hola! este es un UA, situado en un mundo alterno actual
pensamientos "cursiva"
puede que contenga lenguaje vulgar en algunas escenas**
Bebía su copa de vino hastiado, odiaba esperar, y estaba sentado en aquella mesa de Restaurant caro hace más de diez minutos. Resopló molestó y miró a su alrededor. Sentía que las miradas estaban puestas en él, claro, seguramente pensaban que lo habían plantado o algo así, sí como no, no había persona en el mundo que osara en hacerle pasar por semejante humillación.
Esa mañana su padre lo llamó un par de veces para convencerlo de cenar juntos, el viejo andaba melancólico últimamente, solía llamarlo seguido y por lo que lograba comunicarse con su hermano menor que estaba en el extranjero, él tampoco se perdía de aquello.
Esperaría cinco minutos más y se iría, no tenía tiempo para esas idioteces, al día siguiente tenía clases temprano en su Universidad y no quería llegar tarde, la puntualidad para Vegeta Ouji era un principio importante.
Miró la hora en su teléfono móvil y escuchó pasos acercarse, alzó la vista y le lanzó una mirada fulminante a su progenitor.
Le había llegado todo el achaque de la edad a su padre, o eso creía, andaba sumamente emocional, y su estilo de vestir había cambiado, ahora lucía como un señor fashion, o eso se decía, ya no estaba tan demacrado, se veía bastante mejor a lo que recordaba hace un par de meses, su viejo lucía hasta apuesto.
-lo siento hijo, me retrase buscando estacionamiento-Vegeta lo miró desconfiado y prefirió pasar por el asunto. Su padre solía mentirle sobre esas cosas, pero no tenía sentido molestarse por ello.
-habla viejo-habló sin mirarlo mientras tomaba su copa
-¿Por qué ese trato Vegeta?-alegó el hombre
-já no me digas que nuevamente te bajó el sentimentalismo y que por eso me querías ver ¿es eso?
-hijo, siempre quiero verte, igual que a tu hermano menor, que por cierto no ha venido ese pequeño demonio-se quejó mirando la carta-pero tienes razón… no solo te llamé por eso
-lo supuse-musitó, hizo señas al mozo para que se acercara a la mesa
-no, esperemos un poco-Vegeta miró a su padre extrañado
-¿Por qué debería?
-porque falta alguien-habló su padre sin esconder su sonrisa
-…. No me interesa conocer a una más de tus mujerzuelas-declaró con frialdad
-no es una mujerzuela… esto es diferente-dijo emocionado, al ver la cara de su padre sintió un frió recorrerle, conocía a su padre, siempre andaba con muchachas jóvenes, una cada mes por lo general, pero ahora que lo recordaba hace unos tres o cuatro meses que no sabía de alguna, ¿por eso que lucía tan renovado?
-…. Viejo, si me citaste para conocer a otra más de tus… novias-sonrió burlonamente-me largo… no me interesa conocer a otra más que pasará por tu lecho
-no hijo, ella no es otra más-se defendió-es especial, hemos estado saliendo desde hace unos meses…. Y…. creo que me enamoré-confesó como un adolescente, el joven no sabía si sentía pena o risa.
-bien…. Esperaré unos minutos más
-gracias… aunque debe estar por llegar-dijo el hombre mirando por todos lados, se le escapó un suspiro mirando a su progenitor, quizás había entrado en razón y se había conseguido una mujer de su edad, en el entorno en que se involucraba su padre sobraban, lo que no quería era que fuera otra joven, solo se acercaban por interés, y muchas de ellas eran unas mujerzuelas, con las que varias terminó compartiendo una noche alocada de sexo, vio por el rabillo del ojo a su padre levantarse de la silla y encontrarse con una persona, alzó la vista para apreciar la escena y maldijo por lo bajo.
Era otra joven más, demasiado guapa para su gusto, siempre conquistaba las relaciones pasajeras de su padre, porque sabía que él no pretendía nada serio con ellas, pero al parecer esta era diferente, volvió a maldecir al verla acercarse. Era más o menos de su altura, tenía un físico despampanante, debía ser un poco más joven que él, su cabello era rubio, caía en ondas que le llegaban hasta la cintura, sus ojos eran verdes, y su piel era lo más blanco que había visto en mucho tiempo, parecido al de una compañera de clases.
