Este fic participa del Reto Temático de Febrero "Dramione" del foro "Provocare Ravenclaw".

Los Personajes pertenecen a J. K. Rowling.

Luego de esto, solo falta aclarar que esta historia es desarrollada a lo largo del 7° libro. What if...?

Llevaba cerca de 10 minutos caminando por ese obscuro pasillo. La humedad volvía casi insoportable respirar el aire, demostrando lo inhóspito del lugar. ¡Qué esto termine de una maldita vez! Con el tiempo contado como lo tenía él, no estaba para andar perdiéndolo con insulsos rumores de fantasmas. Bien sabía que se lo había buscado. Pero el precio seguía siendo caro, muy caro.

Pero Merlín decidió tocarlo con su varita hoy: Pudo llegar al final del pasillo y encontrar la dichosa puerta. Si tenía suerte y jugaba bien sus cartas, se sacaría de encima más de un problema.

Fue a partir de que atravesó la puerta y conjuro un leve lumus, que supo que no debió pasar pociones ese día.

Porque allí estaba el dichoso objeto de tanto calvario: el atrapa sueños.

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-¡Harry, Ron! ¿Por qué tardaron tanto en bajar? Ya deberíamos estar en el Gran Comedor.- Se quejo Hermione al ver a los aún adormilados mejores amigos bajar de sus dormitorios.- ¡Y no creas que no puedo verte, Ronald Weasley! ¡Será mejor que dejes de hacerme caras en este momento!

Es que ese día en particular, Hermione estaba más que inspirada a impartir su obligaciones para con sus iguales compañeros. Después de todo, era la perfecta prefecta. Y si fuese por ella, se hubiera pasando el resto del transcurso escolar esparciendo su sabiduría y buena determinación para con los estudios. ¡Pero estaban llegando tarde para su clase, porque Ronald no quería saciarse con un simple desayuno! No había tenido el mejor de los descansos y parecía que había despertado con un par de pies izquierdos.

Para empezar, ¿Qué hacía apareciendo en sus sueños Draco Malfoy? Estaba de más que -de no tener conocimientos mágicos como los tenía desde el primer momento que ingreso a la biblioteca de Hogwarts-, hubiera terminado pensando que este mismo estaba indagando en búsqueda de información. ¡Es de vida o muerte!, había dicho, Más vale que me ayudes, Hermione. Tienes que. ¿Ayudarlo? Ja, menudo embrollo tenía su subconsciente.

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Si no conseguía que entrara en razón la sangre sucia... bueno, no quería terminar matando a directos chiflado.

-¡Sera mejor que corran al Gran Comedor, Harry James Potter! ¡Te daré una ventaja de 2 pasillos antes de perseguirte, Ronald Bilius Weasley!

Estaba loca, definitivamente. Y Parecía que sus supuestos "mejores amigos" se empeñaban en desquiciarla más, tentando contra la naturaleza y las leyes de la alquimia. ¿Seré capaz de enfrentar a Malfoy y exigirle una explicación? Estaba en todo su poder negarlo a viva voz. No tenía pruebas contundentes de que el muchacho estaba indagando en sus sueños. ¡Y es que hasta a ella misma se le hacía más que bizarra la situación!

Pasando los pasillos que los separaban, entro al Gran Comedor y lo busco entre las serpientes. Y sus miradas chocaron. Sep, se regodeaba en su inmundicia el muy maldito. Estaba más que segura que él sabía que ella sabía. Por lo que, sin más rodeos al asunto, prosiguió a excusarse con sus amigos. – Me olvide de devolverle un libro a la biblioteca… y es urgente que lo… devuelva.- Mintió, para luego salir melodramáticamente.

Fue sencillo encontrar el aula vacía. Ahí fue donde se encontraron. -¿Qué se supone que tengo que hacer?- Exigió Hermione, luego de voltear a verlo.

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-Te complicas mucho, Mim. Sabes que Snape tiene cierta debilidad por ustedes tres.

-Si con eso te refieres a que nos odia, definitivamente es mutuo. Por mucho que adore los ojos de Harry…

Así sin más, se encontraban sentados en el aula vacía. Platicaban por cuanta vez dios sabe las razones por las que Snape había decidido ser: ser de Slytherin, ser amigo de Lily, ser rival de James, ser Mortífago, ser desertor; y, por último, ser doble-espía. Quizás, y las charlas llegaban a tener sus entrelineas. Nada que unos besos ocasionales no terminaran. Después de todo, no era un tema del cual tendrían que hablarlo. No en su mundo.

Porque al dormir se entra en un mundo que es enteramente nuestro, en ellos navegan en el profundo océano, o se deslizan sobre la nube más alta.

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-¿Qué hacer? Por hoy, vive.

Y así, sin más, Hermione lo vio marcharse del aula vacía. Desde ese día lo comprendió. No volvieron a llamarse en secreto, ni se habían buscado con la mirada. Ellos volvieron a su vida desde donde la habían dejado en el momento en que él intrusó en sus sueños.

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Aunque claro, él no termino matando al Director chiflado, pero si acepto su mano. Y a su vez, de eso ella no se entero.

¡Pero qué alivio! Pensé que no iba a llegar a tiempo… y es que son las 3… casi 4 a.m, pero conseguí sacar los mejores frutos (767 apalabras, LOL).

Mi versión de Hermione puede ver algo altanera, pero espero que se trasluzca como idealice Draco: De un niño que no sabe como dominar sus sentimientos… mejor dicho, que es dominado por ellos, a un hombre el cual vela por todos sus seres queridos. Él, con ese vive, le dio la libertad de no estar atada a él, aunque siguieron viéndose en sueños.

Espero que guste, byebye.