ADVERTENCIA: este es un fanfiction de ranking T por tener contenido sexual, además de esto contiene slash, esto es amor entre homosexuales, sino te gusta o te desagrada no leas. Asi mismo hago constar que estos personajes no son míos, aunque la historia es una adaptación de una propia.

Gracias adelantadas por leer, por favor, deja un review ya sea para decir tan sólo que lo has hecho, o para dar una opinión negativa o positiva.


SIEMPRE SEREMOS AMIGOS

Capitulo 1 Como si fuera a morir mañana

Ron no se sentía solamente extraño al observar a su mejor amigo dormir, sino que tambien realmente estúpido. Harry gemía y lloriqueaba como un crío, retorciendose bajos las sabanas, agarrandose a ellas y sudando de una manera casi exasperante.

Desde su propia cama Ron se mordía el labio inferior fastidiado, no sabía que hacer¿despertarlo¿correr la cortina para evitar verlo¿esperar a que la pesadilla acabara y dejarlo dormir?

Estaba acostumbrado a escuchar a Harry en sueños, a oirlo moverse desvelado, resoplar enfadado en los intervalos nocturno de insomnio, y tambien trasnochar por la habitación, con su costumbre de sentarse en la fría piedra del umbral de la ventana, apoyando la frente en el vidreo y observando con la mirada vacua el cielo sobre Hogwarts, oscuro y estrellado. Su mejor amigo lo pasaba mal, y él nunca sabía hacer nada para alegrarlo.

Ronald Weasley tras más de un cuarto de hora debatiendose en su propia odisea, se levantó de su cama y deslizo una bata vieja de pana sobre su cuerpo semidesnudo, se sentó en un lado de la cama de su mejor amigo y le puso la mano en el hombro.

-Harry- susurró –Harry, despierta.

-No… sueltame… no… ¿Por qué haces esto?- Harry sollozaba y sus musculos se contraían espasmodicamente.

-Harry soy yo, Ron- curiosamente, cuando el mago escucho de nuevo la voz de su amigo, paro de moverse, su respiración se relajo algo, y sus grandes ojos verdes se abrieron lentamente, Ron le sonrio con brevedad. -¿te duele el cabezón? –le dijo con sorna, Harry se incorporó, todavía con la mano de su amigo sobre el hombro.

-Arg… si…- se llevo la mano a la cicatriz que le producía un grave escozor.

-Necesitas descansar, deberias ver a Promfey y que te recete alguna poción de hierbas para el sueño. –Harry se desplomó de nuevo sobre la cama, con la mano cubriendo su frente y los ojos fuertemente cerrados. –Harry yo… hay… ¿hay algo que pueda…¿Hay algo que pueda hacer por ti…?- Harry lo miro, su mirada era extraña, como si supiera que Ron podía hacer algo por él, pero no diera con el que.

-Ya… ya lo haces, no te preocupes…- el silencio se hizo entre ellos –aunque, a decir verdad, podrías hacerme los deberes de pociones.

-¡Ja! Ni lo pienses –dijo Ron tajantemente.

-¡Entonces por qué te ofreces!- los dos amigos rieron.

-Supongo que no me refería a los deberes. –de nuevo el silencio se cirnió en el cuarto –Harry, me acuesto, trata de no tener pesadillas, no se, piensa en… en… en alguien que te guste… ¿te gusta alguien? –el pelirrojo llego a su cama y se metió tras quitarse la bata y colgarla en el pechero. Miro con curiosidad a su gran compañero Harry Potter, que tardó en contestar.

-No, ahora no. ¿Y a ti?- Ron pareció aliviado.

-A mi tampoco, de momento, supongo.

-Claro…

-Si…- Harry y Ron dirgieron sus ojos hacia puntos diferentes –buenas noches, Harry. Duerme bien, te hace falta.

-Buenas noches Ron, espero dejarte dormir, perdona.

