Disclaimer: Todo lo que reconozcas del mundo Potter pertenece a la maravillosa J.K. Rowling.


En abril de 1998 nació un futuro mago y metamorfomago. Hijo de Nymphadora y Remus Lupin, ambos muertos en la Batalla de Hogwarts, luchando del bando de Harry Potter. El salvador del Mundo Mágico es su padrino.

En enero de 2008 nació una preciosa pelirroja, futura bruja y hermana de dos traviesos azabaches. Es la más pequeña del clan Potter-Weasley. Su padre, Harry Potter; su madre, Ginny Potter, Weasley de soltera.

Diez años de diferencia, diez años en los que Teddy Lupin no conoció el verdadero significado de debilidad. Pues él pensaba que la debilidad era eso a lo que se debía que cada vez que la abuela se daba la vuelta él intentara robar un trozo de chocolate. Pero no, debilidad era lo que él sentía por Lily Luna Potter.

-Teddy, voy a buscar un café, ¿te quedas con James y Albus? -le dijo la abuela a Teddy cuando estaban esperando en la sala de espera de San Mungo.

-Sí, abue. -dijo él, sonriendo. La abuela les dedicó unas miradas amenazantes a los dos Potter y ellos le sonrieron.

-No quiero entrar... -dijo James, cruzándose de brazos, enfadado. Teddy lo miró.

-¿Por qué?

-No me gusta.

-¿Quién?

-Mi hermano.

-Albus no es tan malo... -dijo Teddy.

-No, ese no. Mi otro hermano, el nuevo. -dijo señalando la puerta por la que había visto desaparecer a sus padres. Albus los miraba concentrado, intentando entender.

-Seguro que no es tan malo.

-Sí lo es.

-James, a mi tú tampoco me caías bien.

-¿Por qué? -preguntó el pequeño dolido.

-Porque no quería que mi padrino dejara de prestarme atención. Pero Harry me hizo entender que eso no iba a pasar y no pasó. -dijo Teddy, sonriendo. Andrómeda volvió y les sonrió a los tres niños. Minutos más tarde Harry Potter apareció por esa puerta con una sonrisa.

-¡Papá! -gritó James corriendo hacia él. Albus, más lento y torpe, imitó a su hermano mayor. Harry se agachó y los cogió a ambos en brazos.

-¿Cómo están, Harry? -preguntó Andrómeda, con una mezcla de preocupación e ilusión.

-Están bien, las dos. -dijo remarcando el género de la frase. Andrómeda se tapó la boca con las manos y lo abrazó.

-¿Qué quiere decir eso? -preguntó Teddy, levantándose serio.

-Que es una niña, Teddy. Tenemos una hija. -dijo Harry, sonriendo. A Teddy aquello ya no le hacía gracia. ¿Una niña? ¿En serio? ¿Qué sería lo siguiente? ¿Tendría que tomar el té con ella?- ¿Vamos a ver a mamá? -les preguntó Harry a sus hijos. Los dos asintieron alegremente.- Vamos. Teddy, ven. -le pidió él, con una sonrisa. Teddy lo miró dudando si debía ir o no. Harry dejó a James y a Albus en el suelo y le ofreció una mano a su ahijado, tal y como lo había hecho tres años atrás con el nacimiento de James. Teddy suspiró y siguió a los Potter.

-Llamaré a Molly y Arthur, hijo. Después paso a ver a Ginny. -dijo Andrómeda con una sonrisa. Harry asintió, la abuela de Teddy aprovechó para darle un beso en la mejilla a Harry y los cuatro chicos se marcharon por un largo pasillo. Harry llevaba en brazos a Albus y caminaba primero. Teddy y James caminaban juntos tras ellos.

-James, ¿te acuerdas de lo que te acabo de decir?

-Sí.

-Pues lo retiro. -dijo Teddy, con el ceño fruncido.

-¿Mamá...? -preguntó Harry entrando en la habitación de Ginny. Ella tenía un bulto rosa en sus brazos, pero al ver quien llegaba les sonrió ampliamente. Albus rápido estiró los brazos hacia su madre y James corrió a intentar escalar la cama de la pelirroja.- Calma, calma. Cuidado, James.

Harry dejó a Albus al lado de su madre, subió a James a la cama también y luego ella le dejó a la bebé en sus brazos. Teddy se puso de puntillas de pie para darle un beso a Ginny.

-¿Estás bien? -le preguntó el metamorfomago a Ginny.

-Claro que sí, mi vida. -le dijo Ginny, acariciándole la mejilla. Teddy le sonrió y luego miró a Harry.

-Ven, ¿quieres cogerla? -le dijo Harry. Teddy suspiró y lo siguió hasta el sillón, donde se sentó a su lado. Harry le pasó a la niña y él la miró con detenimiento. Tenía mechones de pelo irregulares y naranjas. Había bostezado en sus brazos y luego sonrió.- Mira, le gustas, está sonriendo.

-¿Sí? -preguntó Teddy con un tono emocionado, aunque le hubiera gustado evitarlo.

