¡Este fic lo escribí hace dos años!, es un fic de un capítulo sobre la amistad y un nuevo comienzo; habla más que nada sobre el tercer gato de Kari y el que se lo dio… así que si tienes ganas de leer algo sencillo, tierno y corto, espero te guste este escrito. Este fic lo dedico a mi amiga Ariadna. Y bueno, los dejos con la lectura, ojalá les guste…

°El tercer gato°

Por CieloCriss

La bola de estambre rodó por toda la estancia, unas peludas patas castañas la apresaron con astucia, como si el objeto tuviera vida y pudiera escapar. Hikari se acercó a Miko, sonrió al verlo jugar con la bola de estambre. El felino maulló lentamente, por unos instantes posó su mirada en su eterna ama, los ojos claros del gato la vieron, Hikari volvió a sonreír, extendió sus brazos hacia el gato.

-"¿No te gustaría dar un paseo, Miko?" – preguntó con dulzura, a lo que el minino respondió con otro maullido, que para la interpretación de Hikari fue un sí –"¡Bien, daremos un paseo en bicicleta… como cuando solía pasear con Gatomon, ¿recuerdas?".

La muchacha tomó en sus brazos a su vieja mascota, le acarició el espeso pelaje, Miko ronroneó. Caminó por su apartamento sin quitarle la vista a su gatito, se despidió con un "ya me voy" y salió presurosa de su hogar, pues para ella la tarde estaba por acabar en una cuenta regresiva.

-"Mira Miko, es verano, ¿te gusta el verano tanto como a mí?"- Hikari montó en su bicicleta, estiró los brazos hacia el sol, ¡qué lindo día hacía! – "A mí me trae buenos recuerdos".

Acomodó a Miko en la pequeña canasta rosada de su bicicleta, luego pedaleó con fuerza hacia un parque cercano de su departamento. La niña se mordió los labios con suavidad, el húmedo aire hondeó su cabello marrón, lo impregnó del sol, sus pálidas mejillas fueron haciéndose carmín, su respiración se hizo profunda, rítmica.

Aunque casi cumplía los 13, a Hikari le encantaba montar su bici y rondar por su barrio, para ella era un placer casi similar al de una aventura por el Digimundo. Esas aventuras ahora eran sólo recuerdos, su amiga Gatomon se había reducido a una tierna imagen que ahora no podía tantear… la echaba de menos.

La Yagami se internó en el pequeño bosque del parque, exploró el terreno pedregoso sin miedo; tuvo ganas de detenerse para tomar una fotografía, el paisaje estaba hermoso, las copas de los árboles resplandecían de verde por la reciente lluvia, olía a tierra mojada. Miko en cambio comenzó a inquietarse durante el recorrido, a cada tope o piedra que retaba su ama con la bici atascaba más las uñas en la canasta de la bicicleta y maullaba del susto o del terror.

- "¿Pasa algo, Miko?" – preguntó Hikari, se detuvo en cuanto la intranquilidad del gato era insoportable –"Vamos, ven conmigo, no te asustes".

Miko saltó a tierra firme, se tambaleó un momento, pero no fue al regazo de Hikari.

-"Ven, no te enojes, regresaremos apeando… bien me ha dicho Taichi que a los gatos no les gustan este tipo de cosas".

Miko retrocedió, evitando a Hikari, siguió andando por el lado contrario, parecía que el minino estaba indignado por el paseo. Hikari suspiró, fue tras él a paso lento diciéndole "Miko, regresa, prometo no volver a invitarte a pasear… aunque claro, tú te lo pierdes".

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Taichi cabeceó el balón para pasarlo a Koushiro, quien avanzó con rapidez y lo pateó de regreso, Taichi lo recogió hábilmente con sus rodillas, volvió a pasarlo, pero Koushiro, al verse imposibilitado para responder el pase, lo atrapó con sus manos.

-"Hey Koushiro, ya van seis pases que fallas".

-"Taichi, por si no lo recuerdas, me retiré del fútbol desde que salí de quinto de primaria" – excusó el pelirrojo con dignidad – "No estoy apunto de irme al torneo nacional juvenil ni nada por el estilo como otras personas".

