DISCLAIMER: Ninguno de los personajes de HP me pertenecen, los demás son sólo míos.
ENCUENTROS CERCANOS
OoOoOoO
CAPITULO 1
OTRO VERANO MÁS EN CASA DE LOS DURSLEY
Harry Potter el niño que vivió, se encontraba tumbado en el pasto del patio trasero del número 4 de Privet Drive. El sol de daba de lleno en la cara, por lo que mantenía los ojos completamente cerrados. Había crecido algunos centímetros, al igual que su cabellera que pedía a gritos que fuera recortada. Mantenía su manera poco formal de vestir... Jeans extremadamente grandes para su espigada figura, unos tenis muy gastados y una sudadera que Dudley, tan amablemente le haba obsequiado... Hecha "casi" girones por supuesto. Para no variar, Tío Vernón y Tía Petunia, lo mantenían todo el tiempo encerrado, sin oportunidad de poner un pié fuera de la casa y eso lo molestaba terriblemente. Estaba aburrido, ni Ron, Ni Hermione, sus amigos del colegio, le habían escrito tal y como lo habían prometido el último día de clases. No había podido hacer sus deberes y Hedwig, su hermosa lechuza Blanca, compartía su mismo destino; encerrada sin la posibilidad de estirar un poco las alas. El tiempo parecía pasar mas lento que de costumbre, los días parecían de 36 y no de 24 horas. Pero la inmensa soledad en la que se encontraba, le había ayudado a reflexionar a cerca de lo que quería para su vida futura... Si es que a eso se le podía llamar vida. A veces se preguntaba, una y mil veces ¿Por qué Hagrid habría tenido que ir a buscarlo para decirle que era un mago? Y no cualquier mago, no... El más famoso de todos... ¡El que había derrotado al Que-no-debe-ser-nombrado! A Lord Voldemort. A raíz de todo eso, su vida había hecho un vertiginoso giro de 360 grados... Y si, reconocía que le gustaba ser el centro de atracción aunque fuera un poco, aunque obviamente eso le asustaba. ¿Por qué? pues fácil y sencillo... Esperaban mucho de él, más que de cualquier otro alumno de Hogwarts, y eso representaba una presión de enormes dimensiones para sus 17 años. Sí, era su cumpleaños y parecía que nadie lo recordaba. Ya estaba acostumbrado a que los Dursley lo olvidaran por completo pero ¿Y Sirius, Hagrid, Ron y Hermione? ¿SE HABRÍAN OLVIDADO DE EL? ¿LO HABRIAN ABANDONADO A SU SUERTE?
Decidió por fin, retirarse a su habitación con el estomago vacío, Tía Petunia, había olvidado el "pequeñísimo detalle" de hablarle para comer... Mejor así, no quería ver la manera tan grotesca de comer de Dudley; verdaderamente parecía un cerdito en engorda para las festividades navideñas, al igual que tío Vernón, aunque éste último, mas bien parecía una ballena en cinta. Subió sigilosamente las escaleras y una vez que alcanzó la chapa de la puerta, se metió apuradamente; ahí se sentía seguro, en su MUNDO MÁGICO. Abrió su armario, y sacó del rincón, su saeta de fuego, a la que le hacía falta un poco de brillo. De otro cajón lateral, sacó el estuche de mantenimiento de escobas voladoras que le había regalado Hermione, y sin tener prisa, ya que tenía todo el tiempo del mundo, empezó a pulirla despacio... Hasta que un ruido en la ventana lo sacó de sus cavilaciones. Una hermosa lechuza pinta, tan grande y majestuosa como la suya, picoteaba el vidrio para que la dejara entrar, emocionado la dejó pasar inmediatamente; ésta revoloteaba por toda la habitación, haciendo demasiado ruido. Hedwig se mantenía a la expectativa, observando a la lechuza macho. Harry le hacía señas para que se estuviera quieta, si no, la que le esperaba si el tío Vernón se enteraba de que había recibido correspondencia. Así estuvo algunos minutos, hasta que le arrojó por fin, un bulto enorme a sus manos y salió volando a toda prisa, sin esperar a que le diera algo de comida en agradecimiento. -Seguramente es de Ron, Hagrid, Hermione "O SIRIUS" -Pensó Harry- Así que ni tardo ni perezoso, comenzó a abrirlo... Para su mala fortuna no era de ninguno de los cuatro. Era una caja de terciopelo negro, que venía envuelta en un fino pañuelo de seda, negro también. Dentro venía una esclava de oro, muy hermosa, con el nombre de Harry grabado.-
¡Cielos!¿Quién habrá mandado semejante cosa?
