MUNDOS
Capitulo 1.-Natura
Yacía ahí, descansando con los ojos cerrados, sabía que este sería uno de los pocos momentos del día en que pudiera estar tranquila; la brisa, el aroma de los árboles y flores, el cantar de las aves; todo ere tan perfecto que a pesar de haber despertado hace unas escasas horas me hubiera quedado dormida de nuevo, si no hubiese sido por eso…
De manera súbita las aves dejaron de cantar y escuché los aleteos de una parvada volando a toda prisa fuera del claro en el que me encontraba, una mala señal sin duda alguna, abrí los ojos y me senté en la rama del árbol en la que hasta ese momento me encontraba recostada, buscando lo que había originado el comportamiento de las aves; de repente lo que parecía ser una cabeza gigante de cabra se asomó de la nada justo frente mío rodeada por una especie de materia color tornasol, derribando todo árbol que se encontrase en su camino, incluyendo en el que yo en encontraba, saltando logré llegar hasta un árbol que no colapsó; esperé unos segundos a que el polvo levantado por aquel objeto se desvaneciese y bajé a tierra para poder observar más de cerca aquella supuesta cabeza de cabra.
No podía creer lo que mis ojos veían, al parecer un barco con una cabeza gigante de cabra en la proa, se encontraba en medio del bosque; no encontré una explicación más lógica que decir que todo aquello era un sueño o una alucinación, pero a pesar de todo eso, en lugar de ignorarlo e intentar despertar de aquel falso sueño, decidí saciar mi curiosidad humana y al cabo de unos minutos ya me encontraba en la cubierta dispuesta a investigar.
-¿Qué pasó aquí?-me pregunté a mi misma, cuando al subir descubrí a siete personas incontentes y dispersadas por la cubierta, me acerqué a cada uno de ellos y cuidadosamente me cercioré de que aun permanecían con vida.
Después de eso investigué las demás áreas de la cubierta y el interior de los camarotes, tomando especial cuidado al observar la bandera, aquella bandera negra y con la calavera en el centro era la que solía atribuírseles a los piratas en otras épocas, todos esos detalles parecían indicar que aquel barco pertenecía a piratas, era una muy buena conclusión, si no fuese porque aquello era imposible, o bueno, casi imposible.
-"¿Cómo es que existirían piratas de este tipo en esta época?¿Cómo rayos llegó este barco a mitad del bosque?"- esas eran las dudas que es esos momento merodeaban en mi mente.
Pasé varios minutos pensando en posibles respuestas a estas preguntas sin poder llegar a una conclusión convincente, así que me dí por vencida cuando la cabeza comenzó a dolerme; me dí cuenta de que lo único que podía hacer en ese momento era observar más detenidamente a aquellas personas que seguían inconscientes en la cubierta.
Lo que mas me llamó la atención fueron las espadas de un tipo con cabellos verdes (bueno en realidad lo que más me llamo la atención fue su cabello verde y después me fijé en las espadas) pensé que en dado caso de resultar agresivos el sería el que atacaría primero; pensé en quitarle las espadas, pero creí que eso lo enfadaría más así que desistí, lo mejor sería que cuando despertaran simplemente me alejara de el lo más que pudiera.
En ese momento uno de los chicos con un peculiar sombrero de paja despertó.
-Mmmm… eso fue extraño…-dijo mientras se levantaba y se ponía una mano en la cabeza.
-¡Nami! ¡chicos!- dijo mientras se acercaba a la joven pelirroja, la tomó en brazos y luego miró a todos los demás.
En eso el chico de cabellos verdes comenzó a moverse lo que provocó que me hiciera hacia atrás y tropezara con una rama de los árboles que habían colapsado hace un momento, me acerqué a rastras hasta el borde del barco mientras el chico comenzaba a ponerse de pie al mismo tiempo que ponía una mano en sus espadas como para cerciorarse de que estuvieran bien.
Enseguida la chica pelirroja comenzó a moverse en brazos del chico de sombrero de paja.
-¡Nami, Nami!- decía el chico para que reaccionara.
- Luffy- Pronunció ella dulcemente mientras abría los ojos lentamente y el chico la ayudaba a sentarse a su lado.
-¿Te encuentras bien?- preguntó a la chica preocupado.
