Capítulo 1
El silencio era abrasador, trasmitía un aura pacífica a la que estaba acostumbrada en mi solitaria vida. El ventanal dejaba colar el fresco aire de la mañana, todo parecía perfecto hasta que escuché sus pasos hacia mi habitación. Bufé y me tape con las sábanas de pies a cabeza. Estaba segura que iba entrar con su agresividad ya conocida, en sus pocos modales no estaba el "pedir permiso para entrar" para él toda puerta estaba abierta, estuviera quién estuviera dentro, siempre sería su maldita casa. Escuché crujir la manija y sentí sus pesados pero seguros pasos hacia uno de los postes de mi cama. –Isabella, querida Bella durmiente- su tono cantarín me irrito, rodé los ojos y agradecí estar tapada. –Isabella arréglate, sé que estás despierta y no quiero volver a llegar tarde, ya me cansé de tu impuntualidad- golpeó la base de la cama y salió hacia la puerta, donde dio un estridente portazo que acabó arruinado la perfecta paz que tenía desde temprano. Lo odiaba, odiaba al tío Frederick, ni por los lazos sanguíneos mi corazón se ablandaba, yo entendía que por su culpa estaba separada de mi familia, por su maldita necesidad de creerse el poseedor de todo el mundo me encontraba en la ciudad de New York, viviendo en su increíble mansión, peleando todos los días con él, intentando hacer una vida que no era parecida a la mía.
Un leve toquido me espantó, por supuesto que no era él. Me paré rápido, tomé mi sudadera negra del tocador y caminé hacia la puerta. -Señorita Bella, buenos días, disculpe la interrupción pero su tío me mando a buscarla- Tiana, una señora de edad avanzada, simpática y que al pasar los años se había convertido en mi fiel compañera, mi apoyo en la estadía de esta casa. -Tiana, no te preocupes, estaba por bajar- le sonreí y me acerqué a darle un corto beso en su cabeza. –Hija, no hagas enojar al ogro, arréglate y yo prepararé tu desayuno- hice un leve puchero, cruzándome de brazos por haber mencionado al ogro, como ella y yo le llamábamos en secreto. –Es imposible Tiana pero gracias, no prepares nada, quedé de almorzar con Mila y Alice- ella me dedicó una sonrisa y se dirigió por el pasillo hacia la plata baja. Cerré la puerta y me dirigí al closet. Yo no era una maravilla de la moda, eso era cosa de Alice pero sabía defenderme, no estaba perdida del todo. Tome unos pantalones ajustados color caqui, una blusa azul de manga larga y cuello V y un par de zapatos del mismo color azul. Quería demorarme pero el tío Frederick se las cobraría de alguna manera, así que me vestí rápido y desenrede mi cabello chocolate, dejándolo suelto. Tomé el bolso Pull&Bear, mi iPod y corrí directo a la entrada de la casa.
Bajé y estaba en la entrada con la llave de su auto en la mano y golpeando con su pie el piso de mármol. –Hasta que bajas, son las 9:05, nunca llegaremos temprano Isabella- ignoré su comentario y abrí la puerta, el Mercedes azul marino ya estaba estacionado frente a nosotros, lo rodeé y me senté en el asiento del copiloto. El camino fue tedioso, nos dirigíamos hacia *Joffrey-Swan Ballet School. Tío Frederick era el dueño y representante legal de la prestigiosa Academia, albergaba calidad y elegancia en cada uno de los bailarines que tenía. Como cada año, se estaba preparando un festival por el mes de diciembre, los bailarines mejores preparados participan en el montaje de las coreografías. Yo, yo era una de esos bailarines. Bailó ballet desde que tenía 4 años, mi madre Reneé comenzó a inculcarme el gusto por el arte y la mejor manera fue practicando un antiguo pero hermoso baile. Ella fue mi impulso principal por la pasión al ballet. Por supuesto que Tío Frederick, al enterarse, sacó provecho de ello y ahora me encontraba con él; yo era una de las bailarinas principales junto con Tanya, Irina, Rosalie, Katie y Ellie.
-Mmm...tío, ¿qué haremos hoy?- le pregunté mirando por la ventana las calles de una de las ciudad más transitadas. –Menuda pregunta la tuya- inhalé y volteé a mirarlo con odio, -quiero saberlo ensayamos hasta el lunes, no sé porque estamos hoy aquí-. Era viernes y lo menos que quería era estar rodeada de todos ellos. Adoraba bailar pero últimamente sólo peleábamos por malentendidos entre los participantes. –Tomaremos decisión sobre los horarios de ensayos y la vestimenta- ¡Qué difícil era contestar eso! Pensó mi cabeza y volví a mirar las calles soleadas pero con un clima frío.
