Duele el amor
Los personajes y el mundo de Harry Potter son propiedad de J. K. Rowling, respectivas casas editoras y demás. No lucro con esto, sólo escribo por diversión
Advertencia.-
Este fic contendrá Slash H/D eventual, aunque no se note mucho al principio. Significa que voy a relacionar sentimentalmente a Harry con Draco, por lo que esto te incomoda o eres totalmente homofóbico deberías abstenerte de leer este fic, no me gustaría tener o causar problemas. Gracias por la comprensión.Capítulo 1.- Lo que nunca debió presenciar.
Lo que pasó después fue muy confuso, no sabía como describir la sensación a ciencia cierta, pero tenía una vaga idea de lo que era y, por extraño que parezca, no hizo nada por evitarlo. Sintió como todo a su alrededor se difuminaba y se encontraba flotando en algún lugar, hasta que una puerta negra se materializo frente a él y sin pensarlo dos veces la empujó con todas sus fuerzas y esta cedió fácilmente ante él.
No se quedó parado contemplando la escena frente a él más de dos segundos (que fueron más que suficientes) antes de salir corriendo sin rumbo fijo lejos de ese lugar. Sentía como la rabia corría por cada fibra de su ser, se sentía impotente y a la vez triste, por lo que dejó que las lagrimas corrieran libremente por sus mejillas sin detenerlas siquiera. Siguió corriendo lo más rápido que podía, tratando de dejar atrás todo y a todos, intentando alejarse de ese lugar frío y sombrío, intentando dejar atrás aquel dolor que le perforaba el pecho.
Subió las escaleras hasta que no quedó nada por subir y ahí, en la torre vieja y abandonada del último piso, cerca de donde se guardara la piedra filosofal cinco años antes, gritó a pleno pulmón para intentar acallar a su atormentada alma. Las manos comenzaban a sangrarle por la presión que ejercían sus palmas contra algunas uñas mal cortadas, pero no le prestó importancia al dolor físico, que en ese momento era nulo frente a lo que se arremolinaba en su interior.
Cuando no le quedó fuerza para gritar o hacer otra cosa se desplomó hacia el suelo sin dejar de sollozar y maldecir a su suerte por ser lo suficientemente estúpido como para entregar su corazón de esa manera, y se maldijo todavía más por ser lo suficientemente ingenuo como para que interiormente hubiera creído, por un segundo, que sentía algo parecido hacia él.
Relajó la presión de sus manos, no por que comenzara a sentir dolor, sino por que no le quedaba fuerza alguna y se quedó ahí tendido, mirando hacia el vacío con los ojos todavía nublados por las lagrimas que acababa de derramar, con los cristales de sus lentes empañados por las lágrimas secas mezcladas con el frío de la sombría torre. Fue en ese momento que la imagen todavía fresca volvió a aparecer en su mente, las lagrimas volvieron a hacer acto de presencia y corrieron libremente desde su cara hasta el suelo.
Al principio pensó que enamorase de su peor enemigo era una locura, locura que terminó aceptando algunos meses antes y, aunque sabía en el fondo de su corazón que nunca sería correspondido, una parte de él se aferró a la absurda idea de que podía ser, pensamiento por demás estúpido en esos momentos. Pero el estúpido había sido él y nadie más, ya que el susodicho en cuestión nunca dio muestra de interés alguno y él estaba aferrado a una ilusión 'sólo una ilusión' le recordó una parte de su subconsciente.
Si tan sólo hubiera hecho caso de las palabras que le dedicara la chica rubia de Slytherin en la biblioteca, no tendía por que haber presenciado aquél triste espectáculo que rompiera su corazón en pedazos, pero no, una parte de él le dijo que tal vez ella decía la razón y no quiso creerle, al fin y al cabo era más fácil evadirse que aceptar la verdad cuando esta llega a ti.
La imagen continuó repitiéndose una y otra vez, torturándole, carcomiéndole lentamente. Tal vez no le afectaría tanto tratándose de otra persona, pero en ese caso la doble traición era lo que más le dolía. Volver a ver a su mejor amiga encima del rubio, en la cama de este, compartiendo uno de los momentos más íntimos, gritando su nombre, deshaciéndose ante sus caricias que le proporcionaba, haciendo el amor no era algo precisamente agradable.