-Claro. ¿Sabes como se llama? Lily Luna. Lily como mi madre. Y Luna...

-¿Como Luna Scamander? -se adelantó Teddy, emocionado con la idea de acertar. Pero su padrino negó con la cabeza.

-¿Te acuerdas de lo que te conté de tu papá? ¿Qué era un hombre-lobo? -preguntó Harry. Teddy asintió.- ¿Y cuándo se convertía tu padre?

-Cuando había luna llena.

-Pues como yo quería agradecerle a tu papá que me ensañara tantas cosas y pensé que no quedaría bonito Lily Remus, hemos decidido que sea Lily Luna.

-¿Luna por papá?

-Sí, Luna por la luna llena de tu papá, Teddy. -dijo Harry, sonriendo. Teddy sonrió ampliamente y miró a la niña con otros ojos por primera vez. Harry le acarició la cabeza y le dio un beso en la coronilla, mirando a la bebé también.


Teddy ya tiene trece años y puede viajar por la Red Flu. Así que va a visitar a su padrino el jueves por la tarde. Cuando aparece en el número 12 de Grimmauld Place escucha las voces de dos niños simultáneamente.

-¡Ha sido él, mamá! -dijeron al mismo tiempo James y Albus. Teddy se rió, hasta que una pequeña y pálida mano tiró de su pantalón para llamar su atención.

-Hola, Lily. -dijo Teddy. La niña pelirroja le sonrió.- ¿Dónde está tu papá?

-¡Papá! -gritó ella. De repente Harry Potter apareció corriendo en el salón, alarmado. Hasta que vio a su hija en perfectas condiciones y abrazada a la pierna de Teddy.

-Teddy. -dijo él, sonriendo, antes de abrazarlo.- Lily, me has asustado. -le dijo cogiéndola en brazos. Ella se rió y Harry le hizo unas cosquillas en la barriga.

-Teddy... -dijo ella señalando al metamorfomago. Los dos chicos la miraron con los ojos abiertos como platos.

-¿Qué has dicho, cariño?

-Teddy. -dijo ella riendo y señalando al susodicho. La pequeña, hasta el momento tan solo había dicho 'papá' y 'mamá'.

-¡Ginny, Ginny, corre! La niña ha dicho 'Teddy'. -gritó Harry. Lily estiró los brazos hacia Teddy que la cogió en brazos. Ginny, Albus y James llegaron corriendo.

-¿Qué ha dicho qué? -preguntó Ginny, tirando de la mano de James, que tenía una extraña mancha verde en su camiseta. Albus tenía otra igual en la suya, pero su mancha era roja.

-Teddy. -repitió Lily. Su madre sonrió, aplaudió y abrazó a su marido.

-¿Ha dicho Teddy antes que James? -preguntó James.

-Di Albus, Lily. Albus Severus... -le dijo el pequeño a su hermana, desde los pies de Teddy.

-¡Teddy!


La Madriguera estaba llena de cabezas de todos los colores, ya no era casa de solo pelirrojos. Pero la cabellera que más destacaba era la azul que acababa de llegar con su padrino a comer.

-¡Teddy! -gritó Lily. Ya tenía cinco años y el adolescente de quince la cogió en brazos en cuanto ella llegó corriendo a él.- Abuela, mira, mira. Teddy, pon cara de pájaro, porfi. -le dijo la pelirroja a Teddy. Éste cambió la forma de su cara, haciendo aparecer en ella un pico. Lily se rió escándalosamente. Molly miró a Ginny, a quien se le llenaron los ojos de lágrimas, pero aun así forzó una sonrisa.- ¿A qué es gracioso?

-Mucho, cielo. -dijo Harry, abrazando a Ginny.


-¿Por qué James se va contigo a Hogwarts y yo no puedo? -preguntó enfadada Lily, desde el salón del número 12 de Grimmauld Place.

-Porque él tiene su carta y tú no, Lily. Pero seguro que llega dentro de tres años. -le explicó Teddy con suavidad y cariño, como le hablaba siempre a aquella niña.

-Pero yo quiero ir ahora.

-Pero no puedes, Lily. Tú y Albus os tenéis que quedar.

-Teddy nos tenemos que ir. -le dijo Harry a su ahijado. Detrás de él apareció Ron.

-Albus, tú y yo nos quedamos, canija. -le dijo Ron a Lily.

-No me quiero quedar contigo. -le dijo Lily enfadada a Ron. Harry se rió.

-¿Cómo que no? ¡Si soy tu tío favorito! -dijo Ron, dramatizando.

-Pero me quiero ir con Teddy. -dijo Lily.


Teddy y Lily, Lily y Teddy. No hay manera sencilla de explicar la relación que a mi me gustaría que tuvieran, espero poder reflejarla bien en este mini-fic. Es una historia dividida en tres partes, esta es tan solo la primera.

Espero poder subir pronto las otras dos y que os guste y os emocione tanto leerla como a mi me gustó escribirla.

Un beso grande y nos vemos en el siguiente.