- Si, no te preocupes- respondió ella mientras le sonreía dulce y se ponía de pie.
A los pocos segundos todos comenzaron a levantarse, ante esto, yo no podía hacer más que alejarme a gatas de ellos para intentar que no me viesen; pero lo inevitable sucedió y uno de ellos me vió.
- ¡ Mellorine, mellorine, mellorine…!- eso gritaba mientras sus piernas tomaban forma de tornado y sus ojos se volvían corazones; se acercó a mi a toda prisa, cosa que obviamente llamó la atención de los demás, y voltearon a verme instantáneamente, me levante a toda prisa del piso de madera y adopte una posición que me permitiría escapar o atacar si ellos fueran agresivos.
La primera en hablar fue la chica pelirroja:
-¿Quién eres?– me preguntó comprensiva; parecía ser de una edad cercana a la mía, así que me tranquilicé un poco, pero aun así no le respondí, no sentía la confianza suficiente.
Me acerque aun más a la borda y me senté en ella de forma que yo pudiera saltar hacia fuera sin ningún problema; con miradas les di a entender que quería que me siguieran, y sin mas contratiempos bajé del barco, sabía que si conseguía que bajaran del barco al menos ya no estaría en su territorio y en cambio ellos estarían en el mío; tardaron un poco en bajar, supuse que me tenían desconfianza o tal vez estarían planeando un ataque contra mí; pero al fin y al cabo bajaron, observaron un momento el bosque y después me miraron; entonces comencé a caminar hacia el bosque con la intensión de que me siguiesen, ya tenía un plan: en caso de que me atacasen me defendería de ellos hasta que estuviéramos lo suficientemente lejos de su barco para abandonarlos a su suerte, ya que el bosque es muy extenso no tenía ni la mas mínima duda de que acabarían perdidos, y el caso de que no me atacasen los llevaría a nuestra cabaña.
Seguía caminando, procuraba hacer el camino largo para poder analizarlos un poco más y ver si tenían intensiones de atacar pero no pude vislumbrar nada más que confusión; ellos susurraban acerca de lo que recordaban antes de caer inconscientes y se formulaban preguntas que no lograban contestarse, había momentos en el que el chico de cabellos verdes se separaba del grupo y se adentraba solo en el bosque pero alguno lo llamaba y el regresaba, esto sucedió mas de 10 veces en el camino.
-"Idiota, cuando se es un extraño en este bosque adentrarse en el sin un guía es el camino directo a una muerte segura, sus dimensiones son demasiado extensas"- pensaba acerca del peliverde, aunque sabía que nosotros en su momento hicimos lo mismo la situación fue diferente.
Los guié por caminos distintos durante casi 1 hora, y durante todo ese tiempo ellos estuvieron susurrando confusos, pensé que si alargaba mucho mas el camino debido al cansancio ellos no llegarían hasta la cabaña o yo comenzaría a levantar sospechas; así que aunque aun no me inspiraban mucha confianza decidí guiarlos a la cabaña sin más contratiempos.
Caminamos como 15 minutos más y entonces comenzamos a vislumbrar la cabaña, esta era de un tamaño regular, con un acabado rústico, al lado derecho había un establo en donde manteníamos a nuestros 3 hermosos corceles, en la parte trasera teníamos hortalizas con diferentes cultivos y a la izquierda un pequeño carruaje de madera para transportar algunos artículos; llegamos y mientras yo abría la puerta ellos se quedaron observando la cabaña, logré abrir la puerta y encendí las luces, me paré tras la puerta y la sostuve para que no se cerrase, ellos entendieron que aunque no lo había dicho con palabras los estaba invitando a pasar, por dentro la casa tenía una pequeña sala y una cocina-comedor, al lado había un pasillo del cual salían las 4 habitaciones que tenía la casa y al final una puerta trasera para salir hacia el patio en donde estaban las hortalizas; los muebles de la sala no eran muy lujosos ya que lo considerábamos una perdida innecesaria de dinero pero aun así estaban en buen estado; una vez que se habían acomodado en los muebles, me senté en el lugar que había quedado libre respiré hondo para tranquilizarme y me dispuse a hablar.
-¿Quiénes son ustedes?-pregunté sin perder tiempo .
