Volver a amarte

Capitulo 1

Había pasado siete años desde que huí de Forks...

Huí por la humillación, la decepción, la rabia y la tristeza que sentía en ese momento.

A la edad de 18 años, quede embarazada, y si, fue de Edward Masen. El novio que creía que me amaba, pero solo jugaba conmigo.

Con dieciocho años y embarazada, decidí marcharme de Forks, no quería que Edward me encontrara, porque se que me suplicaría que volviera con el, y cuando supiera que estaba embarazada, pensaría que lo hice a propósito para que se casara conmigo.

No quería afrontar lo que yo se que me esperaba, no quería ser humillada frente a todo el pueblo y sobretodo, frente a mi padre.

Siete años atrás

Un mes había pasado, desde que compartí esa noche con él. Estábamos en el último año de instituto y comencé a sentir unos mareos y antojos inexplicables. Pronto, Jessica Stanley, una amiga del instituto, comenzó a notar lo pálida que me veía, más de lo normal, los constantes mareos y antojos, no pasaron desapercibidos. Así que un viernes, después del instituto, ella llego a la puerta de mi casa, diciendo:"tienes que hacerte una prueba… y pronto"

Y sin que dijera nada, ella ya había entrado a mi casa, arrastrándome, prácticamente, al baño del piso superior.

-El jefe Swan, ¿aun no llega?- pregunto Jessica. Negué con la cabeza.-¿ a que hora, aproximadamente llega?- inquirió.

-Como a las ocho de la noche, ¿Por qué?-pregunte extrañada.

-Te dará tiempo para que te puedas hacer la prueba.- contesto Jessica, sacando una cajita de su bolso de mano.

-¿A que te refieres?, ¿Qué prueba?- no estaba entendiendo.

-La prueba de embarazo, ¡tonta!- contesto Jessica, un poco divertida en la última palabra, dándome la cajita que había sacado.

Ahora comenzaba a entender a lo que se refería Jessica.

Los constantes mareos, antojos, era síntomas de un embarazo, pero eso era imposible… yo no podía estar embarazada. No…

Estuvimos cinco minutos esperando a que diera el resultado esa maldita prueba, que para mi opinión, yo sabría el resultado de esa prueba.

No estaba embarazada.

-Tienes que ir a decírselo.- dijo Jessica.

-No creo que le agrade la noticia.-negué.

-Si dice amarte tanto, el aceptara la consecuencia de esa noche sin protección.- insistió Jessica.

Y sin más, ella se ofreció a llevarme a la casa de mi novio, Edward Masen.

No se encontraba tan lejos de mi casa, pero aun así, Jessica había insistido en llevarme en auto ya que dijo "debes cuidarte más Bella".

Baje del auto, con una sonrisa resplandeciente. Note que el auto de los Señores Masen no se encontraba, es decir, aun no llegaban. Note que las luces de la casa no estaban encendidas, solo el de la parte inferior de la casa. La sala de estar.

Abrí la puerta, ya que ésta no tenía cerrojo, al momento de abrir la puerta, me quede petrificada…

Él se estaba besuqueando con alguien, pero no era cualquier persona, era Lauren Mallory. Salte un grito ahogado.

-¡Bella!- dijo él, con voz ahogada. Me eche a llorar.- ¡Esto no es lo que párese!- dijo separándose de Lauren, dirigiéndose a mi.

-¿Y entonces que es?, ¿me vas a decir que ella se metió a tu casa, llegando a tu habitación, besándote, sin que tuvieras escapatoria?-exclame. Él se acerco mas a mi, tratando de tomar mi brazo.- ¡No me toques!, ¿Cómo pude creer que podrías estar enamorado de alguien tan patosa, desalineada y fea como yo?-grite.- que ingenua fui…-mis lagrimas nublaron mi vista, y Salí corriendo, gracias a Dios, Salí ilesa de esa casa.

Entre al auto con lágrimas escurriendo por las mejillas.

-¿Qué te hizo ese desgraciado?-pregunto violentamente Jessica al verme llorar.

-M-me enga-gaño.- tartamudee.

Se escucho un golpe en la ventana de mi lado, y mis ojos se abrieron como platos al ver que era Edward quien había golpeado la ventana.

-Bella, deja que te explique, todo fue un mal entendido, no es lo que piensas, de verdad. Debes creerme.- suplico Edward.

-¡Acelera Jessica!- grite, y mi amiga acelero a todo poder.

-Vamos a mi casa, tengo que coger una maleta, con ropa y dinero, y dejarle una nota a Charlie.- le dije.

-¿Qué piensas hacer?- inquirió mi confundida amiga.

-Irme a Phoenix, Arizona, con mis tíos.- conteste.

-¿Y porque no con tu mamá, en Jacksonville?-pregunto.

