Hola aquí FandeSerena los saluda; antes que nada gracias a todos por su preferencia con mis Fanfics y mi canal en Youtube. Este fic va escrito en recuerdo del Holocausto, espero les guste.

- En memoria de las víctimas judías de la Alemania Nazi y sus Aliados (1939 – 1945).

Título: Amourshipping – El Ghetto del Amour

Autor: FandeSerena

Género: Romance, Drama, Recuentos de la Vida, Guerra

Sinopsis: Ash Ketchum y Serena Yvonne, siendo parte de los aliados de la Segunda Guerra Mundial, son enviados en cubierto al Ghetto de Varsovia; con la misión si son reales las historias que se cuentan sobre los judíos; pero nunca imaginaron lo que verían sus ojos, pero luego tras conocerse se da la chispa de un bello romance a la sombra de un horror que estaba por venir.

14 de Mayo de 1942. La Segunda Guerra Mundial, la Alemania Nazi sigue con la ofensiva a la unión soviética, mientras que los judíos de la Polonia ocupada son encerrados en las ciudades polacas bajo ocupación alemana, y precisamente nuestra historia se da en el Ghetto más grande, el de Varsovia, donde hoy ha llegado un nuevo trasporte, entre los llegados llega un joven de aspecto fuerte, llamado Ash Ketchum, que es un soldado del ejército británico, ha sido enviado a ese lugar con el propósito de investigar lo que se dice de los judíos. Es una mañana un poco nublada en la capital de la Polonia ocupada por los alemanes cuando Ash mira la ciudad de Varsovia.

Muy bien al fin he llegado – Dijo Ash, mirando fuera del vagón del tren a lo que era la estación del tren de Varsovia, mientras la masa de gente sale de los vagones del tren.

¡Oye tú!, ¿Qué esperas? ¡Sal, Ahora! – Dijo un soldado alemán sacando a Ash del vagón, junto con los demás que iban ahí.

Una vez en la puerta de entrada al Ghetto, había una fila para entrar, y era el turno de Ash, y enfrente del habían otros 14 soldados alemanes.

¿Nombre? – Pregunto otro soldado alemán a Ash.

Soy Israel Milkosvy – Dijo Ash, pero esa era su identidad secreta, para que los alemanes no sospecharan que no era un espía de los aliados.

¿De qué país eres? – Pregunto de nuevo el alemán a Ash.

Soy de Vilna en Lituania – Respondió Ash al militar alemán.

¿Eres judío? – Pregunto una vez más.

Si, así es, mi tatarabuelo lo era – Respondió de nuevo.

Muy bien – Dijo el soldado que se acercó a Ash para golpearlo en el estómago – Pues aquí la pasaras muy bien – Dijo el alemán con una sonrisa sádica.

(Ugh, maldito alemán) – Pensaba Ash, mientras miraba con odio al alemán.

¡El que sigue, rápido! – Grito otro soldado alemán a la multitud que seguían entrando en Varsovia esa cálida tarde de Mayo.

Una vez adentro del Ghetto, Ash se impresiono bastante por la cantidad de judíos que había allí, y todos llevaban la característica estrella de David con la palabra "Judío" en diferentes idiomas europeos, Para Ash sabía que esto tenía que ser una broma, puesto que él había visto una película sobre este lugar y vio a los judíos muy distintos a los que veía ahora, naturalmente creyó que era una pesadilla, pero sabía que estaba pasando.

Esto tiene que ser una broma, esto no puede estar pasando – Dijo Ash incrédulo ante las escenas del Ghetto de Varsovia.

Y si las escenas que vio eran de terror, muchas personas muriéndose de hambre en las calles, principalmente niños pequeños, y cadáveres abandonados en la vía pública, y siendo ignorados por sus compatriotas. Ash busco alojamiento en el Ghetto, y al fin lo encontró en un edificio, al entrar en la habitación donde se alojaría, se sorprendió de cuantos judíos habían ahí, como unos 10, naturalmente los saludo, y ellos le devolvieron el saludo, unos más amistosos que otros.

Hola, señor soy Israel – Dijo Ash saludando a los demás judíos que ahí habían.

Hola muchacho, soy Hans, un placer conocerte – Dijo uno de los judíos muy amablemente a Ash.

Mucho gusto, soy Marek, soy de aquí de Varsovia – Dijo igualmente amable aquel judío de barba larga, mientras le estrechaba la mano a Ash.

Yo soy Josef, era un importante abogado en Múnich – Dijo otro judío presentándose.

Hola Soy Edith, soy de Viena – Saludaba la judía a Ash con una sonrisa.

Soy Esther, soy de Berlín – Dijo igualmente la judía a Ash.

Bueno, bienvenido a nuestra habitación – Dijo Hans dándole la bienvenida a Ash.

