Hola a todos.
Esta es la versión re-editada del fic con la ayuda de Galadan. Gracias a sus sugerencias y aportaciones, he cambiado el título ya que creemos que quedara mucho mejor. La historia la continuaremos desarrollando en conjunto.
Este es un universo alterno donde no existe la magia y que no está relacionado con la trama original de MSLN; aunque la trama se desarrolla en un mundo tecnológicamente más avanzado que no es la tierra (cualquier parecido es pura coincidencia) y que hemos decidido llamar Rigel, para fines genéricos, simplemente por la referencia a las dos lunas que vimos en Midchilda en StrikersS.
El escenario principal es la Ciudad de Midchilda, donde la Agente Especial Enforcer Fate Testarossa Harlaown, investiga crímenes violentos de diferente índole para la TSAB. Debido a la importancia de un caso en particular, a ella junto con su equipo, le asignan la investigación del caso de un presunto asesino en serie. Fate tiene un pasado trágico (como en la serie) y durante la cacería de este asesino, Fate se enfrentara con los fantasmas de su pasado, tendrá que reconocer lo que es verdaderamente importante para ella y tendrá que tomar decisiones de vida o muerte.
En esta historia veremos a muchos personajes de la serie y aunque está centrada en Fate, pues desde luego también Nanoha y Hayate tendrán un papel fundamental. Dado que a Galadan y a mi nos encanta la pareja de Signum y Shamal también les daremos un espacio por aquí.
Notas de Utilidad: Para este fic tuve que reajustar un poco los nombres de las agencias, asi que estas referencias les serán de utilidad
TSAB: Tactical and Strategic Bureau Authority, por sus siglas en inglés y como será conocida en esta historia y en la traducción al inglés, Autoridad Federal de Táctica y Estrategia. Esta agencia está vinculada con las fuerzas armadas pero descentralizada por lo cual cuenta con autonomía de acción. En términos prácticos, hemos convertido a TSAB en una combinación de lo que serían el US FBI y CIA (ciertamente una combinación interesante)
División Táctica de TSAB: Una de las tres ramas principales de TSAB, a cargo del Almirante Gil Graham. Las otras dos son las de son las de Inteligencia y el comité de Enlace con las Fuerzas Armadas.
Subdivisión de Terrorismo y Armas de Destrucción Masiva de la División Táctica: A cargo del Almirante Clyde Harlaown (Si en este fic, el padre de Chrono vive)
Subdivisión de Unidades Especiales: A cargo de la Almirante Lindy Harlaown. Tiene bajo su cargo 9 unidades para operaciones especiales de investigación, inteligencia y contrainteligencia. Aunque son 9 unidades, en este fic es muy probable que solo interactúen la 6 y la 9.
Sección 6: Unidad táctica Especializada en Crímenes Violentos de diversas índoles asi como incidentes que afecten la seguridad civil. Esta unidad esta 100% enfocada en la protección de la sociedad civil y está a cargo de la misma, la Coronel Hayate Yagami.
Sección 9: Unidad táctica de Operaciones. Esta unidad está enfocada 100% a operaciones "especiales" (por no decir clandestinas). Todo lo que se NO puede hacer por medios "políticamente correctos" se hace mediante esta unidad. Asi mismo, es la que se encargada de manejar los incidentes con nivel de clasificación ULTRASECRETO y que por ello, tienen relación con las fuerzas armadas. A cargo de la misma está nuestro "amigo" el General Regius Gaiz.
ADVERTENCIA: Este fic es Fate-Nanoha principalmente y está clasificado M, por contenidos fuertes y/o violentos, escenas íntimas de carácter sexual entre dos mujeres, (y que no solamente serán Fate y Nanoha por cierto) asi como otros contenidos sexuales. Si este tipo de contenido, no es de su agrado, por favor no lo lean.
DISCLAIMER: Los personajes de Magical Girl Lyrical Nanoha no me pertenecen y son propiedad de sus respectivos autores.
El Legado por Aleksei Volken
CAPITULO 1. El comienzo, no siempre es el principio.
Light is the left hand of darkness
and darkness the right hand of light.
Two are one, life and death, lying
together like lovers in kemmer,
like hands joined together,
like the end and the way
La luz es la mano izquierda de la oscuridad
y la oscuridad la mano derecha de la luz.
Dos son uno, vida y muerte, yaciendo
juntos como amantes en el kemmer,
como manos estrechadas,
como el final y el camino
Suburbios de la Ciudad de Midchilda. Día 12 del Doceavo mes. 22:00 horas.
"Muy pocas cosas en la vida me duelen tanto como el sufrimiento de los que no pueden defenderse."
"Un animalito abandonado a su suerte, un animal salvaje cazado para satisfacer un ego arrogante; una mujer abusada por un marido que ha jurado protegerla pero, especialmente… un niño que se cruza involuntariamente en el camino de un monstruo."
