Hello world! esta es una traducción de un fic (con permiso de la autora) que me gusto mucho
Disclaimer: este fic pertenece a 4mation, traducido por mi y corregido por elyshakespeare. Los personajes pertenecen a Disney
Cuando Anna les dijo a sus padres que quería conseguir un trabajo de medio tiempo en la universidad lo tomaron de manera divertida pero tranquila. Cuando ella les dijo que quería trabajar de barista estaban terriblemente confundidos y adecuadamente horrorizados.
Anna había sido excluida de la cocina por muy buenas razones, pues cada vez que entraba insistiendo en que podía ser de ayuda, algo tenía que salir mal. Un toque suyo sobre la cena y esta terminaba convertida en un Apocalipsis. La olla se desbordaba, el pan terminaba quemado después de que se prendiera en llamas de manera inexplicable, el pollo se rostizaba hasta quedar negro, La carne siempre salía rara sin importar el tiempo que se dejara en el horno, el pastel terminaba en un desastre de trozos duros como rocas y su padre aun estaba tan traumatizado por su "Sundae de frutas increíblemente épico" que después de cuatro años aun no podía ver la piña y el sacacorchos de la misma manera. Por suerte la madre de Anna le había prohibido cortar verduras o su querida hija, increíblemente torpe, tendría algunos dedos menos.
Teniendo en cuenta estas experiencias, era razonable que sus padres no estuvieran muy dispuestos a dejar que Anna asumiera un trabajo que no sólo implicaba la cocina, sino también múltiples recipientes de agua hirviendo, una gran cantidad de leche caliente, manos hábiles y elegantes y cuidado meticuloso. Le tomó la mayor parte del primer semestre, berrinches y lloriqueos sin fin, unos 15 viajes de culpabilidad y excelentes notas antes de que sus padres finalmente aceptaran, rezando para que la fantástica locura de Anna solo terminara en pequeñas quemaduras.
No debieron haberse preocupado. A pesar de su torpeza casi sobrenatural y sus extraordinariamente terrible habilidades culinarias, Anna lo hizo sorprendentemente bien como barista. Tal vez fue, porque era una sobresaliente estudiante de arte de su curso en la universidad o tal vez era que Anna en si no era la responsable de entregarle el café a los clientes, pero no tardo mucho para que Anna se convirtiera en la favorita del Starbucks del campus, con su actitud llena de vida y alegría y su naturaleza amable pronto se gano a sus compañeros de trabajo y gerente, lo suficiente como para que nadie se quejara de algún plato roto de vez en cuando.
Con todo, Anna estaba feliz. Le encantaba su trabajo, disfrutaba de la compañía de sus compañeros de trabajo y a menudo encontraba la inspiración para su siguiente obra de arte, mientras dibujaba delicadas flores y corazones en la espuma cremosa de los lattes y capuchinos. Estaba contenta y en paz, y estaba convencida de que nunca había sido más feliz.
Entonces, ella entro.
Era un cálido día de verano cuando una joven mujer abrió la puerta. La campana sonó alegremente a su entrada, y Anna levanto la vista de su café mocha recién hecho para ver de quien se trataba, con la esperanza de que fuera su almuerzo. Julia se había ido hace 40 minutos y Anna tenía hambre.
Todos los pensamientos sobre su sándwich huyeron cuando poso los ojos en la diosa que acababa de entrar.
Era alta, pero delgada (esbelta fue la palabra que vino a la cabeza de Anna), y su piel era blanca como la nieve. Llevaba una blusa azul claro y unos cómodos pantalones cortos, dejando sus largas piernas pálidas desnudas (las que Anna definitivamente no estaba admirando). Su cabello rubio platinado estaba atado en una sola trenza que le caía por encima del hombro. Pero la característica más perceptible de la chica, eran el par de gafas de sol que le cubrían el rostro y el bastón con el que sondeaba suavemente a su alrededor.
Irma corrió a ayudar a la mujer ciega, dándole la bienvenida amablemente al Starbucks, y ofreciéndole ayuda para encontrar asiento. La rubia sonrió en señal de agradecimiento y asintió en afirmación dejándose guiar a una mesa junto a la ventana. Su cabello brillo intensamente a la luz del sol cuando se sentó suavemente en la silla, apoyando el bastón en el asiento de al lado. Irma saco una libretita y bolígrafo para tomar la orden de la chica, quien sonrió ligeramente al pedir un café helado.