-"Eso dices, pero son puros pretextos" – rió Taichi, arrebatándole el balón con su larga pierna morena.

-"De cualquier manera me encontré contigo por pura casualidad, no tenía pensado ayudarte a entrenar".

-"¡Cierto, ibas, ehhh… ¿A dónde ibas?"

-"A la tienda de electrónica" – recordó Koushiro. –"Pero de cualquier forma los contactos no me urgían, los compraré mañana.

-"Ahh…" – balbució Taichi, su mente estaba en otro mundo.

-"Mañana te vas al torneo de fútbol ¿No es así?" – preguntó Koushiro – "Al menos tienes algo que hacer durante el verano, yo… prácticamente no haré nada".

-"Qué curioso, Koushiro, jeje… generalmente el que gasta tiempo inservible soy yo. Ahora estaré ocupado, también los demás muchachos, ¿supiste que Yamato y Takeru siempre sí se fueron a Francia durante el verano, Hikari me mostró una fotografía que le mandaron por Internet, ¡si vieras esa fotol, sale esa hermosura de niña".

-"Te refieres a Catherine, la niña elegida de Francia" – precisó Koushiro, sonriendo en tono de burla – "Taichi, ¿y si los rubios te la quitan?"

-"Bahh, teniendo a Sora a mi lado, ¿acaso importan las otras chicas?" – rió Taichi. – "Veré a Sora en Osaka, el campeonato de Tenis también será ahí".

Koushiro desvió su negra mirada hacia la avenida de asfalto, una bola de pelos que huía de algo y se le atravesaba a los carros llamó su atención: se trataba de un gato. Era un gato de color café con beige.

-"¡Taichi!" – gritó de repente Hikari, desde el otro lado de la acera –"Haz algo hermano, ¡es que Miko se escapa…!".

Después de escuchar a su hermana, Taichi dirigió su mirada a la calle, apenas iba viendo a la bola peluda de su gato cuando un autobús público le tapó la visión. Taichi y Koushiro se acercaron más a la banqueta, pero en esos momentos se escuchó un maullido ahogado, agudo y desesperante, seguido por el rechinar de unas llantas.

Nadie se detuvo, los carros siguieron pasando.

-"¡¡MIKOOOO!" – gritó Hikari, llevándose las manos a la boca.

Taichi y Koushiro sólo pudieron ver una mancha de sangre en la avenida.

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-"Ya llegué mamá" – saludó Koushiro al entrar a su casa.

Su madre, quien estaba en la sala viendo la televisión, volteó la mirada hacia su chico y le sonrió.

-"Bienvenido, hijo" – respondió la señora, alzando una taza de té –"¿Quieres un poco de té verde?"

-"Ahora no, gracias".

Koushiro frunció ligeramente las cejas mientras se quitaba los zapatos para ordenarlos en la entrada.

-"¿Pasó algo, Kou?" – preguntó la señora Izumi. – "¿No ibas a la tienda de electrónica?"

-"Me encontré con Taichi en el camino y me entretuve, iré mañana".

-"Ah, ¿viste a Taichi, pero hijo, siempre llegas animado cuando ves a tus amigos".

-"Lo que pasa es que sucedió un imprevisto lamentable" – admitió el pelirrojo, con un pequeño estremecimiento –"Atropellaron al gato de Hikari".

-"Dios mío, pobre niña" – dijo la señora Izumi –"¿Cómo está el gatito?"

-"Desgraciadamente murió" – respondió el Izumi, evitó decirle a su mamá que el felino prácticamente había quedado despedazado.

-"Qué pena" – susurró la madre.

-"Sí, qué pena… según me dijo Taichi, Miko había sido mascota de ellos desde que Hikari era muy pequeña… ya era un gato viejo".

-"Con más razón seguro lo extrañará Hikari, ¿no crees?".

-"Pues no lo sé, mamá" – expresó Koushiro –", nunca he tenido una mascota".

Koushiro hizo ademán de retirarse, pero la señora Izumi lo detuvo con suavidad de la camiseta.

