pues un dia no hallaba que hacer y salio esto
si inuyasha fuera mio, saldria desnudo en algun momento de la serie ( desgraciadamente rumiko nunca cumplio mi sueño TT)
solo la historia es mia
—¡Que cansancio tan grande!— exclame sintiendo todos mis músculos entumecidos, después de todo un día de trabajo arduo y duro ya no podía mas, cerré la puerta de mi hogar inclinándome levemente hacia ella para sostener parte de mi peso corporal en algo que no fueran mis muy cansados y adoloridos pies, aunque no los podía culpar, estar sobre un tacón de más de cinco centímetros de alto, todo el día moviéndose de aquí para allá no era precisamente cosa fácil, y es que ¿quién me mando a ser dueña y presidenta de una de las empresas más famosas a nivel internacional por crear el mejor vestuario?, sí, era una exitosa diseñadora. Pero en el mundo de la moda no todo era color de rosa como lo hacían parecer, para llegar a tener todo lo que tengo he tenido que sacrificar muchas cosas en mi vida y para mantenerlo mucho mas.
Trabaje como una condenada para pagar mi carrera pues vengo de una familia humilde y una buena universidad no estaba en nuestro presupuesto, mucho menos estaba dentro de la lista de lujos que nos podíamos costear, junto a mi hermano mellizo cinco minutos mayor Miroku, ayudándonos entre nosotros mismos, unidos como siempre, el y yo pudimos graduarnos en una buena universidad con honores ambos, el en arquitectura y yo en diseño, cumplimos nuestros sueños, ahora somos catalogados como los hermanos más ricos de Nueva York y nadie creería que fui secretaria, niñera, asistente, camarera y un sinfín de cosas que tuve que hacer para poder graduarme, al igual que mi hermano claro.
A dios le doy gracias que en mis momentos de crisis cuando ya no podía mas y todo se me venía encima en el instante en que perdía mis fuerzas y simplemente flaqueaba mi hermano siempre estuvo ahí para decir su típico – calma princesa, ya verás que todo saldrá bien, solo un poco más, tu puedes yo sé que si- para luego abrazarme darme un beso en la mejilla sonreírme con cariño e irse a algún lugar para darme espacio y poder pensar.
Adoro a mis padres, pero mi hermano era alguien especial, nosotros teníamos una conexión que nadie nunca podría entender, ahora aun con veinte años todavía me sentaba en sus piernas mientras él me arrullaba, todavía lo llamaba si tenía ganas de llorar por algún problema y él me seguía consolando con una paciencia y un cariño que solo el poseía , no podíamos pasar una semana sin vernos por eso los sábados éramos él y yo, los hermanos West, veíamos películas, comíamos hasta reventarnos, y hacíamos cualquier cosa que nos provocara, pero juntos, siempre juntos.
Miroku lo que tenia de cariñoso lo tenia de sobre protector creo que olvidaba que tenía la misma edad que él, a mí la mayoría de veces me parecía tierno pero en determinadas situaciones me exasperaba, ¿por qué el tenia cualquier cantidad de novias y hacia lo que se le diera la gana con ellas, y yo ni siquiera podía salir en una cita con alguien porque él los espantaba a todos? no era justo; aunque la verdad si se dejaban intimidar por mi hermano (por muy grande y musculoso que fuera) entonces no valían la pena.
Las cosas no habían cambiado aunque me haya dejado un poco abandonada por su nueva novia, una chica muy hermosa y agradable, su nombre era Sango, yo sabía que ella era diferente conozco lo suficiente a mi hermano como para saber que esta babeando por ella, completa y absurdamente enamorado, y era realmente extraño puesto que Miroku había sido un mujeriego empedernido toda la vida, así que el cazador fue cazado, me alegraba de que hubiera conseguido a alguien que le correspondiera enteramente, porque era obvio que ella también mojaba el piso con baba por solo verlo, y además de que era una excelente persona.