Buscó en el pañuelo, esperando encontrar una tarjeta o algo, pero no hubo nada. Giró la caja y cayó un pedazo de papel escrito con tinta negra, y con una caligrafía exquisita...
De tu amor secreto... Muchas felicidades en tu cumple años Harry…
¿De mi amor secreto? ¡Vaya! ¿De cuando a la fecha alguien se fija en mí?...
Se la puso inmediatamente en la muñeca para medírsela, impresionantemente le quedó a la perfección, pero luego se le vino a la mente una idea... ¿SERIA PELIGROSA? ¿ALGÚN TIPO DE ENCANTAMIENTO? ¿Voldemort?
NO, no puede ser, ya estás actuando como la desconfiada de Hermione-
Se la quitó a toda prisa, la guardó en la caja y la dejó dentro del cajón de su buró. Aunque le había emocionado el regalo, se sentía nostálgico y muy triste. Se habría conformado con recibir un "Hola" en lugar de la joya, incluso algunos de los pastelillos de Hagrid pero no hubo tales. Y su padrino "Hocicos" ¿Dónde estaría en esos momentos? Se recostó en su cama y comenzó a cantarse el Happy Birthday el solo.
Pasaron tres días, el panorama no parecía cambiar en lo absoluto. La misma rutina de siempre, - ¡Todos los días era igual! nada importante, ninguna noticia relevante... ¡Era tan desesperante! y de sus "AMIGOS" ni señales.
Una ducha con agua tibia... Si, eso me relajará –
Comenzó a desnudarse, poco a poco, como si fuera un ritual. Se metió a la regadera y abrió la llave del agua caliente; una vez que estuvo a la temperatura idónea, se metió por completo. Era tan gratificante el sentir como corría el agua por su piel, tan excitante. En varias ocasiones, había tenidos sueños húmedos, estando en una situación comprometedora. Unas manos le acariciaban la espalda, de arriba a bajo, muy suavemente. Después le daban pequeños mordiscos en el cuello; y el solo se dejaba querer, disfrutando de cada caricia proporcionada por aquella persona que no lograba ver, ya que un velo de misterio la rodeaba. El siempre había tratado de acercarse mas hacia ella, de besarle en los labios, de demostrarle lo que era capaz de hacer con sus manos y con su corazón; pero siempre pasaba lo mismo... Cuando estaba apunto de descubrir la identidad de su amante... El sueño terminaba. Al recordar semejantes sueños, Harry comenzó a acariciarse su abdomen, tan bien marcado por el ejercicio- Otros de sus pasatiempos durante el verano- Se frotaba suavemente, disfrutando; igual hizo con sus glúteos, muy firmes, duros. Dejó que el chorro de agua pasara por su cara, luego por el cuello, como un masaje... Al estar boca abajo, Harry miró su miembro, estaba erecto, listo para cualquier eventualidad. ¿Cuándo será el día en que pudiera sentir, lo que era hacer el amor? ¿Sería gratificante? ¿Le dolería? Harry Potter, el atractivo adolescente, aún era virgen; sus labios tampoco habían besado otros… ¿Quien sería la afortunada en estrenarlos? ¿Quién se ganaría su amor? Muchas veces había imaginado besar a Cho Chang; un beso desenfrenado... Sí, desenfrenado y lleno de pasión desbordante. Incluso, antes de que Cedric Diggory muriera, echaba a volar su imaginación; los 3 teniendo relaciones, en diferentes posiciones... Y... el, haciendo disfrutar al chico... ¡Un momento! ¿A Cedric? ¡No puede ser posible que pienses eso! (El solo se reprimía) La ducha terminó, buscó cualquier ropa de su closet y se la puso. De inmediato, sus ojos se posaron en un sobre que estaba en su mesita de noche; hacía algunos minutos no se encontraba ahí, tal ves, mientras se bañaba, había llegado una lechuza.