-"¿Cómo está tu amiguita Hikari?"

-"Muy triste" – se limitó a decir el ojinegro.

-"Oye hijo, ¿y no vas a tratar de animarla?" – preguntó con seriedad la señora Izumi – "Ella es tu amiga".

-"¿Qué podría hacer yo, mamá?"

-"Prepararé un almuerzo y se lo llevarás de obsequio, ¿verdad que es una buena idea?".

-"Pero mamá…" – protestó Koushiro, tragando saliva, sintiéndose incómodo, colorado, ¿por qué tenía él la misión de consolar a Hikari, él no era un chico que se prestara para eso.

-"Oh vamos hijo, en ocasiones debemos de animar a los amigos con una buena comida".

Koushiro asintió porque con su madre nunca discutía, de nuevo repitió el gesto de su retirada y se encerró en su cuarto.

Flash Back

-"¡Miko, ay no hermano, ¿qué voy a hacer?" Taichi abrazó a su hermana, le bloqueó la vista.

-"No quiero que veas esto Hikari, vámonos de aquí".

-"¡Lo han atropellado, mi pobre Miko…"

Recogí el balón de Taichi, por unos instantes miré nuevamente la marca roja que había sido Miko, el panorama era hasta cierto punto estremecedor.

Caminé hacia donde estaban los Yagami y me sentí fuera de lugar, oí el llanto de Hikari que se culpaba por la muerte del gato.

Por supuesto, no era culpa de Hikari, pero ella así lo sentía. Taichi siguió abrazándola y prohibiéndole ver el cadáver, yo estuve con ellos un rato, luego Taichi me dijo:

-"Koushiro, llevaré a Hikari a casa".

-"¡Hermano, déjame buscar al autobús que le hizo eso a Miko!".

-"¿De qué serviría, Hikari?" – cuestionó Taichi –"Fue un accidente, Miko se atravesó, el camión no pudo parar".

Hikari enjugó lágrimas otra vez, en realidad me recorrió un escalofrío porque nunca antes la había visto llorar con tanta intensidad.

-"De acuerdo Taichi, lleva a tu hermana a casa, yo… regresaré a la mía, seguro mamá necesita de mi ayuda para la cena" –opté por decir –"Me llevo tu balón… te lo devuelvo mañana, ¿qué dices?".

Taichi asintió, me di la vuelta.

-"Oye… Hikari" – dije, porque a ella no le había dicho nada.

Mi amiga alzó su cabeza, vi sus ojos rojos e hinchados.

-"… en verdad lamento lo de Miko"

Fin de Flash Back

Koushiro cerró los ojos, se acomodó en la almohada, tras bostezar con lentitud varias veces, se fue adormilando. La imagen de los ojos rojos de Hikari le causó un amargo suspiro, la mancha escarlata de Miko lo intranquilizó por el resto del día.

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El chico se sacudió la camiseta varias veces para desparramar el agua que accidentalmente había caído en su vestimenta por el chispear de la lluvia. Koushiro suspiró "Menos mal que fue sólo agua" reflexionó mientras balanceaba en su cabeza un almuerzo coquetamente ordenado y pulcro.

Izumi agarró el almuerzo con su mano izquierda, con la derecha tocó el timbre.

Estaba nervioso, no sabía porqué. A lo mejor era porque su madre lo había obligado a regalarle un almuerzo a Hikari para animarla, eso le daba vergüenza, después de todo, ¿acaso le importaba a Hikari ser animada por él, Koushiro podía imaginar el cariño disponible para las mascotas, comprendía que Hikari debía estar triste, pero ¿qué tenía que ver él en todo eso?

Bufó de impaciencia, le dio por pensar que no había nadie en casa.

Cuando estaba a punto de darse la vuelta para regresar (algo que él tenía ganas de hacer para no dar ningún regalo) la puerta de los Yagami se abrió.

-"Hola Koushiro" – saludó tenuemente Hikari.

Koushiro volteó hacia ella con rapidez, con sus piernas y un ágil movimiento hizo que se elevara el balón que también llevaba consigo.

