Nada es mío, solo la historia a continuación.
El precio a pagar
¿Qué debo hacer?, ¿le amo pero lo suficiente?…
Mi nombre como de seguro ya lo sabréis es Isabella, pero lo odio por lo que todos me llaman bella, y ahora me encuentro aquí sentada en una de las esquinas de el cuarto de mi ángel, pensando que decidir, cual es la mejor opción, vivir pero sin mi Edward o morir literalmente y pasar mi existencia junto con el… ¿en realidad vale la pena?
De repente me encuentro mirando mi vida desde la vereda de enfrente. La veo pasar como postales, recuerdos de cosas que dejé atrás, cosas que se habían derretido en el tiempo. Se cruzan imágenes de todo tipo. Momentos de felicidad, abrazos, besos, canciones dedicadas, flores, chocolates…risas.
También veo pasar los sueños que se quedaron en el camino, los que se cumplieron y los que se me rompieron ahora...Tengo mis sueños siempre quise casarme, tener hijos, nietos…
Ahora me encontró con otra opción vivir eternamente… junto a mi verdadero amor.
El entra en la habitación me toma en sus brazos marmóreos y besa mi cabello no pregunta seguramente ya lo sabe…Tampoco hay nada que pueda hacer. Tal vez tomar una decisión: seguir mi vida sin ti. Convencerme de que allá afuera habrá alguien que me de lo que tú no puedes. Pero es tan difícil, Además ¿para qué? si ya sé que tú serás el único, tal vez no pueda tener hijos. Pero puedo adoptarlos como Esme. No podre llorar, no importa nunca me ha gustado, que mi cuerpo sea frió y destelle con el sol como diamantes, pues los diamantes son los mejores amigos de las chicas ¿no?
-Te amo Edward-y me convenzo de mis palabras -Deseo hacerlo, estoy convencida- me mira un momento tratando de darse cuenta si digo la verdad, al fin me sonríe
- ¿Antes hay algo que desees hacer?-
-Todo lo que querido ya lo hice y lo que no ya vendrá- le bese y baje junto a él; me mire en uno de los espejos, el vestido que Alice me había comprado era blanco, de tirantes y unas mangas muy trasparentes alrededor de mis brazos, el cabello lo llevaba suelto pero se veía muy bien cosa de Rosalie, el primer gesto amable que tenia para conmigo, mis zapatos me hacían ver más alta… sonreí ante mi propio reflejo.
-Vamos- una vez abajo toda la familia reunida, me abrase a cada uno de ellos, Edward comenzó a besarme, luego beso mi cuello, mi mandíbula y gusto en ese momento
-Te amo- apenas pude responderle, pues en ese ínstate me había mordido, sentí sus dientes clavándose en mi cuello, gemí y mire como algunas lagrimas escapaban,un quemazón comencé a sentir por la garganta, el dolor se hacía cada vez más fuerte, comencé a ver borroso y caí desmallada… ahora solo 3 días para empezar mi no-vida alado de el amor de mi existencia, mi Edward…
