Título: Eternal Contemplations / Contemplaciones Eternas

Author: fading_tales yo solo lo he traducido al español

Disclaimer: Los personajes de Gossip Girl y The Vampire Diaries son propiedad de su correspondiente creadora y su editorial y blah blah blah...

Pairing: Damon/Blair (Vampire Diaries/Gossip Girl cross-over)

Rating: PG-13

Summary: El tiempo no significa nada y lo significa todo cuando tienes una eternidad para vivir.

Notas: Bien, repito que no lo he escrito yo, solo lo he traducido, también que me he tomado algunas libertades en la traducción porque hay cosas que no se pueden traducir tal cual y he tenido que arreglarlas, y nada mas, espero que lo disfrutéis como lo he hecho yo


Damon amaba a Katherine. Esa era una verdad universal. Pero por mucho que él la hubiera querido, él también la odiaba por haberle condenado a una vida eterna cuando ella se había ido. A pesar del hecho de que la vida eterna podía ser tachada de glamurosa (según sus propias palabras), Damon Salvatore odiaba su inmortalidad. Él solía despertarse cada día preguntándose porque no simplemente se sacaba el maldito anillo, y caminaba debajo de la luz del sol y así podría terminar con todo. Luego recuerda. Venganza. Había prometido que se vengaría de su hermano dándole una eternidad llena de miseria, e iba a seguir con aquella promesa. Ese es el pensamiento con el que viviría para siempre en completa soledad y agonía, pero no iba ha hacerlo solo. Ese era el pensamiento que le impedía dar la bienvenida al sol con un gran abrazo.

Blair amaba a Nate. Esa era una verdad universal. Desgraciadamente para ella, el objeto de su afecto nunca había tenido los mismos sentimientos por ella. Él siempre perseguía la estela de una muchacha llamada Serena Van der Woodsen. Y aun así, esa chica también era la mejor amiga de Blair. La vida esta llena de decepciones. Ella es la chica que lo tiene todo y no tiene nada. Y no sabe como puede levantarse cada día y poner una sonrisa en su rostro que queda a perfecto conjunto con el ultimo vestido de Eleanor Waldorf, que su propia madre hizo para que lo vistiera y sin duda ella lo lleva a la perfección ya que nadie ve mas allá de aquello. Porque cree que si sigue actuando, algún día podrá engañarse a si misma y creer que de verdad no hay mas que eso. Pero por suerte, por ahora, puede engañar a los demás para que se crean aquella fachada. Tal vez algún día podrá ser como su rubia amiga y tener una personalidad burbujeante.

La fiesta era un aburrimiento, y la verdad sea dicha, su novio también. Él estaba pasando la noche en el balcón con Chuck fumando hierba. Nate nunca había sido el mismo desde que Serena se había ido. Ninguno lo había sido.

Ella no dejaba de preguntarse si alguien, alguna vez, había muerto de aburrimiento, pero entonces se regaña a si misma por ser tan melodramática. Es una Waldorf por Dios! La auto compasión no quedaba bien con su vestido. Por un momento deja su mascara a un lado y es ella misma. Pero justo cuando siente un poco de paz en su cabeza, una chica derrama una bebida, dañinamente azul, en su vestido.

Una de dos cosas podían pasar en ese momento. Una, Blair podía dejar esto a un lado y aceptar las disculpas de la pobre chica que le pedía perdón con voz aterrorizada, o dos, ella podía herir a la pequeña muchacha. Ella no era de las que decía " Oh lo siento, la culpa es mía", si había algo que adoraba hacer Blair Waldorf, era ser una puta de talla mundial.

Nueva York siempre había tenido cierto encanto para Damon. Le gustaban los olores y sonidos de la ciudad que nunca duerme. La ciudad llena de insomnes y criaturas de la noche, cuerpos a los cuales nadie echará de menos. Estos son los que hacen las cosas mas fáciles.

Estaba buscando alguien con tal de alimentarse cuando la encontró a ella. Entre la muchedumbre, ella destacó de una forma extraña sobre los demás. El entrecejo de la muchacha se frunció suavemente sobre sus cejas. Ella se veía bastante pequeña dentro de aquel vestido blanco y sedoso, con el cabello caoba y ondulado. Él formó en su mente la historia de como seria esa chica. Dulce, amable, inocente… deseaba hacer cosas sucias con ella, cosas que hicieran que se ruborizara.

Su momento de paz es interrumpido cuando una borracha que nadie lograba manejar dejó caer un vaso lleno de una tóxica mezcla de color azul sobre el bonito vestido de la chica. "Tsk…" murmuró Damon ante la interrupción de aquella bonita imagen.

