Primero que todo, quiero decir algo importante. Sé que últimamente estoy haciendo fic tras fic, pero quiero constar y aclarar que los hago porque me los piden. Así que este fic va dedicado a mi amiga Micaela, la misma a la que le dediqué "Amándote ahora y para siempre". El fic a continuación me surgió mientras hablaba por teléfono con ella. Sé que quizás tenga la temática parecida a "Ten cuidado con lo que deseas", pero a medida que vayan leyendo se van a dar cuenta que en sí no se parecen... Espero que disfruten de esta historia y me dejen reviews, como siempre.
Se me olvidaba, también está dedicado a mi amiga cibernética Barchu...tengo sorpresas para ella.
Aclaro que aquellos personajes que reconozcan NO son míos.
M.O.S
M.O.P
M.O.M
Y FANA DE LA ESCENA DE HARRY EN LA BAÑERA!...
"El mayor regalo de J.K Rowling al mundo, además de su obra, es el hecho de haber permitido que un chico con gafas sea un gran héroe"...Dan Radcliffe.
Despertar en un mundo mágico.
Prólogo.
Eran tres amigas las que estaban festejando el egreso de la escuela. Tres chicas que se conocían de toda la vida y se querían como si fueran hermanas. Diferentes una de la otra, juntas formaban el trío más interesante que podía haber.
Kathya reía ante las palabras de Bárbara. Era la mayor del grupo, y eso se notaba en algunas actitudes y en su forma de expresarse. Tenía un carácter de temer, mujer de armas tomar, y era un tanto recia al amor y al cariño. Anímicamente, era una chica melancólica y demasiado solidaria, tanto, que prefería la felicidad de otros mucho antes que la suya.
Lucy observaba las bromas y solo sonreía. Era frívola y seria y no reía muchas veces. Demasiado seria para tener dos amigas tan...chistosas, por así decirlo. Demasiado autosuficiente. Muchas veces se sentía mal por el hecho de que Kathya era mucho más madura que ella, no la culpaba en eso, las experiencias de la rubia habían sido atroces...Tenían formas de ser parecidas, aunque ella era mucho más salvaje y peleadora, y recurrentemente se sacaban chispas.
Bárbara era la más pequeña de las tres. Graciosa y con muchas ganas de vivir, como Kathya decía constantemente. Era enamoradiza y un poco vulnerable. Se reía con facilidad, bromeaba constantemente con cualquier cosa que se le viniera a la cabeza y, cuando estaba nerviosa, se tornaba extremadamente torpe. Por eso, muchas veces, Kathya la había llamado "Barbie Tonks" .
Las tres se levantaron de las mesas. Bárbara aún reía de sus propias bromas, Kathya sonreía y Lucy se mantenía tan callada y seria como siempre.
-Muy bien-dijo Kathya, levantando su vaso. Acomodó su ondulado cabello rubio tras una de sus orejas-brindemos...-
-Por el amor-dijo Bárbara riendo. Lucy suspiró, atándose su lacio cabello negro en una coleta.
-Porque el año entrante sea el mejor de nuestras vidas-dijo, alzando su vaso junto al de Bárbara. Kathya sonrió.
-Me mudaré-dijo sonriendo. Ambas chicas la miraron con las cejas levantadas.
-Porque la mudanza sea satisfactoria...-sonrió al ver la expresión de Bárbara-y porque conozcamos pronto a los amores de nuestras vidas-
-Así se habla-dijo Bárbara. Para asombro de ambas, Lucy hizo a un lado a su frivolidad y sonrió abiertamente.
-Por Harry-dijo Kathya-y por James-
-Por Cedric-dijo Lucy-y por Remus-
-Por Draco-dijo Bárbara-y por Sirius-. Se miraron-POR LOS MERODEADORES-bebieron y luego se lanzaron a reír a carcajadas.
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La mudanza estaba próxima.
Recogiendo algunas cosas escondidas detrás del armario, las cuales se encontraban cubiertas de polvo, ella se aburría tanto, que hubiera preferido jugar con su hermano a las escondidas. Uno que otro estornudo detenían la inspección de aquellos objetos, desquiciando a la joven rubia. No podía entender cómo se había juntado tanta mugre, si se suponía que su madre limpiaba impecablemente todos los rincones de la casa. Revolvió un par de bolsas, en las que encontró todo tipo de utensilios.
-Saca todo de ahí dentro-le dijo su madre acercándose a ella.
