Aquí se cuenta la historia de un largo viaje perdido en el olvido. Una
gesta entre tantas, que fueron necesarias para impedir el dominio de
Sauron, en los últimos años de la Tercera Edad. Nada se supo al oeste del
Mar de Rhûn de aquellos héroes. Nada se narra en los libros sobre su
hazaña. El viento se llevó aquellos recuerdos, cuyos fragmentos fueron
recogidos únicamente por los bardos del Este. En sus baladas cantan sobre
la princesa y el guardián. Sobre la cura y la espada. Sobre la confianza
de una vida inmortal, a los brazos de un corazón joven. Sobre la entrega
de una joven vida, para la protección de la única esperanza. Sobre el
desafío total a la muerte, por la salvación de muchas vidas y la lucha
contra la sombra.
Todo ocurrió en el año 3010 de la Tercera Edad. El Señor Oscuro se había manifestado en Mordor hacía ya muchos años, y Barad-dûr reconstruida amenazaba a los reinos occidentales. Denethor II gobernaba en Gondor, pueblo que sufría una lenta pero permanente guerra contra las tropas de Sauron. Muchos años hacía ya que los bosques de Ithilien habían quedado despoblados de sus antiguos habitantes. La nueva erupción del Monte del Destino y las continuas incursiones orcas, provocaron la huida de la población humana que tenía allí su hogar. Solamente las operaciones de los Montaraces del Sur, apostados en el refugio de Henneth Annün, impedían a Mordor tener el control absoluto de estas tierras. Pese a su juventud, Boromir, primer hijo de Denethor, había recuperado el control de las ruinas de Osgiliath, estableciendo allí una guarnición, para prevenir posibles ataques de Sauron sobre Gondor.
Pero El Señor Oscuro estaba preparándose para una etapa de guerra mucho más intensa. Quería someter La Tierra Media bajo su dominio, y había convocado a hombres de lejanos países, prometiéndoles poder y riquezas. Saruman había fortificado Isengard, y mentido al Concilio Blanco respecto a importantes asuntos, aunque sus miembros todavía no sabían de su traición. Desde Mordor se empezaban a marcar los puntos estratégicos más importantes para la guerra. Isengard era aliado y Osgiliath caería en el momento que se lanzara un ataque mínimamente contundente. Por otro lado estaban los puertos de Pelargir y Dol Amroth. Para capturar estas ciudades, Sauron contaba con los Corsarios de Umbar. A lo largo de toda la Tercera Edad, este pueblo de descendientes de los rebeldes de Gondor, en la Lucha de los Parientes, había atacado múltiples veces ambos puntos. Junto a ellos, como aliados, que no como amigos, los Númenóreanos Negros, descendientes de los hombres del rey Ar-Pharazôn de Númenor; y los Haradrim, que habían recuperado el control de la ciudad, tras un tiempo de dominio gondoriano. Pero desde que en el año 2980, la armada del Capitán Thorongil (seudónimo utilizado en aquellos tiempos por el futuro Rey Elessar), destrozara gran parte de la flota corsaria en el propio puerto de Umbar, ni Pelargir ni Dol Amroth habían sufrido ningún ataque más.
Pero Sauron estaba muy interesado ahora en hacer caer la Ciudad del Príncipe. Un buen ejército descansaba allí, que apoyaría a Gondor en caso de guerra. Si le daba un golpe definitivo, no sólo conseguiría dominar un punto estratégico de primer orden, acorralando Pelargir, puerto principal de Gondor; también acabarían con uno de los principales aliados del enemigo, antes de la guerra. Para conseguir este objetivo, El Señor Oscuro envió a uno de sus más poderosos siervos al puerto del sur, para liderar una gran flota de corsarios. Se trataba de uno de Los Nueve. Akhorahil, El Quinto. Antaño había sido Gran Rey Númenóreano. Ahora era un Nazgûl. Con él viajaba el terror, amedrentando a sus enemigos. Sería el gran capitán que dirigiría a los guerreros corsarios a la victoria. Pero Akhorahil era además un poderoso brujo, al igual que El Primero de Los Nueve. Y en un oscuro laboratorio de Umbar, recuperó un mal que se creía perdido con la desaparición de Oesternesse. Un azote más terrorífico que las hordas de corsarios. Su nombre, Celume Morne.
