Disclaimer: Los personajes pertenecen a Rick Riordan. Todo lo demás es fruto de mi mente traviesa.

Dedicado a las maravillosas FromTheFuture y DianaDeLore.

CAPÍTULO I

Nico. Octubre de 2013.
Gris azulado.

—Y entonces le he dicho a Percy que estuviste colado por él durante todo el instituto… —terminó diciendo Jason.

Había llegado y se había sentado frente a él hacía unos diez minutos, una vez sus clases matutinas ya habían finalizado. Nico, en cambio, los días que más temprano empezaba era a las doce. Y sin embargo, en aquellas horas no era capaz de quedarse en la cama durmiendo, o permanecer tumbado en el sofá de su casa sin hacer nada. No cuando ni Percy ni Jason, sus compañeros y mejores amigos, se encontraban compartiendo espacio allí con él. Cuando ellos se marchaban dejaban un lugar demasiado vacío, demasiado desolado. A Nico le intranquilizaba. Por eso, solía refugiarse en la cafetería en sus ratos libres y solitarios.

Le gustaba practicar el dibujo allí. Sus técnicas favoritas no dependían de grandes infraestructuras ni de mucho material. Nico di Angelo era un artista, y su especialidad era el juego del blanco y el negro. Él solía decir que plasmaba la lucha constante entre ambos, y que sus obras mostraban el resultado de ésta. Ninguno ganaba, nadie perdía, pues no había imagen posible sin el blanco, y lo mismo sucedía si desaparecía el negro. Sus blocs estaban llenos de bocetos, dibujos a carboncillo, boli, tinta… todo blanco y negro. Negro y blanco. Como él mismo. Su piel, pálida por la falta de sol. Sus ojeras, ensombrecidas por la falta de sueño. Su ropa, sus cabellos, sus ojos… oscuridad. El brillo de sus ojos, sus dientes formando una sonrisa… claridad. Aunque ahora mismo no estuviera precisamente sonriendo.

—¿Qué? —bramó en respuesta, y por poco rompe la punta del lápiz con el que estaba dibujando—. Dime que no vas en serio… dímelo. Jason…

Jason se reajustó las gafas y mostró una pequeña sonrisa. Le gustaba hacer gruñir al gruñón de Nico, aquélla era una de sus aficiones favoritas.

—Era broma, era broma. Ya puedes bajar el arma —dijo, pues el otro chico le estaba apuntando con el lápiz, que empuñaba más que sostenía. No era cuestión de risa, tenía la punta bien afilada y Jason sabía por todos los entrenamientos que compartían que Nico sabía defenderse fieramente—. No me estabas haciendo caso, como de costumbre. Para tratar de llamar tu atención te he dicho que anoche me acosté con Reyna… pero en vista que ni eso te hacía reaccionar, he soltado lo de Percy. Así he podido comprobar que sigues saltando con la mención de ese tema…

—No estaba colado por él. Fue un simple crush. Un crush momentáneo. Y te he dicho miles de veces que prefiero que no me lo recuerdes —Nico había bajado el lápiz, y ahora estaba terminando de dar sombra a su dibujo. Era experto en hablar mientras dibujaba, aunque era aún más experto en olvidarse de que le estaban hablando mientras dibujaba—. ¿No te acostaste con Reyna, cierto?

—Por supuesto que no —aclaró rápidamente su amigo.

—Y tampoco has considerado lo que te dije…

—No. Reyna y yo lo intentamos en su día. La cosa no funcionó. Ella acabó lastimada. Ahora que volvemos a ser igual de amigos que antes, no puedo volver a fastidiarla por un amor que podría fracasar de nuevo.

—Bueno, si estás tan convencido… —murmuró Nico, cambiando de lápiz. Frunció el ceño. El dibujo no le estaba saliendo como le hubiera gustado.

Cualquiera habría dicho que era bonito, que las proporciones del rostro eran las correctas, así como la técnica del coloreado. Pero Nico no había tratado de hacer un bello dibujo. Aquella era simplemente una consecuencia esperada, pues pretendía dibujar un bello rostro.

El problema era el color. Desde que su imagen había aparecido en su mente, había sabido que no podía usar solamente el blanco y el negro. Había demasiado color en él. Lo mismo sucedía cuando dibujaba a su hermana Hazel, o a Percy. También con el resto de sus amigos, pero con ellos especialmente. Eran personas que precisaban de color. Al igual que el chico desconocido. Pero los lápices acuarelables que había metido en su mochila resultaban insuficientes. Precisaba de una auténtica explosión de color.

—Lo estoy —respondió Jason, aunque Nico no recordaba lo que había dicho para que su amigo diera aquella respuesta. Estaba pensando en que debía proveerse de más materiales… óleos, quizás. Se le había metido entre ceja y ceja dibujarle, crear una obra a la altura de su rostro—. Y cambiemos de tema ya porque Reyna acaba de entrar en la cafetería.

—¿De qué quieres hablar? —preguntó Nico, alzando la mirada por primera vez de su cuaderno de dibujo y mirando directamente a aquellos ojos azul cielo, enmarcados en unas finas gafas doradas.

—Quizás, podríamos hablar de lo que te estaba contando antes de que pasases olímpicamente de mí, como viene siendo costumbre…

—¿De qué habláis? —preguntó Reyna a modo de saludo. Dejó su mochila y su chaqueta en el asiento contiguo al de Nico. Tomó asiento, en cambio, al lado de Jason. Con un gesto rápido se volvió a colocar su larga trenza morena en el hombro derecho, y juntó las manos sobre la mesa.

—Un chico de nuestra clase de Historia de Roma está claramente interesado en Nico, me ha preguntado si podía darle su número —anunció, de manera orgullosa. Su tono de voz demostraba que él sabía que su amigo era el chico más interesante de todo el campus y estaba emocionado de que alguien le preguntase por él.

