The Legend of Zelda y sus personajes no me pertenecen. Hago esto por mero entretenimiento y sin fines de lucro. y por supuesto por mi propia voluntad... (Ayúdenme, estoy secuestrada!)

Zelda: cállate y sigue escribiendo! llevas meses sin hacer algo productivo!


Yo respiraba...

Una vez..., hace mucho tiempo..., yo vivía.

Yo era feliz...

Pero luego, había dolor..., tanto dolor.

Y ahora..., estoy atrapado aquí. No me deja ir, pero no descansare...,

no descansare hasta que sientan mi dolor..., hasta que sufran mi pena.


Esos bosques, son bosques malditos…

El sonido de batalla lego hasta sus oídos, los caballos pisoteando la tierra húmeda con nerviosismo. Gritos resonaron en la distancia, no era una batalla…, era una masacre.

Nada que entre en ellos, vuelve a ver la luz. Es un lugar marchito, donde una vez brillo la luz y la inocencia. Pero ahora solo es un páramo oscuro, que condena a cualquiera lo suficientemente estúpido para desafiarlo.

La densa neblina cubrió su marcha, tan pesada que apenas podía ver más allá de su mano. Sin darse cuenta, su pequeña escolta se había desorientado y terminaron por caminos diferentes. Solo el sonido de batalla y las exclamaciones de dolor, alertaron que algo andaba mal.

¿Qué es?Una risa amarga escapo de sus labios. Un alma corrompida, eso es.

Su aliento quedo atascado en la garganta, sus manos temblaron al reconocer el cuerpo rasgado más adelante, paso sobre la pila de soldados y guerreras muertas.

"Aveil!"

Sus manos temblaron, intentando detener el sangrado pero las heridas eran profundas y los cortes precisos. Una risa llego a sus oídos, rasgando en la densa neblina con un corte suave y profundo.

¿Cómo lo sé? Digamos que en mi juventud fui impetuoso, que mi codicia me había llevado a creer los cuentos de mi infancia. Todos en estas tierras bendecidas de las diosas conocen la historia de ese bosque. Una historia de tragedia que duele incluso después de tantos años.

El olor a sangre y sal, mezclados con azufre y carne putrefacta abrumo sus sentidos. La poca luz que la luna pudo brindar generaba largas sombras deformes. La risa regreso, una risa de niño…

Formas extrañas danzaban en la niebla, manifestaciones de almas atormentadas. Giró bruscamente, espada en alto antes de parpadear, los músculos tensos relajándose solo un poco al ver la diminuta forma a unos pasos de distancia.

Esos ojos…, no se guié por el brillo inocente en ellos. Pertenecen a un ser sin alma, que lo arrastrara hasta las profundidades del bosque y le hará sentir el infierno en vida.

Grandes ojos azules observaron en la curiosidad, una sonrisa adornando el rostro infantil. Apretó el agarre en la empuñadura de su espada, tragando su incredulidad cuando una bola de luz azul se mantuvo flotando sobre la cabeza del pequeño niño en verde.

"Un hada…" Finalmente respiro, haciendo que la sonrisa del niño creciera, no tendría más de diez. "¿Qué haces aquí pequeño...?" Preocupación burbujeo en su interior al ver que el niño no parecía perturbado por los cuerpos destazados en el suelo.

"¿Son tus amigos?" Se balanceó en la punta de los dedos del pie, la voz extraña y distante, ignorando su pregunta.

Nadie sabe…, solo que un día, el bosque se volvió amargo y resentido. Despreciando a todo aquel que intente poner un pie en sus densas profundidades. Los devora sin piedad.

Observo con incredulidad, la forma se había desvanecido ante sus ojos, dejando nada más que el rastro iridiscente del hada que lo acompañaba.

"Te pareces mucho a él…"

Giró bruscamente, el niño estando a pasos de distancia, la escasa luz le permitió ver la sangre manchando sus ropas verdes y el rostro. Dando la imagen de una inocencia corrompida.

Se encontró repentinamente sin palabras, un frió helado y una presencia abrumadora cayendo de pleno sobre sus hombros, paralizando sus músculos. "A quién…?" Finalmente respiro, encontrando su voz una vez más.

"Haz venido a jugar también?" Fue ignorando, una vez más. Pero no había espacio para la indignación y el enojo por el atrevimiento del niño. Toda su concentración puesta en el extraño

Una vieja cuchilla oxidada brillo en las pequeñas manos manchadas, vacilante con la luz del hada, la sangre se deslizo de su borde dentado a causa de la edad, goteando a los pies del pequeño. Una sonrisa oscura se deslizo por sus labios, los brillantes ojos azules ocultos por los mechones de cabello dorado.

Esos bosques…, son bosques de muerte.

"Vamos a jugar entonces…"


Mwahahahahahahaha! Holap! :3 Me echaron de menos?

Público en general: ¿Quién eres?

*Se va a llorar a su rincón emo*

Pero bueno, ya. Esta idea ha sido una espina en mi costado por algún tiempo xD (mucho en realidad) y por fin encontré algo de tiempo para escribir de nuevo, fuaaa!

No rebele mucho porque pues…, no se .-. Amo hacerlo, punto…

en fin! Si llegaste hasta aquí, gracias por leer!