"Significados y expectativas"
Por: Haro Kzoids
Advertencia: Beyblade y sus personajes no me pertenecen… (Para mi mala suerte) y aunque no busco lucro debo decir que esta historia sí me pertenece.
Dedicada a Sky-D…
N/A: Algunas claves, cosa que normalmente no he hecho, pero considero que ahora es necesario… por cualquier cosa.
― "Normal" ― es diálogo normal.
― "Itálica" ― Es para diálogos en otro idioma.
- 'Itálica'- pensamientos.
'Itálica' énfasis en algo.
Capítulo I
"Realmente no importaba"
Una chica de cabello corto y ojos brillantes caminaba presurosa por las calles de la ciudad. Vestía una falda corta de lona, zapatos de tacón bajo y una blusa estilo top con una chaquetilla que hacía juego. Un bolsito redondo con correa, se balanceaba gracioso y guardaba dentro tres pases para ver un espectáculo marino y su billetera con suficiente dinero para el cine y quizá una merienda aún si invitara medio ejército.
Pese a que sonreía una nube de tristeza velaba sus ojos cafés. Su madre había tenido que salir de la ciudad y no estaría ese día para celebrar su cumpleaños. Ella volvería hasta muy tarde. Por ser una cuestión de trabajo no podía llevarla y así se lo dijo. La chica aceptó con tristeza la situación. Fue entonces cuando le entregó los boletos y un poco más de dinero por si quería invitar a alguien más.
Se detuvo frente a una construcción conocida, una puerta de madera y sobre los muros tejas. Adentro un conocido dojo. Tocó pero nadie contestó, ver con detenimiento se dio cuenta de un cartelito:
Lamentamos la molestia. Abriremos mañana. Atte. Familia Kinomiya.
― "Genial" ― murmuró Hillary mientras suspiraba ― "Tendré que pasar mi cumpleaños sola".
-ooo-
Sola. Solitaria. Era una palabra que se le hacía dolorosamente familiar. Nunca había tenido amigos hasta que conoció a los Bladebreakers. Si bien, conocía a Tyson (un dolor de muelas… antes y… ahora de vez en cuando) y a Kenny de la escuela fueron simplemente conocidos, compañeros de clase. Por su condición de 'mandona' no era muy querida en la escuela, muchos la miraba rara, otros se sentían intimidados, otros (a sus espaldas) con burla y el resto… la trataba de ignorar.
Sin embargo, desde que los conoció (Tyson y Kenny) en una situación extraña, porque ser secuestrado por unos locos y todo por un tonto juego de trompos, no había sido una forma común de hacer amistad, su vida se había vuelto animada, quizá nunca tuviera la atención que siempre atraía Tyson, la inteligencia de Kenny, la simpatía de Ray, la alegría de Max, la inquietud agradable de Daichí o esa personalidad tan… ¿extraña? ¿Fuerte? pero inquietante de Kai.
Pero era la triste realidad… sin ellos se sentía sola. Ni siquiera se atrevía a llamar a sus compañeras de salón. Quizá si hubiera sido día de escuela no se sentiría así, sus compañeros de escuela la hubieran felicitado y dado un poco de atención (si alguno se hubiera recordado).
Ahora se encontraba refugiada (por no decir escondida) en una banca solitaria del parque. No quería irse a su casa ahora que su mamá estaba fuera… no quería estar sola. Un nuevo suspiro salió de su garganta y se abrazó a sus piernas ahora cubiertas por su chaquetita. Las lágrimas se acumularon en sus ojos cuando sonó su móvil.
― "Diga…"
― "Hola Hillary mi cielo, Feliz cumpleaños"
― "Ah… hola abuelita"
― "Tu mamá llamó diciéndome que estaría fuera de la ciudad… Hill, querida ¿Te encuentras bien?"
― "Si abuela, descuida"
― "¿Segura? Te noto algo triste"
La chica tapó la bocina antes de respirar profundamente y esbozar una sonrisa forzada como si la anciana pudiera verla ― "Claro que sí. Me gustó tu regalo, el conjunto es precioso"
― "Gracias, aquí en confianza tu abuelo pensaba que era muy… (susurró)… coqueto. Ya sabes, eso de faldas cortas"
― "No, está perfecto, además te agradezco el dinero"
― "¿Vas a comprar algo o a salir con tus amigos?"
