Antes de empezar, quiero aclarar que la historia es completamente mía, con excepción de los personajes, que no me pertenecen (para mi lamentación -.-)

Este juego es un poco nuevo, estrenado en el año 2013, quiero aclarar que no soy dueña de los personajes (ojala lo fuera, así habría un sexy y deseado beso *-*), es propiedad de Stardust KRNKRN

Sin más que decir los dejo leer n.n

PARTIDA

Un pasillo, con escasa iluminación, era todo lo que podía distinguir.

Hacía un par de horas la maldición de aquella bruja, así como su promesa hecha con ella, habían desaparecido gracias a ella y a su acompañante.

Al pensar en él, invocó aquellos recuerdos recuperados de su estancia en aquella mansión: su tosco y brusco comportamiento, lo tímido y llorón que solía ser su amigo, la promesa que hizo en lugar de él para rescatarlo, el que luego el chico quisiera salvarla del destino que le esperaba… había dado cada sonido que saliera de sus labios con tal de que la pequeña no cumpliera su promesa hasta ser mayor.

Suspiró y volvió a concentrarse en donde estaba y, por primera vez, se planteo la pregunta de qué hacía allí si hace apenas unos momentos estaba cobijada en su cama. Su vista pronto se acostumbro a la oscuridad y reconoció aquel pasillo, ¿no era el que se encontraba en el primer piso de la mansión? Recordó inmediatamente que se había levantado de su lecho para tomar un vaso con agua… en las noches últimamente hacía mucho calor.

Bajo cuidadosamente las escaleras, lentamente para no tropezar, y fijo su vista al frente. Grande fue su sorpresa al encontrarse a Suga, ya que ya eran altas horas de la noche.

-¡Suga-kun! – gritó, corriendo a su encuentro. Tenía algo que preguntarle, algo que rondaba su mente desde hace horas y que no la dejaba dormir tranquila, por lo que aprovecho la oportunidad. El joven, quien se encontraba de espaldas, giró hasta cruzar sus ojos con los de ella.

Shiori frenó bruscamente, a escasos centímetros del muchacho. Ahora no se acordaba de la dichosa pregunta que, nerviosamente, le iba a formular. No lo haría hasta saber porque se encontraba así. Él no parecía el de siempre. Sus ojos se mostraban fríos, sin expresión. Sus labios fruncidos, al igual que su ceño, expresaban molestia, y sus manos sostenían algo que ella no había visto al momento de correr hacia él: una maleta.

¿P-pasa a-algo, Suga-kun? ¿Vas a-a algún lado? – preguntó/tartamudeo, intimidada por su mirada tan intensa puesta sobre ella.

Me marcho – fue lo único que contestó.

¿Se marchaba? ¿A dónde? ¿Por qué? ¿Con quién? ¿Acaso él no se iba a quedar en aquella mansión como anteriormente le había dicho?

Q-que estas d-diciendo, Suga-kun – sonrió débilmente y soltó una risita nerviosa.

Me cansé de este lugar. Estar encerrado siempre, cuidar de los niños para que no se adentren al bosque, que algunas de sus madres me miren como si estuviera loco, al no ser ellas creyentes de la leyenda… - hablaba mucho, y si bien hacía poco había recuperado su voz, no era de hacerlo. Pero se convenció de que era él quien hablaba, puesto que se notaba claramente que aquella voz salía de sus labios -. Pero lo que me tiene más cansado, es tener que cuidar de ti.

La miró fijamente, pareciendo que podía observar hasta su alma con aquella mirada, la cual le paro el corazón y, dolida y avergonzada, bajo la vista. Sus palabras la habían sorprendido de sobremanera. Suga, quien siempre se encontraba calmado y feliz de ayudarla (si bien lo segundo no lo denotaba en su expresión, al paso de pocas horas junto a él le bastaron para saberlo) se comportaba frío y distante, incluso en sus ojos se podían apreciar el asco que sentía.

¿Un momento? ¿Asco? Eso no podía ser. Suga-kun, su amigo de la infancia nunca podría mirarla con esos ojos, lo conocía demasiado para saberlo, y sabía también que nunca la trataría mal. Sin embargo… estaba echándole en cara el haber renunciado a su libertad y a su capacidad para hablar por protegerla durante tantos años. Pero… ¿acaso no había sido él quien había decidido cuidar de ella? Su pecho dolía, demasiado.

