Holas muchas. Este fanfiction tendrá capítulos divididos en parte A y B, porque son muuuy largos XD
El despertador se estrelló contra el suelo, luego de que Kayla Donnoban lo lanzara lejos.
Luego de repetidos quejidos y de sostenerse continuamente la cabeza con las manos el sonido de "Poker Face" de Lady Gaga le advirtió que la estaban llamando. Para aumentar mas su jaqueca Alexy saludo del otro lado del teléfono.
- ¿Qué demonios quieres? - Respondió de manera grosera observando con recelo los diminutos pedazos de su décimo despertador... Imaginen que pasó con los otros nueve.
- Yah~ ¿Por qué la violencia?
Esa voz no era la de Alexy... Sin embargo le irritaba de la misma forma.
Observó el calendario aun dudando de donde se encontraba. Estaba en su departamento. Su exageradamente desordenado departamento, ¿Quién dice que las mujeres son más ordenadas que los hombres? Las paredes pintadas de un negro color con diversos posters de bandas como Los Rolling Stones, The Pretty Reckless, My Chemical Romance y algunos de The Beatles. El cómodo colchón donde despertó yacía en el frío suelo de madera, con un par de frazadas a juego con la pared y almohadas con quemaduras de cigarrillo.
El calendario, que con esfuerzo, Lyssandro logró que colocara sobre la mesa de la laptop, marcaba el 12 de marzo.
- ¡Vas a llegar tarde a clase! ¡El primer día! Eres increíble... -No podía ver la risa victoriosa del de cabellos azabaches, sin embargo tenía la certeza de que estaba ahí.
- ¡Agh! Lastimas mis pobres oídos... ¿Quién demonios te dijo que tengo la intención de ir?
- Mmm... ¿Kan? ¿Ken? ¡Kentin! - Al parecer no recordaba su nombre - Kentin regresa hoy de su servicio militar...
Estúpido Armin... Pensó, no le dejaría salirse con la suya no llegaría tarde y con una resaca de magnitudes bíblicas el primer día de clases, sin mencionar las enormes ojeras negras que poseía.
- Tendrás que buscar un mejor argumento -Se tapó el rostro con la almohada-, y nada de "Quiero ver a mi linda amiga"... No va a funcionar.
Una linda risita se oyó del otro lado de la línea. Seguido de un "¡Lo Intente! Traeré a al plan b." el cual consistió por pasarle el celular a otra persona.
-Armin... -Nadie contestaba- Voy a colgar -Avisó cerrando los ojos con la esperanza de poder seguir abrazada a el colchón.
Escuchó la respiración del que estaba en el lugar de Armin. Lenta, calmada como si estuviera en una extrema paz.
- N-No cuelgues - ¿Había tartamudeado? ¿Escuchó bien? - Soy Lyss, ¿Por qué no quieres venir? - Terminó serio.
Soltó un rápido y casi ineludible "¡Voy para allá!". Prefería mil veces asistir hecha un desastre, que tener que explicarle todo luego a Lyss.
Corrió hasta el baño donde peino rápidamente sus cortos cabellos negros mientras comía una tostada y se vestía. Estaba tan acostumbrada a peinarse/vistiéndose/desayunado que no tardo más de 2 minutos en hacerlo. Escondió sus ojeras con maquillaje y se cepillo los dientes con dedicación, sin no antes haber bebido media taza de café frío de anoche. Metió todo lo necesario para sobrevivir el primer día de clases en su bolso y se apresuró a salir, no obstante no se esperaba lo que vio en la acera.
Un Ford nuevo estacionado junto a su pobre Mustang viejo. Nadie. Absolutamente nadie tenía permitido estacionarse junto a su amado Mustang, no por el hecho de que lo amaba/odiaba si no porque le causaba unas incontratables ganas de comprarse otro auto, y obviamente no tenía el presupuesto para siquiera el mantenimiento de su antiguo piano de cuerda.
