Tokyo, una de las ciudades mas pobladas del mundo se ve azotada por una fuerte tormenta, los faroles alumbran las calles que de momento se encuentran semi vacías, los noticieros recalcan a las personas permanecer en un lugar seguro debido a los vientos que recorrían las aceras y avenidas con fuerza, y las nubes amenazan con indiferencia descargar sus torrenciales lluvias.
Sin embargo a pesar del terrible clima que se suscitaba en las afueras, dentro de un departamento en un elegante edificio situado en una popular avenida, una pelinegra de ojos violetas penetrantes sostenía el teléfono preocupadamente y una voz apenas audible proveniente del dispositivo repetía las mismas palabras que hace ya una hora llevaba escuchando "la persona con la que desea comunicarse no está disponible en estos momentos, por favor deje su mensaje después del tono" aquella voz comenzaba a irritarle, pero de nada servía seguir intentando llamar cuando sabes que aquella seria la respuesta que escucharías una y otra vez.
-donde se ha metido – decía mientras fruncía el ceño y emitía un suspiro.
La conocía bastante bien, llevaba mucho tiempo viviendo con ella, sabia en que dedicaba sus horas libres y también su horario de trabajo, sin embargo solía llegar algunos días tarde a casa debido a reuniones que le surgían después de su jornada laboral, si, ella siempre fue así, no cambio mucho desde sus días de preparatoria, aún era alegre, despistada y honesta.
-Mei, ya …llegue – el sonido de una puerta cerrarse y aquella voz tan familiar la sacaron de sus pensamientos.
-Bienvenida Yuzu – respondió la pelinegra cruzando los brazos esperando que aquella rubia entrara en el living.
Ahora se sentía un poco más tranquila al saber que aquella chica con la que vivía había llegado bien a casa, pero el enojo que sentía hacia ella era ya otra historia, tenía innumerables sensaciones en todo su cuerpo, pero lo que más sentía era definitivamente mucho enojo.
-¿Tienes idea el tiempo que llevo esperando que llegues a casa? – pregunto de la forma más calmada que pudo.
No hubo respuesta instantánea, esperaba que aquella rubia se excusara de alguna manera, pero no fue así, al verla detenidamente se percató de varias cosas, la primera que su ropa estaba completamente empapada, la segunda que se apoyaba en la pared como si estuviera evitando caerse, y la tercera que fue el detonante de lo que vendría a ser el motivo de discusión fue el olor a alcohol.
-Estuviste bebiendo – reclamo – ¡estuviste divirtiéndote mientras yo estúpidamente trataba de comunicarme contigo!
-Bueno… veras, el celular se apagó y no tuve el tiempo de botarlo… - se detuvo a pensar en su frase un momento - …digo, no tuve tiempo de cargarlo, sí, eso.
-¿Dónde estuviste todas estas horas?, ¿con quienes te encontrabas?, son más las tres de la mañana!
-¿las tres? …éramos más de tres, estaba Harumin, sempai, también se encontraba Matsuri y Nene… asi que….
-Dije que eran las tres de la mañana, NO QUE ERAN TRES PERSONAS! – al darse cuenta de haber levantado la voz, tomo un profundo respiro. – estas ebria, vete a dormir y lo solucionaremos mañana.
-No me encuentro ebria – atino a decir la de ojos verdes – podemos hablar…justo ahora.
-si eso quieres, entonces responde ¿Por qué no me avisaste que llegarías tan tarde?.
-fue algo que se dio en último momento, no veía a las chicas hace mucho….entonces solo paso.
-¿solo paso?, pesaba que te había sucedido algo debido al clima allá afuera, y tú me dices que ¿"solo paso"?
Un trueno retumba en la ciudad y el sonido llena la habitación completamente, las ventanas tiemblan un poco, y las luces parpadean por unos breves segundos.
-Mira Mei…yo…
-solo cállate
-si me dejaras..
-cállate!
Un dolor agudo comenzó a sentirse en la parte posterior de la cabeza de Mei y también en la parte frontal, eso se debía a la Migraña que padecía, no había sufrido de esos dolores hace ya mucho tiempo y solo se hacían presentes en situaciones muy particulares debido a una subida en la presión, una preocupación o un arranque de ira, curiosamente las tres cosas estaban pasando aquella noche.
Como ella era una persona diligente y preparada tenia pastillas para contrarrestar aquel dolor que a cada minuto se hacia mas fuerte, la mirada de sus ojos violetas penetraron los ojos verdes de su pareja y al cabo de unos segundos giró dándole la espalda para dirigirse a su habitación.
-¿estas bien? – pregunto Yuzu al ver como Mei abría la puerta con una mano mientras que con la otra agarraba su cabeza, sin embargo no recibió respuesta alguna.
-si quieres te puedo….
-Yuzu – Le corto la pelinegra – toma una ducha, seca tu ropa y descansa en la otra habitación - su tono era frio al hablar.
-¿en la otra habitación?, quiero acompañarte.
-y yo quiero dormir sola – suspiro – asi pasan las cosas.
-… como quieras
Esa fue la respuesta final, la rubia se dirigió a una habitación, por su parte Mei cerraba la puerta detrás suyo, se apresuró a tomar la pastilla mientras se dirigía hacia la ventana, el cielo poseía un color naranja y la lluvia no pensaba parar, o al menos, no pararía aquella noche.
-Lo bueno es que esta en casa – susurro levemente mientras tocaba sus labios.