El sobre era del colegio "Hogwarts de magia y hechicería" recordándole que el 1 de Septiembre, tenía que estar en el andén 9 3/4 para abordar el expresso; adjunto, venía la lista de los útiles que necesitaría para el siguiente curso. Montones de libros de pociones, transformaciones, historia de la magia, cuidado de criaturas mágicas y de "Defensa contra las artes oscuras" se preguntaba…
¿Quién sería el nuevo profesor?
Ninguno había durado más de un año, parecía que el puesto estaba maldito...
¿Snape? ¡Por Dios, que no sea!
Ya se veía siendo el conejillo de Indias...
-Ven Potter, mostremos a la clase los efectos que tiene el hechizo bla, bla, bla ....
Iba a ser un año muy largo. Y más, por que Lord Voldemort, había regresado, más cruel y sanguinario que nunca. Un frío recorrió toda su piel... Años atrás, se había librado de una muerte segura. Quitando esos pensamientos tan nefastos de su mente, decidió, que los últimos días de vacaciones, los pasaría en el "Caldero Chorreante" así tendría toda la calma del mundo para comprar todo lo necesario para el siguiente ciclo escolar, y si tenía suerte, ver a sus amigos y pedirles explicaciones. Pero mientras esto llegaba, volvió a recordar la misteriosa joya que había recibido...
-AMOR SECRETO, no, debe ser una broma. Quieren jugar conmigo seguramente; si en verdad le interesara, hubiera tenido la delicadeza de poner su nombre, alguna inicial, una pista, algo... Es un regalo muy costoso, y no se si esté bien en aceptarlo, me siento muy incómodo, tal ves, si lo devuelvo... Sí, es lo mejor, mandaré a Hedwig.... De pronto...
-¡HARRY POTTER, baja ahora mismo! -La voz inconfundible de Tío Vernón llamándolo desde abajo-.
Sin más remedio, bajó de mala gana los escalones, casi a rastras. La familia Dursley estaba en la sala vestida "elegantemente" de fiesta. Qué patéticos se veían, Harry reprimió una sonrisa al ver a Dudley; como si le hubieran metido el traje azul marino con calzador, y los botones del saco iban a salir disparados en cualquier momento, y no quería estar ahí para cuando eso pasara, tía Petunia, con un vestido floreado de color rosa pastel, que parecía que lo habían confeccionado con las cortinas de la casa y un sombrero ridículo que hacía juego con el bolso y los zapatos, un plumero andante ni más ni menos y el tío, era el mas aceptable de todos, un traje negro, camisa blanca y ¡Horror! Un moño de terciopelo rojo en lugar de corbata... ¡Dios! El trío Ridículo Maravilla.
-Escúchame bien fenómeno -Cómo le encantaba decirle eso a Harry -Vamos a salir a una reunión muy importante con mi jefe, estoy por cerrar un negocio muy jugoso. Te quedarás solo por unas horas... Y te lo advierto, no quiero que hagas de las tuyas mientras no estamos. NADA DE ESAS... COSAS, si regresamos y vemos que algo, cualquier cosa, por mas insignificante que sea, está fuera de su sitio... TE ECHAREMOS A LA CALLE ¿ENTENDISTE?
Era lo que mas anhelaba Harry, dejar a los Dursley, pero no le contestó nada para no seguirle el juego-.
-¿Y qué se supone que debo hacer mientras ustedes no están? -Dijo Harry cruzando los brazos-.
-¡Quédate en tu cuarto, encerrado, sin salir! Al igual que ése pajarraco mal oliente...
-Está bien ¿es todo? ¿Puedo irme ya?
-Ahora sube, ¡Aléjate de nuestra vista!... Familia, en marcha, un futuro prometedor nos espera.
