¡Buenas!
De vuelta y antes de lo esperado, casi no me lo creo ni yo xD Esta vez traigo una reto, sep, completamente KADAM, así que por favor si eres un Klainer Shipper con un odio profundo a Adam Crawford no leas, porque te vas a hacer mala sangre y luego me vas a hacer mala sangre a mi y la verdad es que no tengo muchas ganas de pelear con nadie. ¡Cada uno tiene derecho a shippear lo que quiera! ¡Y soy Multi-shipper a mucha honra!
Después de este arrebato de amor hacia mis ideas xD Decir que esto es un reto cursado por cuatro personas, cada una ha cogido un ship que le gusta, pero que no ha escrito nada sobre ello y tras poner siete temas para cada día de la semana le ha dado al coco. Si somos la leche, os dejo los nombres de sus perfiles y si queréis entrar a sus retos dejare los links en mi perfil. LadyBlackA7X (Destiel) titxutemari (Mystrade) spreadmadness (CaptainSwan). Como se puede comprobar cada ship es de una serie diferente, pero por eso mismo es divertido.
Espero que a los que les gusta la pareja de Kadam o al menos le tengan un poco de aprecio tras Klaine les guste la historia, serán siete historias independientes, de diferente longitud. Actualización diaria hasta su finalización el domingo, gracias a todos por leer :)
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, yo solo intento ser popular y hacer historias con ellos.
Day 01: Cosplay
Apagó la lamparita de su mesa, cansado del día que había llevado. Los horarios le estaban complicando y aún le quedaba hacer una redacción sobre la importancia de superar los miedos para clase del tarado profesor de interpretación. No estaba seguro de cuánto tiempo más podría estar manteniendo dos trabajos y las clases de la universidad, pero desgraciadamente y por el momento no le quedaba otra, por mucho que quisiera su padre no era capaz de mantenerlo como le gustaría y a decir verdad el castaño tampoco lo quería.
Suspiró suavemente cerrando la puerta de cristal del pequeño despacho en el que trabajaba e intentó deslizarse en el mayor de los silencios, ni siquiera sabía si quedaba alguien, se había tomado el tiempo para terminar de revisar un par de columnas que le habían dictado antes de publicarlas y en ese instante lo único que deseaba era arrastrar los pies hasta el apartamento de su novio. Sinceramente, no estaba de humor para aguantar los ataques de pánico de ninguna de sus dos compañeras.
—¡Kurt!—El sonido de los tacones contra el suelo fue lo que hizo detenerse al joven para ver a Isabelle con un papel en alto dirigiéndose hacia él con una sonrisa. —Ya pensaba que te escapabas.—Tocó la punta de su nariz sacando una sonrisa del castaño.
—No podría huir de mi hada madrina. —El tiempo que pasaba en Vogue en la última temporada era poco, menos del que realmente le gustaría, pero no podía dejar de agradecer que Isabelle hubiese accedido a adaptar sus horarios, por esa misma razón dejaba todo lo que tenía cada vez que ponía un pie en la oficina.
—¡Por supuesto que no! — Su voz cantarina siempre le ponía de buen humor. —Te iba a comentar, la semana que viene se celebra una fiesta temática, sé que tus horarios son una locura, pero a todos nos haría mucha ilusión que consiguieras pasarte al menos diez minutos. —Kurt observó por unos segundos el papel que la mujer le tendía antes de atreverse a tomarlo. —Es una invitación para dos personas, así que puedes traerte a alguien si quieres.
—Claro, creo que no tengo que trabajar ese día. —Tendría que consultarlo, pero con un poco de suerte podría pedirle a Santana que le cambiase el turno, aunque luego tuviese que escuchar maldiciones en su contra durante el resto del mes. —¿Qué temática?
Isabelle señaló la invitación, Kurt seguía sin entender como todos sus movimientos conseguían tener esa armonía perfecta, como si fuese una delicada bailarina que no necesitaba música para generar una armonía perfecta. —Series y películas. —Una voz llamó desde el lugar donde parecía haber corrido hacia Kurt. —Voy a volver a la reunión antes de que decidan volver a poner las bragas de cuero como tendencia. — Le guiñó un ojo y desapareció de la misma forma que había aparecido. Kurt guardó la invitación en su bandolera antes de entregarse al frío de la calle.
