Capitulo 1
El cartel dictaba "clausurado" y las emociones de Sakura florecieron, ¿Qué hacia ese cartel en el establecimiento que trabajaba?
Al ver para ambos lados pudo divisar a sus compañeras que miraban con furia y desconcierto aquella situación.
Busco con la mirada a Tsunade, y la vio hablando arduamente con un hombre trajeado. A empujones se acercó de entre toda la gente y pudo escuchar una parte de la conversación que la dejó estupefacta.
—...sabía que le había dado un mes de espera para pagar —, la voz del hombre era autoritaria, pero Tsunade no se inmutó y apretó más los dientes.
—Sabe que en este pueblo el ballet no es muy popular. — Si las miradas mataran el hombre estaría dos metros bajo tierra.
—No es mi problema —respondió el hombre con indiferencia, para luego irse.
Con un suspiro, Tsunade, miró a Sakura con resignación.
—Perdón, Sakura —, la mirada de reproche que le lanzó la nombrada decía todo. —No me mires así, maldición.
—¿Por qué no me lo dijo?—el hecho de que Tsunade fuera la directora de la escuela de ballet, no significaba que tenga que hacer todo sola.
—Sakura, sabias que esto no iba a funcionar. En este pueblo hay no hay tiempo para el baile—. Dicho esto le obsequio un sobre. —es tu paga. Escucha niña, lamento todo esto.
La mujer rubia la miró a los ojos y titubeo, como si quisiera decirle algo. Pero simplemente le apretó le hombro en señal de ánimo y se fue en dirección contraria. Sakura jamás olvidaría el cabello rubio de Tsunade, dándole la espalda a sus sueños.
—¡¿Cómo qué cerraron la escuela?! —. Tal como lo imaginaba la pelirrosa, su madre se volvió histérica en cuanto le contó lo ocurrido esa mañana.
—No es para tanto —. Pero la verdad, era que si era para tanto; porque ella amaba esa escuela, no por el hecho de la paga, el que esté cerca de su casa o que era buena en eso. Sino por simple hecho de que amaba el ballet, las piruetas y las lecciones que enseñaba a sus pocas alumnas, les había tomado cariño a sus compañeras, y especialmente a Tsunade.
Salió de sus pensares cuando escuchó a su madre gruñir, era fácil, puesto que la cocina era pequeña.
—¿Qué harás ahora? — espetó mirando directamente a sus ojos.
Sakura hizó un movimiento con la mano, restandole importancia.
—Iré a Ichiraku-ramen, el señor Teuchi me dijo que podría regresar cuando quisiera, más ahora que Ayame se casó. Necesita camarera.
El semblante de confusión se hizo presente en la mirada de Mebuki Haruno.
—Cómo... no vas a buscar trabajo en otra escuela —. Pese que ambas estaban frente a frente, Sakura se sintió pequeña. Tomó un sorbo de su té para que su mirada no la delatara.
—No, si cerraron el local, significa que no éramos demasiados buenas, es por eso que mucha gente dejo de ir y de interesarse en el baile.
Su madre puso una cara como de haber chupado limón, más no dijo nada.
—sólo trae dinero, sabes que estamos mal económicamente, y mi trabajo como mucama no ayuda — le dijo duramente, para luego irse a su habitación. Dejando a una abatida y deprimida Sakura en la soledad.