-porque se que él me encontraría ahí, seria el segundo lugar donde buscaría, después de la casa de Charlie.-conteste

Llegamos a mi casa, comencé a empacar, solo una valija y mi mochila del instituto, era todo lo que llevaba.

-Prométeme que estaremos en contacto, me hablas cuando llegues a Phoenix.- dijo Jessica, dándome un fuerte abrazo. Estábamos en el aeropuerto de Seattle.

-Lo prometo, pero tú prométeme que jamás le dirás a Edward a donde me fui, y vendrás a visitarme cuando puedas.-conteste

-Trato hecho- y nos abrazamos por última vez.- ¿y que pasa si se entera de que estas embarazada?- pregunto mi amiga.

-Charlie se encargara de eso.- le guiñe un ojo y me fui por al pasillo que conectaba la sala de espera con lo aviones.

Presente.

Ahora vivía en Phoenix, con mis tíos, primos y con mi hija Renesmee Carlie.

Renesmee, por el nombre de mi mama Renee y mi tía Esme, y Carlie por mi tío Carlisle y mi papá Charlie. A mis tíos los quiero como mis segundos padres y a mis primos como los hermanos que nunca tuve.

Y si, Carlisle y Esme Cullen me acogieron en su humilde hogar, junto con sus hijos Rosalie y Jasper. A pesar de que yo haya llegado, de dieciocho años, embarazada y sola, mis tíos y primos, me acogieron gustosos.

-Mami, ¿puedo ir con tío Jacob, tía Leah y primo Jake? – pregunto mi hija.

Jacob y Leah, eran como mis hermanos, prácticamente, al igual que Rosalie, Jasper, Alice, Emmett y Seth, éste es el hermano de Leah.

-Si tío Jacob y tía Leah están de acuerdo.- le dije a mi hija

- Ya les había preguntado mami, y dijeron que si.- exclamo mi hija, dando un alto, haciendo que sus rizos café cobrizo se movieran.

Renesmee se parecía tanto a su padre. El mismo color de cabello, su mismo carácter, con una combinación de la mía y una euforia, que se la había pegado, por pasar tanto tiempo con Alice, una de mis amigas que conocí en la Universidad y novia de Jasper. Tenía el mismo color de ojos que los míos, color café chocolate. Y sorprendentemente a los cuatro años, ya sabía leer, y a los tres, se intereso tanto por el piano, que ahora va a clases particulares de piano; igual que su padre…

-¡Esme, iremos a casa de Jacob y Leah!- avise. Cogimos la mochila color rosa de Renesmee y salimos de la casa, adentrándonos al auto y dirigiéndonos a la casa de Jacob y Leah.

Una vez que llegamos, Renesmee, salio corriendo, literalmente, al porche de la casa. Tocamos el timbre y enseguida la puerta se abrió, mostrando a una sonriente Leah y al un pequeño sonriente Jake (aunque su nombre es Jacob, pero le decíamos Jake para no confundirlo con su padre).

-Renesmee, Bella, que gusto verlas por acá.- saludo Leah, dejándonos entrar.

Nos sentamos en uno de los sofás de la sala de estar y los niños se dirigieron al patio trasero a jugar.

-¿Y como has estado Bella?- pregunto Leah.

-Bien. Ya no hace preguntas sobre su padre.- conteste.- Te juro que no sabia que mas decirle, siempre le decía "tu padre esta de viaje y no a regresado" o "no, el no va poder venir para tu cumpleaños". Te juro que se me destroza el corazón cada vez que hace una pregunta acerca de él.

-Es normal que todo niño que no crece con su padre, tenga curiosidad por el, y mas a la edad de la niña.-

- Lo se.- admití.- pero es difícil para mi.

-Tienes que superarlo Bella, eso paso hace años. Pienza en tu hija y en las personas que salieron perjudicas ante tu decisión de no decírselo, empezando por él, después por tu padre y finalizando contigo y la niña.- alentó Leah

-Tratare…-dije muy poco convencida.- Leah, ¿puedo dejarte a Renesmee?, tengo que ir a la editorial y luego a comprar los víveres, ya que Rosalie esta con los preparativos del aniversario de bodas de Carlisle y Esme con la hiperactiva Alice, Jasper en el hospital con Carlisle y Esme me pidió que comprara los víveres.- explique.

-No hace falta que lo preguntes, yo encantada la cuido.- me sonrío.

-Gracias.- y la abrace.

Me despedí de Renesmee y le prometí que no tardaría, ella contenta de saber que estaría mas tiempo jugando con el pequeño Jake, no se opuso.

-Mándale saludos a Alec de mi parte mami.- dijo Renesmee antes de que cruzara la puerta para irme.

