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That´s why I choose solitude

Secuela de Condenados a vida; lo cierto es que alguien me pidió, después de leer la Bifurcación 1, que escribiese algo que "hiciera feliz a Toushiro". Supongo que éste es el resultado; ante todo, la primera vez que uso lo que sé de ciencia ficción, en un yaoi. La condena de vida de Ichimaru Gin, justa y como la tiene que vivir. Un agradecimiento especial a /u/987932/, Jane, por sus comentarios en "Correspondencia", que me ayudaron especialmente, en la corrección de éste fic.

Namasté y gracias anticipadas por leerlo

-Mira, papi! Mira!!- la mariposa negra, ribeteada de perlas azules, se posó sobre los dedos de la niña. Ichimaru sintió que el corazón se le encogía, al verla.

Bajo el sol, tirado en el pasto, los jeans, la ligera camisa de lino y los spassglass Prada, que protegían sus frágiles ojos del ultravioleta del Mundo Real, el antiguo shinigami esperaba pasar un domingo tranquilo en compañía de su pequeña hija, ya de cinco años.

Ikkizuru, el overol de verano amarillo salpicado de flores rojas y la carita pecosa, sonreía, la mariposa aleteando levemente en la mano, sin intentar escaparse. Con seguridad, el infernal animalillo percibía su reiatsu. Ichimaru sintió, al ver a la niña, como si un katana de diamante lo atravesara de lado a lado; no podía evitarlo. Ikkizuru era una calca adorable de Izuru, con los mismos ojos escarlata de Gin

Dios mío…dónde estás, okashi? Nos has dejado tan solos…miento…miento como siempre; hablo por mí, porque Ikki no te conoció y sólo sabe que estás en el cielo y que, tal vez, algún día renazcas…pero yo…dime, qué hago? Dónde encuentro tu boca, para besarte? Dónde está tu cuerpo suave, para enterrarme en él y oírte gemir mi nombre? Sabes? Le pedí a Unohane un mechón de tus cabellos y los llevo conmigo, a todos lados, enlazados a tu insignia de teniente; duermo con ese fetiche, aún huelen a jazmín…como tu piel…duermo abrazado a tu pijama, a tu kimono favorito, el azul, recuerdas? Aún preparo chai de Oolong por las tardes…y aún lo azucaro mucho…y, cuando nadie me oye, lloro; pero no lo hago por ti…tu estás en paz, no. Lo hago por mí…soy un perro sin dueño…te extraño…te amaba tanto… todos los días me reprocho no habértelo hecho sentir, no haberte hecho el amor más veces, no haberte dado más, siendo que me pedías tan poco…

A veces, Rangiku viene a verme…sé que no estarás celoso por ello, verdad? De todas formas, poco consuelo puede ofrecerme, nosotros siempre fuímos amigos de supervivencia, ratas del Rukongai, plaga capaz de todo…Ella no eres tú, simplemente y aunque me quiere, no es mas que el afecto de amigos. Ya ni siquiera tenemos sexo; a veces, sólo nos metemos a la terma grande y conversamos. Hablamos de todo lo que ha pasado en estos años en que no has estado aquí; el fin de la guerra, el ascenso de Byakuya como Comandante General –era de esperarse- la muerte del anciano Yama, el matrimonio obvio de Ichigo e Ishida, los votos de Rukia, como monja, en el pequeño monasterio budista de Karakura –te diré, estaba seguro de que terminaría de esa forma…aunque es gracioso verla con su cabeza pelada y su manto naranja…siempre he creído que Kaien tuvo que ver en esa conversión…me creerás capaz de tanta filosofía?

¡Ikki se parece terriblemente a ti! Es una contradicción para mí, la adoro y a la vez, me duele mirarla, porque es como si te mirase, sin tenerte. Me encanta verla saltar, todas las mañanas, lista para ir al preescolar; habla ya 3 idiomas, el nuestro, el indispensable inglés vulgar, que es necesario en el Mundo Real y el que se usa en el país donde hemos elegido establecernos…

Por más que Gin trató de no hacerle caso a Ikki, no lo logró. La mano suave de la pequeña en su mejilla, toda cabellitos rubios y peinados como los de Gin, los ojos rasgadísimos y enormes a la vez, botones de rojo brillante, mirándolo fijo, lo volvieron a la realidad. Ikki tenía la expresión mas dulce que se pueda imaginar, toda una chibi…

-Papi…lo extrañas, verdad? No estés triste…

Gin se sobresaltó al escuchar a la pequeña; era tan obvio? Esta no perdió la sonrisa

