La parábola del disimulo.

Este es mi primer fic, por lo cual he puesto gran esmero, la historia estaré actualizando constantemente.

Los personajes no me pertenecen a mi sino a Rumiko Takahashi y bla bla bla

Capítulo 1:

Habían sido días largos, encontrar el camino de regreso a Nerima fue bastante difícil. El chico avanzaba pesadamente por las calles, su nulo sentido de orientación hacia que, el llegar a su destino por más ocasiones que hubiese estado allí, fuera una completa proeza.

Ryoga miro aliviado el edificio marrón con toldo y cortinas rojas que enmarcaban en ellas bellos hànzis, - por fin he llegado- se dijo para sí mismo y se dispuso a entrar, deslizo la puerta y lentamente ingreso.

Los olores que se percibían dentro eran exquisitos, los aromas que expedían los crisoles y los alimentos salteados en aceite hicieron abrirle el apetito de inmediato, Ryoga trago saliva, soporto lo más que pudo el hambre que en su largo viaje siempre sufrió y saludo.

- ¡Hola!, ¿Hay alguien?

- ¡Ni hao! - Desde el interior de la tienda una voz respondió. –Disculpe aun no estamos sirviendo será mej… aaah!, chico perdido.

-Hola Shampoo, ¿está tu abuela?

Shampoo asintió con la cabeza y llamo a su abuelita.

Cologne salió al llamado de su nieta.

- ¿Que pasa Shampoo?

-Te buscan.

Ryoga se acercó a Cologne e hizo el gesto de besar la tierra ante ella.

-Por favor anciana tiene que ayudarme- Ryoga con la más sensata actitud se refirió a Cologne.

Cologne confundida – ¿Que sucede muchacho? -

Ryoga se puso de pie y saco de su mochila unos rollos de papiro contenidos en cilindros de marfil, 3 en total, cada uno con un grabado de dragones chinos tal vez de la dinastía Han, por la apariencia de los mismos; más parecido a una serpiente que a un dragón propiamente, cada cilindro era de un color diferente: rojo, naranja y negro. Ryoga los tomo además de una pequeña caja de madera no mayor a una caja de cerillas, la cual aparto, puso sobre la mesa y le entregó los pariros a Cologne.

- ¿Qué es esto muchacho?

-Me han dicho que en esos papiros esta la cura para mi maldición- respondió Ryoga.

Cologne se les quedo mirando detenidamente

- ¿Dónde los conseguiste Ryoga?

El chico se mojó los labios y se dispuso a contar su relato ante sus dos interlocutores.

- "Vera fue en un bosque cerca del monte Iwaki hace una semana, estaba buscando una salida de allí, la noche ya me había alcanzado, así que decidí acampar, ahora que lo recuerdo la noche era bastante fría, pero sobre todo sentía una sensación extraña, como si alguien me observara, aun así, permanecí. Cuando decidí dormir y me metí en mi tienda, el ambiente se había tensado, estaba silencioso, ni siquiera se escuchaban los insectos en la entramada vegetación".

El rostro de Ryoga cambio al recordar el resto de su relato, Cologne noto el cambio sutil en su voz.

- "Fue entonces cuando escuche un grito desgarrador que hizo que saltara de inmediato de la bolsa para dormir, enseguida escuche una réplica del grito, pero más cerca, anciana en ese instante el miedo me paralizo, supe que algo se acercaba, escuche pasos agitados muy cerca entre la bruma, apenas iluminada por la luz de la luna vi que era una mujer desesperada, su cara estaba desfigurada por el horror."

Ryoga miro a Shampoo que le escuchaba atenta.