-Nada, tío. –Harry sonrió y dio la espalda a Ron, su mano pálida se agarró a la almohada, cerró los ojos. En su pesadilla la gente moría, y Ron era uno de ellos, verlo al despertar le había conferido una bulliciosa felicidad que le permitiría dormir sin interrupciones hasta la mañana siguiente.

Ron se encogió sobre un costado para entrar mejor en la cama, había crecido asombrosamente y aquel ridículo cuarto y sus camitas era como la casa de un enano, le agobiaba en demasía, con los ojos de un azul pardusco ocultandose tras las casi inapreciables pestañas, comenzó a quedarse profundamente dormido, el compás de la respiración de Harry resultaba casi un melodico acorde de fondo, relajante y embriagador, su amigo estaba dormido, él le había sido útil. Lo miró un instante antes de ser presa del sueño, y todo se hizo tan oscuro como el pelo de Harry.


-¡Oh dios mio, Harry! –Hermione se tiró al suelo junto a Harry, y grito desesperadamente a Ron que hablaba con Seamus unos metros más a lo lejos, cuando el pelirrojo giró la cabeza el corazón se ausento de su pecho para volver en el mismo momento en que su amigo se encontraba en sus brazos, mustio y frágil, como solo se mostraba en momentos de extrema debilidad.

-¡Qué le ha pasado Hermione, maldita sea!

-¡Yo… no lo se¡no me culpes de ello¡no tenía ni idea de…!

-¡Te dije que estaba raro, que estos ultimo días… por todas las bluggers¿Qué demonios pasa contigo? –Hermione se encontraba muy contrariada, no entendia porque Ron la culpaba a ella. –Harry, Harry tranquilo estamos aquí, Harry… son esas malditas clases de oclumancia, y las regresiones, le hacen volver a todo lo que paso con quien-no-debe… -Hermione lo miro con el ceño fruncido- con Voldemort.

-Ron…- Ron lo abrazó disimuladamente bajo su barvilla, mordiendose el labio, el estado de Harry Potter en sexto año era como el de un conejillo de indias agotado, y esa era la sensación que Ron tenía, de que no paraban de experimentar con su mejor amigo.

-Ron¿Dónde vas? El director llegará en cualquier momento, Seamus ha ido a avisarlo.

-Me lo llevo- dijo Ron agarrando a su mejor amigo contra su pecho.

-¿Qué¡No puedes hacer eso!

-¡Me lo llevo, joder¡Estoy hasta las narices de que lo saturen con tantas sesiones de mierda de todo tipo de magia barata!

-¿Pero donde te crees que vas a ir?

-Ron…

-No me sigas, solo te digo que donde lo lleve, no vayas a buscarlo.

-¡Es mi amigo!

-¡Tambien es el mío! Y Hermione, lo quieras o no, nosotros estamos más compentrados. –Ron se dio la vuelta y dejo a Hermione de piedra en medio del pasillo.


Harry vomitaba en los baños masculinos mientras Ron le acariciaba la espalda brevemente.

-Necesitas un baño- le dijo apabullado –necesitas relajarte- Harry empezó a quitarse la ropa y Ron miró hacia otro lado, un comportamiento que el mago consideró extraño. Se sumergió en la bañera de los prefectos y sus parpados comenzaron a caer.

-Ven…

-¿Cómo?

-Tu eres el prefecto, no te vas a quedar ahí de pie¿no? Te mereces este baño más que yo.

-Ah… si, claro…- Ron se desvistió, dejando su ropa junto a la de Harry. Al entrar en la bañera lo hizo por el lugar más lejano al de su mejor amigo. –Harry¿Por qué tiritas?

-No lo se –contestó el ojiverde abrazandose asi mismo con el vello de los brazos herizado, Ron se apresuró ha abrir varios de los grifos que producían vapor caliente, y se acercó con indecisión a Harry, junto a él, rozandose los hombros. –uf… estoy helado, que diablos me pasa, tengo que parecer imbecil, desmayandome por los pasillos, llorando como un payaso en sueños.