Con el cuerpo tenso, los puños apretados y la mirada endurecida, la Enforcer Fate Testarossa Harlaown, líder de la División Internacional de Crímenes Violentos de la División Táctica de TSAB, se obligaba a mantenerse en pie en medio del horror de la última escena del crimen a la que había sido convocada.
Hacia solo unos minutos, sus segundos al mando se habían llevado a la única sobreviviente de la masacre que estaba a su alrededor. Aunque de momento, no sabían que tenían entre manos, Fate estaba segura de una cosa, era terrible. El departamento de policía de la región los había llamado debido a la magnitud de la tragedia frente a ellos, debido a la existencia de esa pequeña sobreviviente y especialmente, por la zona donde se había producido la tragedia. Todavía estaban verificando las identidades de la familia, pero sean quienes fueran, vivían en una zona de la ciudad reservada para las personas influyentes de los altos niveles de gobierno. Ese caso iba a ser un clavo ardiente para quien sea que estuviera a cargo y esa, era ahora Fate, o mejor dicho su jefa, la Coronel Hayate Yagami.
Fuera quien fuera el responsable de lo que estaba a su alrededor, seguramente no contaba con haber dejado vivo a un testigo potencial.
Fate recorría el espacio en que se encontraba lentamente con la mirada, tratando de enfocarse en lo que ese espacio había sido. La estancia era tradicional de las casas familiares en Midchilda, el área común por excelencia donde la familia se reunía después de un día de trabajo o estudio para convivir, cenar, jugar, hacer cosas triviales con seguir las noticias del día, los deberes escolares o pasar el tiempo con los amigos. Era muy amplia, con grandes ventanales mirando hacia el norte cubiertos por eficientes persianas automatizadas y los últimos adelantos tecnológicos para hacer la vida fácil y segura a sus habitantes; los colores cálidos de las paredes y el escaso pero cuidado mobiliario hablaban de sencillez y calidez. La familia se sentía cómoda en ese espacio, se sentían seguros, cobijados, se sentían en confianza.
Ese era el lugar que el asesino había escogido para su actuación. Y se había tomado su tiempo. Fate estaba segura de eso pese a que los peritos forenses estaban todavía trabajando en silencio y con eficiencia a su alrededor. Todavía era muy pronto para saber quién había muerto primero pero en ese momento había cuatro cuerpos sin vida distribuidos de una forma que definitivamente no dejaba nada al azar, hablaba de una cuidadosa preparación y una ejecución implacable.
Un hombre adulto, despojado casi del ochenta por ciento de la piel de su cuerpo con precisión quirúrgica estaba literalmente colgado en forma crucifijo en la parte norte la estancia, frente al gran ventanal. Fluidos sanguinolentos todavía escurrían desde la parte superior de su cuerpo para gotear tímidamente hasta el charco a sus pies donde el resto de su sangre se coagulaba.
Directamente frente a el, en el extremo sur de la estancia, una mujer, presumiblemente la esposa del hombre; con las manos atadas a la espalda y fuertemente amordazada, había sido empalada utilizando un sofisticado poste metálico de poco más de metro y medio anclado al piso con pernos de construcción pesada. Fate nunca había visto algo como eso, el asesino tenía que haberlo construido ex profeso para ese fin. Salvo las marcas de las ligaduras en las muñecas y en la boca, la piel de la mujer estaba inmaculada.
En los extremos este y oeste de la estancia, desnudos y dolorosamente amarrados sentados en sillas idénticas, dos jóvenes adolescentes que Fate calculaba que no debían tener más de trece años y que debían ser los hijos mellizos de la pareja, habían sido asesinados de un solo profundo tajo en la garganta. El corte había sido tan profundo que la cabeza de ambos jóvenes colgaba hacia atrás en un ángulo infame que hacía que Fate casi volviera el estómago. La sangre alrededor de ellos se había extendido sobre el piso, manando de las terribles heridas y manchando las paredes y el piso.
Fate se estaba esforzando al máximo para mantenerse fría y serena en medio de esa locura; durante sus años de experiencia en crímenes violentos y especialmente en casos de homicidios seriales, había desarrollado la técnica de tratar de ver el espacio como era antes del crimen y después sobreponer la imagen de cualquier horror que hubiese sido cometido, pero nunca se había enfrentado a algo como esto. Los esfuerzos de sus subalternos Vice y Alto tratando de prepararla para lo que vería fueron en vano. Poder analizar una escena como esa era fundamental para el éxito futuro de la investigación, Fate lo sabía pero se encontraba atrapada tratando de asimilar lo que había pasado ahí, de absorber la magnitud del hecho, de registrar la mayor cantidad de detalles que después le servirían para armar este caso con su equipo y al mismo tiempo, trataba de sobreponerse a la mezcla de emociones en su interior.