La mujer era demasiado sensual, caminaba segura de sí misma, miró a su padre tomarla de la mano y dirigirla a la mesa.
-hola-dijo la mujer, sentía que la había visto antes, pero no estaba seguro, recordaría esa melena, la chica se sentó junto a su padre y le sonrió.
-hola…-seguía estudiando fijamente a la muchacha, le era muy familiar.
-hijo ella es Nina, Nina él es Vegeta-presentó su padre al sentarse, miró a la mujer nuevamente y ella sonreía burlonamente, eso lo inquietó un poco, sentía que esa tipa era peligrosa, definitivamente era otra más que trataba de hacerse con la fortuna de su viejo, y eso no lo permitiría.
-era reconocible… dijiste que se parecían pero no pensé que tanto-su voz sonaba confiada
-hijo… tengo algo importante que decirte-dijo su padre, haciendo que volteara a verlo-Nina y yo, nos vamos a casar-el rostro del joven quedó sin expresión alguna, ¡diablos era rápida!, esa mujerzuela ya la había hecho, no podía permitirlo… era obvio que la tipa quería el dinero de su padre, ¿Cómo era posible que este no lo notara?, no quería ser cruel, pero una mujer tan atractiva como ella no se fijaría en un vejestorio como él a menos que tuviera una gran cuenta bancaria.
-¿de dónde sacaste a esa prostituta padre?-preguntó sin arrugarse, como si hubiera preguntado algo normal
-¡Vegeta!-habló fuerte su padre, miró a la chica, y esta solo sonreía burlonamente, ahí lo comprendió todo. La mujer era buena, sabía lo que hacía, estaba preparada para todo-te prohíbo que hables así de Nina, será tu madre así que-al escuchar eso último Vegeta quiso escupir el vino, ¿estaba loco? Esa mujer podía ser cualquier cosa menos su madre.
-no seas absurdo viejo, date cuenta que te está usando-dijo como si la mujer no estuviera ahí sentada, ella en cambio, no prestaba atención a la discusión, leía el menú tranquilamente, eso le enfureció-¿de qué catálogo saliste?-dijo con desdén
-de "Señoritas lindas"-dijo sin mirarlo, Vegeta abrió los ojos sorprendido ¿se estaba burlando de él?, conocía ese servicio… era un club de damas de compañía, y sabía que su padre recurría seguido a ese lugar. Miró a su padre buscando una explicación y lo vio sonreír con entusiasmo
-¿me estás jodiendo?-preguntó al aire-¿eso es verdad viejo?
-si… ahí la conocí-confesó como si fuera lo más normal del mundo.
-y ¿eres idiota o te haces? ¡Te está usando!-exclamó molesto, miró a la chica que parecía que lo observaba, la maldita no paraba de sonreír, como si se estuviera burlando, sentía la sangre hervirle ¿Cómo su padre podía ser tan imbécil? Estaba como ciego con esa mujer…
-hijo… no vine aquí a buscar tu aprobación, solo quería que se conocieran-habló calmado el hombre de bigote
-permiso, iré al tocador-hablo la rubia levantándose, no antes de mirar fijamente a Vegeta, por un momento sintió que lo estaba provocando, iba insultarla hasta que notó como le daba una sonrisa coqueta y se iba, ¿Cómo su padre no notaba lo zorra que era esa mujer?
-¿padre esto es en serio?-preguntó intentando sacar el sentido común que hace mucho tiempo su viejo había olvidado
-hijo… estoy viejo, quiero pasar mi último tiempo con alguien… y Nina… es encantadora-dijo mientras tomaba su copa, y alzaba la mano para llamar al mozo-quiero langosta a la mantequilla, y para mi mujer….. mmmm salmón ahumado, ¿Qué vas a pedir tú Vegeta?
-…. Me largo-dijo sin prestarle más atención a su padre.
