La Vida de Annabeth
Thalía acababa de… de… morir, para que Luke, Grover y yo siguiéramos con vida y llegáramos al campamento Mestizo.
Estaba junto a Luke y Grover donde un pino acababa de crecer.
Un centauro apareció, tenía una larga barba castaña y su parte caballo era de color blanco como la leche.
-Chicos- saludó- yo soy Quirón, el entrenador de héroes.
-¿Qué… qué le ha pasado a Thalía?- pregunto un lloroso Luke, recuperándose del shock.
-Zeus, su padre, ha convertido a Thalía en un pino, antes de que muriera, ahora el alma de vuestra amiga está en ese pino, y al parecer ha creado una barrera que protege el campamento- explico el centauro.
Los tres asentimos, seguimos al centauro hacia el campamento y nada más pisarlo un holograma de un caduceo apareció en la cabeza de Luke.
-Luke, en tú cabeza…- señale atónita la cabeza de mi amigo.
-¿Qué tengo?- pregunto con miedo.
-Salve Luke Castellan, hijo de Hermes, dios de los ladrones, mercaderes, y de la medicina- anunció Quirón.
-Ni que no lo supiera…- murmuro con amargura.
-Por esta noche creo que será mejor que durmáis en un cuarto de la casa Grande- Luke y yo asentimos- el acontecimiento de esta noche, ha sido bastante traumático, y Grover creo que el consejo tendrá que hablar contigo.
El sátiro trago saliva nervioso.
Los tres seguimos a Quirón, pero Grover se despidió con la mano en un punto del camino, y nos quedamos solos Luke, yo y el centauro.
Entramos en el edificio, y Quirón nos enseño nuestros dormitorios.
Fuimos a una sala, y allí había un hombre, regordete con una camiseta hawaiana, tenía una cara de malhumorado.
-¿No deberían ir a la cabaña de Hermes?- preguntó mientras barajaba unas cartas, Quirón se metió en una silla de ruedas, su mitad caballo desapareció, debía de ser mágica, ya no me sorprendía nada.
-La hija de Zeus.
-Dalía.
-Thalía- le corrigió Quirón- pues ella se sacrifico para que estos dos semidioses llegaran a salvo, además de que vuestro padre Zeus convirtió a Thalía en un pino que protege el campamento, y por ese suceso los semidioses deberían dormir aquí para evitar las preguntas de los demás.
-Voy a tener que aguantar a unos mocosos, que guay- ironizó el hombre.
Quirón se giró hacia nosotros.
-Chicos, este es el señor D, el director del campamento- explicó- señor D, estos son Luke Castellan hijo de Hermes y Annabeth Chase, por determinar.
No sabía cómo Quirón sabía nuestros nombres, quería preguntar pero no lo hice, por la mirada que me daba el señor D decidí que era mejor no preguntar.
-Hola- saludamos Luke y yo.
-Mocosos- gruñó.
-No somos mocosos- le plantó cara Luke.
-Deberías tener cuidado Duke, no te conviene meterte con un dios.
Vi como intentaba beber un poco de vino, pero este se convertía en agua, el señor D gruñó.
-¿Dios?- preguntó incrédulo Luke.
-Usted es Dionisio, el dios del vino, hijo de Zeus, Hestia le cedió su trono en el consejo Olímpico- dije.
-Eres inteligente Anniebell- comentó el dios.
-Soy Annabeth.
-Como sea- miró a Quirón- llévalos a sus habitaciones.
Quirón asintió, se levantó de la silla de ruedas y nos condujo a las habitaciones.
-Buenas noches- me deseo Quirón.
-Buenas noches, señor Quirón.
-Annabeth tienes una gran mente, no lo olvides, será tu mejor amiga cuando menos lo esperes- y cerró la puerta.
Me coloqué el pijama que me habían puesto, y después me acosté en la cama.
No dejaba de pensar en todo lo sucedido de hoy, todavía me dolía la muerte de Thalía, y no dejaba de rememorar como ella se había sacrificado por Luke y por mí.
Alguien tocó en mi puerta, y en mi habitación entró Luke.
-¿Te he despertado?
-No, no puedo dormir.
-Yo tampoco- se acostó a mi lado- muchas cosas en las que pensar.
-Mañana tendremos a todos los campistas detrás de nosotros- comenté cambiando de tema.
-Lo sé, y mañana conoceré a mis nuevos parientes.
Me reí.
-Seguro que les caes bien- sonreí.
-Eso espero- susurro.
-¿Quién será mi madre?- pregunte en voz alta.