Se quedó observando como la rubia intentaba disculparse torpe e histéricamente. Él esperaba que la chica de blanco aceptara las disculpas de la torpe rubia con una suave sonrisa en sus labios. Su imagen de princesa virginal quien tiene varios animales del bosque haciéndole trenzas cada mañana se rompe en ese instante. Ve como su chica de blanco sonríe angelicalmente para después proceder a herir verbalmente a la otra chica. Con una boca como esa, las criaturas del bosque hubieran muerto por el shock.

Damon desecha la fantasía de la delicada chica de blanco y la remplaza por una nueva imagen de una dominatrix con lengua viperina. Sin duda le gusta mucho mas esta versión.

Blair reduce a la rubia patosa a lágrimas. Ella rodea los ojos al ver a la chica siendo tan dramática. Donde va esa chica llorando cuando es ella a la que le han arruinado su vestido blanco de Eleanor Waldorf con una bebida azul, hay alguna excusa para aquello? Y además, aquella chica no sabe que alguien con clase bebería un Martini con ginebra? Con un último voltear de ojos, Blair toma su camino hacia el baño de mujeres, el sequito, formado en ese momento por Kati y Iz salen de la pista de baile, la siguen.

Entra en un nuevo vestido, se lo ha prestado Kati, es de la anterior temporada, pero pasable. Por ahora, la noche se había arruinado y empieza su camino al bar para conseguir un deseado Martini con ginebra, tal vez este ayude a suavizar el golpe de ser abandonada por su mejor amigo y su novio y por tener uno de los preciosos vestidos de su madre arruinado. Se sienta al final de la barra, intentando encontrar algo de tiempo a solas, pero el momento fue arruinado cuando un extraño se sentó a su lado.

"Hola."

Blair ignoró el saludo y simplemente siguió dándole sorbos a su bebida, ni tan solo le hecho un vistazo al recién llegado.

Damon se rió en silencio por la indiferencia de ella. La noche había estado llena de agradables sorpresas y el siempre había adorado la emoción de una "persecución".

"¿Qué? ¿No eres fan de las convenciones sociales como las de saludarse? ¿El gato se comió tu lengua? Antes parecía que tenias mucho que decir a aquella rubia."

Sus supuestos comentarios encantadores tan solo entraban y salían de los oídos de ella, pero a él parecía fascinarle el esfuerzo que ella hacia por ignorarle.

Blair terminó su bebida y antes de que pueda pedir otra, el extraño a quien ella había estado ignorando deliberadamente decide ignorar sus maneras y la golpea moralmente.

"Otro Martini ginebra para la encantadora señorita."

Molestada por la incesante necesidad de su atención, Blair decide que algunos tipos simplemente no pueden comprender las indirectas. Se permite a ella misma dirigir la mirada hacia su compañero por primera vez, su boca se queda completamente abierta y rechaza la visión de muchacho irritante de una vez por todas. Se encuentra ligeramente desconcentrada por el asombroso espécimen de hombre que tiene a su lado, con aquella satisfecha y arrogante sonrisa.

"¿ Esa es tu bebida, cierto?"

Ella le da una oportunidad. Él sonríe, no tiene ninguna duda de que a ella le gusta lo que esta viendo. Ella esta lista para decirle algo, pero su boca simplemente termina en una risa y entonces él sabe que la tiene.

"No. Ya tengo suficiente por esta noche."

Esa chica estaba llena de sorpresas, cada sonrisa y cada gesto cortés tenia un doble sentido . Al menos, él había podido sacarle alguna palabra.

"Ah… la señorita habla. Yo que pensé que lo de ser muda iba a ser un problema permanente."

"El único problema aquí," dijo ella mientras llevaba el vaso lleno frente de él "eres tú."

Se levanta del taburete y empieza a caminar hacia la puerta. Naturalmente él la persigue. Ellos terminan en el exterior y cuando ella está a punto de entrar por la puerta del taxi él decide sacar algunos trucos que tiene guardados en la manga.

"Ella camina hermosa, como la noche… " dice justo detrás de ella, con una voz melodiosa.

Ella se para con tal de voltearse y mirarle a la cara.

"Estas citando a Byron… en serio? ¿Esto suele funcionar con las chicas?" pregunta con la mejor voz informal que puede mascullar mientras una de sus cejas permanece alzada.

"Te ha hecho pararte y hablarme, ¿o no?"

Él sonreía como el gato que se ha comido al canario, ella no pudo hacer nada, tan solo sonreírle.