-Callate, ahora si que pareces imbecil –dijo Ron con fastidio –no es culpa tuya, es toda esa basura de artes oscuras, oclumancia y…

-No, Ron. Yo debería poder soportarlo, lo que ocurre es que soy débil, eso es lo que ocurre…- Harry se encogió aún más helado de frío, Ron se preguntó que ocurriría si deslizara un brazo por encima de su amigo.

-Yo puedo ser tu apoyo. –Harry rió

-¿Y de que me serviria? Eso no va a evitar que me desmaye.

-Puede que si, por qué no…

-Arg... me encuentro fatal...-Harry se inclinó levemente hacia el pecho de Ron, quien enrojeció y se mordió el labio.

-Espera voy a crear más vapor con un hechizo… ¡tersmate!

-Mucho mejor.

-Si, mucho mejor- Harry oscilo aun más hacia Ron hasta que se quedo apoyado en él, aparentemente, sin darse cuenta de ello, Ron entonces lo rodeo con el brazo, sintiendo su piel delgada y su pelo humedo en su cuerpo, y un cosquilleo bullir en el vientre.

-Harry

-¿um?

-¿Crees que podrás hacerlo, podrás… la profecía?- Ron resopló –Harry, si te ocurriera algo… Harry si… odio que seas Harry Potter, a veces lo odio con todas mis fuerzas. –el pelirrojo notó la congoja amenazarle, y se enfado consigo mismo -¿Por qué tu, Harry¿Por qué no puedes ser solo Harry? Oh yo…

-Tranquilo… no tiene porque… pasar nada- dijo Harry bostezando. De repente Ron dio un respingo, algo estaba ocurriendo, algo pasaba con los labios delgados de Harry.

-Si supieras lo que pasa por mí cabeza, en este momento.

-No va a pasar nada Ron

-Yo… no me refiero a eso…

-¿Qué? No te oigo Ron, si murmuras.

-Nada, olvidalo, lo que ocurre es que estas mareado, y se te va un poco la olla.

-A ti si que se te va…- Ron y Harry rieron. –Ron, a mi me alegra que seas Ron Weasley, solo Ron Weasley, eres más grande que yo. –el pelirrojo soltó una gran carcajada.

-Si, mi nombre aparece en los libros de historia "Ron Weasley, el adolescente que salvó la vida de Harry Potter gracias a un potente hechizo de vapor caliente" –Harry rió.

-Ron, tu nombre aparece en mi historia.

-¡Oh, si, ahí me es muy util! –rió Ron, Harry levantó la cabeza de su pecho, contrariado.

-Perdona

-No me molestaba- Harry, ruborizado, no se movió ni un ápice tras la confesión. Ron hizo ademán de levantar su brazo.

-A mi tampoco… tampoco me molesta tu brazo…

-el agua se esta quedando fría- dijo Ron tras unos incomodos minutos de silencio y aplico un hechizo a la gran bañera.

-Ron, que pensaría si te dijera que… si te dijera…

-¿Qué?

-Que no me gusta ninguna chica

-Genial, asi no me sentire desplazado –Harry le sonrió.

-Y si te dijera que, me gusta alguien, pero que no es una chica.

-¿Cómo? Solo hay chicas… o… o chicos. –Harry se ruborizó

-Que me dirias entonces, Ron. –Ron sintio la mano de Harry en su abdomen y el calor le abrasó descendiendo desde ese lugar.

-Te diría Harry, que estas en serios apuros, y te diría que… te diría, que te entiendo.

-Siento que ha llegado un momento en mi vida en el que si oculto algo, puede que me lo lleve a la tumba, y de hecho ya tengo un pie alli.

-¡No digas eso, joder, Harry! …por dios…

-Vamos, no te alarmes, solo bromeaba.