-¿Afrodita? Eres muy linda.
Me sonroje.
-No lo sé, lo único que sé de mi madre es que tiene una voz muy bonita, y que se preocupa por mí, me guió hasta ustedes.
-¿Por qué no intentamos dormir un poco?- sugirió- mañana seguro que te reclama.
Cerré los ojos y me dormí junto a él como tantas veces habíamos hecho.
Los rayos de sol me impactaron en la cara, abrí con pereza los ojos, mire a la ventana, me había olvidado cerrar las cortinas pero en mi defensa diré que ayer mi mejor amiga, mi hermana, había sido convertida en un árbol antes de morir.
Me gire, a mi lado Luke seguía durmiendo tranquilo.
-Luke- lo zarandee- Luke.
-Cinco minutos más Thalía…
-Luke ¡despierta!
Abrió los ojos, y pronto me encontré con el azul cielo.
-¿Qué pasa?- preguntó mirando la habitación.
-¿No te acuerdas de nada?- pregunte en el ceño fruncido.
-Sí, pero esperaba que solo fuese una pesadilla- murmuro levantándose de la cama- voy a prepararme, haz tú lo mismo, nos vemos en la sala donde conocimos a nuestro querido directo- reí y cerró la puerta.
Me puse unos pantalones cortos y una camiseta naranja con un pegaso volando que decía Campamento Media sangre, y luego me peine un poco.
Una chica rubia bien peinada y con ropas que no eran de segunda mano me miraba a través del espejo, esa no podía ser yo, esa niña era muy guapa y parecía que no vagabundeaba.
Salí de la habitación y fui a la sala del otro día, Quirón y el señor D estaban allí.
-Buenos días- sonreí entrando en la sala.
-Buenos días Annabeth, espero que hayas pasado una buena noche- dijo mientras jugaba a las cartas.
Me fije en las cartas de centauro, quería tirar el rey pero al ver la cara del señor D pude ver que esperaba que tirara esa.
-Quirón será mejor que tires esta- señalé la sota.
El centauro me miró, parecía que me estaba analizando, pero aún así hizo lo que le dije, y gracias a eso pudo ganar la partida.
-¿Cómo sabías que el señor D quería que sacara el rey?- me preguntó mientras el director refunfuñaba que si no fuera por la mocosa molesta habría ganado.
-Pues por la cara del señor D, aprendí a leer las expresiones de la gente, es lo que te hace sobrevivir en la calle, además sabiendo que el rey nunca fue tirado y ya habían salido tres sotas es mejor sacar la sota- explique.
Quirón me sonrió.
-Algún día tú y yo podríamos jugar de pareja en el póker- me sonrió.
En ese momento entró Luke.
-Perdonen por el retraso- se disculpó.
-Tranquilo muchacho, Annabeth nos ha entretenido mientras te preparabas- Luke me miro expectante y yo me encogí de hombros- Luke tú te sentarás en el desayuno con la cabaña de Hermes.
-Pero y Annabeth…
-Annabeth se sentará con el señor D y conmigo, normalmente se sentaría con los de Hermes pero no queremos que la atormenten con muchas preguntas, solamente tiene siete años- explico Quirón.
Caminamos rumbo al comedor, de repente todos se callaron y nos miraron.
Tragué saliva, nunca me gustó ser el centro de atención, en mi casa cada vez que lo era siempre me ganaba una amenaza por parte de mi madrastra o incluso de mi padre.
-Annabeth estaré pendiente de ti, no te preocupes- Luke me dio un beso en la mejilla y sonreí.
Él camino hacia la mesa de Hermes y sentó en ella.
Yo en cambio seguí a Quirón y al señor D y me senté en su misma mesa.
-Campistas- el señor D se levantó- supongo que ya sabréis sobre que el pino que está allí es la hija de Zeus y que gracias a eso tenemos una barrera- dijo aburrido, me dieron ganas de gritarle que Thalía había dado la vida por nosotros pero miré a Luke y él negó con la cabeza- y se han incorporado dos nuevos campistas Duke Castilla y Anniebell Cheese- Quirón le susurro al oído- perdón Luke Castellan y Annabeth Chase, ahora comed.
Vi como los chicos se servían la comida y pedían sus bebidas a unos vasos.
-Agua con gas- pedí, y un trasparente liquido burbujeante apareció der la nada.
De repente todos los campistas se levantaron, mire a Quirón pidiendo una explicación.
-Síguelos- me dijo.
-Pero no entiendo, ¿por qué se levantan? Odio no entender- se rió.
