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Silencio y dudas.
Que le guste Clare más allá del supuesto cariño que antes guardaba en su corazón de niño sólo le demuestra que los años, persiguiendo la esbelta y pálida figura de su antes protectora, han reforzado el sentimiento que siempre moró dentro de él. Raki siente el frío calarle los huesos y las cadenas hacerle ampollas. Mientras está confinado a ese cuarto que más bien es una celda, piensa en Clare, en si seguirá viva o si lo recordará aún. Los recuerdos del corto tiempo a su lado, ya descoloridos, de a poco van minimizándose dando entrada a la brillante sonrisa de Isley. Los días con él y Prisilla en esa casa, donde la hierba verde cubría largas extensiones de tierra se hacen de su mente, refrescando su cabeza por un momento, llenándolo de la fresca brisa propia de las tierras del sur. Abre los ojos, contemplando la pobre vista que le propicia el sitio. Algo plateado reluce en la esquina… Oh, es cierto, ahora que lo piensa, ¿qué habría sucedido con él? No regresó jamás, luego de esa tarde en la que habló sobre alejar pestes.
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Quizás Isley se fue con alguna excusa, probablemente alejando a las nuevas guerreras de la organización de su 'hogar'. No lo sé, pero pensar de esta forma me arranca una sonrisa. Hubiese preferido que continuara vivo, las ganas por ver qué sucedería de encontrarse con Raki si lo mataría o no, si intentaría enfrentarse a Priss o no.