A la vista de la sonrisa de la rubia, Anna se derritió. Era una cosa tan pequeña, en realidad solo era una ligera curva hacia arriba de la comisura de los labios, pero seguía siendo una de las cosas más hermosas que jamás había visto. De hecho Anna estaba tan embelesada que no fue hasta que su compañera Tiana le dio un ligero golpe en la nuca con la libreta de pedidos que se dio cuenta de que había estado mirando. Avergonzada, Anna bajo la cabeza y trato de distraerse calentando el jarabe de chocolate, sonrojándose cuando noto la sonrisa de Tiana a sabiéndose descubierta.
Ajena a su admiradora pelirroja, la chica metió la mano en su bolso y saco un libro. Arrastrando suavemente su dedo atreves del braille, leyó en silencio, si enterarse del sentimiento que había desarrollado la barista hacia ella.
Su nombre era Elsa, había sido transferida a la Universidad de Arendelle recientemente, estaba estudiando un posgrado en Arquitectura, era ciega de nacimiento y (lo más importante) estaba soltera.
Anna había recolectado toda esta información a través de una extensa investigación, fragmentos de conversaciones y los libros y mochila etiquetados con el nombre de la rubia. Al parecer Elsa era una especie de estrella en la facultad de arquitectura e ingeniería, después de todo ¿Quién había oído hablar de un arquitecto ciego?
Según Belle, Elsa era tranquila y reservada, solía sentarse en silencio a escuchar atentamente en la parte delantera del salón, era educada y amable, pero nunca se esforzaba por relacionarse con los demás. Jamás rechazo o acepto algún intento de amistad, se sentía cómoda estando sola o acompañada. Nunca busco la compañía de otros, pero la compañía siempre parecía encontrarla. Al ser hermosa, inteligente y elegante, Elsa rápidamente se convirtió en el blanco de los afectos de muchos pretendientes, pero todo cortejo terminaba en nada, Elsa no parecía mostrar interés en ellos y en el mejor de los casos toleraba la atención lo mejor que podía.
Esta multitud de admiradores era la razón principal de que Elsa pasara la mayor parte de sus tardes en el Starbucks, fue lo que Rapunzel le dijo a Anna mientras compartían un plato de nachos durante el almuerzo. Según le había dicho Eugene, quien lo había oído de Eric, que le había comentado Hans que en realidad Elsa era lesbiana de closet, aunque Rapunzel le había confesado que no estaba segura cuanto de eso era verdad y cuanto era rumores inventadnos por frustrados pretendientes rechazados. Rapunzel, conociendo demasiado bien a su amiga como para creerse la fingida indiferencia de Anna y arqueo una ceja divertida cuando esta trato de ocultar su sonrisa tomando un puñado de jalapeños y luego se echó a reír a carcajadas cuando el chiste improvisado de Anna la obligo a corre al baño con los ojos lloroso y ardor en la boca.
Todo esto le ayudo a Anna a hacerse una idea de quién era Elsa, pero no era suficiente. Ella quería saber los detalles, las pequeñas cosas, las complejidades de Elsa, el tipo de cosas que solo los amigos y familiares sabrían. Estaba tan fascinada por la rubia que no podía conformarse con un resumen básico por lo tanto Anna inicio su misión para convertirse en amiga de Elsa.
El primer intento de Anna era bastante simple: durante su descanso se quito el delantal y camino con seguridad hacia la mesa donde estaba sentada Elsa, en su habitual sitio junto a la ventana. La chica mayor estaba absorta en el libro que leía, los dedos volaban atreves de las letras. Vacilo un momento, no quería molestar a la rubia, pero rápidamente alejo la duda. Si quería convertirse en amiga de Elsa, ella tendría que hacer el primer movimiento.
-Hola- dijo amablemente -¿te importa si me siento aquí contigo?-
El dedo de Elsa se detuvo en la página y miro a Anna. O, más precisamente, miro en la dirección de donde provenía la voz de Anna, lo que significaba que en realidad miraba hacia un punto perdido sobre el hombro derecho de la chica.
-Si, claro- respondió amablemente -toma asiento-
Animada por dentro (primera fase completada!) Anna sonrió y tomo asiento frente a la rubia. Elsa reanudo su lectura sin prestar mucha atención a la pelirroja. Anna decido que eso era realmente desconcertante, el hecho de que la otra mujer estaba completamente absorta mientras seguía "mirando" hacia donde estaba Anna.
