Capitulo 1
En una tierra alejada del pueblo se encontraban dos reinos vecinos, los reyes de ambos reinos eran aliados cada batalla ellos eran los vencedores gracias a su alianza. Al cabo de los años ambos reyes se casaron pero en el reino Tsukiyomi ocurrió una bendición la esposa del rey tsukiyomi estaba felizmente embarazada, en el reino Hinamori se enteraron de la noticia y fueron a dar sus bendiciones personalmente el rey y la reina al reino Tsukiyomi. Desde ese día la señora Hinamori y la señora Tsukiyomi se hicieron grandes amigas al igual que lo eran sus esposos. Al cabo de nueve meses le señora Tsukiyomi se encontraba en una de las habitaciones de su castillo dando a luz, a fuera estaba el señor Tsukiyomi esperando ansioso y preocupado al escuchar los gritos y quejidos de su amada, de repente se abrió la puerta de la habitación de donde se encontraba su esposa. La matrona salió con una gran sonrisa, poso su mano sobre el hombro del señor Tsukiyomi.
-Hay alguien que lo quiere conocer allá adentro, ya puede pasar-dijo amablemente.
El señor Tsukiyomi casi corrió hacia la habitación donde se encontraba su esposa. Allí estaba acostada en la cama su cara estaba roja por el esfuerzo del parto sus cabellos rubio caían elegante mente sobre la cama la cual sus sabanas eran blancas y estaba intactas ni una mancha de sangre-las matronas había cambiado las sabanas antes de que él entrara- la mirada de su esposa se posó en él y le sonrió para suelo mirar cariñosamente al bebe que tenía en sus brazos. El señor Tsukiyomi se acerca más a su esposa y al bebe que tiene en sus brazos. Al ir avanzando las dudas lo acongojan, dudas estúpidas como *a quien se parecerá* o *tendrá algún rasgo mío* o *será niño o niña* Pero todo dura fue desapareciendo ver el brillo se felicidad en los ojos de su esposa lo alivio y le dio valor *Que importa, con que podamos hacer feliz a ese bebe todo marchara bien esta familia* Ya junto a su esposa, esta le dio un espacio para que él se pudiera sentar. Ella le entrego cuidadosamente él bebe a para que lo cargara, este temeroso lo recibió. Bajo ese montón de mantas se encontraba un bebe varón idéntico a su padre, este al percibir su parentesco se le hincho el pecho de orgullo. Él bebe tenía los ojos azul zafiro de su padre, al igual que el cabello de su padre, azul también, lo único que heredó de su madre físicamente fue la forma de su rostro, no es que tuviera rostro de mujer, (N/A: cof cof tadase cof cof) ¡Eso jamás!, solo que tenía rasgos muy elegantes. El pequeño dirigió su mirada curiosa de explorar hacia el hombre que lo estaba cargando. Su padre, nadie diría que no lo era, tendría que ser siego, sordo, mudo e imbécil. El pequeño alzo su manita y tomo un cabello de su padre y lo jalo. Era todo un travieso.
-¿Qué nombre le quieres poner?- pregunto la mujer.
-¿Quieres que elija yo? ¿Segura?-
-Sí, elije cualquiera-
-Mmm… Bayatan (N/A: discúlpenme si ofendo a alguien, es solo coincidencia)- dijo bromeando.
-Aruto no bromes- pidió la mujer.
-Entonces… Ikuto-
-Perfecto-
Así al transcurrir los años Ikuto fue creciendo ya había aprendido a caminar y a hablar era un niño encantador pero muy vivaz y travieso no se le escapaba ni una. Acababa de cumplir los dos años hace unos siete meses.
Un día en el castillo de la familia tsukiyomi recibieron la visita de la señora Hinamori, Ikuto ya la reconocía porque muy a menudo ella visitaba a su mamá, su padre le dijo que hacían cosas de chicas, mientras hacían cosas de chicas como tomar el té, comentar de los libros que leen, Ikuto y su padre cada vez que pueden van a jugar al patio trasero del castillo. Ikuto era un chico feliz.
Mientras tanto con las señoras Hinamori y Tsukiyomi en el salón del castillo conversaban de algo de gran importancia.
-Estoy embarazada- dijo feliz la señora Hinamori.
-Oh, Midori estoy tan feliz por ti-
-Sí, estoy tan ansiosa-
-¿Cuantos meses tienes?-
-Tengo cuatro meses, acabo de enterarme-
Y así pasaron los meses hasta el nacimiento de él bebe del reino Hinamori, la madre tenía a su bebe en brazos y su esposo se le acerca por la espalda y le susurra.
-¿Cómo esta Amu?-dijo el rey refiriéndose a su hija. Sí una niña. Tenía unos cabellos rosados y unos luminosos ojos ámbares.
-Está durmiendo-susurro la madre.
-¿La voy a dejar a su cuna?-consulto el rey.
-Claro. Tenla-dijo la madre entregándole la bebe.
Al cabo de un rato tocaron la puerta y la señora Hinamori abrió la puerta. Eran los Tsukiyomi, pero esta vez Ikuto no iba con ellos la señora Hinamori los dejo pasar a la sala le pidió que sentaran y ella también lo hizo al rato el rey Hinamori bajo de nuevo y se sentó junto a los demás.
-Discúlpenos por nuestra repentina visita-se disculpó el rey Aruto.
-O por favor no se disculpe su presencia se nos hace muy grata-contesto la señora Hinamori.
-Gracias. Bueno a lo que venimos… Bueno quero que nuestros hijos se comprometan-dijo directo el rey Aruto.
-¿Te refieres a Ikuto y a Amu? ¡Me parece estupenda idea! ¿No es así querida?-dio el rey Hinamori.
-¡Claro que es buena idea! Está decidido-dijo alegre la señora Hinamori.
-Que bien. Midori podemos hablar a solas-pido la señora Tsukuyomi.
-Claro vamos-dijo la señora Hinamori.
Ambas se fueron al patio trasero del castillo y tomaron asiento.
-¿Qué sucede?-pregunto la señora Hinamori.
-Lo que pasa es que nuevamente estoy embarazada-dijo sonriendo.
-O te felicito y ¿Cuantos meses tienes?-
-Tengo siete meses-
-¿¡Tantos!?-
-Si ha sido un embarazo sorpresa, no he sentido los síntomas-
-Pero todo va con normalidad cierto-
-Claro, seguramente el próximo mes nazca mi bebe-
-¿Y cómo se lo tomo Aruto?-
-Igual de sorprendido que yo. Pero feliz-
Así termino ese día los reyes Tsukiyomi se marcharon felices a su castillo mientras los reyes Hinamori fueron a ver a su hija Amu.
10 AÑOS DESPUÉS…
asta aquí la dejo para que se entusiasmen...
