Hola, antes que nada, gracias por elegir leer esta historia, espero les guste. Esta no es mi primer historia pero cada que escribo algo siento que es la primera vez que lo hago, siempre me emociona el que alguien lea lo que escribo, pero no les quito más tiempo, disfruten.
-Recuerdos
-Tiempo actual
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Se dice mucho sobre el amor, cada quien opina de acuerdo a su experiencia, a su propia perspectiva. A decir verdad para mí el amor es todo y nada a la vez, es doloroso, te llena de miedos e inseguridades, te quita el sueño y dejas de ser dueño de ti mismo.
En la vida real no hay príncipes azules ni damiselas encerradas en torres buscando ser rescatadas ¿entonces que es lo que lo hace tan atractivo?... lo incierto…es tan misterioso que terminamos cayendo hacia sus encantos.
El amor que todos hemos vivido alguna vez nos parece mejor que cualquier historia que hayamos visto u oído ¿Por qué? Porque es nuestra historia, esta no tiene finales felices, no es perfecta y al final siempre termina doliendo, pero…es real, así haya sido un minuto, una mirada o un suspiro…fue real, paso y pudimos probar de aquellas mieles amargas de aquello que los dioses han nombrado como "AMOR"
Esta no es una historia de amor común ¿tiene un lindo final? ¡Claro que sí! Pero por favor no se hagan ilusiones, ni den por hecho nada, esta es MI historia de amor.
Una sonrisa adorno mi rostro antes de que unos labios suaves se posen sobre los míos, el chico delante de mí se aleja para volver a beber de la taza que está delante de el mientras yo observo la rebanada de pastel de chocolate delante de mí, dice algo que me hace reír.
Observo a mi alrededor, hay mucha gente, el centro comercial está lleno, la navidad está cerca, hace frio, vuelvo a mirarlo y me pongo un poco nerviosa, juego con el anillo que llevo en la mano, él lo nota, me vuelve a besar, yo sonrió, y como pastel. Quien diría que todo terminaría así, aún recuerdo como empezó todo a pesar de que fue hace tantos años.
7 años atrás…
Puedo ver como el vapor que sale de mi boca se elevaba hacia el cielo, hacía mucho frió, no había mucha gente en las calles, mis pasos eran lentos al igual que los del chico que iba a mi lado, intentaba acomodar algunos mechones de mi cabello mientras pensaba en que debería de levantarme un poco antes, quizás así me daría tiempo de peinarme.
― te has vuelto a quedar dormida, cada vez es más seguido― escuche decir a mi acompañante, me gire a verlo, era más alto que yo, su piel era pálida y su cabello azulado obscuro le tapaba casi la mitad de la cara.
― no escuche la alarma― dije esperando que olvidara el tema.
― ¿no será que pasaste la noche pensando en ese chico?― pregunto con un toque de malicia.
Justo lo que quería evitar.
―te he dicho que no escuche la alarma― pude sentir como mis mejillas se calentaban ante la sola mención de aquella persona.
― Si tú lo dices…he Kairi, por cierto ¿Cuál dices que es su nombre?― pregunto y no me quedo más que responder.
― Riku…su nombre es Riku.
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― ¿Kairi?― escuche decir al chico que tengo delante mío.
― ¿si?― pregunte curiosa aun cuando sabía lo que iba a decir.
―nada, solo que por un momento parecías distante.
Yo sonreí, tome el último sorbo de mi bebida y le tome de la mano.
― no es nada, solo estaba recordando algunas cosas―
Vi como pagaba la cuenta y ambos nos levantamos, yo tome su brazo y comenzamos a caminar lentamente, en verdad que había mucha gente. Me emocione al ver el gran árbol de navidad que estaba justo en medio de la plaza.
―venga, tomémonos una foto― dije con mirada suplicante.
― ¿acaso tienes cinco años?― dijo el un tanto burlón.
Yo comencé a hacer un puchero y el termino accediendo.