-Tú nombre es Elsa ¿verdad?
El dedo de Elsa se detuvo nuevamente. Esta vez, levanto el dedo fuera de la página y coloco un separador entre las hojas, cerró el libro y lo coloco junto a sus otros libros apilados sobre la mesa. Sonrió de manera alentadora a Anna
-sí, lo es, y el tuyo es Anna ¿cierto?
-Si!- exclamo Anna sorprendida- ¿Cómo lo sabes?
- He escuchado a Tiana gritarte que olvidaste apagar la estufa las suficientes veces como para reconocer tu voz- dijo Elsa sonriendo
-Conoces a Tiana?- fue lo único que se le ocurrió decir al sentir sus mejillas rojas por la vergüenza
-Ella me mostró los alrededores en mi primer día- respondió Elsa –Es gracias a ella que se de este lugar
-¿así que eres fan del café?- pregunto Anna
Elsa sonrió
-en realidad no. Es demasiado amargo para mi gusto, pero me gusta el ambiente de aquí, es, no sé, relajante, supongo-
- sí, lo es - Anna agrego, apreciando a su alrededor. El café tenía un ambiente cálido y acogedor. Ya sea que estaba lleno de estudiantes serios en sus laptops o parejas asquerosamente dulces.
Elsa tomo un sorbo de su café helado e hizo una mueca. Tanteo alrededor de la mesa buscando el azúcar -¿y qué hay de ti?
Anna sonrió –bueno, soy barista, así que es un poco obvio que me gusta el café, especialmente el olor, no hay nada igual, sobre todo cuando estas cansada de las clases de la mañana!-
Los sabios de Elsa se curvaron en una pequeña sonrisa.
-en realidad, me preguntaba ¿Cómo es que sabes mi nombre?-
En retrospectiva, Anna debió haber planeado esto un poco más, así tal vez, le habría dado tiempo de pensar en una respuesta coherente, creíble, y no espeluznante que explicara el porqué básicamente había estado acechando a Elsa. Como sucedía cada que la tomaban desprevenida, y sorprendida por la misma pregunta, Anna hizo lo que siempre hacia cuando entraba en pánico: Hablar, hablar mucho.
-¿Uh, tu nombre? Yo… pues lo vi en tu bolsa y me preguntaba si ese era tu nombre, así que lo comprobé el otro día, porque realmente quería saber, ya que siempre estás aquí, y me gustaría poder conocerte mejor, por eso averiguaba sobre ti, no es que fuera una acosadora, mas como "quien es ella" y ese tipo de cosas, si eso tiene sentido. ¿Qué estoy diciendo? Eso no tiene sentido, y ugh, estoy haciendo un desastre de esto ¿no es así? Y ahora seguramente piensas que soy una completa rara. No es que seamos raros, quiero decir, tu eres rara, es decir tú no eres rara, yo soy rara, tu eres hermosa… espera ¿Qué?-
Y con esto Anna escondió la cara entre sus brazos, completamente avergonzada y segura de que no había convencido a Elsa de que no era una acosadora.
Por suerte para ella, Elsa logro hacer frente a la graciosa avalancha de información. Los lentes cubrían sus ojos así que era difícil saber que estaba pensando, pero su rostro se mantuvo inexpresivo mientras trataba de encontrar una respuesta, se distrajo así misma al verter un poco de azúcar en su café, no estaba del todo segura que hacer con la extraña chica, pero debía admitirse así misma que se encontraba fascinada con la peculiar barista, extrañamente linda. Ella había tenido su parte justa de admiradores, y después de ese arrebato estaba bastante segura de que la chica era un admirador más, pero ninguno de ellos había sido tan sincero acerca de su fascinación hacia ella. Si bien, sin duda fue incomodo, sentía que la chica se merecía una oportunidad o por lo menos un consuelo para asegurarle que no había sido un desastre del todo su primer encuentro.
-bueno, eso es interesante, supongo- logro decir Elsa. La declaración no logro aliviar el incomodo silencio que las rodeaba, en todo caso solo sirvió para que Anna se hundiera mas entre sus brazos, soltando un gemido lastimero. Elsa suspiro y volvió a intentarlo.