― "Oh… pensaba ir con mis amigos a una función marina, mi mamá me regaló unos boletos y dinero por si querían ir otros"
― "¿Pensabas? ¿Acaso no quisieron salir contigo?"
― "N-no, solamente que… están ocupados"
― "Hillary"
― "En serio abuelita, estoy bien" ― escuchó algunos murmullos ― "¿Es el abuelo?"
― "…estás diciendo que tus amigos no quieren salir contigo"
― "No abuelo, no es eso. Solamente no estaban disponibles el día de hoy. No miento abuelito. Si les hubiera dicho antes te aseguro que habríamos celebrado mi cumpleaños y tenido fiesta…"
― "Querrás decir que no se acordaron"
Los labios de Hillary temblaron, quizá hubieron roto a llorar pero los regaños de su abuela a su abuelo (por su dura sinceridad) le dieron tiempo para reponerse.
―"Ay abuelito, pero si hasta a ti se te ha olvidado el aniversario de bodas, ¿Recuerdas cuando llegamos con mamá hace un año y te habías ido a pescar?"
― "Eh… bueno… ya sabes con la edad…"
La chica y el anciano rieron cada uno por su lado.
― "Estoy bien, en serio"
― "Pero…"
― "Ay… tengo una llamada en la otra línea, es de uno de ellos"
― "De acuerdo, trata de pasarla bien ¿Si? Y que pases un feliz día"
― "Gracias abuelito, cuídense"
Suspiró con tristeza… había mentido. Nadie llamaba… nadie excepto su mamá y ellos que recordaron que hoy era su cumpleaños.
En eso repicó su móvil… ― "sin número" ― dijo en voz alta.
― "Diga"
― "Hill, habla Ray…. Dis…culpa si es tan aprisa hay un tiem…po malísimo y la señal es… …no podía irme a la al…dea sin an…tes dese…ar…te fe…liz cum…pl… a… ños"
Si era la voz del dueño del Tigre Blanco, algo apresurada y entrecortada, pero era él y al parecer no se hacía escuchar bien porque gritaba.
― "Oh ¡Gracias Ray por acordarte!"
― ¡Solo deseo que la pases bien! Y…"
Antes que pudiera decir algo la llamada se cortó. Ella empezó a reír mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Mitad tristeza, mitad alegría. Alguien más se acordó de ella. Ahora, no podía contenerlas. Era como un dique al que le abren las compuertas…
― "Toma" ― dijo mientras una mano le extendía un pañuelo.
La voz ronca que escuchó le paralizó… Parpadeó para aclarar su visión. …Esa voz era inconfundible, aún así la persona que estaba frente a ella… elevó la cabeza. Esos ojos rojos, la pálida piel y esa cabellera de dos tonalidades… era Kai. Algo diferente sin sus marcas azules y con una vestimenta que aunque no variaba mucho en estilo, era más oscura; una chaqueta manga larga sin accesorios metálicos. Tampoco llevaba sus guantes, pero si su bufanda.
― "¿K-Kai?"
No respondió.
― "Gracias" ― dijo ella mientras se limpiaba las lágrimas ― "¿Qué haces aquí?"
― "Es un lugar público"
Ella abrió los ojos… nunca andaba Kai sin sus marcas… entonces… tragó saliva con dificultad pensando en una posibilidad… ― "¿O-oíste…todo?"
― "Si"
La chica bajó la cabeza, avergonzada.
― "Si no querías estar sola para este día, debiste decirlo hacer tres días"
― "No pensé que fuera necesario" ― dijo mientras apretaba el pañuelo.
― "¿Te crees tan importante para que todo mundo se recuerde de tu cumpleaños?"
Auch… eso debió dolerle mucho. Y fue así porque levantó la mirada llena de enojo y con la boca fruncida.
― "¡Son mis amigos! Además, ¡Tú nunca nos has dicho cuando es el tuyo!"
