezaba a hacerse tarde, y Jane empezaba a ponerse nerviosa; demasiado para una discusión con su hermana tan temprano. Sam seguía en el salón, con el bol de cereales delante y la televisión encendida; lo cual enfureció a la joven todavía más.

-¡Samantha! – Le gritó -¿has acabado?

-¿qué? Ohh… - respondió la chica, como si se hubiese despertado de un largo sueño. Cogió la cuchara y la introdujo en el bol de cereales, todavía lleno

- Samantha Cory, me da igual que no hayas acabado, vas a recoger todo eso ¡AHORA MISMO! – gritó, señalando la desordenada mesa que Sam tenía delante.

¡CRACS!

-Ohh…oh… - susurró sam, entre sorprendida y arrepentida. El Bol de cereales se había roto en pedazos delante de sus ojos. Intentando tranquilizarse, jane se sentó en uno de los sofás cerca de su hermana.

- sam… -dijo, serena, llevándoselas manos a la cara – dime que no has vuelto a calentar el tazón más de lo que debes…

- ¡Nooo!...bueno, tal vez un poco – corrigió al ver la desafiante mirada de su hermana

- Recógelo, por favor – le dijo Jane, enfadada.

Sam miro a su hermana con cara triste y recogió todo lo que había llevado. Limpió la mesa y los pedazos de la taza que habían quedado. Al llegar a la cocina, sam vio las llaves del coche en una esquina de la mesa central, y se las llevó a su hermana, temerosa.

- Jane…- dijo – creo que buscabas esto… ¿no?

Jane se dio la vuelta, y cogió las llaves que su hermana le estaba dando. Había perdido los nervios otra vez, por una tontería. No era la primera vez que le pasaba, y últimamente se estaban repitiendo tan a menudo, que Sam ya estaba empezando a acostumbrarse. La miró con los ojos llorosos y le dio las gracias.

- Oye Sam… yo no quería gritarte….lo siento – se disculpó.

- Bahh, no pasa nada hermanita – contestó alegre Sam – pero algún día podías reírte de mi cara cuando desayuno…me la he visto en el espejo… ¡y de verdad que es graciosa!

Jane la miraba como una madre mira a su hijo recién nacido. Siempre que discutían sam terminaba diciendo alguna tontería que siempre le hacía reír, y esta vez no sería diferente. Comenzó a reírse a carcajadas, y Sam la imitó.

- Vamos, Sammie – rió Jane cuando su hermana la abrazó tiernamente – vamos, ve a por tu cartera anda.

Obediente, Sam fue corriendo a por su cartera, pero su entusiasmo no duraría mucho, así que Jane se sentó en el lugar de Sam y se puso a ver la televisión. Era bastante tarde, pero eso ya no le importó. Se quedó mirando fijamente la televisión, cuando se dio cuenta de una cosa.

"mi cara cuando desayuno…me la he visto en el espejo…" – había dicho Sam hacía unos minutos - ¿qué espejo? – se preguntó. El único espejo que había en el salón, estaba a su izquierda, sobre una vieja cómoda.

- Oye Sam…-le dijo cuando después de 15 minutos, su hermana bajó con todo su material escolar – dime una cosa… ¿cómo es posible que te hayas visto la cara en ese espejo, si estabas mirando el televisor?

Sam se sorprendió al oír esa pregunta, no sabía cómo responder. Estaba segura de haberse visto, pero no recordaba el cómo. – Supongo…-empezó – que habré visto el espejo en el televisor… - levantó los hombros, pensativa.

- Si…puede ser – continúo Jane – O puede ser que tu imaginación sea más grande que tu cabezota – rió mientras golpeaba con el índice la cabeza de su hermana, que aunque no estaba de acuerdo, también se rió.

- Vámonos. Hoy si que llegaremos tarde. – dijo Jane, dejando las llaves bailar en sus manos.

Cuando salieron a la calle, la alta temperatura las sorprendió. Solía decirse que en San Francisco había sol 300 días al año, y este no iba a ser una excepción

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Hola a todos los que habéis llegado hasta aquí! Bueno, este es solo el primer capítulo! Esperamos que os guste mucho, que nos dejéis muchos reviús y hasta el próximo capitulo, embrujados!

P.S. No seais muy duros con nosotras :(