Sin quererlo, su mente regresaba una y otra vez a la pequeña cabecita rubia que Shamal se había llevado en brazos hacía poco rato. La niña estaba viva pero completamente en shock. Fate hizo un último esfuerzo racional para centrarse en el trabajo que tenía que hacer ahí, haciendo notas mentales sobre lo que quería preguntarle a Shamal acerca de la pequeña. Independientemente de los sentimientos de Fate, la niña sería fundamental para la investigación.
Las luces de la habitación estaban ahora encendidas, pero cuando Fate llegó después del mensaje urgente de Alto, la habitación todavía se encontraba como la había visto el primer oficial que llegó y que empezó la cadena de llamadas, subiendo y subiendo de rango hasta llegar a la jefa de Fate. La habitación estaba a oscuras, solamente iluminada por la luz de las dos lunas llenas de Midchilda y unas cuantas lámparas incandescentes flotantes a la mínima intensidad, estratégicamente colocadas. Tal como se usarían en una cena íntima durante un encuentro de enamorados.
Una vez que supero el shock de entrar por primera vez a esa estancia, Fate convocó con una llamada urgente a todo su equipo. Ahora todos ellos estaban desplegados por toda la casa haciendo diversas actividades en conjunto con el departamento de policía local.
Fate sintió más que ver una sigilosa presencia enfundada en un uniforme negro muy similar suyo, detenerse a prudente distancia de ella, esperando. Todo su equipo sabía que no debían interrumpirla en esos momentos. Girándose, Fate encaró la mirada dura de Signum, líder de la división Wolkenritter dentro de la escuadra de investigaciones que ella comandaba. No había necesidad de explicaciones y palabras innecesarias entre ellas, aunque Signum tenía solo dos años trabajando directamente para Fate era la persona de mayor confianza para ella y sin duda, quien mejor la conocía.
-Los técnicos han terminado su trabajo, Fate. Están listos para levantar la escena cuando lo indiques -.
Sin moverse del lugar en el que se encontraba, Fate dio sus indicaciones.
-Que salgan todos, apaguen las luces como estaban cuando llegamos y denme unos minutos más -.
Signum ya estaba volteándose para seguir las instrucciones de su comandante cuando la voz de Fate la detuvo.
-Signum… ¿Shamal ha informado algo respecto a la niña?-
Signum arqueo una ceja con ligera sorpresa. No fue la pregunta de Fate, sino el tono con el que la hizo lo que llamó su atención.
-Sí, se comunicó conmigo hace un par de minutos. Está en las instalaciones de investigación y medicina de la agencia, le aplicó unos sedantes y le está haciendo exámenes ahora mismo. Todo parece indicar que físicamente, está ilesa -.
Fate no hizo más preguntas y volvió a su examen de la escena, mientras Signum se alejaba para cumplir sus indicaciones.
No habían pasado ni dos minutos cuando la habitación estaba nuevamente en silencio, a oscuras solo con las pequeñas lámparas encendidas a los lados de cada uno de los cuerpos.
Fate camino hasta quedar frente a cada uno de ellos, volteándose para ver lo que cada uno había visto antes de morir. Con un escalofrío en la espalda, empezó a imaginarse lo que dirían el informe de la autopsia de los cuerpos y conforme iba entendiendo, pese a sus años de experiencia, sintió la presión de una garra de acero apretándole el corazón. Realmente iban a enfrentarse a un monstruo.
Cuando salió a la calle, ya todo su equipo estaba reunido esperándola. El aire era muy frío, ya que era el principio de la temporada invernal en Midchilda, pero para Fate fue refrescante, se sentía afiebrada después de estar en esa estancia. Acomodando su melena rubia detrás de su oreja, se acercó a su equipo. Dos hombres, uno de ellos muy alto y tres mujeres la esperaban, enfundados en sus uniformes negros. Los demás técnicos y agentes de policía, sabían perfectamente quienes eran y se mantenían a respetuosa distancia.
-Indícales que ya pueden proceder Signum -.
Un breve gesto con la cabeza fue la estoica respuesta de su segunda al mando, sin embargo no se movió para seguir las instrucciones como lo haría habitualmente.
-¿Falta algo?- preguntó Fate intrigada.
- Mientras estabas haciendo la última revisión de la estancia, Zafira encontró algo que deberías ver -.
Fate recorrió a todos con la mirada. Sea lo que fuera, evidentemente todos ya lo habían visto. Alto, Vice y la joven más joven integrante del equipo, Lucino Liilie se veían serios y con la mirada sombría.
-Por aquí –indicó la voz profunda de Zafira, encabezando la marcha de vuelta a la casa.
Fate notó que Signum se unía a la marcha pero Alto, Vice y Lucino, se quedaban esperando en el mismo lugar.
