Calabaza

Calabaza

James se encontraba desayunando en el gran comedor junto con Peter y Remus, que charlaban animadamente acerca del nuevo postre de calabaza Pero él no les prestaba atención. Su mente estaba en otra parte. En Lily, por supuesto.

Trataba de imaginar su reacción al enterarse de que él había sido el que enseñó a los de segundo como lanzar moco de murciélago con su varita. Gracias a eso, la sala común había quedado llena de una sustancia verde y pegajosa por todo el lugar, y ella había tenido que limpiarla sola.

-Oye, James. ¿Ya probaste uno de los nuevos pastelillos que los elfos han creado? Son de calabaza y ¡están deliciosos! ¡Yo ya he comido siete!-la voz de Peter lo sacó de sus pensamientos.

-¿Siete, eh? Pues han de estar buenos entonces-respondió animadamente.

-¡Sí que lo están! Vamos, prueba uno.

Peter tenía razón, el pastelillo estaba delicioso. Se lo terminó en tres bocados y tomó otro.

-Mmmm, están buenos-dijo con la boca repleta de migajas

-¡JAMES POTTER!

Una chica pelirroja avanzaba rápida y peligrosamente hacia donde se encontraban él y sus amigos. Todos en el gran comedor la miraban con los ojos abiertos de par en par.

-¿Que pasa?- dijo acabándose el pastelillo y agarrando otro más.

-"Que pasa"-lo imitó Lily burlonamente-¿Por qué lo haces James?, no te entiendo, y cada vez me sorprendes más. No sé como se te ocurren todas esas formas de fastidiarme. De verdad que no te entiendo.

-¿Ya probaste los nuevos pastelillos de calabaza? Te los recomiendo ampliamente.-contestó él simplemente

-Eres increíble-le espetó. Le quito el panecillo de la mano, lo tiró al suelo y lo pisó. Después de eso se dio media vuelta y se sentó lo más alejada de él que pudo

-Lastima- dijo James- Era el último.