"Fate"
Capitulo 1: Formas de trabajo.
Hace algún tiempo, un joven singular, con la ausencia de un trabajo, todos los del pueblo estaban ocupados, solo en el palacio de su reino un puesto vacante, miserable el pobre que lo pidiera, ya que la sorpresa no era la paga, sino el trabajo lo que implicaba, él lo que necesitaba era el dinero y no le importaba que tan agradable o humillante fuera, lo tendría que hacer de cualquier forma.
Un largo recorrido fue para llegar hasta esa majestuosa construcción hasta que al fin llegó, vio a un guardia despistado y silenciosamente entro dentro del majestuoso aposento digno de un príncipe y de toda la nobleza, vio a apresurados criados correr al sonido de una titilante campanilla que los hacia llamar debido a que su amo el príncipe de ese lugar lo demandaba, él al integrarse al grupo fue con ellos y al llegar a los aposentos de su soberano, inclinándose ante él, solo pensaba en pedirle una petición , "dejar que trabajase para él, no importaba lo duro y difícil que fuera".
El malcriado principito aceptó y le dio uno de los trabajos más agobiantes que hubiera ser su "niño de azotes", el joven no entendía que era ser "niño de azotes" y uno de los criados dentro de los aposentos de su amo le explico que ser un "niño de azotes" era recibir tantos golpes como su amo lo desee, cuando este se equivocase en sus estudios, y este solo lo hacia por capricho y aparte, por que nadie podía tocar la majestuosa figura de su amo, su soberano.
El príncipe ordenó a sus criados que llevaran a este joven a sus aposentos, ellos obedeciéndolo se hincaron para poder retirase y este solo hizo una seña con la cabeza.
Unos de los criados era igual o más joven que el y le pregunto:
¿Cómo te llamas?
Pues mira mi nombre es Syaoran
De verdad, creo que esto es una coincidencia, ya que su majestad tiene el mismo nombre.
Las coincidencias no existen, solo lo inevitable.
¿Quién os enseño eso Syaoran?
Una gran mujer que ahora, el único lugar donde la podéis encontrar es en el viejo y lúgubre cementerio.
Que gran desgracia.
Y chico ¿Cómo os llamáis?
Bueno, yo me llamó Sean, he servido al príncipe desde hace ya 4 años seguidos.
Tanto tiempo, caramba y ¿Cuántos años tienes?
Bueno, el próximo mes he de cumplir ya 14 años.
Eres algo más pequeño que yo, cumpliré años el 23 de julio.
¡Enserio!, esto si es algo extraño.
¿Por qué Sean?
Es que es el mismo día en el que cumple el príncipe.
La verdad si que su majestad es algo misterioso, hasta se parece a mi, pero no logro identificarlo.
Después de esa larga charla, hasta llegar a los aposentos de Syaoran, Sean le dijo que desde mañana trabajaría con el príncipe y entonces tendría que llevar un uniforme, le dijo que ya lo había puesto dentro de su dormitorio y que no se preocupara, ya que el iría a despertarle y solo llevarlo hasta la alcoba.
Varias horas pasaron desde que Syaoran llegó al palacio y empezó a acomodar sus cosas para mañana estar listo, pero lo que el creía no iba a ser tan bueno, Syaoran tenia un mal presentimiento, pero estaba tan cansado y semiconsciente que apenas tubo tiempo para ponerse la pijama y dormir.
Durante la noche extraños sueños llegaron a su subconsciente, pero Syaoran siguió durmiendo pacíficamente durante todo el resto de la noche.
Cuando apenas salía el sol, Sean ya había tocado la puerta y entrado a su habitación diciendo:
Syaoran ¡buenos días!, ya es hora de que te levantes, recuerda que no puedes desperdiciar ningún minuto del día, ahora cuando den las 12 campanadas en la capilla, yo iré por el príncipe y le ayudaré a arroparse mientras tú desayunas algo, en ese lapso de por lo menos 15 minutos debes de haber terminado de desayunar y esta ya listo y presentable con tu uniforme, ¿entendiste?