Por lo menos el ya había encontrado a su media naranja y era cuestión de tiempo para que terminaran casados y con hijos, pero yo era todo lo contrario todavía no había encontrado a aquel que me moviera el piso, ese que con su mirada me dijera que no podría vivir sin mí, que me quitara el sueño, el que me comprendiera amara y respetara, sencillamente no había encontrado a ese alguien destinado que todos tenemos , no importaba si era un príncipe azul, negro, blanco o del color que fuera, todavía lo estaba esperando, aunque, mientras tanto tenia a mi adorado Inuyasha.
Sin duda era perfecto, mi mejor amigo, él y mi hermano eran mi soporte, mi razón para seguir adelante, era él quien me esperaba en casa después de un ajetreado día de trabajo, me recibía con un cariñoso abraso y un buen beso en toda la cara que era correspondido enteramente por mí, y como no hacerlo si era un encanto, oso (como llamaba comúnmente a mi hermano) constantemente decía que no debería mimarlo tanto, a lo que Sango y yo respondíamos con una risita para después decirle que estaba celoso, él solo cruzaba sus los brazos y murmuraba un – me están quitando a mi hermanita- con el seño levemente fruncido, yo solo sonreía mas
Tan metida estaba en mis pensamientos que no me di cuenta de que una mole se me tiraba encima entusiasta, enredando sus patas en mi cintura y lamiéndome felizmente con su gran y rosada lengua toda la cara, este era mi rayito de paz todo los días
-¿cómo has estaba mi amor?, ¿has extrañado a mami?- le dije con una tierna sonrisa a lo que él respondió con otro gran lamido bajándose de mí, pero sin dejar de mover energéticamente su cola, esta era su acostumbrada forma de decir "estoy feliz de tenerte aquí otra vez mami"
Si ese era mi perfecto y leal amigo, mi Rott Wailler de más de cincuenta kilos, de dos años, el era mi Inuyasha el consentido de la casa y al que oso le tenía celos, debo decir que el sentimiento era reciproco porque el grandote podría ser el ser mas adorable conmigo, pero era tan o más celoso que Miroku, por lo que su mirada se volvía fiera si el oso estaba en un radio de tres metros a mi alrededor, aunque yo sabía que él sería incapaz de hacerle daño a mi hermano, eso no evitaba que siempre procurara estar más cerca de mí que el oso
Inuyasha sin duda era el perro mas consentido de todo el mundo, con solo poner su carita triste y mirarme con esos grandes y hermosos ojos dorados me derretía completamente, y hacia lo que él quisiera, lo malo de todo es que sabía exactamente como manipularme, y el muy aprovechado lo hacía siempre que le entraba ganas, dormía conmigo todas las noches, tenía su baño matutino todas las mañanas en la piscina, para después ir a su cita con seis kilos de comida en la cocina.
Tenía una casa grande, o mejor dicho un departamento lujoso, ubicado en la mejor parte de la ciudad, estaba rodeada de gente pudiente con mucho dinero, el vecindario en sí, estaba constituido por una variedad de personas muy diferentes a pesar que como antes mencione todos estaban podridos en dinero, la verdad la gente aquí estaba loca, su extravagancia y ridiculez dejaban asombrado a cualquiera, he de aclarar que a nadie en mi vecindario le gustaba mi "bestia" como que le llamaban a mi bebe, solo porque ellos tenían a pequeños perritos que caben en bolsos o como yo les llamo ratas con peluca no quiere decir que mi inu tenía algo mal, el era un perro de verdad de esos que son leales hasta la muerte, su amo lo era todo, aunque el oso dijera que él no me veía como su ama sino como su "mami", lo amaba y sabia que el daría su vida por mí, con eso era más que suficiente, no necesitaba que entrara en mi bolso.
El ser tan consentido lo hacía travieso, ya que sabía que yo no podía estar enojada con el mas de dos segundos, rasgaba las almohadas, se comía los zapatos, las mesas, las sillas, algunos desafortunados vestidos que se cruzaron en su camino, me había roto tanta lencería de victoria secrets que era la cliente preferida de la tienda, tenía una fijación por mis bragas y sujetadores que me era incomprensible, pero así era mi loco amigo y lo amaba tal cual.