-¿Estás seguro de querer dejarlo solo querido? Me da mucho pendiente ¡PUDIERA INCENDIAR LA CASA! o hacer una de esas... esas... cosas -Bramó tía Petunia-.
-Descuida, no tiene a donde ir, Si rompe las reglas de "eso" al que llama "colegio", lo expulsarán; se lo pensará dos veces antes de hacer cualquier cosa indebida... Andando.
Dudley le sacó la lengua como un niño decinco años... Tal vez su poco coeficiente intelectual, no le daba para más. Cada día se convencía de que había llegado tarde a la repartición de cerebros. Y muy temprano a la de estómagos.
Harry cerró la puerta de un fuerte golpe. En su cabeza resonaban las palabras de su Tío- "NO TIENE A DONDE IR"- Si tan solo Sirius no fuera perseguido, ahora no tendría por qué estar sufriendo todas esas calamidades. Pero Dumbledore lo hacía regresar cada verano ¿por qué? si el sabía lo mal que lo trataban y lo humillante que era... También hablaría con el seriamente al regresar al colegio. Pero... Tenía el campo libre, unas cuantas horas y un poco más...
Ni crean que me voy a quedar aquí sin hacer nada, es la oportunidad que estaba esperando y no la voy a desaprovechar; Iré al callejón Diagon, a comprar mis cosas; la chimenea de la casa está en perfectas condiciones, y con un poco de polvos flú... O tal ves a la Madriguera, caerles de sorpresa y ver la cara de Ron cuando me vea, parado justo enfrente de su narizota... Mmm no, pensándolo bien, no tengo por qué buscarlos yo, si les interesa mi amistad, que ellos den el primer paso, esta decidido. Vio alejarse el carro de los Dursley por su ventana, y una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro.
Del baúl en donde guardaba sus cosas, sacó su túnica, su varita y un polvo verdoso y brillante; de nueva cuenta bajó a la sala, se paró frente la chimenea, se metió cuidadosamente y dijo:
"CALLEJÓN DIAGON"
De nueva cuenta la misma sensación de vacío lo recorrió, trató de mantener el cuerpo apretado para no golpearse con las otras chimeneas, pero no lo estaba logrando. Por fin, después de varias vueltas y ajetreos, llegó. Lo malo de viajar de ese modo, era que siempre terminabas lleno de hollín; era asqueroso, pero muy efectivo... Un hervidero de gente caminaba por ambos lados, las tiendas estaban abarrotadas; empujones, gritos y jalones.
¿Cómo voy a hacer para entrar? está tremendamente lleno... No me esperaba esto. ¿Qué haré?
Se acercó a un aparador para curiosear, ahí encontró un manual de Quidditch, que estaba a muy buen precio, pero no tenía ganas de comprárselo. Caminó varios minutos, sin encontrar nada atractivo... hasta que se topó con un letrero de luz Neon verde y rosa, se prendía y se apagaba rápidamente, flotaba en medio de la calle y a la letra decía: ¿Está cansado de su apariencia? ¿Quiere cambiar de look? ¿Pues qué está esperando? venga, entre a la estética de "Missy", no se arrepentirá, su completa satisfacción o la devolución de sus galeones...
Pensándolo bien, ya me hace falta un buen corte de cabello, y ¿por qué no? un cambio radical. Este año definitivamente será diferente.
Como si el letrero adivinara sus pensamientos, se convirtió en una flecha amarilla que lo guiaba a través de todos los pasillos del estrecho callejón, hasta que se detuvo en una puerta de color ROSA muy llamativa.
Entró con cierta incertidumbre, no había ningún otro cliente. Una aroma dulzón le subió por la nariz, le recordaba al salón de clases de adivinación, y hacía el mismo calor. Había una decoración algo estrambótica, pero muy agradable a la vista. Música, que le pareció que era de opera, de una soprano... ¿Opera en un lugar así? En la pared de enfrente había un cuadro con los diferentes tipos de cortes y peinados, todos eran chicos que le guiñaban el ojo y le mandaban besos. Harry se sonrojó un poco y se retiró de ahí. También notó, que lo que más abundaba, eran los espejos, de todos tamaños y formas. Se acercó a uno que lo hacía verse como Dudley de gordo y asqueroso, otro más, lo reflejó en forma de una exuberante morena de larga cabellera azabache, pronunciadas curvas y ojazos verdes...