Zafira entró a la casa y sin pasar por la estancia siguió directamente hasta las escaleras, subiendo a las habitaciones del segundo nivel que Fate todavía no había visto. Nada en el resto de la casa indicaba la vejación que había sufrido la familia que vivía en ella. Todo estaba perfectamente inmaculado, a excepción del olor a sangre que se extendía ya por todos los espacios.
Nada más de entrar la habitación detrás de Zafira, Fate supo que se trataba de la habitación de una niña. Las paredes estaban pintadas de blanco con detalles en azul claro y rosa, y aunque la decoración y el mobiliario eran sencillos como el resto de la casa, había muchos juguetes y modelos a escala, delicadamente distribuidos, y varias fotos enmarcadas.
Zafira fue directo al closet, lo abrió de par en par y se hizo a un lado para que Fate mirara.
Fate se quedó paralizada. El closet estaba completamente vacío, y un mensaje estaba escrito con sangre en la pared blanca del fondo, donde algunas de las letras se veían con más relieve que las demás. Le tomó unos segundos a Fate entender porque. Su respiración se aceleró y su corazón latía desbocado. El mensaje era para ella.
"YO LA DEJE VIVIR… FATE".
Su nombre no estaba escrito con sangre como originalmente había pensado, sino con tiras de piel ensangrentada. Por eso se veían esas letras con más relieve que las otras.
-No estamos seguros de que se refiera a ti, – dijo Signum como si leyera la mente de Fate. –Puede tener muchos significados.-
Pese a que Fate reconocía que Signum tenía razón y conforme pasaban los segundos se sentía más en control de sus emociones, todavía un escalofrío recorría su espalda solo de ver su nombre escrito con piel humana.
-¿Los técnicos forenses ya estuvieron en este cuarto?- logró decir con voz controlada pero tensa.
-No todavía. Zafira me lo mostró poco antes de que salieras-.
-Necesitamos que hagan una revisión mucho más exhaustiva ahora. De toda la casa, con extremo detalle, sin dejar ningún rincón fuera. Esto hecha por tierra la idea de que el asesino pudiera no saber de la niña.
-Aparentemente,- fue la escueta repuesta de Signum. Ella prefería estar 100% segura de las cosas y eso, solo sería posible cuando estuviera frente a frente con él.
Normalmente Fate coincidiría totalmente con ella, pero esta vez su instinto le decía que era mucho más grave que cualquier cosa que hubieran tenido entre manos antes.
-Yo iré con los muchachos a la oficina para empezar a ordenar lo que tenemos hasta el momento. Tú y Zafira quédense para supervisar las cosas aquí y tengan extremo cuidado con la información de este cuarto. No podemos evitar que la noticia del asesinato sea publicado pero de este cuarto, nadie debe enterarse.-
Signum y Zafira asintieron. Era el procedimiento normal, pero en este caso sería todavía más crucial.
-Reunámonos cuando terminen. Tal vez Shamal ya tenga algo también respecto a la niña – Fate había dado sus instrucciones finales dando la espalda al closet abierto y al aterrador mensaje. Necesitaba recuperar la totalidad de su control y ver las cosas con claridad.
-Ese es otro punto que tenemos que mencionarte Fate.- dijo Signum con voz serena.
Zafira tomó con mano enguantada una de las muchas fotos que estaban distribuidas por la habitación y se la tendió a Fate. Era una foto familiar. Fate pudo reconocer al hombre, a la mujer y a los adolescentes en la foto.
-La niña que se llevó Shamal no es la que aparece en las fotos de este cuarto- terminó Signum.
La información finalmente encajó en la mente de Fate. La niña que Shamal se había llevado era rubia. Eso había sido lo que más había conmocionado a Fate desde el principio. La niña era rubia como ella y por el estado en el que se encontraba; tal vez había visto el infierno, como lo había visto Fate cuando tenía casi su misma edad.
La niña que miraba sonriente a Fate desde la fotografía tenía el cabello rosa violáceo, de un tomo muy similar al de su madre. Los chicos y el padre tenían el cabello rojo. Fate miró hacía las demás fotos. En ninguna aparecía una niña rubia.
Fate apretó los dientes y se endureció, alimentándose de la rabia que crecía en su interior.
-Avísenme cuando hayan terminado aquí y estén en camino para la oficina.- dijo mientras salía de la habitación.
Era casi medianoche y Signum y Zafira se miraron sabiendo que iba a ser una noche todavía muy larga.
Suburbio Habitacional de la Universidad Rigeliana de Midchilda. 24:00 hrs.