-"Buenas tardes, Hikari" – contestó el pelirrojo.

-"Mi hermano me dijo que vendrías a dejarle el balón" – recordó Hikari, entrecerrando los ojos –"Esta mañana llamó Daisuke para decirle que el torneo se iba a adelantar un día, entonces mi hermano y los demás tuvieron que partir más temprano… él me dijo que te despidiera".

-"Ya veo" – respondió Koushiro.

Hikari estiró el brazo para que Koushiro depositara el balón, pero cuando lo hizo sucedió otra cosa, Koushiro le dio un almuerzo.

-"¿Eh?" – tuvo como respuesta Hikari.

-"Es para ti" – dijo Koushiro, mirando hacia el techo gris del edificio -. "Es un pequeño almuerzo que hizo mi madre… es… para que estés mejor por lo de tu… mascota".

-"Gracias".

-"De nada".

-"Oye, ¿gustas pasar para que lo comamos juntos?" – preguntó Hikari.

-"No quiero importunar"

-"No importunas, al contrario… mamá, papá y Taichi no están… y sin Miko me siento algo sola en casa".

Koushiro asintió, caminó con sigilo por el apartamento de su amiga, tratando de ser prudente. La verdad era que Koushiro no sabía como reaccionar cuando sabía que las personas tenían un problema. Se sentaron en una barra de metal, Hikari trajo palillos.

-"Toma" – ofreció.

-"Gracias" – Koushiro tomó los palillos y abrió el almuerzo, que lucía exquisito.

-"Voy a extrañar mucho a Miko" – dijo de pronto Hikari –". Pero estaré bien".

-"Claro que estarás bien, Hikari. Tú siempre has sido una persona fuerte en esos aspectos… o al menos eso me pareces".

Hikari rió con menos amargura, a Koushiro le pareció que estaba menos pálida que la tarde pasada.

-"¿Sabías que es la segunda vez que me ofreces de tu comida?"

-"¿Ah sí?"

Flash Back

Ocurrió hace algún tiempo, justo en la Navidad que viajamos por todo el mundo para calmar la crisis del Digimundo… en esa ocasión Koushiro Izumi fue mi compañero de aventuras.

Visitamos Hong Kong, de hecho tuvimos la oportunidad de viajar por varias partes de China, porque la crisis se había extendido hasta la frontera entre ese país e India. Fue divertido, aunque hubo momentos en los que me sentí algo agobiada por la situación, y claro, por unos chicos que se comportaron extraños conmigo.

-"Terminamos" – dijo Koushiro, estaba enviando un e-mail a los demás para decirles que habíamos cumplido con nuestra parte – "Aunque parece Hikari, que los demás aún están ocupados".

-"Podemos dar otra vuelta por Hong Kong" – propuse mientras me ponía el suéter. – "Es temprano y el día está hermoso".

-"También podemos llamar a esos tres chicos elegidos de China que son hermanos, parece que les simpatizaste mucho… incluso podrían darnos un tour por ahí".

-"Ay no, ¿cómo crees?" – protesté, la verdad no era la primera vez que Koushiro se ponía gracioso de repente, a veces no sabía qué clase de bicho le picaba a mi amigo.

-"Era broma" – aseguró – "Comprendo que te pondría en una situación, ehhh, incómoda".

Se sentó en el pavimento, llamó a Tentomon y éste le dio un almuerzo.

-"¿Tienes hambre, Hikari?... mamá hizo este almuerzo para después de la misión. Me dará mucho gusto compartirlo contigo".

Me senté junto a él en la banqueta bulliciosa de Hong Kong, y la verdad, no recuerdo haber disfrutado tanto un almuerzo como aquél día.

Fin de Flash back

-"¿No recuerdas, fue hace mucho, cuando fuimos a Hong Kong".

-"Es verdad" – recordó el pelirrojo – "Pero en aquella ocasión yo te di de mi almuerzo, en cambio esta vez tú me das del tuyo".

Hikari asintió, ambos siguieron comiendo durante los siguientes minutos sin usar la boca para palabrear.