-Lo hare.- prometí

Alec es mi jefe de trabajo, y aunque solo es un año y medio mayor que yo, era hijo del dueño de la empresa, por lo tanto, el y su hermana eran los jefes en la editorial. Él y Renesmee se conocían y se llevaban tan bien que hasta jugaban en el parque, ya que Alec siempre nos invitaba a Renesmee y a mí a salir.

Llegue a la editorial, dirigiéndome a la oficina de Alec. Toqué la puerta con los nudillos de mi mano y enseguida se escucho un "pase" del otro lado de la puerta.

-Hola Alec, solo venia a preguntante si ya habías leído la otra novela que traje la vez pasada.

-Si, ya la leí, y debo decirte, que me fascino, como siempre.- me sonroje.

-No seas modesto, solo lo dices porque me estimas.- objete.- por cierto, Renesmee te manda saludos.- mencione

-También mándale saludos de mi parte, y dile que pronto tendrá su sorpresa que le había prometido desde hace un mes.- lo mire extraño- son cosas entre nosotros.- me guiño un ojo y siguió con su trabajo.

-Te dejo seguir trabajando, debo comprar los viveres y después recoger a Renesmee a la casa de Leah y Jacob.

-Okay, nos vemos luego.

Salí de la editorial y me dirigí al super mercado mas cerca que encontré.

Comencé a caminar por los pasillos, solo me faltaban las galletas favoritas de Renesmee y comprar un poco de nieve de napolitano, para poder ir a una de las cajas, pagar e irme a casa de Leah para recoger a Renesmee y llevarla a casa de mis tíos.

De pronto, sentí que me empujaron por atrás. Por reflejo, me gire para ver quien me había empujado, cuando voltee, jamás me imagine encontrarme con esta persona.

-¡Tanya!- exclame sorprendida.

-¡Bella!, que gusto verte de nuevo, ¿Cómo has estado?- Tanya es sobrina de mi tío Carlisle [ya que Esme es hermana de mi madre Renee], Carmen, es hermana de Carlisle, y ella tiene sus tres hijas, Irina, Kate y Tanya, su esposo es Eleazar Denali. Ellos vienen de Alaska por cada festividad que hacen Carlisle y Esme, por ejemplo, la cena de aniversario de bodas de Carlisle y Esme.

-Bien, gracias por preguntar.- conteste con una sonrisa.- ¿y como han estado Carmen, Eleazar y las demás?- pregunte

-Bien.- contesto ella

-Que gusto me da.- sonreí.- ¿y van a venir a la cena de aniversario de Carlisle y Esme?- pregunte

-Claro.-exclamo Tanya.- y esta vez, Irina, Kate y yo, traeremos compañía.-me guiño un ojo.

-¿Asi?, ¿y quienes son?-pregunte, sabiendo que se refería a que tenían novio las tres.

-El de Irina se llama Laurent, un chico muy simpático al igual que Garret, el novio de Kate, pero el mío es el mejor de todos.- le brillaron los ojos.- se llama Edward, y es todo un caballero.- ¡Edward!, de seguro que debe haber millones de Edwards en todo el país, seguramente no era el que yo conocía.- Lo conocí en la universidad de Alaska.- por lo menos no es el Edward que conozco.- Cuando lo conozcas, te agradara, ya lo veraz .- aseguro.

Después del pequeño encuentro con Tanya en el supermercado, fui por Renesmee a casa de Leah, de ahí nos fuimos a casa de mis tíos, donde actualmente vivíamos.

-Ya llegamos.- avise.

-Que bueno que llegaron, Rosalie y Alice están como locas haciendo llamadas, arreglado aquí y haya, ¡ni siquiera nos dejan entrar a la cocina!- dijo Esme.

-¿Por qué no me extraña?- pregunte sarcástica.- solo falta dos días, y ellas dos se ponen como locas cuando es relacionado con las compras o preparativos de alguna celebración.

-Lo se, pero ahora, ve a la cocina y despéjala, necesito hacer la cena. Mientras yo, cuido a mi niña consentida.- Renesmee estiro sus bracitos, dando a entender que la carguen.

-Mi mami me dijo que Alec me dará la sorpresa que me había prometido desde hace un mes abu Esme.- Renesmee le decía abu a Esme, ya que pasa mas tiempo con ella que con Renee que esta en Jacksonville con su esposo Phill.

-¿Qué sorpresa se refiere Renesmee?- pregunto extrañada Esme.

-No tengo ni la menor idea.- conteste.

-¿Qué tal si tu y yo vamos a jugar "adivina quien", mientras tu mami se encarga de la cocina?- pregunto Esme a Renesmee

-¡Si!- exclamo mi hija. Y fueron escaleras arriba.

Me dirigí a la cocina, con las bolsas con los víveres en manos y al abrir la puerta, me encontré a Jasper, Rosalie y Alice discutiendo.