-Lo hacen para quemar una parte de la comida y para…
-Hacer una ofrenda a los dioses- terminé por él, me sonrió complacido.
Camine tras los campistas y vi como tiraban una parte de la comida y luego dedicaban una oración a sus padres.
Tire unas frutas del desayuno y un poco de pan con mantequilla.
-Madre por favor dame una señal, sé que te preocupas por mí- y después volví a la mesa a terminar de desayunar.
Una hora después desearía haber sido reclamada como Luke, me encontraba en una sala viendo una espantosa película para introducirme en la mitología griega, pero yo todo eso ya lo sabía, Thalía y Luke se encargaron de explicármelo en su día.
Mire aburrida por la venta, los campistas corrían felices y me daban envidia yo quería correr, salir de ese cuarto pero no podía.
Puede ver como Luke caminaba tras unos chicos con rasgos de duendes y con sonrisas traviesas, esos deberían ser los de la cabaña once, pero había algo que no encajaba, solo ciertos chicos y chicas se parecían otros en cambio…
Recordé como Quirón me había dicho que debería estar en la cabaña de Hermes, ahí debían de poner a todos los semidioses que no sabían quién era su padre divino, me alegraba pero a la vez me aterraba que me pusieran en esa cabaña.
Me alegraba porque así podría estar con Luke, con mi héroe hermano, pero me aterraba porque primero no encajaría no me gusta robar como a ellos o hacer bromas, yo prefería quedarme en un rincón leyendo un buen libro, y segundo si iba a allí significaba que mi madre no me reconocería, que no era lo suficiente para ser su hija y eso me entristecía.
También vi como una niña, dos años mayor que yo, de pelo castaño grasiento, bastante musculosa y con ojos malvados se metía con un niño, el niño también tenía nueve años, como la niña, pero era rubio y sus ojos era grises.
Me dio pena ver al pobre niño, quería ayudarlo pero no podía salir de aquí.
Mire de nuevo la película, todavía pensando en aquel niño.
Cuando terminó la película Quirón vino a buscarme y me hizo un tour por el campamento, era increíble, tenían un lago de las canoas, tiro con arco, un muro de escalada que si no subías a tiempo te aplastaba, molaba.
-Y está en la arena- dijo.
-El campamento es alucinante- sonreí.
-Está pensado para que niños como tú puedan entrenar y vivir en el mundo real- asentí- Annabeth ¿sabes algo sobre tu madre?
Negué con la cabeza.
-Solo sé que tiene una voz bonita y maternal, me guió hasta Luke y Thalía cuando me escapé de casa- explique.
-Eso significa que le importas, pronto ella te enviara una señal- me animó.
-Quirón ¿tú sabes quién es mi madre?- pregunté.
-Tengo mis dudas- expresó- estoy entre Afrodita y Atenea.
-¿Por qué?- pregunté.
-Porque aunque no lo veas eres hermosa como una niña de Afrodita, y no es secreto que a la diosa le gustan los rubios- señalo a mi pelo- y Atenea porque eres muy inteligente además de que los hijos de Atenea suelen tener ojos grises como ella, pero los de Afrodita tienen la capacidad de cambiar el color de los ojos cuando les plazca, tal vez eso te pase a ti.
-Tal vez- murmure mirando al cielo, como si este me pudiera dar una pista de quien era mi madre.
-¡Quirón! Dos chicos se están peleando- gritó alguien.
-Si me disculpas tengo que resolver este asunto- asentí, y vi como Quirón se iba de la arena dejándome sola.
No estuve sola mucho rato, pues la niña de esta mañana traía por el cuello de camisa al niño rubio.
-Gusano- le dio una patada tirándolo al suelo- y dicen que tu madre junto a mi padre es la diosa de la guerra- rió- ¡ridículo!
El niño no dijo nada, simplemente siguió en el suelo.
-¿No te estás pasando un poco?- un niño muy parecido a la niña apareció- cuando se enteren los de su cabaña nos van a dar una paliza en capturar la bandera.
-No lo harán- dijo convencida la niña- nosotros somos mejores- le dio una patada al niño- ¡di algo!
-Por favor Clarisse, deja de pegarme, por favor- suplicó el niño.
La chica sonrió, y fue a darle una nueva patada pero el niño que apareció hace poco le frenó y comenzaron a discutir.
Yo me acerqué al niño rubio y lo ayude a que se pusiera en pie.
-¿Estás bien?- le pregunte.
-Sí, normalmente me suele dar más fuerte, hoy está de buen humor- explico- pero por haberme ayudado ira a por ti, y eres pequeña.