Sacó las llaves del apartamento de Adam, congelado y sin demasiado humor. Odiaba cuando hacía frío, tenía que empezar a plantearse llevas más capas de ropa o al menos buscar una abrigo que fuese capaz de combinar su conjunto y mantener una temperatura estable cuando caminaba por ahí.
—Ya estoy aquí.— Saludó cerrando la puerta con el pie y caminando hasta la mesa del comedor para dejar la bandolera sobre la silla y quitarse la chaqueta. Escuchaba el agua correr en la ducha, así que estaba casi seguro de que Adam no le había oído entrar.
Durante unos segundos estuvo tentado a irrumpir en el baño, aunque solo fuese por molestar a su pareja, pero se encontraba agotado y a decir verdad se estaba muriendo de hambre… ¡Sin olvidar la maldita redacción!
Arrastró los pies hasta el frigorífico y como de costumbre le asustó lo vacío que podía llegar a estar cuando Adam se quedaba solo una semana, además estaba convencido de que los dos yogures que adornaban la balda superior estaban caducados.
—He pedido comida china. —Anunció una voz a sus espaldas.
Los ojos azules del joven se volvieron para encontrar a su pareja con el cabello húmedo cayéndole sobre los ojos y una simple toalla adornando su cuerpo. La sonrisa fue casi automática.
—Podría haber comprado comida de camino. —El rubio simplemente se encogió de hombros.
—Supuse que vendrías cansado de trabajar.
—Puede.— Le encantaba, esos pequeños detalles que nadie más parecía tener para él, a pesar de que Adam también estuviese trabajando, más que él a decir verdad y sobre todo intentando labrarse su propio futuro una vez terminada la universidad. — Gracias.
El rubio se acercó a él, ignorando que estuviese descalzó y que el suelo de la cocina podía estar frío. Rodeó a Kurt con los brazos y se acercó para dejar un corto beso sobre sus labios. —No hay porque darlas. — Su marcado acento inglés hacia que le entrasen ganas de derretirse en sus brazos, a pesar del tiempo que había transcurrido desde que habían decidido dar un paso más allá. — Y deberíamos cambiarnos de ropa.
—Una toalla no se aplica dentro de la terminología ropa. —Atacó Kurt mientras observaba como el rubio se alejaba de él.
—Tonterías, es una prenda preciosa. —Lo único que hizo fue reírse mientras le seguía a la habitación.
La cena había sido tranquila, y no escuchar quejas durante una noche fue una completa relajación para el castaño. Desgraciadamente y a pesar de que se estaba muriendo de ganas por tirarse en el sofá y acurrucarse con Adam mientras veían cualquier estúpida serie que echasen en la televisión le quedaba hacer la maldita redacción.
Un largo suspiro se escapó de sus labios mientras cambiaba el tercer párrafo por quinta vez, tenía el cerebro tan bloqueado que todo lo que escribía le parecía una auténtica estupidez. Frunció el ceño tamborileando los dedos sobre la mesa y observando la pantalla como si esta fuese a darle la respuesta a todo lo que necesitase.
—Sigo sin entender para qué es esta redacción. — Informó cansado, dejando que su frente reposara contra las teclas sin importarle demasiado si se escribían palabras ilegibles. La melodiosa risa de Adam hizo que girase la cara sin muchos ánimos, a él no le parecía en absoluto gracioso.
—Tendrás que interpretar sobre lo que escribes, así que medita bien lo que pones. —A veces que Adam hubiese terminado la carrera hacia que se diese de cabezazos, porque al final sabía todo lo que él estaba estudiando en aquel instante.
—¿Puedes pasarme el cacao al menos? —No era como si su bandolera estuviese muy lejos, pero al menos le molestaría y haría que levantase el culo del sofá.