Llegamos a la Academia, un edificio en la sexta avenida, la arquitectura era fenomenal, toques Renacentista, con varios ventanales, uno tras otro que le daba la elegancia y el toque moderno, haciéndolo perfecto. Mi tío abrió la puerta y muchos pares de ojos, que se encontraban en el lobby o en escales voltearon a vernos. –Buenos días señor Swan- se escucharon por doquier, -Buenos días Bella- algunos otros me saludaron a mí; nos dirigimos al segundo piso, se encontraba un salón con un enorme piano de cola negro y la mayoría de los bailarines del ranking en el que me encontraba. Al estar dentro, corrí junto a Katie, una chica bellísima, ojos color azul, piel blanca y cabello castaño claro. –Bella pensamos que no iban a venir- la abrazé y le dije al oído –Shhh, fue mi culpa, ya sabes mi manera de hacerlo enojar mutuamente- rió por lo bajo y sentí unas grandes manos en mi cintura. Jasper Hale, hermano de Rosalie Hale, una de las bailarinas principales, era mi fiel amigo. –Jazz, buenos días- lo abracé y fuimos interrumpidos por la fuerte voz de mi tío. –Chicos y chicas, dejen de parlotear, aquí no es un salón de juegos- todos guardaron silencio, le tenían respeto aunque tuviera un carácter nada agraciado, sabía perfectamente llevar a flote una de las mejores escuelas de artes escénicas. –Seré breve: hemos estado platicando sobre el festival, los organizadores del evento y profesores, necesitamos que las coreografías sean perfectas- anunció dirigiendo la mirada a todos –Por lo mismo, reacomodamos los horarios- nos miramos entre sí, seguro nos pondría horarios muy pesados, dejando nuestras vidas sociales echas pedazos, -ensayarán de lunes a viernes, haremos grupos divididos por coreografía- era de esperar eso -sus horarios estarán visibles en el lobby, así que sin más por el momento, les deseo un buen fin de semana y no quiero quejas, al mínimo lloriqueo tendré que sacarlos del festival- sentenció mientras posaba sus ojos en cada uno de todos nosotros.
Katie, Jasper y yo, corrimos hacia el lobby para darnos cuentas que nuestra coreografía estaba formada por el grupo de "amigos" de Tanya, todos ellos estaban con nosotros, habrá guerra Bella, pensó mi mente pero decidí no hacerle caso, era un festival navideño y debía notarse la unión. -Wow estaremos de mañana a tarde aquí junto con mi hermanita y sus secuaces- reímos por el comentario de Jazz, -Tu tío si que nos va matar un día- agregó Katie, apuntando en su celular todos los horarios que debía presentarse ya que ella estaba en dos coreografías diferentes, -Es propio de él, no esperábamos menos chicos- les dije y comencé hacer lo mismo que ella, yo tenía un trabajo exigente, no por ser la "sobrina" del jefe tenía descanso, al contrario, presentaría dos coreografías grupales y un indiviual. -Chicas me tengo que ir, prometí ayudar a mis hermanas en poner el árbol de navidad- nos dijo Jasper y se despidió de cada una con un beso, -Yo también tengo que irme Bella, ¿te quedarás?- ya nos dirigíamos hacia la salida, por las escaleras, -No, tengo que almorzar con Mila y Alice, también me voy- Nos abrazamos y prometimos llamarnos en la tarde.
Tomé un taxi hacia Brooklyn, donde se encuentra el restaurant *Buttermilk Channel, iba tarde, a ese par de locas no debías dejarlas plantadas, su enojo era grande y complicado de remediar. Pagué y me bajé del taxi, entré corriendo y con mi vista intente buscarlas hasta que un chico se acercó a mi -Buen día señorita, ¿tiene alguna reservación o busca alguna persona?- me dijo con una sonrisa amable, -Sí, la reservación está a nombre de Alice Cullen- buscó en la libreta de reservación y nos dirigimos hacia el fondo, donde se encontraban tomando un café mis dos amigas, -Muchas gracias- le dije al camarero cuando llegamos. -!Chicas!- les dije gustosa y recibí un gritito de Alice, abrazos y besos -Te extrañamos Bells y mucho- me dijo Alice -¿Cómo estás Bella? Yo también te extraño, hay tanto que contarte- me dijo Mila por el otro lado, -Oh chicas no digan eso, yo las extraño el doble, ya quería estar con ustedes- nos sentamos y el camarero se acercó a pedir nuestra orden y como siempre Alice pidió a su gusto por todas. Mila Hans era mi compañera en la Universidad, compartíamos el gusto de estudiar Filosofía, ahí la conocí y se convirtió en una hermana para mi, me ayudaba y consolaba cuando me sentía sola, cuando mi tío hacía de las suyas con mi vida; Alice Cullen, la conocí por Mila, ellas ya eran amigas de años y en una fiesta me fue presentada, un duende hermoso, saltarín, jamás hay que contradecirla porque saca las garras que guarda muy bien. Llevo mucho tiempo de amistad con ellas, las considero mis mejores amigas.
El desayuno pasó volando, entre pláticas de sus familias, de los planes para navidad y mis noticias sobre el festival. Nos despedimos y les prometí que asistiría a la fiesta de Beneficencia que haría la mamá de Alice, sí es que el "ogro Frederick" no se enteraba y me prohibía salir. El protocolo marcado de mi tío era sencillo: Sólo la gente que el convenía necesaria para mi vida, podía entrar a ella. Era absurdo, siempre me llevaba a sus fiestas con motivo de hacer amistades nada sanas. Y no era que la familia de Ali o Mila era mala, todo lo contrario, eran familias de renombre.
*Joffrey Ballet School: Academia de baile, situada en New York, Avenue of the Americas, una de las mejores en el mundo(agregué el Swan para mayor comodidad en la historia).
*Buttermilk Channel: El restaurant existe.
Para el primer capítulo es poca información, lo sé pero irá apareciendo poco a poco.
¿Les gusta? Díganme, por favor :)