-¡Holaaaa!
Gritó alguien detrás de el... y casi le da un infarto-.
-Perdón... ¿Te asusté?
-A… algo.
-Bienvenido a mi estética, yo soy Mike, pero todos mis amigos me dicen Missy, jejeje-Le alargó la mano para saludarlo y Harry correspondió-.
Miró a Mike de arriba abajo en cuestión de segundos. Llevaba una túnica color Fiusha con pequeñas incrustaciones de piedras multicolores, el cabello lo llevaba muy corto pintado de color rosa, unas gafas oscuras con brillos luminosos, botas negras y las uñas pintadas con varios paisajes. Además, era un chico de color, que no aparentaba tener más allá de 25 años.
-Yo soy Harry, Harry Potter.
-No, no puede ser ¡Me voy a desmayar!
Hizo un ademán como si en verdad lo fuese a hacer-.
-Me da el ataque... ¡No puedo creerlo! El famosísimo Harry Potter en persona Y aquí, en mi estética, déjame pellizcarme para ver si no estoy soñando... ¡OUCH! No es un sueño, esto se lo tengo que contar a mis amigas, ¡No me lo van a creer!
Harry estaba más colorado que un jitomate maduro, incluso estuvo a punto de salir corriendo de ahí-.
-Ven acá, siéntate... Dime ¿qué puedo hacer por ti? -Casi lo obligó a la fuerza a tomar asiento-.
-Bueno, yo... Quiero hacerme un corte de cabello… si, eso... Pero creo que... Regresaré más tarde
Hizo el intento de salir, pero Mike alias Missy, le sentó de un empujón-.
-¿Por qué tan Rápido? No estás para saberlo, ni yo para contarlo, pero hoy es tu día de suerte. Déjame decirte que llegaste al lugar indicado guapo, el arreglo personal es mi especialidad, y también otras cosas jejeje, pero esa es otra historia. Mira aquí Tengo varios tipos de cortes ¿Cuál te agrada?
Missy le puso en las manos un gigantesco catálogo, que pesaba horrores. Había unos fuera de lugares.... ridículos y complicados.... No era precisamente el cambio que necesitaba.
-Bueno, yo solo quería cambiar mi corte por alguno nuevo, algo más sencillo que esto-Le entrgó elcatálogo -Ya me cansé de llevar el mismo por años.
Harry siempre había querido un look diferente, pero por la cicatriz que llevaba en la frente, se lo había pensado más de dos veces.
-¡PERFECTO! Si estás indeciso, déjamelo a mí. A ver a ver, déjame ver el tipo de cara que tienes, los ojos Mmm muy interesantes, un verde esmeralda muy provocador; son preciosos; aunque esos lentes no te van -Harry se puso rojo de la pena-.
-Si, pero no vine para hablar de mis ojos, ¿Sabes? tengo algo de prisa, si no te importa ¿Podríamos empezar ya?
-¿Tan pronto? pero si apenas nos conocemos ¿Qué vas a pensar de mi? jajaja, era un broma... Aunque no te reíste � Bien, tijeras a la obra...
Las tijeras llegaron hasta la cabeza de Harry por sí solas. Missy solo se puso la mano en la barbilla y decía, si, no... Mas corto de éste lado... Más largo de allá. Pasó una larga hora, hasta que por fin terminó, por que Harry comenzaba a quedarse dormido. El no había podido ver cómo había quedado, pero ya no sentía ése flequillo tan estorboso en la frente, se sentía más fresco, más ligero. El chico loco sonrió al ver su obra de arte.
-Listo guapetón ¡Quedaste divino, como un adonis! ¡Ahhhh! ¡Todas las chicas quedarán prendadas de ti! Si tan solo fuera más joven.
Harry tosió, aclarándose la garganta por el comentario.
-Bien pero hay otra cosa que no acaba de gustarme, para que tu rostro pueda lucir ese peinado, tienes que pensar seriamente en no usar esos lentes tan pasados de moda.