-"¡Estuvo delicioso!" – dijo Hikari al terminar su banquete -. "Tienes que felicitar a tu mamá, Koushiro".

-"Se lo diré" – prometió el muchacho. Cuando chocó su mirada con la de su amiga sintió un vuelco extraño en su interior.

-"¿A dónde irás de veraneo?".

-"No voy a salir esta vez, ¿qué me dices tú?"

-"Tampoco, pensaba en quedarme en casa y descansar" – contestó la chica –"Pero ahora me arrepiento, debí haber ido a Kyoto con Miyako".

-"La mística ciudad de Kyoto…"

-"Si hubiera ido a lo mejor Miko estuviera con vida" – lagrimó la castaña, Koushiro bajó la cabeza apenado, ya que al parecer sus esfuerzos por animar a Hikari habían sido insuficientes. –"Es que lo extraño mucho, no puedo evitarlo… Miko había estado conmigo desde que era pequeña, era especial para mí, sé que es sólo un animalito y que no debo… ay, no sé, Taichi dice que me comprende, pero él no lloró por Miko".

Hikari escondió la cabeza, sintió frío. Tenía ganas de sentir un abrazo, a veces dar un abrazo reducía la tristeza de esos días nublados y con relámpagos en el interior.

-"Bueno… Taichi… él ya tiene otra perspectiva de estas situaciones" – analizó Koushiro –"Además Hikari, tu vínculo con los gatos siempre ha sido especial, ¿a que sí, no sólo está el hecho de que Miko fue tu gato desde siempre, también está Gatomon".

Hikari levantó su rostro. Otra vez Koushiro vio los ojos hinchados y llorosos, no le gustó volver a verlos así.

-"No llores, Hikari".

Hikari se levantó de la barra y caminó hasta Koushiro, le tomó la mano para poner de pie al pelirrojo, quien estaba varios centímetros más alto que ella.

Koushiro no perdió detalle de la mano de Hikari, ¿por qué era capaz de ver la pálida mano y no sus ojos tristes, no lo sabía.

La niña lo atrajo hacia ella, lo rodeó dulcemente por la espalda, acomodó su rostro empapado en los hombros de él. Hikari necesitaba un abrazo, Hikari había querido darle un abrazo a Koushiro.

El chico quedó inmóvil, con sus mismos brazos atrapados en el abrazo de Hikari. Se sintió torpe, pero en su pecho el corazón se desembocó de enternecimiento. La sensación que experimentaba le entumía la piel, le afinaba el olfato, le suavizaba los nervios hasta mecerlos en algo.

Un abrazo puede ser un bello consuelo.

-"Me has ayudado mucho hoy, Koushiro".

Izumi asintió, Hikari se fue separando.

-"Este verano, nos podremos acompañar mutuamente, ¿verdad, Koushiro?"

-"…sí".

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Quitó la clave de la cadena de seguridad que protegía a su bicicleta, montó presuroso y aseguró una caja en el canasto trasero de su vehículo de dos llantas.

-"Se me hizo tarde" – expresó Koushiro un poco exasperado, mientras pedaleaba con todas sus fuerzas para el parque, en donde tenía una cita con una amiga – ", aunque espero haya valido la pena".

El chico avanzó presto pero prudente por unos atajos, y finalmente se adentró al diminuto bosque que había que cruzar para encontrarse con Hikari.

Habían pasado dos semanas desde la muerte de Miko, en todo ese tiempo Hikari y Koushiro se habían estado frecuentando. En ocasiones él visitaba a la Yagami y le ayudaba a editar álbumes digitales de fotografías, cuando iban a casa de Koushiro se dedicaban a pasear por ahí o a platicar con la señora Izumi. Esa tarde habían quedado de verse en el parque para ir al cine.

-"Koushiro, no vas tarde" – saludó Hikari – "vengo atrás de ti"

-"¿Hikari?"

Por voltear a ver a Hikari el joven perdió el balance, se le salió la cadena a la bicicleta, y terminó volcándose entre la hojarasca; rodó hasta estrellarse en un tronco muerto, ya sin hojas.