Su expresión era de total aburrimiento. Para la muchacha tener que estar limpiando porquerías que aumentaban su estúpida alergia no le causaba mucha gracia.
-De acuerdo-dijo en un susurro. Tomó las bolsas con ambas manos y las quitó, ubicándolas en el suelo, no muy lejos de ella. Arrojó un par de cajas lejos, aspirando una gran bocanada de polvo. Tosió durante minutos, maldiciendo a su madre y a sus estúpidas ganas de limpiar.
Comenzó a ordenar lo que se encontraba desparramado por el suelo, cuando un brillo cegador la obnubiló. Parpadeó unos segundos, intentando adivinar de dónde provenía el reflejo. Arrojó por los aires las cajas, las bolsas y todo lo que se encontraba a su paso. Era absurdo, pero su corazón latía con violencia dentro de sus costillas. Fue en ese instante cuando pensó que quizás aquel brillo provenía de dentro del armario. Abrió las puertas con violencia. Y ahí estaba. Un libro encuadernado en cuero, con las puntas doradas y una extraña inscripción en la tapa superior. Así que el brillo cegador venía de aquel estúpido libro. Lo observó con detenimiento. Parecía que era viejo, pensaba que podía tener unos centenares de años. Lo abrió, viendo que las hojas estaban en blanco y tenían un ligero tinte amarillo. Qué extraño, un libro viejo en blanco. Lo cerró y miró atentamente la inscripción. Era alguna lengua extranjera, o quizás un idioma que no existía en lo absoluto. Leyó lo que allí estaba escrito, pero se dio cuenta que no entendía lo que decía. En letras doradas, decía esto: "Nozaroc le nocsaesedol iselbisop mi se adan". Más abajo, en letras plateadas, seguían las frases absurdas, según pensó esta muchacha de diecisiete años que no paraba de asombrarse ante el objeto tan raro que tenía entre sus manos. "Ratrepsed nusart arilpmuces, latmocoy, oñeus royamut ares sabircse iuqaeuq olodot, sacotemis". Lo leyó varias veces en voz alta, para poder entender alguna palabra. Pero se rindió al darse cuenta que cuanto más tiempo lo observaba y lo leía, menos lo comprendía.
-Apúrate que ya vinieron los hombres que se encargarán de la mudanza-su madre apareció cruzando el umbral de la puerta. Se miraron por algunos segundos-Oh, has encontrado el libro de tu abuela-dijo risueña-nunca lo usó-se lo arrancó de las manos y lo observó. Miró las raras inscripciones de la tapa-no creo que debas tenerlo en tu poder-señaló las palabras-parece magia negra-
-Ay mamá-suspiró ella. Haría cualquier cosa para tener ese libro, así que manos a la obra-yo creo que aquel que lo haya creado, se le ocurrió poner estupideces para que alguien necio y supersticioso se asustara-una extraña mueca de satisfacción apareció en su rostro al ver la suspicacia de su madre-así que, si me lo das, lo tiraré a la basura para que no le haga daño a nadie-
-Oh pues...está bien-se lo entregó en las manos.-Apúrate-y salió dando un portazo. Se sintió satisfecha consigo misma al ver nuevamente el libro en su poder. Guardó todo lo que estaba desparramado por el suelo y lo llevó hasta la entrada, dejando el libro sobre su mesa de luz. El camión de la mudanza estaba estacionado frente a la vereda de la casa, esperando trasladar las pertenencias de la familia Moseley al nuevo hogar.
Regresó a su cuarto, pensando en que quizás podría leer un poco, cuando vio un cuaderno de cuero esperándola sobre uno de sus muebles. Lo tomó en sus manos. Pensó en que quizás podría darle por fin algún uso. Y, en ese instante, un deseo irrefrenable surgió en lo más profundo de su alma. Creyó sentir una rara presencia mágica a su alrededor. Podría usarlo para escribir alguna historia, esas de las que ella tanto estaba enamorada, en la cual fuese protagonista junto con sus mejores amigas. Algo sobre su libro favorito. Algo distinto sobre su libro favorito.
Una historia en donde no hubiese mortífagos y Lord Voldemort ya no existiera. En donde James y Lily estuvieran felices con su hijo Harry..o más bien con varios hijos. Donde Remus no tuviera que sufrir por los prejuicios de los demás, y fuese feliz y estuviera en paz con su licantropía. Y en donde Sirius, el querido Sirius, estuviese vivito y coleando, feliz y cuerdo, y nunca hubiese sido enviado a Azkaban. Y así, abriendo el libro y saboreando su futura historia, comenzó a escribir.