"¿Qué tal un nombre por mis esfuerzos? Recitar a Byron puede ser realmente embarazoso"

Beber con Byron, quien no podía ni sostener una botella de licor solía ser embarazoso también, pero como mínimo Damon consiguió buenos trucos de ese viejo imbécil.

"Podrías decirme el tuyo primero y yo pensare si decirte el mío." Respondió ella, soberbia.

Él ríe en silencio, pero obedece a la señorita. "Es Damon. Damon Salvatore"

"Damon," repite ella. Le gusta el modo en que ella dice su nombre. A él le gustaría mucho mas si ella lo ronroneara en su oído... sus labios, los de él, se arrastrarían dejando besos mientras baja hasta su blanco cuello, terminando por descansar sobre aquella parte tan sensible de su garganta donde él podría sentir su pulso golpeando ruidosamente... Esta perdiendo la cabeza y poco a poco vuelve su atención al presente.

"Y tu debes ser…"

Ella le miró a los ojos y Damon casi podía ver los engranajes de su cabeza moverse, examinándolo, evaluándolo.

"Blair Waldorf"

Supuso que había pasado el test que ella le había proporcionado mentalmente.

"¿No estas asustada de la oscuridad, Blair Waldorf?

"No. No lo estoy. Yo creo que los que pueden andar bajo el sol son mucho mas aterradores."

"Chica lista." Dijo él, jugando con el anillo de su dedo.

"Si, lo se." contestó ella impertinentemente, sacudida de pelo incluida.

"Bien… puede que tu no tengas miedo de la oscuridad… pero tal vez yo si. Me acompañas a casa?" dijo él con la risa mas desesperada que pudo conseguir.

Ella le miro de un modo que le decía que no iba a persuadirla con bonitos actos. Él estaba preparado para su otro plan, el plan B (también conocido como persuasión vampírica), pero antes de poder intentarlo ella de nuevo le sorprendió (por centésima vez) y le pregunto donde se hospedaba. Este respondió " En el Ritz Carlton en la calle oeste (West Street)" y antes de que él pudiera decir nada, ella ya estaba caminando en esa dirección.

Ella se paró y miró hacia detrás, dándose cuenta de que él no la estaba siguiendo.

"¿Y bien? ¿Vienes o no?"

Él no necesito que se lo preguntara dos veces.

El hotel estaba solo a una manzana de distancia y para un inmortal, eso era un trayecto corto y realmente lo que él tardaría de ir de la fiesta al hotel no seria más que un micro-segundo.

"¿Te importaría subir a mi suite?" preguntó de manera arrogante cuando llegan al vestíbulo. "Tomate aquel Martini que te perdiste en el bar."

Esa era la hora de mayor expectación para comer y por mucho que a Damon le gustara aquello de perseguir sus presas ya estaba listo para ir a la parte buena de todo aquello. Poso sus ojos en los de ella, y empieza con el trabajo de abrumarla de ese modo.

Ella sonríe, y por segunda vez en la noche él cree que la tiene donde la quiere.

"Podría pasar." Respondió ella. "Pero es una noche de escuela. Y yo no soy ese tipo de chica."

Con una ultima sonrisa asustadiza que avergonzaría a la Mona Lisa, ella se aleja de su lado, tomando un taxi, termina por desaparecer.

Damon esta allí de pie delante de aquel hotel, considerando si él se ha privado demasiado de comida y por eso sus poderes de persuasión parecen haber fracasado por completo. Eso era un pensamiento que le alarmaba, así que se dirigió a la recepción, donde se encontraba una bonita chica pelirroja, él clavó sus helados y azules ojos en los de ella. La muchacha cayó rápidamente en su encantamiento cuando él le dijo de llevarla a su habitación, entonces se puso a considerar que podía haber ido mal la primera vez. Las únicas razones por las que sus poderes podían fallar eran que ella era una bruja o tenia verbena. Sabiendo que la hierba anti-vampiro no es natural en Manhattan, la ciudad del hormigón, la otra era la única opción posible. Después de limpiar sus labios, él tomo la deliberada decisión de investigar a la misteriosa "Blair Waldorf" y su inmunidad hacia sus poderes mentales. Además… en ese momento a él le gustaban las morenas con carácter.

Todo esto llega hasta aquí. Damon Salvatore nació en tiempos de carruajes y caballos y Blair Waldorf nació en tiempos de limusinas y motores. Décadas y años atravesaron la diferencia de tiempo entre sus nacimientos. Él debía haber sido polvo cuando ella tomo su primer aliento. Ellos nunca se debieron haber conocido. Y esa es la parte graciosa del tiempo. Este marca la diferencia en el mundo.