Aunque eso no evitaba que me volviera loca con sus necedades.
Pase a mi cuarto con inuyasha detrás de mí como siempre, tan solo poner un pie en el. Inu se subió corriendo a mi cama cuidadosamente acomodada por mí, pero descuidadamente desordenada por mi perro, sin darle mayor importancia a algo que pasaba todos los días me quite los zapatos pasando después al pequeño short negro que traía en sima. Yo no era de las que le gustaba andar entaconada ni mucho menos era algo realmente importante vestirme a la moda a pesar de mi trabajo y de que si me gustaba vestir a la moda a las demás personas, pero eran los gajes del oficio y un pequeño precio que estaba dispuesta a pagar por hacer lo que más me gustaba.
Mi closet era cómico de ver pues la mitad estaba lleno de costosa y hermosa ropa, pero del otro extremo estaba el lado totalmente opuesto, ropa cómoda y deportiva.
Me puse el primer mono negro que encontré, y proseguí a quitarme la camisa, para luego sacarme el sexy brazier negro con encaje rojo que me había obligado a comprar la obsesionada con las compras de mi cuñada. Aun recuerdo ese día cuando después de haber visto parte de mi ropa interior mientras escarbaba en mi closet, buscando "algo decente que ponerme" en palabras textuales de ella, luego de ver mi gaveta de ropa interior se volteo hacia mí con unos de mis cómodos y deportivos sujetadores en la mano y dijo " puedo soportar darte por lo menos el fin de semana para que te vistas como una antisocial pero no puedo soportar esta ofensa directa a todo lo femenino y sexy, nos vamos " y literalmente me arrastro al centro comercial más grande de la ciudad para lo que ella denominaba compras de emergencia, luego de rebajar unos veinte kilos en subir, bajar, entrar y salir de tiendas llego la prueba de fuego, victoria secrets en la cual pasamos cerca de dos horas intentando decidir o en mi caso esperando a que Sango intentara decidir cual conjunto era el mejor, a eso le sumamos que no me dejo pagar nada alegando que era un regalo de cumpleaños adelantado, lo que decía cada que íbamos de compras y que por cierto no se lo creía ni ella misma porque cada cumpleaños mío era un boom prácticamente en todo Estados Unidos cuando según ella ya me había dado mi regalo. Lo peor era que con esperanza me había ilusionado con que mi hermano se negara a ello puesto que las cuentas en parte iban para el también (eran novios pero mi hermano le daba cantidades de dinero que se podrían considerar pequeñas fortunas, cosa que no era del agrado de mi cuñadita pero con el tiempo tuvo que acostumbrarse pues Miroku no dejo de hacerlo, y ahora se limitaba a gastar gran parte de dicho dinero en mi) pero al decírselo el muy desgraciado se había limitado a sonreír y decir que estaba completamente de acuerdo con la situación puesto que yo no dejaba que él me diera nada costoso y eso lo irritaba sobremanera, por lo que así quede con más de la mitad de mi guarda ropa reformado.