"Tome tanto valor como pude y fui a auxiliarla, busque interceptarla, pero ella trato de evadirme y al hacerlo en su desesperación tropezó, intente levantarla, pero trataba de defenderse, tarde en hacerla reaccionar. Cuando por fin logre hacerle ver que la quería ayudar, un ruido estruendoso se escuchó, como si algo reptara -enfatizo- ella al escucharlo volvió a la histeria. Supe que tenía que moverme de allí, la cargue en brazos y salir de allí. Al alejarnos un miedo muy profundo me invadió y largos ruidos se escuchaban detrás nuestro, la chica comenzó a llorar y se apretó contra mí, no sé cuánto corrí, pero si recuerdo que justo al salir de la parte más densa de ese maldito bosque una gruesa mano o tal vez una pata intento detenerme y quiso tomarme por el vientre, solo sentí un escalofrió que recorrió toda mi espina dorsal desde la punta de los pies hasta mi nuca, apreté el paso hasta que las fuerzas me abandonaron. No sé en qué momento me desvanecí con la chica en brazos y cuando me recobre ella me cuidaba, era de día ya, e intente hablar con ella, pero no pudimos entendernos, hablaba en chino. Nos tomó un par de horas, muchas señas y dibujos comprender que ella quería regresar a su aldea y deseaba que la acompañara no se sentía segura andando sola. Comimos cuanto pudimos conseguir en nuestro camino, algunos frutos y raíces, nos tomó todo el día y el siguiente encontrar el camino a su aldea, al llegar me dirigió a una pequeña choza, ella entro corriendo con alegría y lágrimas en sus ojos, tardo en salir unos minutos de la mano de un señor, intercambiaron palabras que no entendí, el me miro con gratitud y me dirigió una reverencia y palabras de agradecimiento en un tosco acento y palabras duramente articuladas, con ayuda de señas me pidió que por favor me quedara, pero no accedí por que debía continuar mi camino. La chica intervino y en chino se dirigió a mí, aunque no entendí sus palabras, pero por su actitud buscaba lo mismo que su padre, pero yo no buscaba recompensa, así que me negué de nueva cuenta. No insistieron y me agradecieron una vez más. Pero antes de retirarme el padre de la chica pidió que lo aguardara un instante y corrió adentro de su casa, al salir lo hizo con una bolsa de cuero curtido que contenía esto" -señalando hacia los papiros- "El hombre me los extendió, pero decline. Pero con palabras separadas que no daban una buena articulación me hizo entender que de ellos podía obtener lo que deseara, mi mente rápidamente trabajo y supe que había algo que yo deseaba, antes de partir me pidieron que me alejara de los bosques y que tuviese cuidado con Shub… no recuerdo bien el nombre"

-Salí de aquella aldea e intente leer los papiros, pero me fue inútil estaban en chino, así que decidí venir a buscarla y pedir su ayuda.

-Ya veo chico- repuso Cologne.

Shampoo quedo mirando la pequeña caja de madera laminada que por la tonalidad ligeramente blanquecina seria de madera de cerezo, la abrió y quedo maravillada con su contenido; era un medallón de no más de 5 cm de diámetro tal vez de plata aunque estaba parcialmente cubierta de grasa y suciedad, en el contorno del medallón había pequeños grabados de apenas unos milímetros de ancho que bordeaban y ayudaban a definir perfectamente el fondo que se componía de óvalos que juntos formaban una figura mayor que asemejaba una estrella de 8 puntas, por encima de esa figura se alzaba una flor de 5 hojas con ligero relieve y que en el centro se coronaba con una pequeña piedra brillante de color rosa con la forma de un pequeño corazón.

Saco de la caja el medallón y descubrió que tenía una cadena cocida con pequeñas placas y diminutos pasadores, a Shampoo le brillaron los ojos.

Ryoga se percató de lo que Shampoo estaba observando y de inmediato se acercó a ella

- ¿Es muy bonito verdad?

-Es hermoso- repuso Shampoo, sin poderle quitar la mirada de encima. –¡Lo quiero! -

Ryoga abrió los ojos de par en par –Lo siento Shampoo, pero no puedo dártelo-

Shampoo torció la boca, -he dicho que lo quiero-

-No puedo dártelo- Repuso Ryoga con un tono más agudo.

Shampoo atrapo el medallón con las dos manos, lo atrajo hacia sí misma y lo apreso contra su pecho, acercándose a Ryoga hasta quedar a unos pocos centímetros de él, le dirigió una mirada juguetona y con el mayor encanto que pudo, dijo; - ¿Vamos Ryoga no crees que me quedaría hermoso? - haciéndolo apenar, no soporto la escena y desvió la mirada, su cara se tornó roja.

Ella se acercó un poco más a Ryoga –No puedo… dártelo- apenas tartamudeo.

Shampoo con un movimiento rápido se puso el medallón, el cual le colgaba justamente a la altura de sus pechos, se apuntalo, se acomodó el escote y con una sonrisa burlona, reviro; -Esta bien, si lo quieres tómalo-

Ryoga al mirarla de nuevo solo atino a a sangrar por la nariz.

Cologne que estaba inmersa en los escritos, vio algo que llamo totalmente su atención.

-Shampoo ya deja de molestar a Ryoga y ven aquí, eh descubierto algo que nos será de mucha ayuda.

La chica le devolvió el medallón. –Ese medallón será mio- dijo en tono socarron.

-Ryoga te ayudaremos con la cura de tu maldición, pero a cambio tu nos ayudaras a nosotras.- Dijo Colonge en tono serio.

Continuara….

Bueno entre más escribo más cosas me imagino para complementar la historia, espero sea de su agrado y dejen sus comentarios, todos son bien recibidos y bueno ojalá alguien lea esto.