—¿No sería Octavian? —preguntó Reyna. Tanto ella como Jason estudiaban Historia, y se iban a especializar en la época clásica, en la que siempre habían estado interesados desde bien niños. De hecho, era aquello lo que les había convertido en mejores amigos en primaria—. Él también me preguntó el otro día por Nico…

—No estoy interesado —fue la rápida respuesta que dio el aludido, que siguió dibujando, a sabiendas de que sus amigos le estarían mirando fijamente en aquellos mismos momentos.

—Si no sabes ni cómo es —discutió rápidamente Jason—. Y por probar, no hay nada malo…

—No estoy interesado en estar con nadie ahora mismo —prosiguió Nico—. Es mi primer año de universidad y ya tengo bastante con todos los proyectos que voy a tener que entregar…

Nico era un año menor que ellos, y a pesar de la diferencia de curso nada más llegar a su escuela en secundaria se habían hecho grandes amigos. Primero de Jason, y más tarde de Reyna. Y, por ende, también de Percy, Annabeth, Piper, Leo… Cuando todos ellos se graduaron del instituto, se quedó en un sorprendentemente aburrido y silencioso Campamento Mestizo (así se llamaba el centro) solamente en compañía de Hazel, su hermana. Ahora, sin embargo, los dos estaban separados. A ella le iba muy bien estudiando diseño de moda de Boston, ciudad en la que también se encontraba la universidad de su novio, Frank Zhang.

Jason empezó a murmurar que qué harían con aquel chico, que siempre era tan negativo, que así no llegaría a ningún lado, que nunca podría ser el padrino de su boda si no espabilaba… Reyna, en cambio, le sugirió:

—Quizás es que ya esté interesado en alguien. El chico de ese dibujo, por ejemplo…

Ante aquella mención, Nico cerró rápidamente el bloc. Al hacerlo, seguramente habría estropeado el dibujo. Le daba igual, ya había decidido que no valía la pena. No le estaba haciendo justicia al modelo. Y sus lápices acuarelables no tenían el color y la potencia necesarios para captar el rubio dorado de su cabello, el azul brillante de sus ojos y la calidez que desprendía su piel.

—Es simplemente alguien con quien he soñado últimamente. Ninguna persona real.

—Podría ser real. Quizás hayas almacenado su imagen en tu subconsciente. Estoy seguro de que si Pipes estuviera aquí te diría que debe ser alguien a quien ves habitualmente sin haberte fijado nunca… —la chica de la que hablaba era Piper McLean, su exnovia. Aunque él prefería ahorrarse aquella palabra, ante todo seguía siendo su amiga. Aquel curso estaba estudiando fuera (hacía la carrera de Psicología) en una universidad europea, junto a su ahora novia Annabeth Chase, que era al mismo tiempo la exnovia de su otro mejor amigo, Percy Jackson. Dicho de este modo y desde el exterior podía sonar raro, pero a ninguno de ellos les resultaba una situación extraña, y seguían siendo tan amigos como antes.

—O quizás sólo sea un sueño —concluyó Nico—. Tengo que irme. Toca clase de dibujo al natural y tengo que estar temprano antes de quedarme sin uno de los mejores caballetes. Que os vaya bien.

Dicho esto, se levantó y recogió todos sus bártulos, echó el bloc y la caja de lápices dentro de su cartera. Regaló una pequeña sonrisa a sus amigos a modo de despedida, y justo cuando se acercaba a la puerta, volvió a colocar los auriculares en sus oídos y se caló la capucha de su sudadera. En aquel gesto, chocó con alguien, pero ni se fijó en quién era. Con la vista puesta en el frente, se encaminó a su clase.

Pero en realidad, hizo una parada previa a su centro de estudios. Entró en la tienda de material de bellas artes que se encontraba a medio camino y compró varios lienzos grandes, una caja de óleos y unos tubos extra en distintos tonos de amarillo y azul. Esa misma noche, se encerraría en su habitación y pasaría de Jason y Percy, que insistirían en que se uniera a su noche de pizza y series. Además de pizza y series aquel tipo de noches implicaba ir en calzoncillos por la casa y beber el asqueroso ponche azul de Percy (que nadie se atrevía a preguntar qué llevaba). A pesar de las numerosas veces que tocaron a su puerta, Nico no abrió. Como un auténtico maníaco, pintó, pintó y pintó, hasta que el resultado le dejó satisfecho.

Fue cuando terminó su obra, cuando los rayos de sol ya entraban por su ventana e iluminaban el ya de por sí luminoso cuadro, que tuvo que darles la razón a Jason y Reyna. Aquel chico debía existir en realidad.


Éste es mi primer Solangelo. Prácticamente no he leído ningún fic de la pareja, pero puedo decir orgullosa que son mi OTP desde casi antes que fuesen OTP, y desde entonces que quería hacer un fic de ellos. Por favor, tened piedad de mi alma. Es más que posible que todos los personajes estén un poco OoC.

Si alguien tiene headcanons hermosos, requests que puedan incluirse en este AU o simples ideas de cómo se podrían encontrar estas hermosas florecillas, no seáis tímidos y contádmelas. Es posible que se hagan realidad. Si os habéis fijado, en el capítulo además del nombre de Nico y la fecha, hay un color. Como en esta historia Nico es un artista, he pensado en que cada capítulo tenga una tonalidad. Así que también aceptaré encantada que me propongáis colores y escenas que os gustaría que tuvieran esa tonalidad. No sé si se ha entendido...

En fin, espero que os haya gustado. Especialmente a Cris y a Diana.

*fin de la conexión Iris*