Cupido del sigo XXI
Personajes: Estados Unidos / América e Inglaterra.
Disclaimer: Himaruya va a tener que hacer al final la serie de homosexuales, porque a este paso…
Llevaba meses con la idea, y justo este día de San Valentín podría ponerla en marcha. El inglés estaba de reunión, por lo que no podría estar con él. Pero, ya que él no podía pasarlo con la persona que quería, al menos haría felices a aquellas que sí.
Miró el cartucho de balas de mentira en un lado del cinturón, la pistola necesaria para dichas balas en otro, y salió a la calle. Había preparado muchísimas, así que hasta dentro de un buen rato no se le acabarían. Buscó a la pareja "perfecta" y se acercó a ella. ¡Bang! ¡Bang! Dos balas de juguete aterrizaron, cada una, en el pecho de ambas personas, sin matarlas, claro; pero sí asustándolas momentáneamente. El de gafas les sonrió, contento.
–¡Feliz día de San Valentín! –y desapareció corriendo, en busca de las siguientes "víctimas". No se daba cuenta, pero iba dejando un rastro de sonrisas allí donde disparaba, su objetivo final se estaba cumpliendo. Y cuando vio que no le quedaban más balas y se dio la vuelta para observar las caras de las últimas personas en recibir el balazo, su corazón saltó de alegría al ver que había podido completar el día de aquellas. Y como premio, decidió ir a un McDonalds cercano, porque para él, ese era de los mejores premios.
Entró al establecimiento, no había mucha gente, mejor para él: la cola para pedir era mucho más corta. Nada más poner un pie en el local, sintió un objeto estrellarse con su pecho. Parpadeó varias veces, confundido, y puso las manos a modo de colchoneta para que dicho objeto cayera sobre ellas. Lo analizó, y sus ojos se abrieron mostrando sorpresa: era una bala como las que había disparado aquella tarde. Pero era diferente, parecía más… elegante. Levantó la vista, buscando al "culpable", y enfrente de él, vio a un hombre rubio, de cejas pobladas y rostro sonrojado, apuntarse a él mismo, disparándose… y completando la pareja.
El recién llegado sabía de sobra quién era. Por eso, pasó de estar perplejo a ser invadido por una oleada de felicidad, provocando que saltara sobre aquella persona, la cual gruñó y apartó la mirada, con las orejas rojas de vergüenza, pero dejándose hacer.
–¡Iggy! I missed you a lot! –gritó el del abrazo, lleno de alegría. El otro volvió a quejarse, ahora sí, revolviéndose en los brazos del que había disparado.
–¡Ay, quitáte ya que me haces daño! America! –replicó el inglés, sin lograr que el americano se apartara. Pero este lo hizo tras unos instantes después, debido a que quería cenar ya. Sin embargo, antes de nada, Estados Unidos le puso las manos en la cintura a Inglaterra, acercando sus labios a los del otro, fundiéndolos en un beso. Duró poco, pero no hacía falta mucho más para demostrarle que le quería. Y que aquel gesto suyo, el de la bala, por muy niño emancipado que fuera, siempre lo recordará, y siempre lo valorará. Porque, a pesar de que supiera que el inglés quiere decirle lo contrario a lo que realmente le dice siempre, que se lo demostrara sin máscaras de por medio, le hacía muy, muy feliz.
¡Hola! Lo sé, debí subirlo cuando tocaba, no un día después. Pero por la mañana estuve estudiando y por la tarde salí, así que, menos mal que fue sólo un día de retraso… Igualmente, espero que os haya gustado, y… ¡Feliz San Valentín!
B-Ookami