Tardaron un poco en contestar, supuse que fue porque durante todo el camino no había dicho ni una sola palabra y el que hablara tan de repente los desconcertó un poco.
El primero en contestar fue el chico con sombrero de paja.
-Mi nombre es Monkey D. Luffy, capitán del barco, de los straw hats y próximo rey pirata-dijo muy animadamente. Después habló la chica pelirroja.
-Yo soy Nami navegante del barco, mucho gusto-me dijo sonriendo.
Siguió una mujer de cabello negro, era joven pero aun así mayor que Nami.
-Nico Robin, arqueóloga, un placer-sonrió igual que Nami
-"Mujer de pocas palabras"-pensé para mis adentros
-Roronoa Zoro-Dijo el peliverde de las espadas
-"Hombre de muy pocas palabras"-volví a pensar un poco divertida.
-Soy Chopper, médico del barco-dijo un pequeño amm… bueno en ese momento no estaba segura de lo que era, parecía un reno, pero tenía nariz azul, hablaba y se paraba en 2 patas, en realidad parecía más un muñeco de felpa, era muy lindo.
-Mi nombre es Ussop-sama pero todos me llaman gran capitán Ussop-sama, soy un pirata muy famoso, amante de aventuras y peligros, he recorrido tierras de peligro completamente desconocidas, al lado de mi tripulación de 800 hombres como la vez que estábamos en…-dijo fanfarroneando un tipo del cual lo más sobresaliente era su nariz larga, mientras el pequeño "reno" lo miraba ilusionado, aunque por su forma de hablar, era fácil adivinar que todo era mentira.
Llegó el momento del chico rubio quién desde que llegamos a la cabaña no me había quitado los ojos de encima, los cuales tenían forma de corazones; y al mismo tiempo decía con voz tenue: mellorine, mellorine, mellorine…
-Ohh…hermosa doncella, es un placer tan grande el poder conocerte, siento que mi corazón vibra con una emoción indescriptible-me dijo mientras se hincaba ante mí, sujetando con una mano mi palma y ofreciéndome con la otra una rosa que solo Dios sabe de donde sacó –soy Sanji, hermosa, pero puedes llamarme amorcito-dijo con corazones en los ojos, mientras yo tomaba la rosa un poco desconcertada –soy el cocinero de barco, adorada mía –ahora sujetaba con sus 2 manos mi palma mientras yo trataba de liberarla, en realidad el chico era muy atractivo y caballeroso pero al mismo tiempo era un atrevido y parecía mucho mas concentrado en coquetear que en lo que en ese momento les estaba sucediendo, lo que me parecía muy irresponsable y la verdad me ponía nerviosa.
Pasé un rato intentando liberar mi mano del agarre del cocinero, mientras los demás nos miraban con un rostro que expresaba la perfecta combinación entre burla y lástima; hasta que el peliverde, Zoro, no se si por querer molestar al chico o por tenerme piedad dijo:
-Hey ero-cook tenemos cosas más importantes que hacer –esto hizo que el cocinero dejara de centrar su atención en mi para virar a ver a Zoro con una vena en la frente, aproveche ese momento para retirar rápidamente mi palma y respiré tranquila.
-¡La caballerosidad esta por delante de todo, idiota marimo!-le decía a Zoro gritando.
-"Marimo"-repetí para mis adentros divertida procurando que no se reflejara en mi rostro, ya que, después de todo Zoro me había salvado y burlarme sería una muestra de ingratitud terrible.
-¡La caballerosidad es muy diferente a ser un completo pervertido idiota!-decía Zoro mientras desenvainaba una de sus espadas.
De repente ambos comenzaron a pelear, ahora no solo con palabras, Zoro con 1 de sus espadas y Sanji dando patadas, los observé preocupada, hasta que vi que la reacción de los demás era completamente despreocupada así que supuse no les pasaría nada y desvié mi atención de ellos.
-Y…¿Tu nombre? –preguntó de repente la arqueóloga Robin, mientras las miradas de todos, exceptuando a Zoro y Sanji que se encontraban "ocupados" por decirlo así; se centraban en mi persona.
-Ohh… claro, lo lamento- me disculpé por mi descortesía –Mi nombre es Natura, mucho gusto – les sonreí.