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Tal y como era de esperarse llegamos tarde, tuvimos que pasar el resto de la primera clase de pie delante de dirección, honestamente no me importaba, lo que me incomodaba tanto era que la dirección quedaba justo delante del salón de "el", este sin duda no era mi día.
― de saber que nos iban a castigar hubiéramos llegado mucho después, total, el castigo hubiese sido el mismo― pude escuchar a Zexion quejarse.
― de saber que esto pasaría simplemente me hubiera quedado en mi cama― dije sin muchos ánimos.
El resto de la hora no pude despegar la vista de la puerta que tenía enfrente de mí, no sabía si era buena o mala suerte, pero esta jamás se abrió y me sentí aliviada y a la vez desilusionada.
El timbre por fin sonó, apenas escuche a la secretaria que ya nos podíamos retirar tome a Zexion del brazo y corrí lo más rápido posible.
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―señorita Usui―pude escuchar decir al profesor que se encontraba delante de mí y que interrumpió mi sagrado sueño ―ya que la clase le aburre tanto la invito a salir― dijo señalando la puerta. En mi mente sonó algo así, "largo de mi clase, nos vemos en regularización"
Justo cuando estaba por salir observe a Sexion quien me hacía señas para que me limpiara un pequeño rastro de baba que adornaba mi mejilla. Una vez que la puerta se cerró detrás de mí me dirigí hacia los lavabos, un poco de agua fría en mi cara me ayudaría un poco.
Sin duda alguna alguien halla arriba me odia; todo paso en cámara lenta, un chico alto, pelo plateado y unos intimidantes ojos verdes se acercaba a mí con una sonrisa, a un lado de él iban otros dos chicos a los cuales ignore completamente, mis mejillas comenzaron a arder y olvide como respirar.
"solo di hola, solo di hola" me repetía una y otra vez, pero como ya dije, alguien arriba me odia ―ho…da…dada―dije lo suficientemente alto como para que me lograra oír.
―hola Kairi― dijo sonriente sin detener su camino y dejándome como una completa idiota.
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El gélido aire me golpeo directo en la cara, saque los guantes de mis bolsillo, ya había obscurecido y la neblina dificultaba un poco la claridad.
―joder, que frió― dijo él.
―es diciembre ¿Qué esperabas?― dije yo mientras soplaba mis manos para calentarlas.
Él le hizo la parada a un taxi y ambos nos subimos.
― ¿tu departamento o el mío?― dijo susurrando en mi oído.
Yo reí un poco nerviosa, después observe sus ojos, le bese en los labios y también le susurre al oído.
―el tuyo está más cerca―
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―espera, espera― decía Zexion mientras caminaba junto a mí de vuelta a casa ―dijiste "Dada" en vez de hola― su risa se hizo más fuerte mientras yo suplicaba que tanta risa le provocara un infarto.
―no es para tanto, estaba semi-dormida, no sabía lo que decía― intente justificarme.
―aun así debes admitir que sonó patético― dijo mientras intentaba recuperar el aliento.
―eso no me preocupa, tengo cosas más importantes en mente― dije para que dejara de molestar.
― ¿Cómo los exámenes finales? O ¿el día de San Valentín?― dijo mi amigo como si lo segundo fuera más importante.
―como el que te iras al terminar el curso― dije sin muchos ánimos.
El permaneció en silencio unos minutos, como buscando las palabras adecuadas.
―seguiremos siendo amigos ¿no?― se detuvo y extendió el dedo meñique.
―es una promesa― dije yo antes de entrelazar nuestros dedos meñiques.
"una de las cosas que aprendes cuando creces, es que no todas las promesas se pueden cumplir"
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El recorrido era silencioso, mi cabeza estaba recargada en su hombro, el chofer encendió el radio y una canción bastante mala comenzó a sonar, me acerque a la ventanilla y baje el cristal para dejar entrar un poco del frió aire.
―estás loca, cierra eso, hace demasiado frió― dijo mi chico.
― lo sé, pero sabes que amo cuando el clima esta así― dije sintiendo la brisa sobre mi rostro.