Muchas gracias, y bueno pues he venido de Lituania – Dijo Ash.

¿De Lituania?, caray muchacho pues has viajado mucho muchacho – Dijo Josef.

Pero no sé exactamente que pasa aquí – Dijo Ash

¿Qué no sabes que pasa aquí, que no eres judío? – Dijo el judío algo molesto, ante la respuesta falsa de Ash.

Déjalo en paz, quizás no está al tanto de lo que nos pasa, o si amigo – Dijo Marek defendiendo a Ash.

Pues la verdad, ignoro qué pasa, ya tiene años cuando llegue aquí a Polonia, pero hace unos días vi que había muchos soldados alemanes, me arrestaron y así fue como llegue en el tren esta mañana – Dijo Ash inventando su historia.

Discúlpame no sabía, ah por cierto, me llamo Marcel – Dijo el judío disculpándose con Ash.

Ya veo, pero has tenido suerte de no ser asesinado por los Einsatzgruppen, esos malditos de la viven de matar – Dijo Hans.

¿Einsatzgruppen? – Pregunto Ash ante la palabra que era desconocida para él.

Si, las unidades asesinas móviles del ejército alemán; ellos van de aldea en aldea, matando judíos, y no solo eso, ya matan a los Soviéticos, pero gracias a Dios lograste escapar – Dijo Marek.

Ash no lo podía creer, no solo los judíos eran los blancos de los alemanes, sino que también los soviéticos también estaban siendo asesinados.

Y es curioso, yo era medico en Alemania, pero un día me arrestaron, solo por ser judío – Dijo Hans, contando como fue arrestado.

Yo era maestro en la universidad de Varsovia, pero cuando nos invadió Alemania, me quitaron mi licencia de maestro y me trajeron aquí – Dijo Marek.

A mí me arrestaron, solo por estar en la Sinagoga de mi pueblo, y tratar de ayudar a una familia a esconderse en el sótano de mí casa – Dijo Edith.

Yo era enfermera de un hospital de Berlín, y un día, sin avisarme y sin hacerme una pregunta; llego la policía y primero me encerraron en el campo de concentración de Ravensbrück, pero apenas ya tengo unas semanas aquí en Varsovia – Dijo Edith.

Ash pensó que solo ellos por ser judíos los arrestaron injustamente, y los trajeron aquí, pro mientras pensaba, un judío más hablo con él.

No te preocupes hijo, solo aquí es una parada, por que escuche de parte de los alemanes pronto iremos a trabajar al este – Dijo el Judío a Ash.

No le hagas caso, está loco, y solo habla disparates – Dijo otro judío a Ash.

Pero a Ash le pareció interesante la información, Los estaban juntando a todos los judíos de Europa en Ghettos, y pronto irán a trabajar hacia el este, mientras pensaba que estaba pasando.

Odio tener que arruinar la bienvenida pero ya es hora de dormir, sino los alemanes nos golpearan - Dijo Hans a los otros.

Pero Ash, no pudo conciliar el sueño por los relatos que le contaron sus amigos.

15 de Mayo de 1942. Un nuevo tren arriba a Varsovia, entre los llegados se encuentra una chica realmente bella, de ojos azules muy claros, de cabello color miel de aspecto algo elegante.

¿Nombre? – Pregunto el soldado a la joven.

Mi nombre es Sarah Meyer – Contesto la joven al alemán.

¿De qué país viene, señorita? – Pregunto de nuevo el alemán a la chica.

Soy de Francia – Contesto la chica.

¿Eres Judía? – Le pregunto otra vez.

En efecto señor, si lo soy – Dijo la señorita.

Pues, Bienvenida a Varsovia – Dijo el soldado con extraña amabilidad.

¡El que sigue rápido! – Grito otro alemán a los demás judíos que se atiborraban en la puerta de entrada.

Ya adentro de Varsovia, la chica vio las mismas imágenes que Ash, y por azares del destino se ubicó en el mismo lugar que Ash.

¿Quién es? – Pregunto Hans al oír que golpeaban la puerta.

Hola, ¿Me puedo quedar aquí? Es que en los otros lados que pase me dijeron que ya no había lugar – Pregunto Sarah a Hans, y los demás accedieron a que ella se quedara.

Muy bien, señorita puede pasar – Dijo Hans a Sarah. Y en ese instante Ash se la quedo viendo muy fijamente, para él era como ver a un ángel bajado del cielo por su hermosa apariencia.

Hola a todos, soy Sarah, acabo de llegar a Varsovia – Saludo muy amablemente a todos los judíos que ahí estaban.

Naturalmente, todos le devolvieron el saludo; pero Ash estaba muy fascinado de ver a una chica tan bella como ella, en un lugar tan atroz como el Ghetto de Varsovia, de igual modo a la chica le pareció curioso como un chico tan guapo como él estaba ahí, y ella se acercó a Ash.