"Había una vez..." No. Tachó con insistencia. Pensó durante un par de segundos cómo empezar aquella historia que más tarde le mostraría a sus amigas, ambas fanáticas de lo que ella escribía y, también, de las historias de Harry Potter. Se puso manos a la obra y retomó la escritura.
"Kathya Moseley, Bárbara Felton y Lucy Pattinson (N/A: cuack!..jajajaja) eran tres brujas ya egresadas de Hogwarts, ( tenían diecisiete años)las cuales vivían en Little Whinging.." Era poco original, pero no tenía idea (N/A: y es verdad, no la tengo) sobre cómo se llamaban las provincias o los barrios de Inglaterra (N/A: si alguna sabe, tíreme un par de ideitas)... "compartían departamento, y trabajan de cualquier cosa..." Cualquier cosa significaba eso. "..cualquier cosa que les permitiera subsistir y pagar la renta de la casa, ya que eran inquilinas.." Leyó lo poco que escribió. Dios, la historia era aburrida y eso que apenas tenía un par de renglones escritos... "Lucy era la mejor amiga de Oliver Wood.." río de las últimas palabras. A su amiga le iba a dar un ataque. ¿¿Solo mejor amiga?..Mmm.. " en los pocos años que habían concordado en Hogwarts, habían sido novios, pero Lucy había cortado con él por razones que yo jamás supe.." .Ni Lucy iba a saber. Solo una tonta podía cortar con Oliver... "Habían sido gryffindors.." Sí, de la casa Gryffindor, se sabía que ella, Kathya, era lo bastante valiente como para ir a esa casa si en algún remoto lugar llegaba a existir un colegio de esos.. "Bárbara había estado eternamente enamorada de un joven slytherin, pero él, como era un semejante idiota sangre pura, no le daba ni la hora..." (N/A: PERDÓN BARCHU...pero me cuesta no odiarlo..te prometo que te daré una sorpresa en este fic)..Sí, el idiota sangre pura de Draco Malfoy...
Releyó los renglones, viendo si de verdad era correcto dejar escrito aquello. Hizo un ademán con la mano, y decidió que le daría un toque interesante. Iba a empezar de verdad una historia..
"Era un caluroso día de julio. Más exactamente, 31 de Julio. Aquel día, el mayor de los hijos del matrimonio Potter, los cuales tenían tres preciosos hijos, cumplía diecinueve años... Sí, Harry, para ella, tenía que tener hermanos...Era hora de presentarlos. Muy bien...para no ser injustos, el chico tendría un hermano y una hermana... " Lily y James Potter, que ya tenían veintidos años de casados, y eso que apenas tenían 40 años, habían tenido dos hijos más. William Ethan , de diecisiete años, era el menor de los hijos varones. El joven era la viva copia de su padre, era un chico guapísimo de hermosos ojos cafés y un cabello increíblemente desordenado de color azabache. Era alto y fornido, y, en sus épocas en Hogwarts, había sido golpeador, por lo que, además de hacer suspirar a las chicas por su bellísima cara, lo potenciaba con el cuerpo que el quidditch le había dado. La gran diferencia del joven con su padre era que no usaba gafas, y tenía unos rasgos leves de Lily"...
Ahora había que presentar a la pequeña Potter...¿qué nombre ponerle, debía ser muy inglés..si era en honor a alguien mejor. Y qué mejor nombre que el de la autora de aquellos libros que tanto le gustaban... "Johanne Katleen" ..hermoso nombre... "la única hija del matrimonio, tenía seis años. Era el divino calco de su madre, por lo que James estaba increíblemente prendado de su hermosa pequeñita. Cualquier cosa que Johanne le pidiera a su padre, por más que quisiera que le bajara una estrella, él sería capaz de bajársela y dársela como regalo de cumpleaños (N/A: quiero un padre así...no, no que me regale una estrella..que sea igual que James..muchas babas). Tenía unos preciosos e inmensos ojos verdes y un cabello rojo que le caía graciosamente por los hombros, y que combinaban con la infinidad de pecas que la niña tenía en su rostro...También había que constar que sus dos hermanos potenciaban el hecho de que ella fuese una caprichosa..."