Yuzu siempre solía besarla después de llegar del trabajo y también lo hacía antes de irse a dormir, pero hoy fue diferente, en vez de besos solo hubo pelea y ahora ella se encontraba en una amplia cama sola con un dolor increíble de cabeza, se sentia muy extraño volver a dormir de esa manera, era obvio que le faltaba alguien, era obvio que extrañaba el calor de las chica de ojos verdes.
"quizá fue muy dura con ella" pensaba, y entonces otra punzada se hizo presente "mañana hablare con ella mas cómodamente"….otra punzada taladraba su cabeza… "si, eso será lo mejor", ese fue el ultimo pensamiento antes de desmayarse debido al insoportable dolor.
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El tiempo que tomo a Mei despertarse fueron mas de unas cuantas horas, al abrir los ojos aquel terrible dolor había desaparecido, fijo su mirada en el techo y miles de pensamientos rondaban por su cabeza, cuando logro ordenar todas aquellas ideas se dispuso levantarse y hablar con la que era su novia pero cuando quiso ponerse en pie sintió una mano rodeando su cintura, "a pesar que le dije que quería dormir sola ella no me hizo caso" se dijo a si misma.
Sin embargo cuando sujeto aquella mano un miedo indescriptible la recorrió completamente, esa no era la mano de Yuzu….no, esa no era la mano de una mujer, un grito se hizo presente haciendo que la otra persona junto a ella despertara rápidamente, Mei se retiro de aquella cama quedando justo apoyada contra la pared, mantener la distancia era lo mas importante para ella.
-¿que sucedió? – pregunto aquella grave y desconocida voz aun cubierta por una sabana.
-¿quien eres? – apenas y logro articular esas palabras, no entendía nada de lo que pasaba. – llamare a la policía.
-¿la policía?, que estas diciendo, ¿tuviste un mal sueño? – pregunto de nuevo esa voz.
Aquella persona retiro la sabana que la cubría dando paso a un joven agraciado de cabellos rubios, Mei se quedo sin palabras, podría reconocer esos ojos verdes donde fuera que vaya, esa era la mirada de Yuzu, su novia, pero no era ella a quien tenia en frente, era un hombre delgado, la cual lo miraba con extrañez.
-¿estas bien Mei? – decía el mientras se ponía en pie y emitía un bostezo– gritaste y me alarmaste – sonrió.
-¿Dónde está Yuzu? – fue lo primero que pregunto la ojivioleta.
-lo tienes en frente – respondió tranquilamente – no entiendo que te sucede Mei.
El comenzó a acercarse hasta quedar justo en frente, era mas alto que ella, pero tenia el mismo porte y modo de andar de la Yuzu que ella conocía, el mismo cabello, la misma sonrisa radiante y sobre todo la misma mirada
-creo que ya no estas con fiebre – menciono mientras colocaba su mano sobre la frente de Mei – ayer estabas ardiendo.
-¿Ayer? – pregunto.
-bueno, ayer tuvimos una discusión, a pesar que me botaste me preocupe por ti y entre a escondidas, cuando te vi estabas sudando mucho debido a la fiebre, con esfuerzo pudiste tomar una pastilla que te di y al parecer te cayo muy bien ya que no tienes fiebre.
No entendía nada de lo que pasaba, pero estaba segura de que el hombre que tenia en frente era la Yuzu que ella conocía, tras pensarlo y pensarlo infinitas veces llego a la conclusión de que se trataba de un sueño, un loco y desquiciado sueño producto de la migraña.
-preparare el desayuno – dijo el mientras se dirigía a la cocina no sin antes abrazar a Mei.
El tamaño de sus cuerpos eran diferentes, no era la misma sensación a la que ella estaba acostumbrada, los brazos que la rodeaban eran fuertes y toscos muy diferentes a los de la Yuzu que ella conocía, pero la calidez era la misma.
-lamento la discusión de ayer – decía Yuzu, aun no podía acostumbrarse a esa voz. – prometo avisarte cuando llegue tarde.
-….. descuida – fue lo único que respondió.
Al separarse, el rubio se dirigió a la cocina y Mei lo siguió, miraba con atención los detalles de la casa y no cabía duda que nada había cambiado, todo seguía igual que ayer, pero las fotos eran diferentes, si bien eran los mismos lugares que visitaron y eran las mismas poses que hicieron al momento de tomarse la fotografía…. Un chico ocupaba el lugar de Yuzu.
-no me siento cómoda – susurro levemente.
-por cierto Mei – hablaba la versión masculina de su novia – invite a Matsu, Haru, y a Momo a almorzar, espero que no haya problema.
Seguramente Matsu equivalía a "Matsuri", Haru a "Harumin" y Momo a "Momokino", analizaba Mei.
-supongo que no hay problema – respondió.
Se dirigió a su habitación y reviso su celular, solo habían fotos de ella y Yuzu, pero NO era su pareja, no era la chica de la que estaba enamorada, no era nada como ella.
-¿que se supone que deba hacer hasta que despierte? – se preguntaba levemente… a veces dudaba que era un sueño, que había cruzado a otra dimensión, pero esa idea era absurda asi que la descarto rápidamente – no, definitivamente es un sueño.
Al revisar los contactos telefónicos dos nombres en particular la sorprendieron por completo al grado de dejar caer su teléfono, uno de ellos ponía ABUELA, definitivamente, este era un sueño de locos.
…..CONTINUARA
Espero les haya gustado, será un fic corto, no olviden comentar