No pudo siquiera pensar en algo mas para decirle ya que cuando elevó su cabeza, observó como su amigo de la infancia ya había caminado un largo trecho y ahora sostenía la perilla de la puerta entre sus manos, dispuesto a marcharse. No podía permitirlo. Luego de tanto tiempo sin saber nada de ella misma, de donde había crecido, sin recordar las promesas hechas en el pasado, no lo iba dejar marchar así como así. Él la había salvado, así como ella también lo salvo cuando eran pequeños. No podía abandonarla.

-¡Suga-kun! ¡Espera! – corrió nuevamente hacia él para, seguidamente, tomar la chaqueta negra del joven, impidiéndole avanzar -. ¡No puedes irte, prometiste que hablaríamos de muchas cosas! ¡Aún no lo hemos hecho! ¿No lo recuerdas, eh, Suga-kun? – sonrió débilmente al tiempo que unas traicioneras lagrimas bajaban por sus mejillas.

Sus dedos temblaban, al igual que sus rodillas, haciendo difícil el trabajo de impedir que se marchara y al mismo tiempo de mantenerse en pie. Se aferro con más fuerza a su chaqueta, y soltó un débil gemido cuando Suga intento apartarla.

No hay nada de qué hablar. Las personas cambian Shiori. Algunas en un lapso de mucho tiempo: años, décadas. En cambio, otras, en tan solo unas pocas horas. Yo soy una de esas otras personas – su voz se había vuelto más dura, cargada de veneno. Giró el pomo de la puerta y la abrió; desde afuera entraba una luz tan brillante que la cegó momentáneamente -. No quiero pasar mi vida entera cuidando de una chica como tú. Si bien estoy agradecido de lo que hiciste por salvarme, no quiero tener que ver contigo nunca más en mi vida, simplemente me molestas – estas últimas palabras terminaron por romper el frágil corazón de la muchacha, que aflojo su agarre hacia él sin darse cuenta -. Y no vuelvas a llamarme "Suga-kun". Nunca más – fue lo último que le escucho decir antes de que él se soltara bruscamente de su agarre y se marchará, cerrando la puerta a sus espaldas.

Shiori no supo qué hacer. ¿Debía ir por él o dejarlo marchar?

Lo había retenido en aquel lugar por muchos años. No podía negarle su libertad, su deseo de salir de allí, por el mero hecho de que deseaba que no se fuera. No quería que se fuera. Era egoísta y lo sabía, pero necesitaba de él, de sus pequeñas e imperceptibles sonrisas, de aquel sonrojo que se instalo en su rostro al momento de pronunciar ese suave y débil "Shii-chan" que hacia tanto no escuchaba. Sin embargo…

Creo que es hora de dejarlo ir – suspiró, para luego cerrar los ojos y apoyarse de espaldas contra la puerta, resbalando y dejándose caer al suelo. Abrazo sus rodillas y enterró la cara en ellas, ahogando los gemidos de dolor.

Al ser cerrada esa puerta, la oscuridad poco a poco iba envolviéndola, haciéndola caer lentamente, mientras le recordaba todos los momentos dolorosos de su vida. La pérdida de sus padres, el casi perder a Suga de por vida, cuando Sakuma se perdió en el bosque… muchos más momentos e imágenes fueron pasando rápidamente a la vez que iba cayendo, adentrándose cada vez en aquel abismo de completa negrura.

No intento luchar por salir de allí, por recuperar su libertad e ir detrás del joven que momentos antes había desaparecido, y que seguramente, nunca más volvería a ver.

¿De qué sirve escapar de este lúgubre lugar si Suga-kun no va a estar esperando por mí?

Más lágrimas corrieron por sus mejillas. Lágrimas de impotencia y desesperación, las cuales ya habían dejado un camino marcado por su piel. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar y su boca seca de tanto llamar al joven de ojos negros entre susurros ahogados.

Finalmente, aquel abismo de dolor, desesperación, tristeza, impotencia, soledad y amargura la engulló por completo. Lo último que se escuchó fue su grito desgarrar la tranquilidad del tiempo y el espacio en que se encontraba.

¡SUGA-KUUUUUUUUN!

Hoooooola !

Buenooo, esta es la primera vez que escribo un fanfic jee n.n espero que les haya gustado

Espero criticas, comentarios, botellas con cloroformo, tomatazos (?)

Les pido de favor que no insulten, si tienen algún comentario respecto a la escritura, la narración o algo que deba corregir que lo hagan sin insultos de por medio onegaaai

Sin más que decir me despido n.n

Hasta la próxima parte :D si es que quieren seguir leyendo jee :$

Besos y saludos: Sisath