(n/a) : nota del autor
-"blando" –pensamientos de los personajes
-itadakimasu! –diálogo de los personajes
Espero que les guste. XD
Disclaimer: Yugioh! no me pertenece, (sino los hubiera hecho sufrir muaja.. jaja XD) sino que le pertenece a Kazuki Takahashi, yo solo utilizo los personajes para una linda historia.
"Yami: El espíritu del bosque"
Capítulo I: "Encuentro Zorruno"
Un joven de cabellos en punta tricolor, de ojos inocentes color púrpura, de pantalón azul con bolsas a los lados, una remera blanca y una playera negra, de estatura pequeña, caminaba por el bosque, con una plantita en sus manos, en su cintura llevaba una cuchara de madera con tierra.
—verás que aquí si crecerás muy bien –dijo el joven contento
Pero en lo que iba platicando con la plantita, no se dio cuenta de que se adentraba mucho en el bosque. Vio un buen lugar para la plantita, sacó su cuchara de su cinturón y comenzó a cavar un agujero, luego puso la plantita y la sembró. Al terminar, se sentó enfrente de ella y puso sus manos sobre ella. Cerró sus ojos y un pequeño brillo rodeó a la plantita, que la hizo crecer un poco más. Luego retiró sus manos y sonrió satisfecho.
—con esto crecerás bien y darás muchos mangos –dijo el joven
—en lugar de estar haciendo estupideces, deberías ya tener listo nuestro dinero –
Varios hombres rodearon al chico, este solo se levantó a asustado.
—Te dijimos hace tres días que debías de tener nuestro dinero, nos debes mucho y si no quieres que tu pequeña granja se vaya al caño... –reía maliciosamente el jefe del grupo de hombres, de aspecto corpulento, de cabello negro grasiento y ropas desgastadas
—pero si apenas hace una semana me prestaron las diez monedas de oro –dijo el joven molesto
—Nosotros te prestamos el dinero y te dijimos que te lo pediríamos cuando yo quisiera, enano –el jefe del grupo sacó un cuchillo de su cinturón
El joven vio con temor aquella arma, para luego ser agarrado por dos hombres que le habían rodeado. Sin esperar a nada, le apuñalaron en el vientre, sacó el cuchillo de la herida y luego lo puso en el cuello del joven quien apenas había podido soltar un grito por el dolor. El jefe tomó la bolsa de dinero que estaba amarrada a la cintura del joven, riendo maliciosamente junto a su grupo.
—Debo de cobrar un poco más por haberte prestado el dinero, Yugi –el jefe lo volvió a apuñalar, esta vez en el pecho –feliz viaje al infierno –
Soltaron a Yugi y este cayó al suelo sin fuerzas, mientras se desangraba. El grupo se alejó de aquel lugar, dejando a su suerte al pobre joven de ojos violetas. Este ya no podía ni enfocar su vista, sentía como su vida se iba, moriría en ese bosque, manchando la tierra con su sangre. Llorando quedó inconsciente, sin darse cuenta de que alguien le observaba.
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Sentía el olor a hierbas y el cuerpo entumecido, mientras que algo húmedo cubría su frente. Con dificultad y cansancio, abrió los ojos para ver a una anciana de aspecto gentil, con orejas de zorro. Esto si lo dejó boquiabierto, al sorprenderse se movió mal y se resintieron sus heridas, la anciana le acomodó de nuevo en la cama de madera y paja en donde descansaba.
—Tranquilo, aún no cierran tus heridas –le habló serenamente –tienes suerte de estar con vida jovencito –
— ¿Quién es… usted? –habló con dificultad, el cansancio le comenzó a ganar
—Soy Zaphyra, la curandera de los lobunos –dijo la anciana mientras tomaba una taza de madera con un líquido tibio, para dársela a Yugi — ¿y tu jovencito?
—Yugi Mouto, hijo de Solomon… gracias… por ayudarme –agradeció a la anciana por sus atenciones
—oh no jovencito, quien te encontró fue mi nieto, el te trajo para que te ayudara –Zaphyra con una cuchara comenzó a darle de beber a Yugi para que no se levantara y se abrieran las heridas –a él agradécele
—yo solo pasaba cerca –
Yugi dirigió su mirada hacia la puerta, donde se encontraba un joven con un aspecto de unos dieciocho años, de cabellos negros largos en forma de estrella, con mechones negros cayendo en su rostro, con orejas negras largas de zorro, sus ojos eran serios y de color carmesí, de piel blanca y movía sus dos colas de un lado a otro, igual de negras que su cabello y orejas. Vestía con una camisa blanca semi abierta sin mangas, una pantaloneta negra y botas negras altas, casi llegando a la rodilla, pero con cinchos, dándole un toque bastante tétrico. Yugi solo cerró sus ojos, mientras dejaba que el cansancio le dejara soñar.