-Harry, lo que has dicho es muy serio¿te das cuenta de lo grave que es?

-Hablas de ello como si fuera una enfermedad. Solo es una peculiaridad más en mi vida.

-Y quien es Harry, quiero saberlo.

-Obviamente Ron, eres tú.

-Dios, Harry, no deberías ser tan directo… -Ron se ruborizó sus músculos se tensaron y tragó saliva.

-Ron, necesito ser sincero, no se que va a ocurrir conmigo, esa es la realidad.

-¿y que puedo hacer yo ahora Harry?

-Podrías confesarme que es lo que tu sientes. –Harry estaba realmente ruborizado, pero parecia ser mas maduro que nunca.

-Me siento muy atraído por ti, confieso que me asusta, no es una conducta natural, y me gustaría que esto no me ocurriera, pero… ocurre, la pubertad me ha hecho darme cuenta. Y ahora Harry, tu estas en una bañera conmigo, y acabas de confesar que te encuentras en la misma situación, y yo solo puedo pensar que eres mi mejor amigo, y que mañana puedo despertarme y tu… -Ron sintió como la voz le temblaba, resopló e intentó contenerse. –y tu puede que… puede que no lo hagas. Oh dios mío, Harry, puedes morir. –Harry se apoyó en él, Ron lloraba.

-Puede, no voy a negarlo, pero, si hoy fuese el último día que estamos juntos… supongo que… deberíamos vivirlo como tal.

-Y asi todos los días- musitó Ron limpiandose las lágrimas. –Sabes, nunca he sentido nada al besarme con una chica¿y tu?

-Al principio sí, pero despues… paso algo extraño… me preguntó como será… besarme con…contigo. –Ron abrió la boca un par de veces sin conseguir hablar.

-Harry, tu… llegaste… alguna vez tu…

-Te lo hubiera contado, Ron. No, nunca he llegado más alla¿y tu? Me lo hubieras contado¿no?

-Por supuesto.

-Hagamoslo hoy, Ron.

-Es demasiado, demasiado fuerte… podría ser traumatico.

-Ya no somos críos.

-Harry estas desmayado, y yo… Harry yo no se… soy muy torpe para todo.

-Te quiero Ron –las palabras salieron de los labios de Harry con una velocidad tremenda, pero con una nitidez y precisión desgarradoras. –Ron, soy consciente de que puede pasarme cualquier cosa, y ahora más que nunca, necesito que lo sepas.

-Habla como si fueras a morir, ciertamente.

-Hagamoslo, Ron.

-Harry, no tengo ni idea, hasta hace poco ni siquiera me admitía libremente algo como esto…

-pero lo sentías.

-Harry, yo tambien te… yo te… Harry, Harry no puedo decirlo, no puedo evitar…

-después me lo dirás en algun momento, podrás decirlo, porque, lo sientes ¿no es asi?

-¡Oh, pues claro!

-No eres menos hombre por… amar a otro hombre.

-Dios, esto es tan, tan extraño. Pero, pero quiero hacerlo Harry, de acuerdo. Te mentiría si te dijera que no me estoy muriendo por que ocurra.

-Bien… Yo estoy agotado, pero el objetivo no es meramente…

-No, no lo es… el objetivo, nunca imagine que diría algo asi, pero es sobre todo emocional. Harry, esta será mi forma de demostrarte lo que me es dificil decir.

-De acuerdo

Ron se deslizó por el agua y cogio la cintura de Harry, era fuerte y tersa, todo en su cuerpo era muy masculino, con aquel toque de fragilidad conferida por su estado debilitado.

-Creo que deberiamos, ya sabes…

-Obviamente –los labios mojados de ambos se encontraron y se fundieron con un miedo horrible, poco a poco se movieron con algo más de confianza, pero a pesar de todo se sentían apabullados, aterrorizados, e inseguros.

-Es dificil.