-"¡Oh, Koushiro!" – Hikari frenó abruptamente, de un brinco llegó hasta su amigo, quien parecía haber perdido el conocimiento.

Se hincó a su lado, le levantó medio cuerpo para zarandearlo con cuidado. El crepúsculo estaba dando cabida a un cielo cálido, la brisa vespertina acercaba cada vez más las nubes. Hikari fue viendo que la piel de Kou se iba llenando de luces cálidas por el atardecer, le pareció lindo, sintió un leve temblor en su ser.

-"¿Hikari, ¿qué pasó?" – preguntó Izumi en cuanto abrió los negros botones redondos que tenía como ojos.

-"Pues…".

Koushiro se sacudió la cabeza, en cuanto pareció despejado dio un salto para ponerse de pie, parecía acongojado.

-"¡La caja!" – caminó con presteza hacia la canasta de su bicicleta, en donde había una caja de mediano tamaño y con pequeños orificios.

-"¿La caja?".

El chico no respondió, con ambas manos tomó el cubo de cartón, luego comenzó a revisarlo con escrutinio, quería cerciorarse de que todo estuviera bien. Hikari en cambio notó que algo no iba como siempre, ¿por qué Koushiro estaba tan preocupado por el contenido de esa caja, no lo sabía, pero desde ese momento le pareció intrigante.

-"¿Qué traes ahí, Koushiro?" – preguntó la niña, con una sonrisa traviesa.

-"Ehh… nada" – se apresuró a responder.

Hikari notó un ligero sonrojo en su amigo, ella sonrió ampliamente, y por primera vez en su vida, usó un tono de voz coqueto con Koushiro Izumi.

-"¿Es un regalo para mí?" – cuestionó al azar, sin pensar en la posibilidad.

El pelirrojo retrocedió, tragó saliva, desvió la mirada para ver el cielo, movió su pie una y otra vez en el suelo, ocultó la caja tras su espalda, sonrió con nerviosismo.

-"¿Qué dices, Hikari?"

-"¿Es un regalo?"

-"¿Por qué tendría que ser un obsequio?"

-"Porque cuidas mucho la caja".

-"Podría ser un encargo de mi madre…"

-"Sí, podría, ¿lo es?" – cuestionó Hikari, acercándose cada vez más.

Koushiro suspiró inconforme, como si acabara de perder en un juego de video o hubiera sido descubierto en el escondite; sus casi quince años se volvieron en esos segundos un volado al viento con la posibilidad de dos caras.

-"Oye Hikari" – comenzó a decir, todavía con sus manos aferradas a la caja – "Tengo que decirte algo: yo no quiero… suplantar a nadie… porque… las personas tienen sus afectos por siempre en su corazón… es sólo…" – en vez de seguir hablando, puso el regalo enfrente de la chica, su ademán había sido torpe, pero Hikari consideraba que adorable.

-"¿Entonces sí era para mí?" – Koushiro asintió, Hikari tomó el presente –". Muchas gracias, no debiste molestarte".

La caja dio un vuelco como si estuviera viva, el pulso de la menor Yagami adquirió arritmia.

-"… ¿Qué es esto?".

Con movimientos algo ansiosos, pero en el fondo precavidos, Hikari abrió la caja, observó su contenido, pero no dijo nada. Koushiro miró esa reacción y dio un paso hacia atrás.

-"Hikari… yo no quise, bueno ¡sí quise!" – Expresó, algo nervioso – "La intención no es que nadie tome el lugar de nadie… es sólo, es sólo que yo quise ser el que te regalara tu tercer gato".

Hikari quedó en silencio, Koushiro levantó su bicicleta y se retiró trotando, guiando a la bici con los pies.

Hikari siguió callada, ni siquiera hacía el mes desde que había perdido a Miko. La chica observó detalladamente a un pequeño y tranquilo minino que se acurrucaba en la caja, era un gato color mandarina, con ojos como castañuelas. La lengüita del felino estaba de fuera, el minino se lamía las patitas una y otra vez, su mirada era dulce, penetrante, inocente.

-"Mi tercer gato" – dijo Hikari de manera queda.