—Lo que desee el caballero. —Antes de que se diese cuenta le estaba tendiendo lo que le había pedido y Kurt centró la vista en su ordenador nuevamente, con ganas de que las letras se escribiesen solas. —"Estas invitado a la fiesta temática de " — Los ojos de Kurt volvieron sobre su novio que de paso había encontrado la invitación a la fiesta.
—¡Ah! Sí, te lo iba a comentar mañana cuando mi cerebro estuviese despierto y de paso comprobase que el sábado no trabajo.
—Fiesta temática.—Repitió para sí mismo con sus ojos pegados en la invitación. —¿Eso significa que podemos ir disfrazados?—Kurt simplemente asintió con la cabeza, como si aquella pregunta fuese una completa estupidez. —¿Y qué podemos llevar disfraces a juego? —Los ojos del rubio se iluminaron como pocas veces lo hacían.
—¿No deberías esperar primero a que te invitase?—La sonrisa de Kurt se extendió observando como el otro chico abría ligeramente la boca en señal de sorpresa.
—Y-Yo pensé… Bu-Bueno, no creía que quisieras ir a la fiesta con nadie más. — Parecía decepcionado y por alguna extra razón al castaño le resultaba adorable. —¿No quieres que vaya contigo?
Kurt se echó hacia atrás en su asiento levantando los brazos para estirarse, tal vez haciendo sufrir un poco al otro chico. Hasta que al final estalló en un pequeño ataque de risa.
—¿Con quién más iba a ir? No es como si Rachel o Santana pudiesen ser mejores acompañantes que tú. —Ni en un millón de años, por mucho aprecio que pudiese tener por las chicas. La cara de Adam fue un completo poema en aquel instante.
—Por esta broma me toca elegir los trajes y lo siento, pero no vas a tener voto. —El rostro de Kurt se descompuso durante unos instantes.
—No puedes estar hablando en serio.— Casi se podía notar un tono de pánico en el fondo de su voz, a pesar de que intentase mantener la calma.
—Haberlo pensado antes Hummel, ahora termina ese trabajo y ven a la cama conmigo. — Todavía no lo sabía, pero sin duda alguna se arrepentiría de dejarle elegir los disfraces.
La semana había pasado volando, después de haberse asegurado de que el sábado tenía libre los planes de la fiesta continuaban, pero la preocupación por los disfraces aumentaba, añadiendo que Adam le había prohibido entrar en su piso hasta el día que tuvieran que vestirse, así que en parte estaba intrigado, pero el nudo en el estómago era algo que no se había podido quitar.
Y allí estaba delante de la puerta, sin saber si debía tocar o podía entrar con su llave. Acabó por suspirar, si entraba sin avisar seguramente Adam se enfadaría así que acabó por tocar la puerta con cuidado, esperando a que la persona que se encontraba al otro lado se dignase a abrir. En parte estaba molesto, no es que no se fiara de Adam a la hora de tener que disfrazarse, pero le hubiese gustado formar parte de aquello y no lanzarse al abismo sin una cuerda de seguridad.
Su pareja abrió y durante un segundo no supo muy bien que fue lo que le molesto, el pasillo había pasado de estar a oscuras a iluminarse de repente. Fue como en uno de esos momentos en que el flash de una cámara te deja ciego y necesitas parpadear para acomodar la vista, pues lo mismo el único problema era que lo que resaltaba era el traje dorado que llevaba su pareja… primera cuestión ¿Dónde diablos había conseguido esas mallas doradas?
Kurt estaba completamente convencido de que su cara era un auténtico poema, demasiado para ser exactos, y lo único que recibió por parte del rubio fue una risa divertida mientras apoyaba el brazo en el marco de la puerta en un intento de ser sexy… ¡Y vaya si lo era! A pesar de lo que llevaba puesto.
—¿Te gusta? Me he esforzado mucho para hacer una adaptación cómoda y reconocible. —Estaba claro que todavía estaba sin terminar de vestir, pero si le tuviesen que preguntar no tendría ni idea de que iba.