-Nunca me he separado de ellos, me siento a gusto; Además, los utilizo por necesidad, no por capricho.
-Si confías en mí, yo puedo solucionar eso... ¿Confías en mí?
La palabra confiar, era una palabra (valga la redundancia) que no estaba muy acostumbrado a utilizar en su vocabulario desde que sabía del mundo mágico, solo podía hacerlo con algunas personas y las podía contar con una sola mano. Pero Missy, le parecía una persona agradable y decidió que lo intentaría.
- Está bien, lo haré.
-No te vas a arrepentir. A ver, dame acá eso... Bien, tendré que utilizar mi varita ¿De acuerdo? ahora, sin moverte, y sin parpadear (Harry asintió)- OCULLUS FINITE... Un rayo azulado fué a dar justo a sus ojos. La vista se le fue haciendo cada vez más nítida, hasta que pudo ver todo claro en cuestión de segundos.
-¡GUAU! Esto... ¡Esto es extraordinario! ¡Increíble! ¿Ya no necesitaré los lentes nunca más?
-Nunca de los nunca... Pero si es un hechizo tan fácil... ¡Me extraña que nunca antes te lo hubieses realizado!
-No quería, por... por mi cicatriz, así la ocultaba un poco más de la vista de los curiosos.
-Eres demasiado joven para tener tantos complejos ¿Cuántos años tienes?
-Cumplí los 17...
-¡Ahhhh que lindo, la edad mas bella y comprometedora de todas! Un adolescente entrando a la flor de la juventud... ¡Felicidadessssssss! Feliz cumpleaños a tiiiii, feliz cumpleaños querido HAARRYYY, feliz cumpleaños a tiiiii. (De la nada salieron confetis y serpentinas)
-Gra… gracias... Mira, si no hay nada más que hacer por mí, ya me retiro ¿Cuánto te debo?
-No es nada muñeco, con el solo hecho de haber escogido, éste… Mi humilde negocio para cortarte el cabello, es más que suficiente.
-Pero no es justo, te quité tiempo y es tu trabajo, insisto en que debería pagar...
-No, por que me voy a ofender...¿Sabes? tengo por aquí, algo que te va a gustar.
De los innumerables cajones que tenía empotrados en la pared, sacó dos cajitas de cristal y se las entregó.
-¿Y esto que es? -Pregunto Harry –
Son mi regalo de cumpleaños... Una cajita contiene una crema neutralizadora, capaz de borrar, por espacio de 12 horas, cualquier cicatriz, y la otra, tiene unos lentes de contacto muy especiales. Los azules, que tienen la forma de pupila de gato, son para ver en la oscuridad, como si fuera de día, los grises, son para... Bueno... Ya veras tú para que sirven y los transparentes, son para descubrir, quien está enamorado de ti. Cuando los uses, y mires a una persona, fíjate en el lugar del corazón; si te dan un reflejo amarillo es que solo te quieren como una amistad, si se pone negro es que te odian y si se ponen de un tono rosado... Eso ya lo podrás comprobar tu mismo.
-Oye, pero no entiendo ¿Por qué me das todo esto? apenas te conozco.
-Digamos que es mi buena acción del día de hoy, además, no todos los días se cumplen 17... ¡Ahhhh! Recuerdo cuando los cumplí, ése día dejé de ser señorita jejeje
Harry puso cara de sorpresa.
-En fin...Y por último... Mírate en el espejo.
Harry se quedó sorprendido del cambio. Definitivamente Missy sabía el negocio. El mismo se encontraba guapo y encantador. Le había dejado un poco corto, toda la parte trasera y lateral de su cabeza, y arriba una melena mas o menos abundante y alborotada, que hacía que un pequeño rizo se balanceara por su frente, el cabello ya no lo tenía tan rebelde como siempre, algo había hecho el chico para que fuera fácil manejarlo. Extasiado, tras despedirse y darle las gracias por todo al estilista, salió por fin con una nueva visión de la vida. Para no llamar tanto la atención, y mientras la gente se encontraba ocupada en sus propios asuntos, se aplicó la crema neutralizadora para ocultar su cicatriz y así probar su eficacia. Le empezó a producir un cosquilleo muy rico, que le daba risa, pero fue por poco tiempo. Al tocar con la yema de sus dedos su frente, pudo comprobar, que no existía tal cicatriz, al menos durante algunas horas. Su corazón brincaba de felicidad.