—Gracias abuela –dijo el joven desde la puerta –se ve que aún no esta bien ¿verdad?
—es un jovencito fuerte, y ya resistió a lo peor, ahora solo es cosa de que descanse…. Pero dime ¿Cómo es que lo encontraste? Y ven a sentarte conmigo
—los conejos y los pájaros me habían hablado de este chico que visitaba a diario nuestro bosque, pero lo extraño es que no cazaba nada, sino que venía a sembrar árboles con frutos, desde hace mucho que lo hacía, además de que… de alguna forma, todo lo que sembraba crecía rápidamente, y ellos estaban agradecidos ya que había mas comida para todos, en fin, me causó intriga el joven, pero solo un par de veces le vi mientras me escondía entre la maleza, siempre con la misma rutina, habían veces que les cantaba o hablaba animadamente, pero hace una semana, me enteré de un grupo de bandidos que llegaban a matar humanos cerca de nuestro territorio, y fui a investigar, pero llegué tarde ya que este chico ya había sido apuñalado varias veces, vi como le dejaron a su suerte –el joven zorruno suspiró –le tomé entre mis brazos y comencé a llamarle para que despertara, pero no hubo modo y te lo traje –
—Ya veo, me causa intriga este pequeño, y por lo que me dices… pues no se ve que sea mala persona –Zaphyra suspiró pensativa –bueno, cuídalo mientras voy por unas medicinas
—Claro abuela –dijo el joven mirando detenidamente al joven que dormía –me pregunto… ¿Cuál es tu intención con el bosque?
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Yugi despertó de nuevo, se encontraba desorientado y eso le confundía demasiado. Sintió como una mano cálida se posaba en su mejilla para luego posarla sobre su frente. Enfocó su vista hacia la izquierda, viendo al joven que había visto antes, el de aspecto de zorro o lobo. Este solo esbozó una sonrisa, aliviado de ver al joven abrir los ojos.
—has tenido una mala noche, muchacho –el joven comenzó a hablar mientras cambiaba el pañuelo por otro que estaba húmedo y frio. Yugi resintió un poco el toque frío del pañuelo pero al poco tiempo le trajo alivio.
—aún tienes fiebre, pero no como anoche –el joven se estiró mientras rugía levemente como zorro –mira que pensamos que ya ibas a morir
—Creo que los he preocupado mucho –comenzó a hablar Yugi –muchas gracias, yo… —
—ni lo agradezcas, y tú solo preocúpate en recuperarte ¿si? –
Yugi asintió levemente, para luego preguntarle su nombre.
—Soy Yami, un lobuno de este bosque –dijo seriamente –y ¿el tuyo?
—yo soy Yugi, mucho gusto en conocerte –dijo Yugi sonriéndole
Luego de eso, los dos se quedaron callados, Yugi se limitó a cerrar los ojos de nuevo mientras comenzaba a tararear la canción que solía cantarles a sus queridos árboles, eso le tranquilizaba en momentos inoportunos. Yami escuchó atentamente, se le hacía conocida la melodía, pero no podía recordar de donde. Era cierto que la había escuchado antes por Yugi, pero esa melodía le hacía recordar algo más antiguo.
—por cierto… ¿Por qué plantas árboles en el bosque? –preguntó Yami haciendo que Yugi parara de tararear
—pues… es más por un deseo… —dijo Yugi sin querer detallar sus acciones
—Oh el pequeño Yugi ya se ha despertado –entró Zaphyra con un joven rubio de aspecto lobuno, de cola dorada –mira Joey, este es el chico de quien te hablaba –
—Ohm ya veo –dijo Joey acercándose con confianza –hola, mucho gusto soy Joseph, pero todos me llaman Joey –
—Mucho gusto –dijo Yugi
—Veo que el cretino de Yami si te ha cuidado –Joey comenzó a molestar a Yami quien solo se limitó a gruñir –jeje era broma, ya sabes –rió nervioso al ver la reacción de su amigo –por cierto… ¡que suerte tienes! Mira que te apuñalen y te dejen abandonado y luego ser encontrado…
— ¡Joey! –Exclamó Zaphyra molesta –se mas respetuoso –
—No se preocupe, no… —Yugi no terminó la oración, se levantó de sopetón ya que había recordado lo del incidente y su granja, pero se mareó y cayó en los brazos de Yami, quien le miraba enojado — ¡mi granja! ¡Esos tipos ya debieron venderla! –
Yami solo le recostó de nuevo, para luego sentarse. Joey veía preocupado al pequeño.