Kai solo se encogió de hombros ― "Uno: si son tus amigos no les impongas esa obligación, porque no lo es. Y Dos: Porque no es de su incumbencia"
Ella le miró como si quisiera matarlo. Quizá a Tyson hubiera atemorizado, pero no era el caso de Kai. En tanto Hillary temblaba de furia, no podía creer que fuera tan cruel… tan despiadadamente sincero. Quizá a él no le importaba que los otros olvidaran su cumpleaños, pero para ella ese día era especial.
― "¡Tú no entiendes! ¡Quería pasarlo con mis amigos! ¡Disfrutar de una fiesta! ¡Pasarla bien! ¡No quería estar sola! ¡No hoy… no después… después de tener amigos!" ― gritó por último antes de volver a llorar.
Kai no se movió. Su rostro impasible, siguió sin cambios. Ni siquiera intentó acercarse ni consolarla. Se quedó allí quieto hasta que ella se tranquilizó. Aún después que los sollozos se detuvieron…
― "L-lo siento… tienes razón. Soy una tonta"
― "Acompáñame" ― dijo sin mostrar la mínima alteración, ni en su voz ni en su rostro.
― "¿Irás conmigo a la función marina?"
― "No"
― "¿Entonces…?"
― "Puedes quedarte aquí llorando o acompañarme" ― se dio la vuelta y empezó a caminar.
Durante unos segundos Hillary se quedó estática. Fue hasta que vio que su alta figura empezaba a perderse y que no se detendría a esperarla que reaccionó y corrió a alcanzarlo.
-oooOooo-
Al principio fue difícil seguirle el paso. Kai era de esos chicos que aparentaban caminar con lentitud pero solo era eso: apariencia. Sus pasos eran con un ritmo que jamás disminuía y por tanto avanzaba sin problemas.
Caminaron por espacio de media hora… casi estaba a punto de pedirle que se detuviera a descansar, porque una vez más la dejó atrás y a ella no le quedó más que empezar a correr para alcanzarlo; fue cuando de improviso él giró. Ella no pudo detenerse a tiempo y chocó contra él, rebotando hacia atrás. Antes que cayera, Kai le sujetó de la mano.
Los ojos de ella se agrandaron al sentir su contacto. Como no usaba en ese momento sus guantes, pudo sentir directamente la piel de su mano… fue una sensación agradable, extrañamente cálida y suave. Bajó la vista avergonzada. Siempre había querido saber como eran sus manos… pensó que callosas por tanto practicar con el blade y frías porque así se miraba. Qué equivocada estaba.
― "Quédate aquí" ― le dijo soltándola.
Y sin más entró por la puerta de un edificio. Ella se quedó ahí, aún con la sensación en su mano, mientras la llevaba a su nariz para luego acariciaba con la otra mano. Al notar que los transeúntes la miraban raro se sonrojó y dejó de hacerlo.
Levantó la vista, el lugar no le decía nada. Parecía una especie de bodega… su ojos se ampliaron, abrió la boca sonriendo de oreja a oreja y su corazón latió velozmente…
- '¡Mi fiesta de cumpleaños!' – pensó mientras respiraba trabajosamente tratando de mantener la calma y no gritar como loca.
- '¡No lo puedo creer! ¡Pensé… pensé que lo habían olvidado! Por eso apareció Kai, pensaron que nunca sospecharía que él me llevaría a mi fiesta… Oh… debo… debo fingir que no sé… ¡OH DIOS! ¡ESTOY REALMENTE FELIZ!'
Minutos después apareció un enorme vehículo negro con vidrios polarizados, la ventana se bajó automáticamente y ahí adentro se encontraba Kai.
― "Sube"
Parpadeó confundida ― "¿No es aquí? Creí que..."
― "¿Dijiste algo?"
― "Ah… no yo… no"
― "Entonces sube, tengo prisa"
-ooooOoooo-
Quería hacerlo un cuento corto, al parecer esa habilidad no es la mía. Bueno, al menos lo intenté. Espero que les haya gustado la primera parte. ¡Feliz cumpleaños Sky-D! espero que te guste.