Missy lo vio alejarse, y cuando lo perdió de vista, recogió cuidadosamente cada cabello de Harry en un sobrecito rosa. Y como ya no iba a utilizar sus lentes, también se los embolsó. -¡Un día me van a sacar de unos buenos apuros económicos!
- Esto vale más que todas las cremas, cortes y pupilentes del mundo- Besó el sobre y lo guardó celosamente.
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A Harry todavía le hacía falta comprar todo su material. Para su fortuna, la hora que había estado ocupando para su nueva apariencia, dio un buen resultado, Como ya estaba anocheciendo, la gente empezaba a escasear y las tiendas se encontraban más vacías. Algunas chicas del colegio, que se encontraban de compras con sus familiares, no dejaban de observarlo, intrigadas.
Se parecía a Harry Potter, pero no era... ¿O si? ¿Y los lentes? ¿Y la cicatriz?
Algo raro había en todo eso, pero coincidan en una cosa: ESTABA IRRESISTIBLEMENTE ATRACTIVO. Sin mayor dificultad, realizó sus debidas compras, y hasta le compró unas cosas a Ron y a Hermione, aunque no se las merecieran, desde su punto de vista. Seguía sentido con ellos por la falta de noticias. Estaba ya por retirarse, ya que el tiempo se le estaba acabando. Entró al caldero chorreante lleno de libros por todas partes; ahí se encontraba la chimenea por la cual planeaba salir, pero cuando estaba apunto de utilizar sus polvos flú... Una voz muy conocida, inundó el lugar.
-¿A qué horas nos vamos a ir de aquí padre? Este lugar me da náuseas... Y no es de nuestra categoría.
- Sé paciente Drak... No podemos irnos hasta hablar con estas personas importantes... Ellas fueron quienes escogieron este lugar, no tuve otra opción.
-Estoy aburrido, mejor saldré a dar una vuelta...
-No te muevas de aquí… Drak, o ya sabes que me puedo molestar en serio... ¿No te sirvió de experiencia la última ves que me desobedeciste?- Si no lo recuerdas, pregúntale a tu ojo derecho y a tu labio inferior... (Draco no tuvo más remedio que obedecer a regañadientes)
-Así me gusta, que seas obediente... Por tu propio bienestar físico. Es importante que las conozcas tú principalmente, ya que una de ellas será tu prometida.
-¿Mi quéeeee? ¡No hablarás en serio!
-¿ACASO TENGO CARA DE UN ESTUPIDO BROMISTA?
Lucius, tomó por el cabello a su hijo que puso una mueca de dolor.
-He decidido que ya debes tener una novia oficial, y he escogido a dos candidatas para ti. No quiero sorpresitas desagradables...
-¡Seguramente mi madre no estará de acuerdo contigo! ¡SUÉLTAME YA!
-Tu madre y tú, son un cero a la izquierda... ¡Aquí se hace lo que yo ordeno y punto, no hay tema de discusión! Esta unión, favorecerá mucho, los lazos entre el señor tenebroso y los Malfoy ahora que ha retomado su poder-Dijo en voz baja, pero que Harry pudo escuchar-.
-Necesitamos un heredero en la familia, un hijo varón de sangre limpia. Tú por supuesto eres mi heredero varón, pero no estoy hablando de ti... Un hijo tuyo Draco, Mi Lord tiene muy buenos planes para el... Draco se quedó sin palabras al escuchar lo que dijo su padre, lo único que pudo darle, fue una mirada de desprecio.
-En cuanto todo se formalice, empezarás a cortejarla... Y tomarás de ella lo que tengas que tomar... Lo más rápidamente posible. Debe quedar embarazada en menos de 3 meses. Recuerda que eres un Malfoy, y siempre nos hemos distinguido por ser grandes amantes. No me defraudes.