Suspiró cansada. Le hartaba presentar a los personajes, no entendía cómo Rowling no se había hastiado o vuelto loca después de más de seiscientos personajes que había inventado. Cerró el libro bruscamente. Miró a su alrededor. Todavía había que esperar que su padre volviera de trabajar para luego ir a la nueva casa. Por lo que volvió a tomar el cuaderno y, tomando la lapicera, siguió escribiendo. ... "Ese día, el matrimonio Potter le había armado una fiesta sorpresa a Harry en Grimmauld Place 12, lugar en donde el padrino del joven vivía con sus dos adorables hijos, de diecisiete y once años..."
Mm..¿qué nombre ponerles a los hijos del divino Black?..tenían que ser nombres bien aristocráticos, o más bien extravagantes..o simplemente podría seguir la tradición familiar y darles bonitos nombres de estrellas. Muy bien , el atlas la ayudaría. Por lo que decidió tomarlo del estante de la biblioteca. Tras unos cuantos minutos pensando y leyendo los nombres más raros, se decidió por cuatro. El joven, el primogénito, se llamaría Mitzar Alphard (Alphard en honor al tío preferido de Sirius), y la niña, Deneb Adhara. Bonitos nombres para dos jóvenes magos en potencia. Muy bien, sería hora de seguir escribiendo.
"...los cuales se llamaban Mitzar Alphard, un joven muy apuesto, alto y fornido, de cabello lacio color negro y hermosos y expresivos ojos del mismo color, y una niña, la cual llevaba de nombre Deneb Adhara, poseía los hermosos ojos grises de su padre y el cabello rubio y lacio de su madre, y además que era la consentida del guapo señor Black.
La vida de los herederos Black no era lo que se llamaba placentera. Sus padres estaban separados hacía varios años y, por más que la pequeña Deneb le insistiera a su padre, la relación era irreconciliable. Por lo que debían andar de aquí para allá, un día con mamá, otro con papá.
Para Deneb la antigua casa de su padre era un parque de diversiones, pero para Mitzar, que no tenía buena relación con Sirius, Grimmauld Place era el infierno. Pero no porque Sirius fuese mal padre, todo lo contrario, a pesar de seguir siendo un gran mujeriego y demasiado tiro al aire, era muy atento y tenía un temperamento digno de un general...aunque a veces se le iba la mano y terminaba a las órdenes de sus dos hijos, principalmente de la traviesa Deneb"...
Cambio de tema. Se quedó pensativa observando las palabras escritas. Ya estaba, los personajes estaban hechos..pero se le había ocurrido otra cosa, algo muchísimo mejor... "Cedric Diggory, un divino rubio de ojos celestes, (N/A: creo que no hay necesidad de que ponga que es divino..) vivía en las afueras de Londres con su hermano menor Vincent..".
Miró a su alrededor, miró al reloj... "El menor de los Diggory era muy parecido a su hermano, pero se diferenciaba de él por su cabello moreno.." Apoyó su cabeza sobre el libro, dormitando. Tenía sueño, escribir a veces le producía eso. Cerró los ojos durante un par de segundos. Y se dio cuenta que faltaban dos personajes en su historia... "Remus Lupin y Nymphadora Tonks vivían juntos en una bonita casa en las afueras de..." .Tachó aquello.. "vivían en una bonita casa en Hogsmeade.." ¿Tenían hijos?...Tonks era joven para tener un hijo de diecisiete años.. Pero podría tener un hijo de meses.
Alguien abrió la puerta del cuarto.
-Kat, papá llega tarde, así que mañana iremos a la nueva casa-dijo su hermana Leticia.
-Está bien-murmuró ella.
-¿No te parece que es hora de que te acuestes?-le preguntó la joven castaña, señalando el reloj. Kathya miró el pequeño artefacto a pilas y vio que ya eran las doce y media.
-No me di cuenta-dijo en voz baja. Miró el libro y garabateó.. "Draco Malfoy no era mortífago y tenía dos hermanos menores, ambos mellizos, Algol y Algieba..(un hermano y una hermana) rubios de ojos grises, iban a la casa Slytherin, ya que tenían..quince años" Ahora sí.
Cerró el libro de inmediato. Observó nuevamente las inscripciones. Las tocó con su dedo índice. Le hubiese gustado entender qué decía ahí. Lo colocó en su mesa de luz, y se dispuso a acostarse. Se arropó y, cerrando los ojos, se quedó dormida. Aunque no notó que las inscripciones del libro, unos centímetros a su izquierda, brillaban de repente con intensidad.