Tanto me sumergí en mis recuerdos que no me di cuenta de que mi queridísimo Inuyasha; nótese el sarcasmo; había tomado el antes nombrado brazier que yo descuidadamente había dejado sobre mi cama mientras iba a buscar una camisa, solo atine a ponerme la primera que encontré al ver como mi perro se llevaba en el hocico mi ropa interior, pero en realidad el susto no fue ese; fue que al salir del cuarto corriendo, hacia la sala me encontré con que el muy condenado había encontrado la forma de abrir la puerta con sus patas delanteras y había salido a todo lo que daban sus caninas patas hacia el largo pasillo que terminaba en unas escaleras hacia el otro piso, solo necesite salir de mi shock para salir corriendo como si el diablo me estuviera persiguiendo mientras gritaba su nombre para agarrarlo antes de que me hiciera pasar la mayor vergüenza de mi vida, subí a toda velocidad las escaleras mientras gritaba:
— ¡Inuyasha, algo muy malo te va a pasar si no vienes en este maldito momento!—
— ¡Hazme caso por una vez en tu vida y ven aquí!—
— ¡Inuyasha!—
Sin importarme quien me escuchara o que la gente creyera que estaba loca, seguí gritando su nombre mientras subía las interminables escaleras y me reprendía por haber sido tan tonta como para no haber usado el ascensor, cuando por fin termine de subir mientras seguía gritando como una histérica por cierto
Lo vi dándome la espalda frente a alguien pero en ese momento no podía importar menos quién demonios estuviera allí de todas formas ya todo el mundo se había enterado; por cortesía, de mis gritos que estaba loca
-Eres un muy mal perro, ¿Qué es lo que pasa contigo?, ¿es que quieres matar a mami?, ¿no era que me adorabas?- pregunte mientras me agachaba para ponerme a su altura y que me diera la cara- inuyasha estarás castigado por lo menos los próximos dos meses- dije tomando su cara con mis dos manos para verlo a los ojos; hablando con convicción, al tiempo que el empezaba a chillar y poner cara de cordero a medio morir- eso no funcionara esta vez- le volví a regañar pero a decir verdad eso no me lo creía ni yo misma.
En ese momento sentí una leve risa y ahí caí en cuenta de que no estaba sola, la persona que había estado minutos antes con inuyasha seguía allí, viendo como yo hablaba con mi perro como la perfecta desquiciada que era, recordando también que inu no tenía en su hocico mi brazier, se me subieron todos los colores posibles al rostro al darme por enterada de esos pequeños e insignificantes detalles
Me levante lentamente deseando que me tragara la tierra lo antes posible, y mientras iba subiendo mi cabeza sentí que todo se volvía arco iris y mariposas volaban alrededor, porque esa imagen fantasiosa de cuento de hadas no pueden pertenecer a la realidad, frente a mi estaba la encarnación de un adonis, el deseo de toda mujer hecho carne, dios me moje de solo verlo, cosa que no me había pasado nunca y no era que no haya visto a hombre buen mozos, es decir en mi trabajo había cantidad de modelos, socios, o estrellas de Hollywood, estaba bastante acostumbrada a eso, pero ….. pero esto dejaba sin palabras a cualquiera.
El chico era un pecado andante, un cuerpo de infarto, los grandes y trabajados músculos se le veían atreves de su camisa de marca de diseñador, arremangada en las mangas hasta los codos y con los tres primeros botones desabotonados, sus piernas se veían fuertes aun con el suelto pantalón que llevaba de varios bolsillos en todas partes, luego subí la mirada hasta su cara que me miraba con una muy, muy sexy sonrisa torcida que casi hizo que me corriera ahí mismo, su corto cabello negro con destellos plateados despeinado totalmente, en un look bastante original y atractivo, pero sus ojos, esas orbes de un dorado fundido que me miraban como si lenta y detalladamente, fueron lo que me termino de cautivar, poseían un aura de fuerza y a la vez dulzura, era un aire que te atrapaba irremediablemente y yo no había sido la excepción.
—Hola—dijo como un simple saludo en una voz con la carga justa de dulzura, sensualidad y profundidad, sencilla y aterciopeladamente perfecta. Extendió su mano hacia mí, y su sonrisa se hizo más grande. — Creo que esto es tuyo— volvió a decir mientras sus ojos cambiaban a tener un brillo de burla, y, ¿cómo no?, si me había cachado mientras me quedaba viéndolo como estúpida.
En ese momento fue que me desperté de mi deslumbramiento y baje la vista hasta la mano que me acercaba.
Se me subieron; ahora sí, todos los colores al rostro y de veras quise que me tragara la tierra, en su mano reposaba mi sujetador, si, bienvenidos a la triste historia de mi vida, tenía una suerte que no muchos envidiarían, el hombre más hermoso, bello, dulce y sexy de la tierra estaba frente a mí, con mi sujetador en la mano después de haberme visto hablar con un perro como si fuera la cosa más normal del mundo, mi vida era una mierda.