-Es necesario no pensar.

-Mi cuerpo esta reaccionando con más rapidez que yo, y eso me da mucha vergüenza. –Harry sonrió.

-¿Crees que eres el único? Acercate, asi podras darte cuenta de que… no ocurre nada raro en ti, sino en-en los dos. –Harry sonrió, el tambien estaba atemorizado. Al sentirse uno al otro una descarga electrica los recorrió, y se avergonzaron tremendamente. –esto trasciende de lo sexual¿lo entiendes?

-No soy imbecil, lo tengo muy presente. Incluso diria que trasciende tanto que es dificil de creer, esto es por todas las veces que no te he abrazado cuando llorabas en sueños. –Harry sonrio, y entreabriendo los labios, acarició el interior de Ron con serenidad, con degustación, con calma, como si realmente fuera a morir mañana. Con timidez cambio la piel suave de los labios por la del cuello, y Ron se expuso por completo esperando besos por cualquier lugar. –Harry…- susurró

-¿Mm?

-Ahora parece todo más natural¿sabes?

-Callate, Ron, deja de pensar, para una vez que puedes seguir con tu rutina normal…

-Muy gracioso… -Ron dio un respingo al notar los dedos de Harry recorrer su espalda.

El baño se llenaba del vaho que desplegaba el agua perfumada de la bañera, los dos jovenes se acariciaban curiosos, riendo de cuando en cuando, dandose pequeños besos, acariciandose el pelo…

Todo había pasado rápido pero sosegadamente, había sido una declaración de algo que ambos ya conocían, y aquella entrega delicada y virginal requería de todo el tiempo del mundo, se habían deseado tanto y de una manera tan inconclusa y contenida, que ahora que las emociones se desplegaban como el arcoirir en un día de lluvia y sol, no podían más que admirarse mutuamente de sus formas y el novedoso cuerpo del otro. Por un momento en la vida les pareció que lo más normal del mundo era amar a otro hombre, que no existía otra forma de amor.

Tras un tiempo de exploración tímida y paciosa, los brazos del pelirrojo que se habían mantenido bajo el agua, con sus manos nadando por encima de la piel de su compañero, se elevaron para sostener el cuerpo de este, que se aferro con brazos y piernas a él experimentando un ligero dolor inicial que merecía ser sufrido por recibir a su amigo de un manera intimamente diferente, miles de dudas se algoparon en su mente acerca de aquella actuación, dudas físicas y fisiologicas derivadas puramente del desconocimiento.

-Ron…

-¿Estas bien? Yo… bueno, creía que debía empezar no… no quiero que pienses que pretendo monopolizar esto ni… ni tomar las riendas o algo así… lo-lo siento…

-¡No, no es eso! Sólo es…-entonces el pelirrojo se movío algo bruscamente para acomodarse y Harry gruñió.

-¡Lo siento, perdón!

-Tranquilo –dijo Harry resoplando, había cerrado los ojos tragando saliva, era muy extraño que algo pudiera ser tan morboso y tuviera un matiz desagradable a la vez. –voy a apoyarme en ti, estoy tenso y… así es imposible –Ron lo arropó entre sus brazos y Harry apoyó la mejilla en su hombro, el pelirrojo le acaricio el cabello mientras se movía sobré én como lo haría una ola, llegó un momento en que su mejor amigo estaba tan relajado que Ron se sentía apurado tan sólo por gemir.

El tiempo pasaba despacio, apiadandose de aquel acto, del pecado de los dos grandes compañeros, de la ternura del pelirrojo, de la entrega endeble del moreno, demasiado agotado como para hacer algun movimiento, y soportando un dolor que se disipaba… Estaba ocurriendo, y estaban tan inmersos en ello que no apreciaron la presencia femenina que se encontraba tras el cuadro de entrada, ella no debía de estar allí y aquellos simples minutos harían del amor de los amigos un infierno.