¡No podía creer las palabras que su padre acababa de decirle! Draco no era una blanca palomita ni mucho menos, pero era el quien escogía a las parejas, nadie más, y obviamente su padre se estaba metiendo en algo que no le importaba. Y ahora lo estaba tratando como un semental que se apareaba con cualquier hembra en celo...
-Pues estás muy equivocado si crees que voy a hacerte caso Padre... ¡Estoy harto de ser tu juguete! ¿Escuchaste bien? ¡HARTO!
-¡COMO TE ATREVES A GRITARME INFELIZ! ¡PIDEME PERDÓN! ¡Y DE RODILLAS! ¡SI NO QUIERES SABER DE LO QUE SOY CAPAZ! -Lucius estaba furioso, los ojos parecían salir de sus cuencas-.
-¡No! no voy a hacerlo, y puedes hacer lo que quieras, ya no me importa... Si piensas matarme.... Entonces pelearé contigo... ¡Y SI HE DE MORIR, QUE ASÍ SEA!
Hubo un silencio sepulcral en el salón, ni Lucius, ni Draco dijeron una sola palabra, solo se miraron fijamente. Lucius sacó su varita... Draco también... Mientras tanto Harry seguía escuchando todo. ¿Y ahora que voy a hacer? -se preguntó- ya que estaba preocupado de encontrarse en el lugar equivocado, en el momento equivocado..., por un lado le intrigaba saber de que iban a hablar con las personas misteriosas, lo del compromiso de Draco Malfoy y lo de Lord Voldemort... Pero si lo pescaban escuchando, no viviría para contarlo. Todo se estaba poniendo muy peligroso... Al parecer estaba en medio de algo muy parecido A UN DUELO ENTRE PADRE E HIJO. Acomodó sus libros en la barra principal, se sentó y le pidió una cerveza de mantequilla a la encargada, que veía todo con la boca abierta; se la bebió de un golpe por los nervios... Afortunadamente, un tipo robusto y mal encarado, que parecía conocer a los Malfoy intervino justo a tiempo, para evitar una desgracia...
-¡Lucius, baja la varita! ¡Que la bajes te digo! Aquí no es lugar para arreglar rencillas familiares. Lucius accedió a la petición, pero claramente se veía que por sus venas corría un coraje irracional en contra de su hijo.
-Tienes razón O´Neil, no es lugar... Para ventilar nuestras diferencias ¿Verdad... Drak? -Draco seguía en guardia-.
-Ahora tu chico, guarda tu varita... Eso, así está bien. Todo en paz ahora... ¿Porqué no toman asiento y hablan de padre a hijo, de una manera civilizada?
-Yo no tengo nada que hablar con mi padre... Por el momento -Dijo Draco, y salió del recinto, su padre no movió ni un dedo para detenerlo-
¿Está en una edad difícil, no Lucius? Ya se le pasará el enojo. En algunas horas, habrá olvidado el altercado; lo mismo me ha pasado con mi hijo, lo digo por experiencia.
-Eso espero, por su bien. Desafortunadamente lo necesito... Para unas cosas que tengo en mente. Cuando llegue a casa, seré un padre comprensivo y complaciente, me conviene tenerlo de mi parte, y sabes a lo que me refiero...
-Lo sé jejeje, muy bien que lo se.
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Ya era muy tarde para Harry, no llegaban las personas que esperaban los Malfoy y si no se apuraba, tendría problemas con Tío Vernón. Dejó unos cuantos galeones para pagar por la bebida, y muy disimuladamente, tomó sus cosas, se aproximó a la chimenea, sacó sus polvos flú y dijo quedo, pero muy claro - Número 4 Privet Drive- De vuelta al remolino, y a los golpes, aunque los libros le amortiguaron un poco. Para su fortuna los Dursley no haban llegado aún. Corrió de prisa hasta su habitación y guardó todo de inmediato. El corazón estuvo a punto de estallarle de la fuerte adrenalina que haba descargado... Pero justo a tiempo, ya que las luces del coche de los Dursley, que se estaba aparcando en el estacionamiento, inundaron el lugar.
CONTINUARA...
