Este es mi tercer fanfic, que no tiene absolutamente nada que ver con ninguno de los otros dos, pero por favor, dejad reviews, que me hacen mucha ilusión.

ARGUMENTO: ¿Qué pasaría si Voldemort fuera el que ganara en la batalla final? ¿Qué ocurriría si fuera Harry el que muriera en vez del Señor Oscuro? Pero, ¿y si en realidad Harry ha quedado atrapado en el pasado por culpa de Voldemort sin ningún recuerdo, y de pronto encontrara una forma de comunicarse con el presente? ¿Pero realmente querrá seguir hacerlo al saber que la única persona con la que puede comunicarse es Voldemort?

Es un Harry/Inventada, Ron/Hermione, Remus/Tonks, Neville/Lupin.

PRÓLOGO: EL BRILLO DE LA ESPERANZA SE APAGA

Los estrechos pasillos del colegio eran asfixiantes, y los miles de mortifagos enfrentándose constantemente a los profesores, magos de la Orden del Fénix y aurores eran agotadores.

Harry aprovechaba cada instante para acabar con la vida de uno de los perros de Voldemort, lanzando maldiciones asesinas a diestro y siniestro.

Los últimos días antes del enfrentamiento final habían sido los peores, pero aún entonces había pasado buenos ratos, que posiblemente serían los últimos de Harry Potter.

--FLASHBACK--

-JODER, NO LO ENTIENDO – gritó Harry mientras Ginny lo rodeaba con los brazos -.¿Por qué tengo que derrotarle?

Giró el rostro a tiempo de recibir el apasionado beso de Ginny. Apoyó las manos en el rostro de la pelirroja y se puso de pie, llevándola hasta chocar contra la pared. La Sala Común estaba completamente vacía, y así permanecería hasta doce horas después, cuando se acabara la jornada en Hogsmeade. Muchos alumnos querían disfrutar de sus últimos días en uno de los únicos pueblos completamente mágicos del mundo.

La pequeña Weasley le apartó con un suave empujón y le miró con picardía, entendiendo inmediatamente después Harry lo que la pelirroja le proponía.

Se arrancó la túnica y empezó a desabotonar la blusa de la pelirroja, que hizo lo propio con la camisa del joven Gryffindor, dejando al descubierto el pecho desnudo y limpio de vello del chico.

A los pocos minutos, ambos estaban jadeantes, moviendo las cinturas y acompasando sus movimientos.

Finalmente, Harry acabó por verter toda su esencia dentro de la pelirroja, que lo aceptó gustosa.

-Ha sido maravilloso, Harry – murmuró Ginny con una sonrisa en los labios.

--FIN FLASHBACK--

Vio a su derecha a Neville Longbottom agachado junto a Luna, que parecía haber sido herida de gravedad. Se paró durante unos momentos, apoyando una mano en el hombro de Neville y conjurando un Protego alrededor de sus amigos.

Un hechizo de desarme le golpeó, pero a aquellas alturas, algo del nivel de Expelliarmus ya no era capaz de afectarle en lo más mínimo.

La profesora McGonagall luchaba al frente de todos los profesores, y la Orden mantenía una impresionante formación constantemente.

Pero era inevitable ver cadáveres en el suelo. La muerte de muchos alumnos no hubiera podido ser evitada de forma alguna.

Todos los que estaban allí lo hacían de forma voluntaria, y los últimos tres meses del año habían estado siendo adiestrados especialmente para esta ocasión.

Harry al fin lo vio. La piel pálida y los ojos rojos sin pestañas lo observaban, con la espada de Godric Gryffindor en la mano. Era el único recurso que tenía para acabar finalmente con Voldemort, y era el heredero de Salazar Slytherin el que la tenía en estos momentos.

-Accio espada – conjuró con calma. Pero el Señor Oscuro no dejó que la espada abandonara su mano, y Severus Snape se interpuso entre su amo y Harry, apuntándole con la varita.

-Sectusempra – conjuró el mortifago. Dos profundos cortes recorrieron el pecho de Harry, y la sangre empezó a brotar a borbotones.

El Elegido cayó al suelo, poniendo sus manos delante del pecho para evitar la pérdida de sangre, pero no fue suficiente. Poco a poco la oscuridad empezó a rodearlo, mientras notaba unas manos fuertes y firmes que le arrastraron por el suelo, mientras miles de rayos volaban sobre su cabeza.

Entonces, la conciencia lo abandonó.

--FLASHBACK--

La nueva directora se encontraba demasiado nerviosa como para poder atenderlo, y Harry lo sabía, pero aún así entró en el despacho.

-¿Dónde está la espada, directora? – preguntó nada más pasar por la puerta. La mala educación no afectó nada a Minerva McGonagall, simplemente señaló esta con la cabeza hacia la derecha, una vitrina al lado del fénix del director.

Harry la recogió. Quedaban unas pocas horas para el combate, y quería tenerla con él antes del gran desenlace.

Los minutos pasaban con insoportable lentitud, mientras los pocos alumnos que se habían atrevido a permanecer en el colegio

Recordó todo el curso. Había sido durísimo, pero habían convertido a todos los alumnos, desde los de primero a séptimo, en grandes y hábiles magos para que fueran capaces de enfrentarse cara a cara a los mortifagos y a su mismo nivel.

La primera figura enemiga apareció de pronto en los terrenos, donde se encontraban Harry y la mayoría de los alumnos. Harry no dudo en atacarle con la espada, pero cuando quiso darse cuenta el acero ya no se encontraba en su mano y el enemigo había desaparecido de allí, sin que hubieran tenido ninguna posibilidad de golpearle

--FIN FLASHBACK--

Cuando Harry abrió los ojos, los hechizos no habían cesado, y mortifagos y alumnos peleaban por igual mientras sus heridas acababan de cerrarse finalmente.

-No te muevas aún – lo frenó Ginny, besándolo mientras impedía que se moviera -. Espera cinco minutos, después podrás volver a la batalla. Tenía a sus lados a Ron y a Hermione, sus mejores amigos, observándolo y curando sus heridas.

Finalmente se levantó. Habían salido de allí, por lo que estaban lejos de Voldemort y de Snape, pero la batalla se extendía por todo el castillo y los alrededores.

Harry permaneció allí donde estaba, asesinando a los mortifagos que se encontraban en los terrenos.

Pero el Señor Oscuro llegó allí en poco tiempo, y Harry ya no tenía más motivos para evitarlo. Un conjuro de desarme seguido de uno de parálisis fueron evadidos por el heredero de Salazar.

Unas palabras inteligibles brotaron de la boca de Voldemort, y de pronto, Harry estaba frente a él.

La espada atravesó su estómago, clavándose hasta la empuñadura. Voldemort se regodeó mientras pronunciaba otras extrañas palabras, y un enorme portal negro aparecía a la espalda de Harry.

El Señor Oscuro apuntó al pecho del joven, y su cuerpo fue propulsado hasta dentro del portal artificial que había creado el mago tenebroso.

Un Avada Kedavra cruzó por el portal mientras éste se cerraba.