—era por eso que te atacaron ¿no? –preguntó Zaphyra consternada
—En parte, les debía dinero pero había sido para poder costear la semilla para la cosecha, pero ya se las iba a pagar pero esos son… unos salvajes –dijo Yugi apesadumbrado
—Podrás recuperarla, pero primero descansa –dijo Yami poniéndose de pie –Joey, acompáñame, iremos a ver esa granja
— ¿sabes en donde es? –preguntó Yugi sorprendido
—Claro, los pájaros la visitan a menudo, dicen que les dejas bayas –dijo Yami sonriéndole
— ¿hablas con las aves? –preguntó aún mas sorprendido
—por supuesto, nosotros somos los guardianes de los bosques y lagos, y nuestra habilidad es comunicarnos con los animales –explicó Yami con orgullo
Yugi abrió los ojos emocionado, no imaginaba que ellos fueran los guardianes de tan bellos bosques. Yami y Joey salieron de la cabaña, Zaphyra se quedó con Yugi.
—por cierto amigo –habló Joey — ¿Por qué ayudas a un humano? Digo, se supone que son nuestros enemigos eternos –
—porque él es un humano especial, no sé porque pero por alguna razón comenzó a cuidar el bosque hace unos cuatro años, por él hay mas alimento para todos los animales –explicó Yami con su semblante serio –nunca vino a cazar nada, simplemente traía pequeños árboles para sembrar, y de alguna manera, siempre los colocaba en donde hacía falta –
—Ya veo –Joey estaba pensativo –pero es extraño ¿no? Cuidar del bosque y sus habitantes, pero… —
— ¿verdad que no dudas de él? –dijo Yami viéndole
—por mi habilidad, pude ver que es un alma buena, su espíritu está sin mancha, y eso ya es mucho que decir, la mayoría de los humanos ha matado ya, aunque realmente me parece extraña su actitud con el bosque, aún cuando no dude de su persona –explicó Joey –lo que si me enfureció fue al saber la historia de cómo lo encontraste, me lo contó Zaphyra
—fue un acto cobarde de ese tipo –dijo Yami con cierta furia –todo un grupo de matones solo para robarles el dinero –
—Los humanos son destructivos, sino recuerda que le hicieron hace dos años al bosque de Kerith, fue complicado revivir a los árboles quemados y a los pobres animales que la Madre Natura se tuvo que llevar –
—es cierto, pero bueno –Yami escondió sus orejas y colas con un chasquido, por arte de magia –ahora le debemos un pequeño favor al muchacho –
Joey hizo lo mismo y siguieron andando por el bosque. Mientras, Zaphyra se levantó a preparar un poco de te para ellos dos, mientras sacaba de un cajón pétalos de alguna flor lila. Yugi solo observaba.
—Por cierto pequeño Yugi –dijo Zaphyra cambiándole el pañuelo, notó que el pequeño ya no estaba con fiebre — ¿te gusta este bosque?
—de hecho, me gusta todo lo que conlleve a la naturaleza, es tan hermosa, y este bosque… con el lago que comunica al inmenso mar… —Yugi comenzó a recordar todos los lugares que había visitado, y realmente el que se había ganado su aprecio era el precioso bosque en donde se encontraba en ese momento
—por ello siembras arboles y cuidas a los animales ¿no? –inquirió Zaphyra curiosa
—en parte, pero es como cuidar el bosque –Yugi hablaba con sus recuerdos aún presentes –no me gustaría verlo destruido, y si puedo ayudar a que esté mejor y haya alimento para todos… pues… eso me hace sentirme… útil –
— ¿Útil? –Zaphyra le vio más de cerca –pero no me pareces un inútil, la verdad –
—no me malinterprete, Señora Zaphyra –corrigió Yugi –quiero ayudar para que el bosque crezca y no se pierda por ningún motivo –
—Son ideales extraños para un humano –Zaphyra no saciaba su curiosidad por el joven
—Lo sé, todos me lo han dicho –rió nervioso Yugi –pero eso es lo que me mueve a hacerlo –
—Bueno, me alegra que nos ayudes –dijo Zaphyra sirviendo el té–ya que a veces no nos damos abasto para protegerlo –
— ¿les atacan a menudo? –preguntó Yugi preocupado
—no siempre, pero hay que estar alertas –le dio su té y Yugi comenzó a beberlo despacio, estaba caliente –por ahora descansa y así te recuperarás bien
Yugi asintió y bebió el te, pensativo ante las preguntas de Zaphyra.