Diablos, de haber sido otra persona hasta le hubiera resultado excitante, pero el destino era cruel con él. Sintió coraje, odio y unas crecientes ganas de golpear y desgarrar a la feliz pareja, específicamente a la chica, pues aunque estuviera dolido no se consideraba capaz de dañar a ese hermoso ser llamado Draco Malfoy, después de todo no era su culpa el que tuviera esos sentimientos hacia él. Pero su amiga era otra historia, habían sido confidentes durante casi seis años y, aunque él nunca le confesó sus sentimientos hacia el Slytherin por temor a ser rechazado por sus amigos, ella era diferente.
Se jactaba de ser una persona sin secretos, desinhibida y entregada eternamente al conocimiento que le brindaban los libros. Pregonaba a los cuatro vientos el no estar interesada sentimentalmente en nadie y él tontamente le creyó. Pero sobre todo, sostenía el odiar fuertemente al rubio Slytherin y nunca haber conocido a alguien tan molesto y egocéntrico como él. Así que el shock de encontrarle precisamente en la cama con la persona que decía no soportar, pero sobre todo, con la persona que él amaba iba a ser difícil de sobrellevar.
Cerró los ojos, incapaz de poder hacer otra cosa y sintió como el sueño se apoderaba de él, sueño que prometía mantenerle alejado de su situación actual y le brindaba un lugar seguro, al menos temporalmente...
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La chica se vestía rápidamente mientras maldecía por lo bajo, con la puerta todavía abierta y, después de dar un vistazo al chico que continuaba tendido sobre las desarregladas sabanas sin ningún pudor y susurrar algo que pareció un 'nos vemos luego', salió corriendo de las mazmorras rogando por encontrarse con su amigo antes de que este se encontrara con alguien más y poder 'hablar' civilizadamente con este.
Tenía que explicarse, necesitaba hacerlo, necesitaba que el chico creyera todo lo que iba a decirle, para calmar un poco su conciencia. Se detuvo en el vestíbulo para aclarar sus pensamientos y trató, inútilmente, de ponerse en el lugar del moreno, tratando de adivinar a dónde podía haber corrido. Pero no tenía idea de dónde se encontraba su amigo.
Trató de analizar fríamente la situación, Harry la encontró en la cama con Malfoy, eso estaba mal. En primera se había metido con alguien que no paraba de molestarles desde el primer curso y no parecía tener otro propósito que hacerles la vida miserable. No sonaba tan mal, pero había fingido no estar interesada en algún ser humano y hasta había quienes la consideraban asexuada. Tal vez no era tan malo que estuviera relacionándose con alguien que era tan vil como Malfoy, pero lo que creía que estaba molestando a uno de sus mejores amigos era el hecho de que no tuvo la suficiente confianza en él como para que le confiara algo así. Nunca le contó a nadie sus encuentros furtivos con el Slytherin desde el año pasado.
Se encaminó escaleras arriba rumbo a la sala común de Gryffindor intentando lucir más calmada. Cuando hubo llegado frente al retrato de la señora gorda le dijo la contraseña y atravesó la entrada de su propia sala común. Buscó con la mirada al chico de cabellos oscuros mientras se acercaba a Ron, pero parecía no estar en la sala común.
Tan pronto como el pelirrojo se percató del pronto regreso de su amiga la saludó antes de volver la mirada a un por demás complicado ejemplar de transformaciones. Al ver este gesto tan espontaneo por parte de su amigo, supo que Harry no le había comunicado nada y se dejó caer a su lado un poco más tranquila.
-¿Cómo va todo Ron?
–Preguntó tan pronto se dejara caer en un sillón cerca del suyo.El pelirrojo levantó la mirada en una muda suplica de ayuda y ella sólo sonrió–No entiendo.
-¿Quieres que te ayude?
–Preguntó atenta y más relajada, lo que provocó que el chico le mirara como si le estuviera brotando otra cabeza.-¿Estas segura?
- Claro
–le arrebató el libro de manera sutil y ojeo el pergamino tachado de su amigo antes de ponerse a subrayar párrafos que a simple vista parecía hacer al azar, pero el chico tenía la suficiente experiencia como para saber que a esa altura su amiga tenía memorizado ese capítulo –por cierto... –tanteo la chica sin dejar de marcar párrafos importantes - ¿no ha vuelto Harry?- No –
fue la respuesta de este.- Ya veo –Terminó con lo que estaba haciendo y le entregó el libro al pelirrojo. Acto seguido se levantó del lugar excusando que estaba realmente cansada y se retiró a su habitación.