Tres jóvenes se reían alegremente mientras caminaban entre las calles arboladas hacía el piso que compartían cerca de la universidad. El enorme complejo universitario de Midchilda donde estaban todos los edificios educativos y las áreas de investigación, había promovido el crecimiento de un área urbana aledaña donde vivían muchos de los académicos y los investigadores. Aunque era demasiado caro para los estudiantes que por lo general vivían en los dormitorios universitarios mientras duraban sus estudios o en viviendas arrendadas mucho más lejos de la universidad; ese grupo de amigas en particular, se las había apañado para convencer a sus padres durante su último año y juntando la ayuda de sus padres junto con el ingreso de sus primeros trabajos, lograron rentar un espacio amplio para las tres.
Ahora, todas unas académicas e investigadoras de la universidad, ya no necesitaban ayuda para seguirlo rentando aunque tenían otros problemas. Como sus padres, que decían que ya eran lo suficientemente mayores y autosuficientes económicamente para vivir solas, es decir cada una por su lado; ser responsables y quizá incluso sentar cabeza casándose y formando una familia; pero ellas a sus 28 años, seguían perfectamente felices tal como estaban y de momento, no veían razón alguna para cambiar. Vivian en una zona privilegiada, en un edificio hasta lujoso se podría decir y gracias a que juntaban sus ingresos, podían hasta vivir holgadamente sin que les faltara nada. Podían hacer exactamente lo que les viniera en gana, cuando les viniera la gana y sin darle razón a nadie. Era realmente el paraíso para una mujer joven e independiente.
Sus padres sin embargo, no dejaban de insistir y ese era el tópico de conversación mientras caminaban, sin prisas pese al frio incipiente a su alrededor.
- … y entonces Nanoha, PARECE que tu papá ha estado platicando mucho con el mío últimamente!- decía la joven rubia que había hablado durante los últimos diez minutos de corrido mientras le picaba el hombro a su amiga pelirroja como si le reclamara.
-Mou, Alisa-chan…eso no es justo. ¡Yo te podría reclamar lo mismo!- se defendió mientras fingía ofenderse – ¿que no fue tu papá el ultimo que nos dio el sermón de la responsabilidad y la edad adulta?-
Ese día los padres de Nanoha las habían invitado a cenar a su negocio, el restaurante Midoriya que había empezado como una modesta cafería cercana a la escuela elemental donde asistieron y se conocieron desde pequeñas hacía más de 15 años, y que ahora era un respetado y reconocido establecimiento de comida gourmet internacional.
-Hay que reconocer que los padres de Nanoha-chan son los más considerados, Alisa-chan. Ellos no tratan de presionarnos para que" hagamos algo con nuestras vidas" ya, ya, ya – intervino conciliadora la morena del grupo.
-¿Entonces esa pregunta de si ya teníamos una relación seria con alguien que era, Suzuka?- inquirió la rubia suspicaz.
- Bueno, Alisa-chan eso es un poco culpa tuya. Hablas de un chico diferente cada vez que te ven- dijo Nanoha con mirada pícara.
-¡Eso es porque hay que estar segura del elegido!, Ya sabes lo que dicen, ¿no? Hay que besar muchos sapos para encontrar al príncipe.- se defendió Alisa.
-Bueno, pues yo prefiero encontrar a mi príncipe dentro de mí misma especie- contraatacó Nanoha mientras rebuscaba en su bolsa el control de la puerta de seguridad de su edificio.
-¡Hey, pues no parece que te esfuerces mucho! - Alisa acompaño ahora su reclamo con un golpe ligero pero más fuerte que el anterior - El nuevo director de la Biblioteca Infinita de la Universidad ha hecho varios intentos fallidos de acercarse a ti y en buena medida han sido fallidos gracias a ti.-
-Ahh…no otra vez, Alisa-chan. ¡Ya te he dicho que Yunno-kun y yo somos amigos solamente! Recuerden que…- Alisa ya conocía la explicación y no la dejó terminar.
-Sí, sí, sí, ya sabemos, fue nuestro compañerito unos meses durante la escuela elemental, hace muuuchos años. ¡Que coincidencia!...- y haciendo una pausa dramática, Alisa agregó en tono aún más fuerte- ¿Y eso qué demonios importa para que lo encames ahora!
-¡Alisa! – tanto Nanoha como Suzuka voltearon, golpeando a su amiga por hacer semejantes comentarios casi gritando a todo pulmón a media calle. Y como solía sucederles a veces, se quedaron ahí argumentando como niñas a mitad de la calle pese a que en realidad eran respetadas catedráticas e investigadoras de la universidad Rigeliana.
Hasta que una voz masculina interrumpió su discusión.
-Buenas noches señoritas, parece que están un poco solas por aquí, pero nosotros les podemos ayudar-.
Las tres amigas se dieron cuenta hasta entonces de que cuatro jóvenes se habían acercado a ellas mientras hablaban. También se dieron cuenta en ese momento que los muchachos y ellas, eran las únicas personas en los alrededores en ese momento. Las calles, aunque iluminadas, estaban totalmente solitarias. Durante el regreso se les había hecho más tarde de lo habitual y aunque era una zona muy segura, algo en la actitud de ellos era amenazante y Nanoha apretó levemente el control de la puerta; estaban a poco más de cincuenta metros de su casa.