(Fragmento escrito por Hispano)
Todo ocurrió en el año 3010 de la Tercera Edad. El Señor Oscuro se había manifestado en Mordor hacía ya muchos años, y Barad-dûr reconstruida amenazaba a los reinos occidentales. Denethor II gobernaba en Gondor, pueblo que sufría una lenta pero permanente guerra contra las tropas de Sauron. Muchos años hacía ya que los bosques de Ithilien habían quedado despoblados de sus antiguos habitantes. La nueva erupción del Monte del Destino y las continuas incursiones orcas, provocaron la huida de la población humana que tenía allí su hogar. Solamente las operaciones de los Montaraces del Sur, apostados en el refugio de Henneth Annün, impedían a Mordor tener el control absoluto de estas tierras. Pese a su juventud, Boromir, primer hijo de Denethor, había recuperado el control de las ruinas de Osgiliath, estableciendo allí una guarnición, para prevenir posibles ataques de Sauron sobre Gondor.
Pero El Señor Oscuro estaba preparándose para una etapa de guerra mucho más intensa. Quería someter La Tierra Media bajo su dominio, y había convocado a hombres de lejanos países, prometiéndoles poder y riquezas. Saruman había fortificado Isengard, y mentido al Concilio Blanco respecto a importantes asuntos, aunque sus miembros todavía no sabían de su traición. Desde Mordor se empezaban a marcar los puntos estratégicos más importantes para la guerra. Isengard era aliado y Osgiliath caería en el momento que se lanzara un ataque mínimamente contundente. Por otro lado estaban los puertos de Pelargir y Dol Amroth. Para capturar estas ciudades, Sauron contaba con los Corsarios de Umbar. A lo largo de toda la Tercera Edad, este pueblo de descendientes de los rebeldes de Gondor, en la Lucha de los Parientes, había atacado múltiples veces ambos puntos. Junto a ellos, como aliados, que no como amigos, los Númenóreanos Negros, descendientes de los hombres del rey Ar-Pharazôn de Númenor; y los Haradrim, que habían recuperado el control de la ciudad, tras un tiempo de dominio gondoriano. Pero desde que en el año 2980, la armada del Capitán Thorongil (seudónimo utilizado en aquellos tiempos por el futuro Rey Elessar), destrozara gran parte de la flota corsaria en el propio puerto de Umbar, ni Pelargir ni Dol Amroth habían sufrido ningún ataque más.
Pero Sauron estaba muy interesado ahora en hacer caer la Ciudad del Príncipe. Un buen ejército descansaba allí, que apoyaría a Gondor en caso de guerra. Si le daba un golpe definitivo, no sólo conseguiría dominar un punto estratégico de primer orden, acorralando Pelargir, puerto principal de Gondor; también acabarían con uno de los principales aliados del enemigo, antes de la guerra. Para conseguir este objetivo, El Señor Oscuro envió a uno de sus más poderosos siervos al puerto del sur, para liderar una gran flota de corsarios. Se trataba de uno de Los Nueve. Akhorahil, El Quinto. Antaño había sido Gran Rey Númenóreano. Ahora era un Nazgûl. Con él viajaba el terror, amedrentando a sus enemigos. Sería el gran capitán que dirigiría a los guerreros corsarios a la victoria. Pero Akhorahil era además un poderoso brujo, al igual que El Primero de Los Nueve. Y en un oscuro laboratorio de Umbar, recuperó un mal que se creía perdido con la desaparición de Oesternesse. Un azote más terrorífico que las hordas de corsarios. Su nombre, Celume Morne.
(Fragmento escrito por Hispano)