Caminó molesto hasta la salida, no lograba entender cómo era posible que al llegar a cierta edad los hombres se volvieran tan estúpidos por un par de ojos bonitos y cuerpo sensual. Prefería mil veces que disfrutara con ella un tiempo, pero ¿casarse?, era obvio que con eso la mujerzuela buscaba el dinero de él, debía encontrar el modo para hacerlo disuadir de esa estúpida decisión, no podía dejar que hiciera el ridículo en frente de su nariz, era su padre, sería el hazme reír de la alta sociedad, casándose con una puta, ¡más encima no tuvo el reparo de negar que era una zorra! Y aun así su padre estaba hipnotizado con esa rubia.
No podía negar que la mujer era hermosa, demasiado, peligrosamente hermosa, pero podía notar lo falsa que era, de esas que se maquillaba hasta para ir a comprar el pan, que no dejaba las lentejuelas de un traje y unos tacones altos, y el color de su pelo no dejaba de darle desconfianza, lucía como toda una trepadora, las conocía bien, se involucraba seguido con mujeres, y había estado con una alta gama de variedades, en todo el sentido. Desde modelos, zorras hasta abogadas, y compañeras de Universidad.
Por último si fuera una mujer decente no le haría tanto problema, pero el saber que era de "Señoritas lindas" hacía inevitable el no confiar.
Decidido a probarle a su padre que ella estaba interesada en su dinero, se quedó en su auto esperando a que salieran del restaurant, los seguiría y sabría donde vivía esa peligrosa mujer, la encararía y la obligaría a alejarse de su padre. Podría tenderle una trampa… claro, seducirla y luego sacarle fotos y mostrárselo a su padre. Sería un gran dolor para el viejo pero debía hacerlo.
El patrimonio familiar estaba en juego.
Se quedó esperando en su auto atento a la gente que salía del recinto, estaba aburrido de esperar por lo que decidió hablar con alguien, sacó su móvil y revisó sus redes sociales, suspiró y volvió a mirar al frente.
Le habló por chat a su hermano menor, contándole todo lo sucedido, incluyendo su plan de desenmascarar a la mujer, no creyó que su hermano le respondiera tan rápido, a los cinco minutos ya tenía un mensaje de él.
"Vino a verme hace un mes con ella, es bastante guapa… no sabía eso de que era una dama de compañía, si es así seguramente está por interés con el viejo" ósea que su hermano ya sabía de qué se casaría el viejo, ¿y por qué no se lo dijo?... claro, Tarble era mucho más relajado que él, creía que su padre tenía derecho a hacer su vida, confiaba en que se podía enamorar de nuevo, aunque fuera de jovencitas que podían ser incluso sus hijas, pero Vegeta no estaba de acuerdo con ello, es verdad que podía encontrar el amor de nuevo, pero con la clase de mujeres que su padre se involucraba, definitivamente nunca sería amor correspondido, claro que lo amarían, pero solo por su dinero, en el fondo quería cuidar al viejo, no dejaría que se aprovechara y le vieran la cara de tonto. Suspiró resignado y le contestó.
Miró a la salida del restaurant y los vio salir, tragó saliva al ver a la mujer caminar junto a su padre, él iba tomándola desde la cintura, y ella le conversaba alegremente, se sintió mal espiándolo, pero eran motivos de fuerza mayor se dijo, prendió el motor y esperó a que se alejaran un poco, empezó a seguirlos con cuidado hasta que vio que su padre dejaba a la mujer en un auto.
"Al menos tiene auto esa zorra", los vio despedirse y a su padre esperar a que ella se fuera. Decidido, prendió marcha para seguir a la dueña del corazón de su padre, iba conduciendo a la misma velocidad que la mujer, cosa que era bastante rápido, notó como disminuía la velocidad y se detenía en un edificio, "así que vive acá…" ¿Cómo no iba a perseguir a su padre?, se notaba que venía de una situación económica normal, el edificio era bastante simple, de hecho parecía de esos en los que arriendan piezas estudiantes, pero como iba vestida no lo parecía… claro, era una zorra, debía lucir como toda una modelo para atrapar a viejos idiotas con dinero, como su padre… antes que ingresara el vehículo, fotografió la patente, se sentía como todo un detective. Sonrió de lado y se fue del lugar.
