Hola, lectores :D Eh aquí mi primer fic siniestro (por así decirlo) ADVERTENCIA: si no te gusta la sangre y los creepypastas, te recomiendo no leerlo ya que tendrá escenas intento de Gore. Bueno, espero que les guste la historia. No olviden seguirme en Facebook, el enlace a mi página está en mi perfil de autora ^^ Bueno, comenzamos…

Sweet Dreams

Chapter 1:

Prologo


La neblina cubría las calles. En un bosque alejado de la civilización, había una gran mansión en medio de este. La mansión era antigua, la pintura de sus paredes estaba gastada y tenían grietas. Plantas crecían y se adherían a su estructura proclamando la mansión como parte suya. Las ventanas estaban sucias y algunas tenían rajaduras. Había una pileta pero no tenía agua, en cambio estaba de adorno. El techo y la madera de la abandonada mansión crujían como si se quejara o como si me llamara. Las rejas que la rodeaban estaban oxidadas, hojas secas cubrían el suelo.

Podía oír un ligero susurro en el viento. Podría jurar que el viento susurraba mi nombre. Las rejas se abrieron con un chillido estruendoso invitándome a pasar. El viento rugía hacia la mansión. Un escalofrío recorrió mi espalda, mi corazón latía desenfrenadamente por la adrenalina. Un impulso de adentrarme en aquellos dominios desconocidos recorrió por mi cuerpo. La curiosidad me comía viva. No podía evitar aún así, sentir un miedo que no me dejaba moverme. No podía controlar mis acciones.

Una parte de mí me decía que debía entrar a esa antigua mansión, otra parte de mí quería irse corriendo. Pero en vez de obedecer a alguna de mis personalidades me quedé quieta. Podía sentir como gotas de sudor frías bajaban por mi nuca. Mi ropa se pegó a mi cuerpo debido al sudor que emanaba. Parecía que a mis pies los hubieran atado, no podía ni sentirlos. Era como si no tuviera dominio de mi cuerpo. Sin embargo no podía evitar sentir algo, era como si me encontrara en mi hogar. Como si el lugar lo debiese de conocer, una sensación familiar aunque nunca antes hubiera estado allí.

Escuché unos pasos detrás de mí. El crujido de las hojas sonaba debajo de sus pies, era como música para mis oídos. No sabía porque, no sentía miedo del todo. Era como si lo estuviera esperando. Aquel ser dueño de los pasos de detuvo justo detrás de mí. Podía sentir su mirada posada en mí. Sentí algo afilado en mi cuello. El aliento del extraño descansaba en mi cuello provocando escalofríos y un leve cosquilleo.

-Go to sleep.- susurró contra mi oído una voz ronca y masculina.

Todo se volvió negro. El aterrador pero hermoso escenario donde estaba se esfumó de la misma forma en que se apaga una vela cuando la soplas, así quitándole su luz. El brusco golpe a la realidad hizo que abriera los ojos de inmediato. Miré a mí alrededor con una mezcla de terror y decepción. Me aferré a las blancas sabanas de mi cama desahogando mi enojo por haberme despertado. Estaba en mi cuarto. Las paredes estaban pintadas de un color azul oscuro. La ventana estaba abierta, el viento movía las blancas cortinas de cierta manera que parecieran que bailaban a un ritmo lento y festivo. El frío que sentía en el sueño debió ser por eso. Me había quedado dormida escuchando Sweet Dreams cantada por Marilyn Manson. Miré por la ventana, era de noche. Las ramas del árbol se sacudían levemente por el viento.

Aunque había neblina podía distinguir en el cielo una enorme luna, esta tenía forma de sonrisa. Me recordó a Alicia en el país de las maravillas. Me senté en mi cama mirando alrededor. Mi habitación estaba a oscuras. Podía escuchar el ronquido de mi papá, con eso daba por seguro que todos estaban dormidos.

Una fina capa de sudor me cubría provocándome un escalofrío. Sentí algo raro en mi pecho. Tenía una rara sensación, era como si alguien me observase. Negué con la cabeza. Me levante de la cama y me fui al baño. Remojé mi nuca tratando de despejar mi mente. Agarré un peine y proseguí a desenredar mi castaño y oscuro cabello. Volví a mi cama. A la hora de pasar por la ventana por el rabillo del ojo, pude ver una silueta en medio de la pista. Extrañada volví a mirar la calle. No había nadie. Miré a los alrededores, podía haber jurado ver a alguien allí… en medio de la pista. Pero todo estaba desolado y oscuro, una vaga luz de un farol iluminaba todo. Mi casa quedaba frente a un parque lleno de árboles con una pileta en el medio. Pero no tenía mucha iluminación. Una capa blanca de neblina había dificultando el poder ver en aquel parque. Pero podría jurar que algo se escondía entre los árboles y me observaba detenidamente. Como si fuera un animal en un zoológico y este fuera un estando a la espera de ver que cosas hago. Fruncí el ceño y traté de agudizar mi vista, pero no lo logre. Solté un suspiro y observé el vapor que botaba mi aliento. Me distraje viendo mi aliento. Si que hacía frio. Sobé mis brazos tratando de cobrar un poco de calor. Redacté ante mis reacciones y pensamientos.

Debe ser una paranoia mía, solo una ilusión. Me alejé de la ventana. Aunque todo estaba frío y yo solo estaba con un ligero pijama que consistía en un short negro y un polo de manga corta con un estampado de la banda Alesana en medio, este polo era negro y me quedaba muy grande, pero por eso me encantaba usarlo. Volví a echarme en mi cama. No me molesté en taparme con la sabana. El frío recorría por mi cuerpo dejándome con la piel erizada, pero estaba bien, me gustaba eso, me gustaba sentir ese frío. Cerré los ojos esperando volver a soñar con esa mansión que me había capturado por completo. Comencé a perder el sentido de la vida real y comencé a fundirme con ese mundo de fantasía que tanto anhelaba, así cayendo a los brazos de Morfeo.