Se acercó, inevitablemente, al vehículo verde opaco. ¡Ja! Cualquier auto nuevo se ve horripilante con ese color... Pensó mientras el conductor abría su ventana polarizada.
- Dis... A-Ah... - Observo con curiosidad al chico de su edad que sonreía soberbio. Era hermoso. Ojos verdes, cabello marrón claro... Medalla del ejercito... ¡¿Medalla del ejercito?! Deja de verte sorprendida. Cierra la boca, no babees...
-Como venía diciendo -Recobró la cordura al notar que la sonrisa orgullosa de Ken solo crecía-, ¡No tienes ningún derecho a estacionarte junto a mi cachivache anaranjado! ¡Y encima presumir tu perfecta sonrisa soberbia! ¿Acaso vas por ahí luciendo tú...?
-¡Cállate y entra! -Al parecer había perdido la paciencia.
Estúpido Ken... Estúpida poke-evolución... Mierda. Paso demasiado tiempo con Armin. Concluyó subiendo al auto con su orgullo a medio dañar, no obstante no paro de refunfuñar pequeños "Esto podría ser casi un secuestro." mientras cruzaba los brazos y evitaba completamente la mirada acusadora de Ken.
- ¿De verdad no me recuerdas? -Preguntó girando en la cuadra del instituto.
- ¿Juan? -Lanzó tragándose su propia risa.
Él frenó repentinamente a mitad de calle, haciendo que las aspirinas para el dolor de cabeza que tomó antes de salir perdieran su efecto.
- ¡¿Qué demonios?! -Protestó alegando salir del vehículo.
- Ni se te ocurra -Sentenció trabando las puertas-. Kayla...
- ¿Cómo sabes mi nombre? ¡Acosador! ¡Socorro, policía! ¡Me han secuestrado! -Gritó escandalosa.
Kentin cerró los ojos masajeando la cien con esmero. Suspiró, Kayla definitivamente lo ponía de los nervios cuando quería.
Ella solo sonrió, complacida por la reacción del castaño.
- ¿Desde cuándo lo sabes? -Inquirió poniéndose en marcha nuevamente.
- ¡Oh, vamos! El auto está impregnado con la fragancia a galletas de chocolate. Ken, esperaba más de ti.
Sonrió alegre. No obstante la cabeza estaba a punto de estallarle.
Bajó del auto bostezando. El café la había decepcionado. Sintió una tímida mirada puesta en ella y su acompañante masculino, mas no había nadie a su alrededor.
- ¿Cómo sabias que llegaría tarde? -Cuestionó entrando al desierto instituto.
- ¿Bromeas? ¡Eres tú! Si despertaras temprano el mundo acabaría...
- La profecía de los mayas...
- Ajam.
Los pasillos estaban silenciosos, algo que agradeció repetidas veces. No toleraba de por si la voz de nadie y tendría que tolerar los millones de murmullos... ¡Y saludar a Castiel! Ese sería el colmo, es decir, ¿Soportar el dolor de cabeza y una riña con Castiel? No lo aguantaría, gritaría antes de que el la llamara "Gato de alcantarilla" o algo parecido.
Avanzo hasta la puerta del aula B... Kentin la miraba confuso.
- Creí que querrías pasar a saludar a Castiel...
- ¿Quieres ir a ver a Castiel? -Cuestionó arqueando una ceja.
- ¡P-Para nada! -Se apresuró a replicar.
Kayla abrió la puerta atrayendo la atención de todos y el silencio que no duraría mucho... Las chicas comenzaron a susurrar cosas en cuanto Ken hizo su aparición, mas nadie se atrevió a hablar en voz alta debido al semblante serio del profesor Farrés. Una mirada fulminante se centro en ella. Ojos bicolor la perforaban con... ¿Odio?
Mierda. Lyssandro se veía enojado... O más serio de lo normal, era difícil distinguir sus tan expresivas caras. Castiel, a una persona de este último, reía entretenido ¿Cómo era posible? ¿Castiel en la primera clase? Armin había dejado su PSP para apreciar el espectáculo, mientras que los rostros de Violeta e Iris solo la compadecían. Por otro lado Amber se veia muy interesada en el nuevo "Ken", y estaba casi segura de que aún no estaba enterada de quien era.
