Disclaimer: Todo lo que reconozcáis no es mío. Ni siquiera la idea, pues la tuve mirando los fanarts de LA artista: Vicking.
Summary: Desde que estuvo encerrada y custodiada por Augustus Roockwood, Luna sólo sabe que haga lo que haga, no podrá escapar de él.
Advertencias: Tengo dieciséis años y escribo porno. OK. No te diré que no entres según la edad que tengas, todo depende de tu madurez, pero no entres si no te gusta porque me da bastante por el ojete que se queje peña que ya sabía a lo que entraba. En fin.
Estocolmo
0. Prólogo.
Augustus se limitó a señalarle el rincón de aquella celda en el que podría sentarse mientras traían a los demás. Luna tuvo que apretar los labios para no echarse a llorar delante de aquel señor, y pensó en lo que haría cuando saliese de allí. Recordó el pequeño huerto que había al lado de su casa, y pensó en recoger todas las flores que hubiera en él y llevárselas a su madre, para luego contarle lo valiente que había sido cuando ese hombre la había cogido del brazo y la había empujado hacia sí mismo, alejándola de su padre.
La celda era minúscula. Tan minúscula que, a pesar de estar asustada, se preguntó si iban a caber todos a los que planeaban encerrar allí. La piedra era de un gris oscuro que entristecería a cualquier persona, con la humedad campando a sus anchas por las paredes y el techo. Además, estaba tan oscura que su propio pelo brillaba más que cualquier otra cosa. Luna nunca supo lo que era la angustia hasta ese momento porque una vocecilla en su interior, esa vocecilla que siempre la reconfortaba cuando sus compañeros de clase se reían de ella, le decía por primera vez algo que no le infundaba esperanzas: iba a estar allí por una larga temporada.
-No hagas tonterías –le aconsejó su voz dura, casi ronca. La Ravenclaw no se atrevió a levantar la mirada y se sentó en aquella esquina, rodeándose las piernas con los brazos. Apoyó la barbilla en el hueco que quedaba entre sus dos rodillas y siguió mirando al suelo, pensando en que su madre no querría que ella llorase.
Luego la oscuridad la cegó durante un periodo indeterminado de tiempo, cerrándose la puerta detrás de Roockwood, poco después.
-Arréglate esa falda.