-Yo…recuerdo…-Gin la escuchó, atentamente- su corazón…

Gin tuvo que contener el llanto; Izuru la había protegido del ataque de Aizen con todas sus fuerzas y habilidades sin lograrlo y, al morir, había mantenido a Ikki cerca de su corazón…y la pequeña recordaba ese sonido. Aizen había herido a Ikkizuru seriamente y ésa era la razón de la prótesis en su rodilla izquierda; éste había casi cortado su pequeña pierna. Uryuu Ishida le había hecho un adorno de flores bordadas al aparato que la sostenía y con ello, Ikki logró la envidia de todas las pequeñas amiguillas de la escuela, antes que su lástima por llevar la prótesis. Ni Unohane ni Urahara ni la misma Inoue habían logrado componer el daño hecho por una espada con veneno de hollow y Gin esperaba que el crecimiento y los médicos de Ryuken Ishida lo consiguieran. En tanto, entrenarla, hacerla nadar y bailar y malcriarla –bueno, eso sí que no era su culpa- con regalos y paseos y mil cosas por parte de todo el Gotei 13, eran de las cosas que alegraban su vida.

Por eso, Gin no quería tocar la mariposa; sabía que traía noticias de la Sociedad de Almas y no se le antojaba recibirlas…besó a la niña

-Oi oi!! A tu mami no le gustaría vernos tristes…ven, dámela

La mariposa cambió de manos y tintineó tres mensajes en la mente de Gin

"Hola, Ichimaruuuu!! No huyas como siempre y espérame la próxima semana!! Iremos al Mundo Real, de compras y ví unas zapatillas preciosas para Ikki-chan, en el catálogo que me mandó Hanatarou!! Duerme bien y come algo…estás poniéndote flaco y ya no vivimos en el Rukongai, deberías aprovecharte…Besos"

Reconoció la firma espiritual de Matsumoto

"Yourishiko, Ichimaru…espero que los libros que mandó Rukia para Ikki-chan sean útiles. No soy quien para aconsejarte al respecto; elige lo que te pueda servir. Onii-san me pide que te recuerde las palabras de Kaien, sobre dónde tenemos el corazón…No sé a qué se refiera. Sayonara y besos a la pequeña.

Kuchiki Byakuya"

Gin saltó, un poco asombrado; su antiguo colega, tan formal como siempre, tan estricto y apegado a las leyes y a las normas como para poner su firma completa en un simple mensaje y tan viudo como él, había dejado de serlo…para casarse con su fukutaichou, Abarai Renji, al fin. Ese mensaje tenía doble intención, aunque Gin no lograba pescarla. Tocó a la mariposa una vez más

"Mushi mushi, Ichimaru tai…Ichimaru Gin…me pregunto si podría pasar a verte hoy, por la tarde…Matsumoto me dejó unas cosas para…Ikki-chan y tengo que ir al Mundo Real, por un asunto…ojalá y puedas confirmarme al intercom. Arigato"

Pues…¡Vaya que estaban de sorpresas! De Matsumoto, el mensaje era de los de siempre; no había una venta de temporada que aquella descocada no quisiera aprovechar, llenando el closet de Ikkizuru de juguetes, ropa y cosas inútiles. El de Byakuya…ya lo analizaría después…pero…Toushiro?

Hitsugaya siempre se había mantenido distante de él, y más después del suicidio de Hinamori. Desde antes de que Ikkizuru naciera, no había vuelto a verle y era el único que no se había presentado a conocer a la pequeña

Si derramas una sola gota de la sangre de Hinamori, te mataré, Ichimaru Gin

Bien, afortunada o desafortunadamente –para Hinamori- no había sido él quien derramase su sangre, sino Aizen y luego, ella misma, cuando éste muriera. No era un asunto de pensarse mucho; qué habría mandado Matsumoto ahora?

Miró el reloj, las tres y cuarto

-Oi oi…no tienes hambre?

Los ojitos de Ikki brillaron

-Hot dogs? Y helado?

Gin fingió cara de enojo

-Eso es tan sano como las ratas que yo comía en el Rukongai…

-Aghhh…

-Y no les poníamos ketchup…pregunta a Matsumoto

-Eso es horrible! ¡Y no creo que tu y Ran-chan hayan comido ratas!

-Y pececitos dorados…los robábamos de los estanques de los ricos y..

-Papi!

Gin soltó la risa. Abrazándola, sintiendo la calidez y el perfume de la pequeña. Tan frágil. Tan suave. Tan dulce. Tan Kira…

-Está bien…pero sólo porque es domingo. Y luego, hacemos las compras de la semana, te parece?

Ikki se colgó de su cuello

-Eres el mejor papá del mundo!