—por cierto, señora Zaphyra –habló Yugi tras formular su pregunta — ¿Por qué me cuidan? Es decir… yo se los agradezco y todo, pero ¿Por qué confían en mi?
—comprendo el porque de tu pregunta –suspiró Zaphyra –siendo humano, debíamos de haberte dejado en el bosque o por lo menos sacar tu cuerpo a las afueras del pueblo –Yugi tragó saliva –pero nos has ayudado casi que en secreto, y eso es algo que todo el bosque te agradece, por ello confiamos en ti, porque a través de esos pequeños detalles vimos tu verdadero ser… o sea tu bondad
Yugi enrojeció y se limitó a beber el té, mientras Zaphyra sonreía satisfecha con la reacción del pequeño.
Yami y Joey ya estaban fuera del bosque y estaban caminando hacia la pequeña granja de Yugi, guiados por un pequeño colibrí, llegaron. Se escondieron entre la maleza y observaron lo que sucedía. El grupo de bandidos que habían apuñalado a Yugi estaban saqueando la granja, robándose la semilla que había dicho el pequeño, y de paso, comenzaron a quemar los árboles de manzanas y duraznos que tenía en una arboleda pequeña cercada. Por impulso, Yami corrió hacia el grupo, seguido de Joey.
— ¡Que carajos están haciendo! –Exclamó Yami enojado — ¡quemando y robando!
—Que te importa, niño –dijo el cabecilla del grupo –váyanse o aquí mueren
—Eso es lo que tú crees, pero no nos iremos hasta que devuelvan todo lo robado –amenazó
—De todas formas esto no tiene dueño –dijo el jefe chiflando para llamar a sus camaradas –mátenlos, no podemos dejar que ellos sepan lo que estamos haciendo
Sin esperar a nada, dejaron lo que estaban haciendo y se lanzaron hacia los dos, quienes les esquivaron sin problemas. Yami arremetió contra dos, dejándoles inconscientes. Joey de una patada mandó a volar a uno, quien cayó sobre los demás. El jefe sacó un cuchillo de su cinturón y les lanzó varias tajadas que evitaron sin sudar. De un solo golpe le fracturaron el brazo al jefe y lo lanzaron junto a sus camaradas.
— ¡deja en paz estas tierras o morirán en nuestras manos! –amenazó Yami
— y eso si que me daría gusto hacerlo –Joey se tronó los dedos con malicia
Sin mediar palabra, se fueron del lugar despavoridos, como si hubieran visto al mismo demonio. Joey y Yami como pudieron, apagaron el fuego de los árboles y partes de la casita que estaba en medio del terreno de la granja, donde sembraba Yugi. Los árboles no se pudieron salvar, pero la semilla estaba intacta y la llevaron al pequeño granero. Cerraron todo y luego se regresaron al bosque, contentos de haber logrado lo que querían.
—menudo lío por un humano ¿no? –dijo Joey animado
Yami asintió contento. Ya estaban a mano con el pequeño humano misterioso, pero más que un favor, era una ayuda que le daban ya que aún no se recuperaba, y no era para menos, apenas llevaba tres días en ese estado. Pero no importaba, el tiempo que le tomara recuperarse, valdría la pena investigarle y de alguna forma, convivir con él, pero no solo se trataría de eso, sino de saber sus verdaderas intenciones con su hogar: el bosque de Zaferthy.
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Hola a todos!
Una nueva historia comienza, es ahora cuando Yami es un ser (sobrenatural si lo quieren ver así) que protege los bosques junto a su manada, y que además, al encontrarse con el pequeño humano Yugi, pues… se abrirán las brechas del destino y…muchas cosas vendrán. Jeje
Yami en este caso, tiene el cabello negro por completo, pero eso se explicará el porque más adelante.
Una nueva historia sale del baúl de mis cd's, luego de haber terminado con "Lazos de sangre" pues no tenía decidido que historia lanzaría (es que no me decidía, tengo muchas a medio escribir… y debía poner una muy buena XD), pues… Lazos de sangre, luego de tanto tiempo que estuve escribiéndola, pues siempre queda uno añorando esa historia. Pero….ya he pasado esa etapa y ahora vengo con esta historia, espero que les haya gustado el primer capítulo, que es un poco fuerte, pero luego entenderán porque comencé de esa forma. Agradezco todo el apoyo por la historia anterior y espero recibir ese apoyo en esta historia, sino ya saben, me pueden arrojar tomates, piedras, ect. (ya alguien lo hizo jijiji XD) muchas gracias y que la musa les acompañe.
Yane!