-mira yo… estoy halagada por todo el esfuerzo que has puesto en tu… investigación, supongo que lo llamaremos así?, creo que sé porque estás haciendo esto, pero no quiero darte una falsa impresión. Definitivamente estoy un poco confundida en este momento, pero parece que tu también, huh?
La respuesta de Anna fue un murmullo avergonzado. Sosteniendo un suspiro de frustración, Elsa se inclino sobre la mesa para poner la mano sobre el hombro de la chica, bueno, donde ella creía que estaba su hombro, en su lugar término acariciando torpemente la parte superior de la columna vertebral de la barista.
-Hey, vamos. No todo el mundo es bueno con las presentaciones, ok?-
-lo siento- dijo Anna desde el hueco en su codo –probablemente ahora piensas que estoy completamente loca ¿no es así?-
-Bueno si- Admitió Elsa. Quería que la niña sacara la cara de entre los brazos, pero no sabía dónde estaba su hombro y no quería enviar el mensaje equivocado tocando a ciegas, así que volvió a acariciar la nuca de la chica –pero, me gusta la locura-
Ante eso, Anna finalmente se animo a levantar la cara de entre los brazos
-¿en serio?-
Elsa se mordió el labio en señal de frustración. Normalmente era ella la tímida que no tenía que hacer conversación. Definitivamente no era buena en esto.
-si, en serio, normalmente la gente trata de cuidar de mi como si estuviera hecha de cristal o algo parecido, lo que significa que termino escuchando a personas que tratan de cuidar lo que dicen para no ofenderme o algo, esto es… de alguna manera, refrescante? Tener a alguien que acaba de decir toda la verdad y ser honesta en lo que piensa sin tratar de cuidar sus palabras-
-lo siento- dijo Anna dócilmente, se hecho el cabello hacia atrás nerviosa y avergonzada –hice las cosas muy incomodas ¿no es así?
-Está bien- dijo Elsa aliviada de que la otra chica parecía haberse recuperado. Ella era terrible en materia emocional –Solo trata de no ocultarte de este modo de nuevo conmigo, si? y, si tu quieres hablar solo habla, por favor no te avergüences de nuevo-
-Lo siento- volvió a repetir Anna.
Un incomodo silencio se instalo entre las chicas, ambas pensaban en que decir. Anna trataba de no soltar todo lo que sabía de la otra chica y Elsa trataba de pensar en cómo preguntarle a la barista cuanto había investigado sobre ella sin que esta se avergonzara de nuevo. El silencio se prolongo hasta que Anna noto uno de los cuadernos de Elsa colocado entre el montón de libros apilados en la mesa.
-¿Qué es eso?-
Elsa salto cuando la voz de Anna la saco de sus pensamientos
-Perdona ¿Qué?-
Anna se inclino para ver mejor
-En la cubierta del cuaderno parecen… garabatos? Estrellas? Hexágonos? Copos de…?
La mano de Elsa voló sobre la mesa para tomar el cuaderno. O lo intento, en lugar de eso su mano golpeo la taza provocando que el café helado se derrame sobre la mesa. Anna se echo hacia atrás cuando Elsa, ignorando el café, trato desesperadamente de meter todos sus libros en su bolsa. Sin embargo, en su carrera de pánico, su gracia normal fue sustituida por movimientos rápidos e imprudentes de sus extremidades, lanzando tres de sus libros al suelo, ya que falló al tratar de meterlos en la bolsa. Frustrada, tiro la mochila al piso y gateo tratando de encontrar los libros, su ataque de pánico se detuvo cuando sintió la mano de Anna en su hombro. Amablemente, Anna le puso sus libros en la mano.
-Lo siento- se disculpo Anna –no sabía que era algo personal-
Al darse cuenta del espectáculo que acababa de hacer y notar que seguía de rodillas en el suelo con las gafas torcidas, tomo dócilmente los libros y los empujo dentro de la bolsa. Se levanto y acomodo sus gafas tratando de no mostrar lo avergonzada que estaba. Anna la ayudo y le entrego su bastón procurando ocultar su preocupación y confusión. Elsa dejo escapar un profundo suspiro.
-Lamento eso, no quise reaccionar así solo… ya sabes, no estoy lista para compartir algo como esto. Lo siento-
-No tienes que disculparte- le aseguro Anna a la rubia, levanto los brazos para tocarla, pero lo pensó mejor y los dejo caer nuevamente a sus costados –No debería haberme entrometido. Fue mi culpa.
