Bueno, hacía mucho que quería escribir algo con Francia e Ingaterra, pero temo que Iggyto es bastante más de lo que puedo manejar, así que al final salió esto XD.

Es un fic yaoi y los personajes no son míos XD


Sus ojos azules se clavan en la persona que dormita tranquila a su lado y sonríe, no sabe como puede adorarle de ese modo aun después de tantos años, pero es así… recuerda aquellos tiempos cuando eran unos niños, su afán de molestarle, de burlarse de él, un modo de atraer su atención, aunque en esa época ninguno de los dos lo hubiera notado.

Después todo había sido competencia entre ambos, demostrar quien era mejor, quien tenía más territorios, más poder. Su mano no se resiste al impulso de vagar por sus cabellos rubios de forma suave, sonríe aun más al sentir como la cabeza se mueve buscando más contacto. Ha tenido muchos amantes, más de los que podría llegar a contar quizá, pero ninguno como el ingles, ninguno que pueda hacerle sentir de esa manera o hacerlo sentir como él con el simple hecho de verlo dormitando en su cama.

Levanta la vista al techo, pensando en los muchos momentos en que juro odiarle, las muchas peleas que han tenido, algunas como aliados… las más como enemigos, y aun así, en el campo de batalla, en medio de todo aquel horror, sus ojos siempre han logrado encontrarse en un segundo, sabe que están conectados, siempre lo han estado, de un modo o de otro. Es su todo, ha sido su enemigo, si, pero también ha sido su aliado, su amigo, su hermano, su confidente y ahora su amante, era el inevitable desenlace simplemente.

Lo siente moverse un poco y agacha la vista para observarlo, no le importa parecer un acosador, ya lo es desde la primera vez que poso su mirada en aquellos ojos verdes coronados por las espesas cejas rubias. Estira un brazo y lo pega más contra su cuerpo, sintiendo el calor que desprende, Arthur rodea su cintura con sus brazos y acomoda su cabeza sobre su pierna en busca de una posición más cómoda, una sonrisa satisfecha se dibuja en su rostro dormido y el francés no puede sino sonreír también, quizá un poco divertido por ese hecho, porque el ingles no suele sonreír abiertamente con facilidad, pero a su lado lo hace algunas veces, y cuando esta dormido lo hace siempre.

Y le gusta verlo así, de esa forma tan relajada, abandonado al sueño y permitiendo que fuera el quien le cobijara y le protegiera. Demostrando que pese a todo, confía en el, confía en que le cuidara hasta el amanecer, que se quedara a su lado y que no va a dejarlo… Se ríe bajito al darse cuenta de lo cursis que son sus pensamientos, incluso para sí mismo, pero es que no consigue evitarlo en esos momentos, además no por nada es el país del amor ¿no? Se justifica a si mismo sin tomar realmente mucha importancia a ello.

—¿Qué haces frog?— la voz dormida lo sobresalta un poco y gira su cabeza para ver a su pareja —Vuelve a dormir

—Pero ya esta amaneciendo mon amour —lleva su mano a su mejilla, acariciándola suavemente

—Dije que te duermas— se queja el ingles dándose la vuelta y soltando un bostezo, es uno de esos extraños momentos en que probablemente aunque fuera medio día seguiría durmiendo, se siente agotado y sus parpados se niegan a abrirse

—Lo que digas entonces— se ríe un poco más volviendo a acostarse y rodeando el cuerpo más pequeño entre sus brazos — Al parecer ni una buena noche te saca el mal carácter— se burla un poco en broma, pero sus pullas no reciben más respuesta que un suave ronquido, al parecer realmente lo ha dejado agotado y no puede evitar sentirse más satisfecho por ello.

Deja un breve beso en la nuca frente a él y cierra los ojos, dejando que Morfeo le arrastre nuevamente al mundo de los sueños, esos que están plagados de memorias, muchas de ellas compartidas con el hombre que ahora descansa tranquilamente en su abrazo.