—gra-gracias— tartamudee como retrasada mental, ¡qué horror!
Reuní el valor necesario para alargar mi mano y tomar el trozo de tela asiendo el más grande intento para no tocar su mano pero todo fue inútil, mi dedo rozo levemente la palma de su mano abierta y sentí, no solo la típica corriente, no, sentí que un rayo entero me caía encima diluyendo por todo mi cuerpo una descarga fuerte.
Él solo ensancho aun mas su sonrisa, haciéndola más provocativa y sensual, si es que eso era posible, ese hombre enviaba olas de erotismo tan grandes como toda Australia y fuertes como un toro.
Decidí en ese instante que era demasiada humillación para un día, así pues me prepare para huir. Pero antes de siquiera poder dar la vuelta para completar lo que hubiera sido un exitoso plan, una gran mano me tomo del brazo delicadamente, pero con la fuerza necesaria para retenerme en mi sitio
Recorrí con la mirada el camino desde su mano sosteniendo mi brazo pasando por los fuertes de él, sus hombros y cuello hasta llegar a esos cautivadores ojos, mi cara debió de haber expresado lo que sentía, porque respondió a mi silenciosa pregunta diciendo
—No nos hemos presentado- indico galantemente — Inuyasha, a tu completo servicio-se presentó diciendo lo último con un marcado doble sentido, su mirada sensual, y sonrisa torcida me lo decían, al tiempo que volvía a extender su mano
Eran ideas mías o esta adonis estaba coqueteando conmigo, mi sorpresa inicial fue reemplazada por una mayor, cuando me di cuenta de que tenía el mismo nombre de inu, ¿qué ridícula casualidad era esa?
— kagome— me presente primeramente— y él es, bueno, él es Inuyasha— se sentía muy raro decirle a una persona; en especial a semejante hombre, que tenía el mismo nombre que tu perro
— pude enterarme de eso cuando venias gritando su nombre, he de decir que nunca había disfrutado tanto que alguien me amenazara de muerte — indicó con un toque de arrogancia que solo hacía que me gustara mas.
— disculpa la escenita, es que no estaba en mi mejor momento, y entonces inuyasha decidió hacerme rabiar, no es que sea muy difícil— concedí al terminar mi rara disculpa
Desvió su dorado mirar hacia mi perro que ya se había sentado muy entretenido disfrutando de la humillación de la que había sido culpable, casi podía ver su sonrisa sarcástica y burlona, típico del grandote, le encantaba hacerme pasar innumerables vergüenzas, pero esta vez sí que no se iba a salvar, dormiría en el piso de la sala los próximos cincuenta años
— Para nada, no hay absolutamente nada que disculpar encanto, por ver a una hermosura como tú no hay queja alguna— dijo cambiando su mirada hacia mí
El niño se me estaba lanzando y yo no iba a quejarme, honestamente ¿quién lo haría?, eso; por supuesto, no evitaba que me sonrojara tal cual tomate, en mi vida había sido participe de un flirteo tan demostrativo y directo, además de que yo nunca era la interesada siempre los hombre eran los que buscaban salir conmigo, así que básicamente no sabía cómo proceder
—Gracias—concedí mientras bajaba la mirada, si seguía viendo esos ojos estoy segura de que lo violaría allí mismo
— iba camino a un café, ¿por qué no me acompañas y así puedes terminar de disculparte? —
Oh,oh,oh, ¡un dios heleno me estaba invitando a salir!, casi me ponía a pegar saltitos de pura alegría por todo el lugar, pero ya era demasiada vergüenza por un día, hasta para mi, así que me serene y respondí con una sonrisa de tonta que no pude evitar— seria un placer, dame cinco minutos para guardar al mastodonte de al lado y nos vamos—
Solo tendra alrededor de tres capitulos, todo depende de si es bueno o da verguenza
Disculpen problemas ortograficos, todavia estoy perfeccionandolo
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