-Pues estas equivocado, porque no necesitamos ayuda con nada. – respondió Alisa en tono seco y sin inmutarse.
-Vamos, la noche es joven y se ve que ustedes quieren divertirse, nosotros queremos divertirnos… ¡Todos nos divertimos! – El más audaz de ellos seguía hablando mientras todos se acercaban un poco más, sonriendo. –Así que para empezar, ¿cómo se llaman bellezas?-
Alisa estaba parada un poco al frente de sus amigas, con Nanoha y Suzuka flanqueándola. Las dos se mantenían serenas, pensando si quizá debían empezar a llamar a seguridad de la zona o si eso solo empeoraría las cosas con esos muchachos tarados.
-Eso no es algo que sea de tu incumbencia. Dejen de molestar ya.-
Y habiendo dicho eso, Alisa se dio la vuelta, indicando a sus amigas el camino hacia su casa. Sin embargo eso no fue suficiente para ellos, los chicos rápidamente se interpusieron en su camino cerrándoles el paso y acercándose aún más a ellas que antes. Aunque seguramente eran más jóvenes que ellas, eran más altos y lucían fuertes. No parecían delincuentes, sino chicos estúpidos sin mucho que hacer, buscando problemas. Tal vez, incluso eran incluso alumnos de nuevo ingreso de la universidad.
-¡Vamos, vamos! No sean aburridas,- siguió insistiendo el líder, pero ahora sus compañeros intervinieron también envalentonados, preguntándoles sus nombres y ofreciendo ir a otro lugar para hablar y conocerse mejor.
-¡No pueden rechazarnos así sin conocernos! Eso sería totalmente injusto. Sentémonos un poco hablemos y verán que la van a pasar de lo más bien.-
Las chicas solo esperaron un poco sin responder a ninguna de las proposiciones de los chicos, mirándolos fijamente con enojo hasta que finalmente se estos se callaron.
-La respuesta es no a todo. Ahora si no quieres que llamemos a la policía para reportarlos, dejen de estorbar el paso y mejor aún, dejen de molestarnos.- Alisa estaba con los brazos cruzados en el pecho en actitud desafiante.
Los chicos se rieron estruendosamente. – ¿Si?-
Nanoha trató de intervenir, ya que al parecer la actitud desafiante de Alisa no las estaba ayudando a salir del aprieto.
-Escuchen chicos, esto es realmente muy desagradable. Su actitud es bastante irrespetuosa y ofensiva. No sé si sean estudiantes de la universidad o no, pero lo mejor es que lo dejen ya. -
El líder del grupo, aunque había estado argumentando con Alisa, no había quitado el ojo de Nanoha durante todo el rato y aprovechó la oportunidad para dirigirse ahora a ella.
-Eres muy linda y tienes una voz preciosa, porque no hablamos de algo más agradable para que veas lo equivocada que estas,- y extendiendo la mano trató de tocar el rizo de cabello rojo que caía por la mejilla de Nanoha, quien empezaba a alejarse para evitar el contacto cuando vio la mano invasiva ser atrapada en el aire por un puño enguantado de negro.
La sorpresa se dibujó en las caras de los cuatro chicos mientras miraban a quien los había interrumpido. Al igual que ellos cayeron sobre el grupo de chicas desprevenidas, sobre ellos habían caído tres figuras vestidas de negro y que ahora los miraban fija y seriamente sin decir palabra.
El líder del grupo, miraba alternativamente con la boca abierta de su mano suspendida en el aire a la mujer rubia que la tenía firmemente sostenida. Una mujer rubia incluso un poco más alta que él y a sus imponentes compañeros igualmente vestidos de negro e impresionantemente altos.
Lo siguiente que escucharon fue la voz de la mencionada mujer dando instrucciones mientras le colocaba esposas de restricción de movimientos tan rápidamente que no pudo ni siquiera resistirse.
-Vice, Alto… arresten a los otros. - La mirada de la rubia era implacable. Sus subalternos la miraron con un poco de sorpresa al principio pero se apresuraron a seguir sus instrucciones mientras los chicos trataban infructuosamente de defenderse. –Y llamen a la policía local para que se los lleven.-
En menos de un minuto, los cuatro estaban sentados en la acera totalmente intimidados bajo la mirada severa del Sargento primero Vice Granscenic, quien les estaba indicando porque los habían restringido y que procedería cuando la policía llegara.
Fate, quien hasta el momento no había hablado con las tres jóvenes, las miró preguntando en un tono un poco más cordial pero todavía con seriedad, - ¿Están todas bien?-
-¡Por supuesto! Gracias por el apoyo pero teníamos la situación perfectamente bajo control. – Se apresuró a decir Alisa confiadamente.