-No soy pequeña- gruñí- ya tengo siete años.
Él rió.
-Eres pequeña, yo tengo nueve, y la chica de allí también tiene nueve, normalmente los niños suelen llegar al campamento a los diez años.
-¿Cuántos años llevas aquí?
-Este es mi primer año, pero sigo siendo mayor que tú, por casualidad ¿no serás la niña que vino por la noche con el hijo de Hermes y la hija de Zeus ahora convertida en pino?
-Esa soy yo, y como ya he vivido en las calles y me enfrentado a monstruos tengo más experiencia que tú- dije orgullosa.
-Yo me enfrenté en un entrenamiento a un escorpión gigante- el niño hincho pecho.
-Pues yo me enfrente a un cíclope, el monstruo encerró a mis amigos y solo quedaba yo, imitó las voces de mis amigos incluso la de mi padre, pero yo fui más lista y le enterré mi daga en su pie, pegó un gran alarido y mientras él se quejaba yo liberé a mis amigos y pudimos huir.
-Guau, ¿enserio hiciste eso?- asentí.
-Si no me crees pregúntaselo a Luke.
-¡Increíble! Por cierto soy Malcom, hijo de Atenea.
-Annabeth Chase, hija de… no sé quien es mi progenitor divino.
Iba a hablar pero la llamada Clarisse le interrumpió.
-Hombre, si tenemos carne fresca- comentó Clarisse.
-Déjala en paz- Malcom se puso delante de mí- no ves que es pequeña, tiene siete años.
-Tienes razón, es demasiado pequeña y a mí me gusta más darte a ti- le pegó una patada.
Me enfade, no me gustaba que se metieran con mi nuevo amigo.
Empuje a Clarisse haciéndola caer al suelo, mientras ayudaba a Malcom a levantarse de nuevo.
-No te metas con él- gruñí.
-¿Y quién va a detenerme?- pregunto riendo- eres solo una cría, y tu amiguito un debilucho, y yo tengo a mi hermano Malvin, los dos somos hijos del dios Ares.
-Seré solo una cría, pero puedo contigo- aseguré.
Clarisse le hizo una seña a Malvin, ahora que lo notaba Malvin era mucho más mayor que Clarisse, tenía unos catorce, como Luke.
Apretó el puño dispuesto a pegarme pero alguien lo derribo, lo miré mejor y sonreí Luke le había derribado.
-Dos contra dos, eso es lo justo- dijo colocándose a mi lado.
-Me impresiona la confianza que tienes en esta mocosa- dijo Clarisse.
-Esta mocosa, como tú la llamas, es muy capaza de todo, sin ella no hubiéramos llegado al campamento.
Malvin fue a por Luke, pero como era de esperarse Luke lo derribo, él estaba dominando.
Me centré en Clarisse, dio un paso y me intento dar un puñetazo pero era más rápida, sonreí daba un paso antes de pegar, aproveche eso a mi favor y cuando tuve la oportunidad la derribe.
Mire alrededor no me había dado cuenta de que un montón de campistas nos observaban, eso solo hizo que sintiera más coraje, tenía que demostrar lo que valía.
Clarisse cargo contra mí, pero la esquivé y volví a tirarla.
Luke se colocó a mi lado, los dos hijos de Ares se encontraban tirados en el suelo, mientras Luke solo tenía un moretón en el pómulo, a mí Clarisse ni me había tocado.
-¿Qué está pasando aquí?- Quirón apareció.
-Clarisse se estaba metiendo con mi amigo, y yo solo lo defendí- explique.
Clarisse se levanto y se puso delante de mí.
-Eres una no reconocida, tu progenitor divino no te quiere es más se avergüenza de ti por eso no te ha reconocido.
-¡Cállate!- le espeté.
-No te quiere- repitió.
-¡CÁLLATE!- grité, y la cogí por la mano y le hice una llave de judo, acabo de nuevo en el suelo- tú deberías sentirte avergonzada, pues eres la hija del dios de la guerra pero has perdido contra una niña de siete años.
Iba a decir algo cuando todos abrieron la boca.
-Tu cabeza- dijo Luke.
Mire hacia arriba y encima de mí había un holograma de una lechuza.
-Salve Annabeth Chase, hija de diosa de la artesanía, las artes, la guerra, la estrategia y la sabiduría, Atenea.
Malcom se colocó a mi lado.
-Hola hermanita- sonrió.
-No me llames así, porque seas mayor no significa que me tengas que llamar así.
-Lo que tú digas hermanita.
Rodé los ojos.