Elsa negó con la cabeza.
-Aun así, eso no es excusa para mi comportamiento. No debería de haber reaccionado así, fue impulsivo e incorrecto-
Se quedaron ahí, incomodas de nuevo. Anna cambio su peso de un pie a otro, mordiéndose el labio, y los dedos de Elsa se tensaban sobre las correas del bolso. Finalmente Anna dejo escapar una risa ante lo absurdo de la situación
-Parece que ambas nos vimos tontas hoy ¿huh?-
Elsa no pudo evitar reír levemente
-supongo que las dos somos realmente malas conociendo gente-
-Oh, nada de eso- dijo Anna sonriendo levemente –Creo que ambas aprendimos algo nuevo de la otra, y en serio, ¿Qué más se puede esperar de un primer encuentro? Creo que salió bastante bien-
Elsa volvió a reír.
-Bueno, pero si eres optimista-
-Tengo que serlo- respondió Anna ensanchando su sonrisa –Si no lo fuera no sería capaz de pedirte tu numero después de todo esto-
Elsa sonrió ante la alegría en la voz de Anna
-¿Y qué te hace pensar que te daré mi numero?- pregunto Elsa de manera bromista
- Oh no lo sé- respondió Anna dramáticamente, relajada ahora podía estar tranquila ya que Elsa no parecía creer que fuera un fenómeno de la naturaleza –Tal vez ¿por qué necesitas que alguien te diga lo increíble que eres y hablar sobre lo mucho que le gustaría conocerte?-
Elsa se echo a reír
-Si lo pones de esa manera- respondió sonriendo y buscando en su bolso. Busco a tientas el pequeño bloc de notas con el lápiz, cuando lo encontró escribió lenta y torpemente el número de teléfono, haciendo su mejor esfuerzo para no escribir los números uno en cima del otro. Arranco la hoja y se la entrego a Anna que hizo todo lo posible para disimular su sonrisa.
-Llámame ¿de acuerdo?- dijo Elsa divertida por la alegría que irradiaba la otra chica. Ella prácticamente podía sentir su emoción.
-Por supuesto que lo hare- exclamo Anna –Pero ¿Cuándo debo hacerlo? ¿Estás ocupada esta noche? ¿Cuándo haces tú tarea? ¿Al menos tienes tarea? ¿De qué estoy hablando? Estas haciendo un posgrado en arquitectura por supuesto que tienes tarea ¿Acabo de decir que estás haciendo un posgrado en arquitectura? Oh Dios mío, ahora probablemente me veo aun mas como un acosador. Espera ¿Qué?
Elsa se echo a reír nuevamente
-Anna relájate, llámame a eso de las 8 de la noche, siento que tenemos mucho de qué hablar- Elsa se sonrojo, avergonzada de su repentino descaro -¿De verdad crees que soy hermosa?-
-um…- Tartamudeo la chica, que ahora parecía un rojo pez de colores gesticulando con la boca, tratando de decir las palabras que su cerebro no estaba enviando –oh, bueno, eso…
-Estoy bromeando Anna- dijo Elsa riendo. Cambio su bolsa al otro hombro y se aseguro de que sus gafas estaban bien acomodadas, comenzó a caminar hacia la puerta, solo para ser gratamente sorprendida por Anna, quien la tomo del codo y suavemente la guío a la salida. Elsa se mordió el labio para ocultar la estupida sonrisa que se estaba formando en su rostro, sin saber que Anna estaba completamente radiante.
Cuando Anna abrió la puerta para ella, Elsa puso la mano en el pecho fingiendo sorpresa.
-Bueno, parece que eh encontrado a mi caballero de brillante armadura. Gracia, buen señor, por salvarme de la tiranía de las puertas cerradas-
Anna se ruborizo, preguntándose si su acto de caballerosidad había sido un poco demasiado evidente, y el color en sus mejillas se profundizo cuando Elsa tanteo su cuello tratando de encontrar el mentón de Anna. Tan pronto como ella lo tenía firmemente agarrado, Elsa acerco a Anna para depositar un beso en su mejilla.
-Bueno, hablamos mas tarde. Gracias por estar conmigo hoy-
Y luego la rubia salió, con el bastón golpeando delante de ella mientras regresaba a su dormitorio, dejando a Anna en la puerta con la cara tan roja como su cabello.
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