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Después de que la chica se hubiese marchado, notó como la silueta de alguien demasiado conocido se recargó en la puerta, todavía abierta, esperando a que le diera un motivo para comenzar a hablar. Suspiró, no era así como deseaba terminar con ese encuentro y cubrió su cuerpo con unos bóxers negros, no por pena o por frío, sino por costumbre, antes de preguntar:
-¿qué has hecho ahora?
–No era un reclamo, se escuchaba entre resignado y monótono, lo que provocó risitas en la chica.- Nada
–fue la corta respuesta entre risitas que denotaba lo contrario, pues en sus ojos se notaba ese brillo, como el de un niño que ha cometido una travesura y no será castigado por ella.- No te creo –Dijo todavía sentado en la cama mientras ella se acercaba a él, quedando a un metro de distancia, todavía riendo entre dientes –Dímelo.
- Ya te dije que no fue nada –Se defendió sin mucho éxito la rubia.
- Sabes que no voy a creerte eso...
- Ese es tu problema –comentó hincándose frente a él, sin estar lo suficientemente cerca.
- Vamos Pansy, no tengo todo el día.
- Esta bien –esbozó una sonrisa –Me encontré con Potter en la biblioteca y le insinué que posiblemente tenías una relación con su amiguita la sangresucia –comentó con una voz extremadamente calmada y dulce.
El rubio elevó elegantemente una ceja -¿Y?
- No hay nada más –comentó haciendo un puchero mientras se sentaba a su lado.
- No te creo...
- Draco...
–miró como el rubio parecía comenzar a perder la paciencia –bueno, naturalmente no me creyó.-¿Y qué hiciste?
- Yo no hice nada...
–miró desafiante los ojos del chico para luego desviar la mirada–esta bien, esta bien.-¿Vas a decirme ya? –
Se cruzó de brazos.- Digamos que tuve que arreglármelas para convencerle de que no mentía.
-¿Cómo? –
Interrumpió el chico conservando la poca paciencia que le quedaba.- Yo no... –volvió a mirar divertida a los ojos de su amigo, le encantaba hacerle perder la paciencia –esta bien, digamos que tuve que lanzarle un pequeño conjuro para que se fijara por el mismo.
-¿Pequeño conjuro?
- El siempre eficiente Imperius.
- Sabes que te meterías en un gran lío si llegara a contarle a algún maestro.
- Pero no lo harás.
-¿Cómo estas tan segura? –Comentó amenazante el chico.
- Por que te conozco y si le contaras a alguien te pondrías en evidencia, cosa que no te conviene.
- Estas enferma Pansy, ¿qué ganaste con hacer eso?
- Ya verás –
dijo airada.El rubio relajó su expresión y la miró pícaramente –Entonces, ¿te apetece continuar lo que Granger dejó pendiente?
- Vamos Draco –se levantó de la cama y comenzó a avanzar hasta la puerta –sabes que no me gustan los platos de segunda mesa –le sonrió para que el chico comprendiera su broma –además ya no eres mi tipo.
El chico elevó nuevamente su ceja, entendiendo perfectamente el comentario de su amiga, sin sentirse molesto por lo que dijo o por arruinar su cita. Y con una última sonrisa burlona abandonó la habitación del prefecto de Slytherin cerrando delicadamente la puerta.
Continuará
N.A.
Este es el primer fic que hago de Harry Potter que es enteramente mío y también mi primer Slash, espero que le guste a alguien o al menos que no desagrade en absoluto. Espero no haber sido tan dura con el pobre de Harry, pero era necesario para el desarrollo del fic. Si les gusta, lo odian o creen que estoy completamente loca dejen un review con su opinión, de igual manera si desean que lo continúe (igual y quiero hacerlo).Quiero dedicar este capitulo a Gochi Glay Lover, que después de ver mis apuntes me dijo que debería escribirlo. Igual y pasa mucho tiempo antes de que te topes con el, pero va para ti, así es como empieza todo lo que leíste por error ¬¬ ...y pues, supongo que ya sabes lo que viene después, pero espero sinceramente que te guste.