Claro, bueno que estamos esperando es hora de que me arrope un minuto salgo, espera afuera.
Y mientras Sean esperaba, las 12 campanadas llegaron y tanto Sean como Syaoran se apresuraron a hacer lo que les tocaba.
Sean llegó a los aposentos del príncipe, el cual entrando se hinco y venerando a su majestad un momento, le auxilio a vestirse y acomodarse el cabello; después de unos 15 minutos, Syaoran ya había terminado de desayunar y de dirigía a una gran sala por un enorme pasillo, pero no se percato que el príncipe venia junto a el y los dos chocaron, mientras Syaoran dijo:
Lo lamento tanto majestad, no me fije por done caminaba.
¿Lamentarlo tu? (en forma burlesca), ja solo eres más que un chiquillo que no sirve para nada, pero eso te costará, como precio de haber tocado a esta sagrada persona, vuestro soberano príncipe.
Le repito de nuevo mi señor, no fue mi intención golpearle solo fue un accidente.
Pues ese accidente te costará muy caro, 10 azotes y por cada falla que tenga en mi clase de latín serán 3 más, haber si con eso aprendes a no faltarme al respeto.
Si señor. -Y pensando- "Que arrogante es este tipo la verdad si supiera que así son los príncipes mimados, no hubiera venido y preferiría andar mendigando".
Llegando a la gran sala de estudios los profesores dentro hacen una pequeña reverencia y le dan una silla al príncipe para que se sentase, en ese momento le dan una espada como complacencia de sus actos llama a Syaoran y le dice:
Haber chico ¿Cómo te llamas?
Pues mire majestad mi nombre es Syaoran.
Que coincidencia. – muy intrigado-, pero eso no te salvará del castigo.
Lo se señor.
Terminada la clase, fue tanta la malicia del Príncipe Syaoran, que se equivocó en casi todas las respuestas incluyendo las más fáciles. Durante una semana Syaoran, fue forzado a trabajar intensamente y la fecha fija de su castigo fue después de una semana de la práctica, debido a eso Syaoran empezó a entrenarse pidiendo ayuda de los criados que le rodeaban, y un día distraído tropezó con una bella niña llamada Sakura, el no sabia quien era pero, al tiempo en que la vio se dio cuanta de que era la hermana del príncipe, solo lo supo por su ropa, sino siempre hubiera creído que era una más del grupo de la servidumbre y le dijo:
Disculpe, disculpe, disculpe onegai (por favor).
Si, si, tranquilo, pero no hay problema no tienes por que disculparte.
Pero majestad no es propio.
¿Majestad?, llámame Sakura.
Sakura-Hime, demo...
No nada de "demo", ahora tu ¿quién eres?
Bueno alteza, me llamo Syaoran, soy el "niño de azotes"del Príncipe.
¡¿Qué?!!!!.
Si como usted lo oye majestad, no es tan incomodante, pero es un trabajo digno.
Pero, has de sufrir mucho.
No se preocupe con tal de vivir bien, yo seria feliz.
Largo rato pasó Syaoran con la princesa Sakura, pero inesperadamente por ese pasillo paso el príncipe y le dice a Syaoran:
Haber chamaco, ¿Qué estas haciendo aquí, no deberías estar trabajando?
Si majestad, solo que...solo que, pues yo.
Tu que haber ¡contesta Syaoran¡
Espera Syaoran nee-sama, esta preguntándole algo yo a el.
Aaa, eso cambia todo, pero recuerda Syaoran "no puedes, repito, no puedes hablarle de tu a mi hermana la princesa Sakura, ¿entendiste?"
Si su majestad,- incitándose y retirándose a sus aposentos.
Después de esa platica Syaoran llega a su habitación y piensa que fuera mejor no trabajar y morirse de hambre, pero valía la pena ya que la Sakura-Hime fue muy amable con el.