Entró a la sala de clases con nada de ánimos, se quedó hasta tarde conversando con su hermano sobre la situación, por motivos de estudio, su hermano no podía viajar a ayudarlo, su hermano estudiaba gastronomía en Francia, mientras que él se había quedado en Japón, estudiando medicina en la mejor Universidad estatal del país. Iba ya en su quinto año, le iba bastante bien, la mayoría del tiempo la pasaba haciendo horas de práctica en el hospital, pero la mañana la invertía en ramos generales, como el que tenía temprano ese día, una clase de administración, eran aburridas para él, pero se exigía asistencia del 100%, por lo que prefería no pensar en el asunto y simplemente asistir.
Eran clases en las que asistían muchos alumnos de otras carreras, como eran asignaturas generales, concordaban con la malla curricular de la mayoría de las carreras de la facultad de ciencias.
Se sentó en el último asiento junto a la ventana y esperó, miró la hora y para variar el profesor iba atrasado.
-¿Qué tal tu noche?
-bastante divertida-al oír esa voz tuvo que alzar de inmediato la vista, pero no vio ninguna cabellera rubia en el salón. Quizás estaba alucinando demasiado con el tema, y con la peligrosa sirena rubia. Demasiado quizás.
No podía evitar que el tema volviera a sus pensamientos, más bien ella, le molestaba admitir que había quedado embobado con la belleza de la zorra de su padre, hace tiempo que no veía una mujer tan bella, por lo general no andaba buscando mujeres, estas simplemente llegaban, en una fiesta o alguna salida con amigos, no tenía que hacer mayor esfuerzo para conseguir sexo por una noche, no era de andar de noviazgos, no había llegado la mujer que lo motivara a pensar en ser fiel y dedicarse a una relación de amor.
La clase pasó bastante rápida, eran solo dos horas, pero por lo habitual se le hacían bastante lentas al ser tan aburrida la materia. Recogió sus cosas con calma y caminó a la salida, no pudo evitar bajar la vista hasta el último puesto cerca de la puerta. Esa chica siempre le llamaba la atención, no sabía su nombre, ni que estudiaba, solo se dedicaba a mirarla.
Era hermosa, su cabello turquesa fue lo que le llamó la atención, era un color tan exótico, si lo teñía para llamar la atención, le gustaría decirle que no era necesario, su rostro era bastante agraciado, y su físico atractivo, no lo necesitaba, tenía unos ojos azules que parecían estar a juego con su pelo, no se dio cuenta que se había quedado mucho rato observándola hasta que la muchacha alzó la vista hasta encontrarse con la de él, iba a desviar la mirada pero cuando la muchacha le sonrió, quedó pasmado, la chica lucía una sonrisa ladina burlona, igual que Nina… la estudió un momento y notó, que el color de piel de la rubia era igual al de ella, por eso le era familiar la mujerzuela.
Salió rápido de la sala y caminó hasta su auto, respiró agitado y trató de calmarse, la situación se le estaba escapando de las manos, la futura esposa de su padre estaba invadiendo sus pensamientos, y lo estaba haciendo perder la cabeza, el verla y oírla lo estaba poniendo de mal humor. Subió a su auto y sin prender marcha todavía, vio como la muchacha se acercaba al estacionamiento.
Intentó ignorarla cuando pasó cerca, la siguió por el espejo retrovisor y la vio… subirse a un auto igual al de Nina.
Tragó en seco y buscó en su teléfono la foto de la patente, esperó que la chica saliera del estacionamiento para comprobarlo. Sonrió de lado y prendió el motor y la siguió. Era ella.
Estaba emocionado, la había pillado, ¡le mentía a su padre!, ella no era la mujer que le hacía creer a su padre, y con eso, él se olvidaría de ella, de eso estaba seguro.
Esta vez no se quedó afuera del edificio, entró sigilosamente siguiendo cada paso que ella daba, cuando la vio entrar en su departamento sonrió triunfante.
Tocó el timbre y esperó, pasaron unos minutos hasta que abrió la puerta su compañera de Universidad.
-Hola Nina-la muchacha quedó en silencio, observándolo fijamente a los ojos, quería ver en su rostro miedo y sorpresa por haber sido descubierta, esperaba escucharla rogar que no le dijera nada a su padre, pero al verla sonreír, el que se sorprendió fue él.
-hola hijo-respondió con un tono burlesco.
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