Hola, me llamo Sarah – Dijo ella presentándose a Ash.

Mucho gusto, soy Israel – Dijo Ash, saludando a la chica.

Naturalmente ellos hicieron química al instante, y se cuidaban el uno al otro, y ya pasada unas semanas de conocerse, se tenían mucha confianza, y se notaba que había una atracción entre los dos, una tarde salieron en las horas en las que los alemanes permitían salir a los judíos.

Que hermoso día hace aquí en Varsovia – Dijo Ash mientras miraba a Sarah.

Sí que lo es, aunque en mi país es más hermoso un día así – Dijo Sarah a Ash.

Sí que es extraño – Dijo Ash.

¿Qué es extraño, Israel? – Pregunto Sarah.

La verdad, no te ves como una judía, y eres muy bella, te ves tan elegante, tu cabello castaño es hermoso, sedoso y bien peinado, tu ojos tan azules como el mismísimo cielo, eres la chica más linda que he visto – Dijo Ash a Sarah provocando que ella se sonrojara de las palabras de Ash.

Pues lo mismo digo, eres muy apuesto – Dijo Sarah con una sonrisa.

De hecho, hay tengo algo que decirte – Dijo Ash.

Seguro pero dime ¿Y qué será? – Pregunto Sarah.

Pero no aquí, hay mucha gente, y luego son bien chismosos – Dijo Ash.

Y en eso logran entrar en un callejón, y ahí se dijeron la verdad.

Muy bien aquí no hay nadie – Dijo Ash mientras le tomaba la mano a la chica.

Bueno ya que estamos a solas ¿Qué me vas a decir? – Pregunto Sarah a Ash.

Pues la verdad no soy Judío, y no me llamo Israel – Dijo Ash a Sarah que en un inicio ella se sorprendió.

¿Qué? ¿Es enserio? Bueno, ¿y cómo te llamas? – Pregunto Sarah sorprendida a Ash.

Bueno, la verdad yo me llamo Ash Ketchum, soy Sargento del ejército británico, y mis superiores me han enviado en una misión secreta, justo aquí para averiguar los rumores de los judíos – Dijo Ash a la chica, en eso ella solo sonrió, y también de dijo algo.

¿Enserio? Que bueno, por lo menos estamos en el mismo bando, yo que creía que era la única en una misión secreta – Dijo Sarah a Ash .

¿Eh? ¿Qué dijiste? Creo que tengo cerilla en mis odios ¿Podrías repetirlo por favor? – Dijo Ash a la chica, estando incrédulo.

Lo que quise decirte es que tampoco soy Judía, y mi nombre no es Sarah – Dijo Sarah.

¿Y bueno, quién eres? – Pregunto Ash.

Me llamo Serena Yvonne, soy parte de la resistencia francesa; y estoy aquí por el mismo motivo que tú, estar encubierta en Varsovia por los rumores que dicen que los alemanes encierran a los judíos – Dijo revelando su identidad.

Bueno, eso lo dice todo, las chicas francesas son realmente hermosas. Pero me resisto a creer que estoy aquí en esta pesadilla ambulante, pero no importa, ahora que tu igual estas aquí, te prometo que te protegeré no importa lo que pase– Dijo Ash a Serena.

Gracias Ash, yo al principio creía que solo eran rumores, pero ahora veo que no lo son, esos alemanes son unas bestias con los judíos, sin ofender pero los alemanes son unos demonios– Dijo Serena expresando su odio a los alemanes.

Tranquila, no es bueno guardar rencor en tu corazón, y mira que tienes un hermoso corazón. Sabes algo, al principio creí que iba a volverme loco, solo por estar aquí, pero desde que llegaste, me has dado nuevas fuerzas – Dijo Ash a Serena.

También iba a decir lo mismo, y sabes algo desde que te conocí, me comenzaste a llamar mi atención, eres una buena persona; eres atento, dulce, carismático y a pesar de todo esto siempre vas una sonrisa en alto – Dijo Serena algo sonrojada.

Bueno, yo también, desde que te conocí, me has llamado la atención, al ser una chica muy bella, no solo por fuera sino también por dentro, tienes unos hermosos sentimientos Serena – Dijo Ash algo sonrojado.

Gracias Ash, eres un gran hombre y sabes creo que tú me gustas – Dijo ella mirándolo a los ojos.

Y tú a mí – Dijo el mirándola a los ojos.

En ese instante se abrazaron, y se dieron un beso, pero solo fue rápido, por que Ash le dijo que ya era hora del toque de queda, así que se apresuraron rápido a regresar a su edificio, para que los alemanes no los atrapara.

Continuara….