-¡Alisa! No otra vez…- dijo Suzuka, asestándole un codazo a su imprudente amiga para que se callara de una vez. -Muchas gracias Agente, la verdad es que se estaba poniendo muy incómodo. Es muy raro que cosas así pasen por aquí y no sabíamos si llamar a la policía,- explicó Suzuka haciendo una breve inclinación de cabeza hacía Fate agradeciéndole por su ayuda.
- Siempre deben considerar llamar a la policía, y sería conveniente que no aceptaran alargar esas conversaciones con extraños a mitad de la noche en una calle desierta,- les dijo Fate seriamente, -Nunca se sabe que puede pasar.-
Mientras Fate hablaba, Nanoha quien hasta el momento no había dicho nada, la miraba intrigada. Era obvio que ellos no eran policías, la chica había reconocido el uniforme de la TSAB. No sabía que ellos también podían hacer arrestos en casos como ese, ella estaba segura que su competencia era únicamente federal.
- Eh, como decía, si, muchas gracias pero no es necesario que nos regañe a nosotras también agente. – a Alisa le molestaba un poco el tono de reproche de la rubia. Está bien, si les habían ayudado un poco pero tampoco era para tanto.
-Alisa-chan, yo creo que ellos no son policías. Son de la TSAB,- dijo Nanoha por fin, mirando a Fate.
En ese momento, Alto interrumpió pidiéndole a Fate un minuto para hablar con ella. Llevándosela un poco aparte, para que las chicas no escucharan le informó sus preocupaciones.
-Disculpa Fate, entiendo que hayas querido intervenir, pero no podemos extralimitarnos. Nosotros no podemos arrestar a estos chicos. Vice les está dando un susto y yo llame a nuestros amigos en la estación de policía y afortunadamente nuestros amigos Nakajima están de guardia hoy y vendrán a echarnos una mano, pero la verdad es que estos chicos todavía no habían hecho nada.-
- ¿Entonces debíamos esperar hasta tener una escena como la de dónde venimos, Alto? - La mirada de Fate era dura y había un dolor velado ensombreciendo sus ojos carmesí. Las dos mujeres se miraron en silencio un par de segundos. Hasta que Fate finalmente, suspiró y tranquilizó a su subalterna.
-Entiendo a qué te refieres Alto, tal vez es solo que hoy estoy menos tolerante. Démonos prisa, no contaba con esta interrupción y tenemos que llegar a la oficina lo más pronto posible.- Fate se veía menos tensa después de ponerse de acuerdo con Alto sobre lo que harían cuando sus amigos policías llegaran y fue a reunirse nuevamente con las chicas.
-Entonces… ¿ya nos podemos ir agente? La verdad es que ya es muy tarde y se ve que ustedes ya tienen todo bajo control.-
Fate miró a la rubia descarada mientras sus amigas la reñían por dirigirse a ella de esa forma. Esa chica debía ser realmente problemática.
-¿Su casa está muy lejos?- inquirió Fate. Lo que menos quería es que se metieran en más líos.
-Es el edificio es esta ahí adelante, agente. Ya estábamos por llegar cuando esos chicos nos abordaron.- le informó Suzuka tratando de tranquilizarla.
Pese a la cercanía, Fate ofreció caminar con ellas mientras Vice y Alto esperaban con los chicos por la policía. El tramo fue realmente rápido, asi que Fate les explicó rápidamente que no podrían arrestar a los jóvenes pero que les darían una amonestación y que de todas maneras tuvieran mucho cuidado y siempre, llamaran a la policía. Especialmente si esos chicos en particular, volvían a molestarlas.
Bajo la luz de la entrada del lujoso edificio, Nanoha pudo por fin, ver con más claridad los rasgos de la rubia agente. Los rasgos de su cara eran finos pero firmes, cincelados, pero lo que más la impacto fueron sus ojos, de un profundo color carmesí con un dejo de tristeza que de alguna forma entristeció un poco a Nanoha y se la quedó mirando sin decir una palabra.
Fate notando la mirada de la pelirroja, carraspeo un poco y se despidió de ellas rápidamente para ir a reunirse con su equipo. Suzuka y Alisa entraron rápidamente a su edificio pero Nanoha se quedó mirando hacia la figura de la rubia que se alejaba hasta que se percató que sus amigas la miraban a su vez.
-¿Entras o vas a pedirle el teléfono?- la molestó Alisa.
-¡Oh Alisa-chan! ¿Y a que viene eso por cierto?- la pelirroja protestó entrando a su vez y siguiendo a sus amigas al ascensor.
-Pues te la quedaste viendo embobada hace un rato,- añadió Alisa bastante perspicaz.