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Un rato atrás había estado columpiándose muy alto, ahora el vuelo del columpio era casi nulo, sólo permanecía sentado, arrastrando los pies con la poca viada que quedaba.

Koushiro se sentía un idiota en esos instantes, estaba ahí, ante la luna sonriente de la noche, sus pensamientos se volaban como el alcohol, pero adentro sentía una inquietud alarmante. No sabía si eran remordimientos por haberle hecho ese regalo a Hikari, o si se trataba de un malestar personal por no haber salido con ella como era debido. Koushiro no lo entendía, esas cosas distaban de la lógica muchas veces.

Cerca de él, su bicicleta sucia esperaba la partida a casa, pero al parecer el hijo de los Izumi no tenía ganas de moverse.

"Miauhuuu" escuchó el joven, eran tiernos maullidos los que se oían, iban uno tras otro, pero Koushiro no les prestaba atención.

-"Arggg, soy un estúpido" – bufó Izumi.

"Miauhuuu" "Miauuhu"

El sonido del gato se había incrementado, Koushiro miró hacia arriba, y en esos momentos alguien le colocó un gatito entre sus cabellos rojizos.

-"¿Ehh?"

-"Hola, Koushiro" – saludó Hikari, inclinándose hasta el oído izquierdo de Koushiro – "¿Quieres que te cuente un secreto?"

Flash back

Aquél día, tan lejano como mi octavo aniversario, él me dijo un secreto y me sentí importante. Me pidió un favor, lo recuerdo muy bien. Al oído murmuró con una entonación muy formal unas elocuentes palabras que me permitieron sentirme útil.

-"Oye, Hikari, ¿podrías hacer sonar tu silbato, con tu ayuda le podremos ayudar a Whamon a encontrar la salida por medio del sonido".

En esos momentos no había entendido su plan, pero después de haber silbado observé lo que él hacía con tanta concentración… ¡su idea se había convertido en un éxito!... junto a la ballena digital y a mis amigos superamos esa aventura marina, encontramos la salida de ese laberinto de océano.

Fin de Flash back

-"¿Un secreto?"

-"Sí" – sonrió Hikari, hablando con dulzura cerca del oído del pelirrojo.

-"Dime…".

-"Me encanta que hayas sido tú quien me haya dado a mi tercer gato" – Hikari rió, no se separó de Koushiro, sólo habló más alto –"Tú fuiste quien me dijo que mi vínculo con los gatos era especial, ¿no, y estoy segura de que a Gatomon le gustaría conocer a este pequeño".

-"Hikari…"

-"¡Se llamará Furoske!".

-"¿Quién?"

-"¿Cómo que quién, ¡pues el gatito, ¿tan distraído eres?"

Hikari se separó súbitamente de Koushiro, pero en un impulso se acercó de nueva cuenta y le besó la mejilla.

-"Vayámonos a casa Furoske" – la chica tomó al gatito en sus manos, corrió hacia su bicicleta y montó en ella. –"¡Hasta luego, Koushiro!"

La chica se retiró a vuelta de ruedas, Koushiro no la siguió con la mirada… vio hacia el firmamento, parpadeó, abrió su boca con lentitud.

-"¿Furoske?"

Fin

Podría decirse que este fue un comienzo de Koukari… no creo que queden en esta página muchas personas que gusten de esta pareja, pero a decir verdad a mí me encanta, si Kari-chan no tuviera a Takeru, me gustaría que estuviera con Izzy… hay poca interacción de ellos dos en la serie, pero me parece genial cuando van juntos a Hong Kong nn… de cualquier forma este fic es más que nada sobre la amistad y lo escribí porque me sentí fatal cuando perdí a mi primer mascota y me hubiera gustado tener a alguien a mi lado que me consolara… y bueno, si no publicaba este fic, se iba a quedar abandonado para siempre en mi computadora como muchos escritos que no me he decidido a publicar.

Gracias por leer, espero sus comentarios de este fic viejito!

CieloCriss

P.D. En cuanto al nombre del tercer gato, pues me lo sugirió una amiga ), no tengo idea de qué signifique, pero me gustó después de todo.