-Alice, cariño, tranquilízate, solo faltan dos días, no es para tanto.-era Jasper tratando de tranquilizar a Alice.

-Nada de "tranquilízate cariño", esa cena es importante, no todos los días se cumplen veintisiete años de casados.- replico Alice.- Rosalie, ¿ya le llamaste al florista, a la pastelería, a la agencia para rentar sillas y mesas, a la agencia de música en vivo, a la agencia de banquetes, a la de….?

-Muy bien, todos salgan de la cocina, Esme necesita hacer la cena y yo necesito acomodar los víveres.- interrumpí a Alice

-Nadie me va a sacar de aquí, tenemos que terminar los preparativos para ir mañana de compras.- objeto Alice

-Alice, Bella tiene razón, necesitas descansar.- dijo Rosalie, acercándose a Alice.

-¡NADIE ME SACARA DE ESTA COCINA!- grito Alice, en ese momento, la puerta de la cocina se abrió, mostrando a un Carlisle con el ceño fruncido.

-Me pueden explicar, ¿Por qué oigo tanto grito?- inquirió acercándose a nosotros.

-Alice esta histérica con los preparativos del sábado.- contesto Jasper.

-Y yo necesito la cocina libre para poder acomodar los víveres y para que Esme prepare la cena.- conteste.

-Jasper, lleva a Alice a su casa, seguro que su madre a de estar desesperada por no saber el paradero de su hija.- ordeno Carlisle.

-No se preocupe por mi madre señor Cullen, le avise que me quedaría a dormir otra vez.- dijo Alice.

-Entonces, Alice, a tu habitación.- bromeo Carlisle. Alice puso cara suplicante.- Ahora.-ordeno Carlisle, ahora serio.

-Bien.- y se fue cabizbaja, con Jasper siguiéndola por detrás.

-Rosalie, limpia la cocina, y cuando termines, Bella podrá acomodar los víveres.-anuncio Carlisle

-Si señor.- dijimos Rosalie y yo al unísono solemnemente.

Carlisle salio de la cocina. Rosalie empezó a limpiar la cocina, con mi ayuda, después de eso, ella me ayudo a acomodar los víveres en su lugar.

-Me he encontrado a Tanya hoy en el supermercado.- mencioné de repente.

-¿De verdad?- pregunto, mientras guardaba la fruta en el frigorico.

-Sip, ellas y sus hermanas vendrán acompañadas en la cena de aniversario el sábado.- mencioné

-Por favor no de lo digas a Alice, se pondrá como loca cuando sepa que hay que agregar tres sillas mas.- me reí ante el comentario

-No te preocupes, seré una tumba.

-Yo me hare cargo de las sillas, ya que "señora yo quiero todo a la perfección" estallara.- puso cara de miedo.

Estalle a carcajadas

-Tengo una idea.- dijo Rosalie.- ¿Qué tal si nosotras hacemos la cena?-pregunto sonriendo ahora.

-Es una buena idea.- conteste sonriente por la idea.

-¿Y que prepararemos?- pregunto Rosalie, sentándose en un banco de la barra que se encontraba en la cocina.

-¿Qué tal papas gratinadas?- sugerí

-Bien.- Rosalie comenzó a sacar las papas, mientras yo, sacaba el papel aluminio.

Una vez que acabamos, avisamos a todos que bajaran a cenar.

-Bella, te dije que yo haría la cena, no tenían porque molestarse.- me reprendió Esme, pero con el tono maternal que la caracterizaba.

-No fue ninguna molestia Esme, Rosalie y yo hicimos la cena gustosas- asegure.

-Gracias.- nos sonrío ampliamente a Rosalie y a mí.

Después de cenar, lleve a Renesmee a la cama, para dormir.

-¿Quieres que lea el cuento o prefieres leerlo tu misma?- pregunte, ya que sabia que Renesmee le gustaba leer, pero a veces me pedía que leyera el cuento por ella.

-No quiero ningún cuento, mejor cuéntame de nuevo, ¿Cómo era o es mi papi?, mami.- esa pregunta me pillo desprevenida. Tantas veces me había preguntado Renesmee por su papá, que cuando paro de hacer sus preguntas, creí que lo había olvidado, pero veo que me equivoque.

-Se podría decir que tu papá, cuando lo conocí, era todo un caballero, le gustaba tocar el piano como a ti, también leer, escuchar música clásica y sabia cocinar a la perfección.- describí.- su cabello es del mismo color que el tuyo, es color café cobrizo, todo el tiempo lo traía desordenado y sus ojos eran de un profundo verde esmeralda.- esa descripción, me hizo recordar los mejores momentos de mi vida, pero con el tiempo, ví que todo era una mentira, el solo me utilizó.