- ¡¿Qué le pasa a todo el mundo?! ¿Acaso está de moda llegar tarde? -Protestó para continuar balbuceando cosas sin sentido.
- ¿Señor Farrés? -Llamó Kentin intentando calmar las cosas.
- ¡¿Qué?!
Evidente mente no funciono.
Solamente arrastró a Kentin a su asiento para luego apoyarse en su pupitre. Jamás había considerado un pupitre tan jodidamente cómodo. Cerró los ojos, mas no podía dejar de ver los ojos bicolores en su mente. Posados en ella cual ave en rama de sauce. Observándola. Calmados, serenos y llenos de pasión contenida. No despiertes. Por lo que más quieras no le prestes atención a ese constante "¡Señorita Donnoban!".
- ¡Kayla!
- Ah, si la muerte de napoleón... -Balbuceó intentando seguir durmiendo, no obstante eso era casi imposible. Los ojos bicolores se había desvanecido y solo podía escuchar la altanera voz de Castiel.
-Déjenla. No cerro los ojos en toda la noche - Defendió la voz de Rosalya.
- ¿Cómo se supone que sabes eso? Creí que estarías con Leigh - Lyss no perdió oportunidad de opinar. Ah, los ojos bicolores de nuevo. Estúpidos ojos bicolores.
- Pues porque... ¡Nos peleamos! ¿De acuerdo? -El chillido de Rosalya termino de despertarla. Qué bien. Adiós ojos bicolores- Peggy deja de escribir -Exigió luego fulminando a la chismosa que menos le caía bien.
Abrió los ojos con dificultad, observo a la multitud a su alrededor que se encargaba de deshacerse de Peggy. Aprovechando las miradas dirigidas hacia la futura periodista, se encargó de huir sigilosamente por la puerta. Ojos bicolores. Mierda. Si había algo que le hacía perder la cabeza más que oír la voz de Lyss era ver sus estúpidos e irresistibles ojos. Estúpida genética.
- ¿Dónde crees que vas? -Inquirió observando cada detalle de su amargado rostro.
- ¿A mi casa? - ¡Puf! Aún quedaban 3 clases más, ese solo era el comienzo.
Repentinamente la multitud volvió a rodearla, esta vez, sin Rosalya ¿Cómo demonios se escapó de esta? No lo sabía.
- Kayla... ¿Con quién entraste? Venían muy pegaditos -Soltó Kim-. Creí que salías con Lyss.
- ¡No puedes! ¡Simplemente no te creí capaz de entrar con otro chico! ¿Me estas engañando? - Alexy intervino- Además... Tienes que presentármelo, es muy guapo...
El semblante sombrío de Lyss solo crecía. ¿Dónde se había metido el causante de tanto alboroto?
- Me preocupa mucho más lo que hiciste anoche -Hablo por fin el alvino.
- Tienes resaca -Sonrió, Castiel, victorioso- ¿Por qué no me invitaste?
Demasiadas voces, demasiadas miradas en ella. Colapsaría pronto si no encontraba un lugar en el que estar en silencio.
Observó los ojos bicolores, estos le rogaban que por favor entendieran su mensaje "Nos vemos detrás de las escaleras". Lyss movió su boca, sin embargo buscaba que leyera sus labios. ¿Cómo podía concentrarse en lo que decía con tanta tentación? Deseaba esos labios... No podía negarlo.
- ¡Podrían parar de hablar por un minuto! Si quieren respuestas, podrían preguntarle a Peggy, o tal vez dejar de ser tan jodidamente metiches.
Sus nervios estaban a punto de estallar, y aun debía poner una excusa para no mencionar que no recordaba absolutamente nada de la noche anterior. Lyssandro la observo, frío, mientras desaparecía lejos de su visión.
Dejen reviews, los amo, ¡Hasta la próxima!