—¿Bote de purpurina dorada? —La risa de Adam resonó por todo el rellano y a ese paso harían salir a los vecinos, así que Kurt le obligó a apartarse de la puerta para poder pasar. —Dime que no me vas a hacer vestirme de bote de purpurina plateado o azul eléctrico…—Adam puso dos dedos sobre los labios de Kurt para que se quedase en silencio.
—¿Te recuerdo que la temática es de películas y series? —El joven más bajito frunció el ceño de repente…
—¿Y de qué sería de ciencia ficción se supone que has salido?
—Star Wars.—Una sonrisa radiante se asomó en su rostro.
—Tienes que estar de broma.—¿Esa cosa no era una de las tantas que le gustaban a Sam? Era consciente de que a Adam le gustaban también, pero no a nivel de querer disfrazarse de ello.
—Nop, me queda ponerme la parte de arriba y las gafas, obviamente los he adaptado un poco, vamos a ser robots sexy, tu traje esta sobre la cama y no, no vale decir que puedes improvisar algo mejor, recuerda que esto es un castigo.
—Te odio.
—Me quieres.
Volvió a resoplar, como si de repente ir a esa fiesta se hubiese convertido en la mayor de las torturas y efectivamente al ver el traje no podía decir que estuviese mucho más contento con ello.
Kurt se sentía observado, al ver la camiseta de tirantes y los pantalones blancos su reacción no fue tan mala. No entendía el dibujo de la camiseta, pero al menos no era tan horrible como había supuesto en un principio... lo que no esperaba eran los complementos. El cinturón con el robot como insignia y las luces que podía encender en su cintura. Los guantes y sobre todo el casco que le había acabado poniendo en la cabeza. Ridículo, por mucho que Adam dijese que estaba sexy.
Muchos de los invitados los habían reconocido, a pesar de que ni siquiera él estaba muy seguro de que iba... ¡Vamos! No recordaba ni el nombre de su personaje.
—Adorables.— Escuchó a sus espaldas viendo a Isabelle con una túnica blanca y un recogido precioso.
Adam le dedicó una sonrisa de oreja a oreja bajando la cabeza un segundo a modo de reverencia y Kurt casi se tragó lo que tenía en la copa del tirón... no podía creer que estuviese haciendo el ridículo como lo estaba haciendo. —Estas más fuerte de lo que parece.— Acarició la mejilla del castaño y este simplemente asintió, todavía tenía miedo de lanzar el casco lejos de un movimiento brusco.
—No más que tú. — El problema era que su jefa estaba divina se pusiera lo que se pusiera.
La mujer le quitó importancia con la mano. Al parecer no quería ir disfrazada de lo que iba, pero bueno, tampoco era como si Kurt estuviese lo que se decía a gusto con la ropa que llevaba en ese instante.
La fiesta pareció continuar sin problemas, ambos se dedicaron a saludar a diferentes personas y Kurt terminó por equivocarse de nombre en dos ocasiones.
—R2D2, no es tan difícil encanto. —Adam se estaba burlando de él y no le hacía maldita la gracia.
—Si no tuvieran nombres ilógicos me lo podría aprender.— No le gustaba que le picase de esa forma. El rubio acabó por sonreír nuevamente pasando un brazo por la cintura de su pareja.
—El cosplay no es lo tuyo.— Kurt suspiró sin darse cuenta.
—No cuando no lo entiendo.— A Adam le encantaba ver a su pareja enfurruñada, tal vez esa había sido la razón por la que había elegido disfrazarse de Star Wars.
—No tienes que entenderlo para ser el androide más apuesto de la fiesta.— Ronroneo el rubio cerca del oído del castaño.
— Me haces dudar de tus intenciones sobre vestirme así. — La risa de Adam hizo girarse a un par de chicos vestidos de Batman y Robin.
—Lo que pase con estos androides cuando lleguen a casa no esta dentro de mis posibilidades. — Los labios de Adam se detuvieron un segundo en el cuello del menor y este se estremeció ligeramente.
Odiaba cuando era capaz de controlarlo de esa manera, pero si tenía algo claro en ese momento es que su pareja había despertado su curiosidad por salir de allí y ver que ocurría al final de la noche ¡Estúpidas y sensuales mallas!