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Desperté con los pies helados. Mi alarma sonaba alocadamente reclamando que me levantara. La apagué e inicié con mi rutina. Tomé mi toalla y me fui directamente al baño. Abrí la ducha caliente. El baño se llenó de vapor. Comencé a quitarme el pijama y la dejé en el cesto. Sin pensarlo dos veces, me metí en la ducha sintiendo el agua caliente recorrer mi cuerpo. Este tipo de baños me relajaba y me ayudaba a despejar mi mente. Lave mi cabello delicadamente. Tome el jabón que era con olor a rosas y me lavé con este. Salí de la ducha cubriendo mi pálido cuerpo con una toalla blanca. Me dirigí al lavabo y limpié el vapor del espejo con el dorso de la mano. Observé mi reflejo. Tenía piel muy pálida a decir verdad. Mi cabello era castaño oscuro y largo. Mis ojos eran de un color marrón chocolate y oscuro, solo a la luz se veían de un color medio dorado. Mis facciones eran muy delicadas, mis mejillas siempre paraban con un ligero tono de color rosa. Pero ahora que había dormido con la ventana abierta estaba media resfriada y tanto mi nariz como mis mejillas estaban de un color rosa vivo. Sequé mi cabello con una toalla y me fui a mi cuarto. Cerré la ventana y la cortina. Proseguí a vestirme. El uniforme consistía en una falda negra y corta, una blusa blanca, medias blancas hasta la rodilla o mayas negras (yo usaba las mayas porque me cubría todo y evitaba así roches o miradas de pervertidos), zapatos negros y usabas una chompa negra. También opcionalmente podías llevar una casaca negra. Yo sí o sí la llevaba además de unos guantes y una bufanda negra.

Me vestí rápidamente. Me até el cabello en una coleta alta dejando que unos mechones se salieran del amarre. Tomé unos libros y los puse en mi mochila que era de un color rojo oscuro. Me observé al espejo. Mis ojos y mis oscuras cejas resaltaban, me gustaba como se veía sinceramente. Bajé las escaleras de mi casa. Como era de esperarse aún todos estaban dormidos. Agarré un papel y un lapicero.

"Me fui al colegio".

Escribí con mi letra corrida. Lo dejé en la puerta. Tomé una manzana y salí de mi casa. Me dispuse a desayunar esa manzana de camino al colegio. Caminé por las solitarias calles. Lancé la manzana al aire y la atrape. Hice lo mismo unas cuantas veces. No tenía mucho apetito en querer comerla, más divertido era lanzarla y atraparla. La neblina aún cubría las calles, me recordaba a Silent Hill. A mi lado estaba aquel parque lleno de árboles gigantescos. Deambule con tranquilidad por las calles, después de todo era temprano.

Unos pasos detrás de mí hiso que sintiera un deja vú. Me quedé quieta. Los pasos se detuvieron apenas me detuve. Lo normal sería apurar el paso y escaparse de quien me estuviera siguiendo. Pude sentir la adrenalina. Me armé de valor. Volteé rápidamente para impresionar a quien me seguía. Bruscamente me volteé, con la respiración agitada. Esperando ver a alguien a quien sea… pero no había nadie. Las calles estaban vacías. La única allí era yo. ¿Será mi paranoia e imaginación nuevamente? Fruncí el ceño y negué la cabeza. Volví a retomar mi camino. Apuré mi paso, tal vez no sea tan buena idea andar sola por aquí. Llegué a la secundaria a donde iba. Los alumnos entraban perezosamente al colegio. Di una pequeña sonrisa de lado, por algún motivo me sentía un poco más segura. Me mescle entre los estudiantes entrando al colegio no sin antes sentirme observada. Miré detrás de mí. Pude notar unos movimientos en los árboles. Fruncí el ceño. Solo es un animal, no es nada. Me convencí.

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Sí que era intuitiva. Sin contar que valiente, no daba signos de temerme, pero si daba signos de locura y paranoia con respecto a mi presencia. Slenderman no se equivocó al decir que ella sería la próxima. Sería interesante observarla corromperse, siendo tan dulce inocente y pura. Me había dedicado en observarla, seguirla y estudiarla desde hace un par de meses desde que Slender predijo que ella podría ser la siguiente. Cuando la vi la curiosidad abundó y me convertí en algo así como su sombra. Aunque claro, me gustaría ponerla a prueba. Pero el señor sin cara no me dejaba acercarme a ella, me tenía que limitar a observarla de lejos. No era muy diferente al resto, era prácticamente una chica más. Pero claro, para volverse una psicópata y una demente como todos los que habitamos en la creepyhouse, debe tener su lado oscuro, sanguinario y sádico. Moría de ganas de ver ese lado suyo. Pero debía ser paciente, pronto llegaría el momento en donde ella se manchará y vendrá con nosotros, solo hace falta tiempo.

Tiempo para poder acercarme a ti… para que te nos unas, para que seas parte de nosotros, de nuestras vidas, de nuestras largas e infinitas existencias. Tiempo para que te unas a mí, para que seas mía de cualquier forma. Aunque esa forma implique que tu sangre sea mía y deba matarte o seas mía en la creepyhouse y juntos seguir perdiendo la locura hasta el fin de los tiempos.

-Go to sleep, my love.- susurré mientras mi sonrisa se volvía más grande.


¿Qué opinan? Reviews! ¿porfitas? Bueno, eh aquí mi primer capítulo. No se olviden de seguirme en Facebook , el enlace está en mi página de autora ;3 Bueno, nos leemos en el siguiente capítulo, Byee!