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―por favor, por favor, por favor― podía escuchar a mi amigo suplicar mientras yo solo miraba la ventana―
― ¿cuantos NO, debo decir para que me entiendas?― dije ya un poco molesta.
―Kairi ¿es que no lo ves?, ¡esta es tu oportunidad!― decía señalando un buzón que en realidad solo era una estúpida caja forrada con muchos corazones de un chillante color rojo ―solo escribe una carta, la metes al buzón, se la entregan y si te responde ¡que mejor!―
―solo olvídalo― ya en este punto mi paciencia estaba por estallar.
―no lo haré, me iré y al menos quiero asegurarme que mi mejor amiga no morirá sola y amargada pensando en su amor imposible de secundaria― dijo demasiado rápido para mi gusto.
Se me ocurrieron un sinfín de buenos argumentos, pero por un segundo la idea no sonó tan mal, solo basto un segundo para poner mi mundo de cabeza, solo un jodido segundo.
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Apenas bajamos del taxi nos metimos corriendo al edificio, esperamos pacientemente el elevador.
―tengo las manos heladas a pesar de los guantes― dije mientras me quitaba uno y acercaba mi mano a su rostro.
―yo me encargo de calentarlas― dijo con una sonrisa pícara antes de entrar al elevador.
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Quien diría que mandarle una carta al chico más popular de la escuela iba a ser tan problemático, a pesar de que fue el quien comenzó a hablarme a mi primero, lo ignore, ¿Por qué? No lo sé, aún sigo pensando en la respuesta.
Fue una semana después que mi mundo se comenzó a poner de cabeza, corría alrededor de la cancha de Fútbol, a pesar del frió podía sentir unas gotas de sudor en mi frente, el silbato del entrenador indicaba que apresuráramos el paso.
― es frustrante que él no haga nada― decía Zexion quien corría a mi lado.
―creo que es más frustrante eso― dije señalando a un grupo de 3 chicas que simplemente descansaban en una de las bancas.
―da la casualidad que siempre que corremos todas tienen cólicos― dijo un poco molesto.
Un par de vueltas después observe a uno de los amigos de Riku, se acercó hasta Akira, una de las tres chicas que descansaban, me dio curiosidad el motivo, detuve mi marcha y observe como el chico le dio una carta perfectamente doblada, sentí ganas de vomitar, sabía que Akira también le había mandado una carta a Riku y ahora él le contestaba a ella.
―él se lo pierde― escuche decir a mi amigo quien había pensado lo mismo que yo.
Antes de decirle que no me importaba el silbatazo del entrenador nos hizo volver a correr, acelere el paso, quería correr más deprisa como si con eso sacara algo del extraño sentimiento que me invadía.
Una hora después entre al salón con unas gotas de agua en mi cabello por haberme lavado la cara, aún estaba ese extraño sentimiento, solo que ahora estaba demasiado cansada como para prestarle atención, solo quería tomar mi mochila e irme a casa.
―Kairi― escuche decir a Akira.
Apenas me gire sentí mi mejilla derecha arder, parpadee un par de veces intentando descifrar lo que había pasado, ella me miró fijamente esperando que yo hiciera algo, tomo la carta antes recibida y la arrojo hacia mí, por inercia la atrape en el aire, ahora todo tenía sentido.
― ¿qué es lo que harás?― me pregunto desafiante.
A pesar de que las ganas de devolverle la caricia me invadían, el deseo de leer esa carta de inmediato era más fuerte. Fue entonces cuando observe a mi alrededor, toda la clase estaba observándonos, esperaban una pelea, Akira también, pero yo no.
―Kairi― escuche decir a Zexion.
Yo solo sonreí, con la mejilla roja tome mi mochila y corrí hacia la salida, esa carta era más importante que cualquier otra cosa, ese día firme mi propia sentencia.
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Muy bien, sinceramente espero que les haya gustado, Se aceptan todo tipo de comentarios.
Sé que esta algo rara, pero con forme pasen los capítulos se ira aclarando más.
En fin, sin nada más que decir me despido. Lean y sean felices.