-Pues la agente es realmente bonita,- terció Suzuka – Y es muy alta.-
- Pero tenía una mirada triste, - dijo Nanoha mas para ella que para sus amigas, aunque eso no importó para que Alisa expresará su opinión.
-Pues eso no le ha ayudado mucho a Yunno que se diga…-
-Ya Alisa-chan. Deja el asunto de Yunno por la paz, eso fue lo que nos metió en este lío para empezar, si no hubiéramos estado discutiendo tontamente en la calle…- Nanoha se quedó callada de pronto.
-¿Qué?- preguntaron sus amigas al unísono, mientras llegaban a su piso y el ascensor se abría para darles y los detectores de movimiento encendían las luces y los demás sensores inteligentes de la vivienda.
Nanoha caminó hasta el gran ventanal que miraba había la entrada principal del edificio. Desde el quinto piso, todavía se podía ver al grupo de personas y la figura de Fate encaminándose hacia ellos.
-Pensaba que no le preguntamos su nombre.- dijo Nanoha sin voltear a ver a sus amigas, con la mirada fija en la figura en movimiento de Fate, pensando porque tendría ese velo de tristeza en la mirada.
Mientras caminaba con paso firme y sin voltear atrás, Fate notaba a su vez que se había sonrojado un poco. La chica pelirroja de ojos azules la había mirado fijamente antes de despedirse, como si pudiera ver a través de ella. Muy pocas personas podían ver a la persona que Fate realmente era, y que esa completa desconocida le transmitiera ese sentimiento, la desconcertaba.
Cuando Fate llegó al grupo, Lucino se había bajado del auto y se había reunido también con ellos ya que los oficiales de policía Tiida Lanster y Ginga Nakajima habían llegado y estaban también dándoles un buen regaño a los chicos.
Antes de dar la indicación a su equipo para partir, se acercó nuevamente a los chicos sentados en la acera. El oficial Tiida Lanster quien los estaba amonestando severamente en esos momentos guardo silencio frente a Fate.
Fate miro fijamente al líder, el que había estado a punto de tocar a la pelirroja, diciéndole –Espero que tengas el sentido común para no volver a molestarlas a ellas o a alguna otra chica nunca más en tu vida. Reza porque ellas en particular, ni siquiera se tropiecen en la calle porque si escucho la más mínima queja de su parte, voy a ir por ti y no te va a gustar nada, lo que te va a pasar.-
Tiida, Ginga y los miembros del equipo de Fate hicieron su mejor esfuerzo para controlar su asombro. Fate acababa de amenazar con la mano en la cintura y con toda naturalidad a un ciudadano.
-¿Me exprese con claridad?-
El chico solo atinó a asentir nerviosamente con la cabeza, totalmente encogido sobre sí mismo antes la dureza de la mirada de Fate.
Después de eso, y de asegurar a sus amigos policías que pronto se verían para ponerse al día, los dejaron para ir a sus oficinas, hacía donde se dirigían para iniciar las investigaciones sobre el terrible asesinato cuando se toparon con el grupo de chicos y chicas a media calle y decidieron quedarse un poco para ver qué pasaba realmente.
-Qué bueno que insististe en que nos quedáramos Fate, esos chicos podrían haberse puesto violentos y quizá las chicas lo habrían pasado mal.- Lucino quien era muy joven, se había preocupado por las chicas desde el primer momento que las vieron.
- Si, es mejor evitar los incidentes antes que pasen,- la breve distracción había alejado su mente de la escena terrible que habían presenciado durante unos minutos, pero ahora que iban camino a la oficina, la cabeza de Fate estaba 100% concentrada en lo que tenían que hacer. Una familia había muerto. Una pequeña niña había sobrevivido. ¿Había sido realmente por la voluntad del asesino? ¿Por qué? Había muchas más preguntas que respuestas como siempre que tenían que enfrentarse a un caso difícil, pero ahora había una pregunta que inquietaba a Fate más que ninguna otra, ¿era realmente su nombre el que estaba escrito en la pared del closet? Y si era así, ¿por qué?
-Aunque hay algunos incidentes terribles que no pueden evitarse, Lucino.- decía Fate mientras miraba hacia las calles vacías y oscuras por la ventana del auto,- se acercan a nosotros como una tormenta o como la oscuridad en medio del océano. No hay nada que podemos hacer para evitarlos.
Vice, quien conducía ahora el auto en lugar de Lucino, apretó el volante. Él sabía porque Fate estaba de ese ánimo sombrío. –Vamos a atrapar a ese bastardo, Fate.-
Esa hubiera sido tradicionalmente la línea de Fate, aunque con otro sustantivo. Aunque agradecía el esfuerzo de Vice, tendrían que hacer mucho más que solo darse ánimos mutuamente.
-Tenemos que hacerlo Vice, o muchas personas más, van a morir.-
Gracias a todos.
