"Lâ pRïNcEsA y El dRAgÓn"


CHAPTER ONE.

"¡Estoy lista!" .- Ginny había bajado apresurada las escaleras pero su asombro se hizo evidente al encontrar sólo a su madre sentada en la sala.- "¿Mamá… ¿Dónde están todos?

Los ojos de Ginny recorrieron con miedo todo el lugar; hacía 10 minutos que había corrido a su habitación en busca de un abrigo, pero ahora, en la sala no encontraba a los que debían de estarla esperando… su padre, sus hermanos, Harry, Hermione, Dumbledore, Tonks, Ojo Loco… nadie… ni siquiera Neville.

Levantó lentamente su mirada hacia el reloj que le indicaba la ubicación de los miembros de su familia y se llenó de rabia al descubrir que todas apuntaban hacia un solo destino: "EN GRAVE PELIGRO"

…Se habían marchado sin ella.

Era inevitable que Ginny sollozara tratando de ahogar el dolor que salía desde lo más hondo de su pecho. Años de ser la más tonta, de nunca ser tomada en cuenta; años de ser rechazada le calaban como mil espinas que atravesaban una y otra vez su corazón.

Ginny había crecido en medio de un ambiente donde ella era la única especial… Caramba, una Weasley después de 500 años dominados por los varones no era para menos y todo el mundo mágico lo había celebrado como un gran presagio; sus padres henchidos de orgullo no paraban de presumir cada una de sus monerías y todos sin duda, predecían grandes hazañas para la nena que de una u otra forma, representaba una esperanza de cambio.

Pero vaya fiasco que se habían llevado, Ginevra Weasley no veía ningún futuro prometedor, al contrario toda su vida había estado condenada.

En primer lugar: seis hermanos que no habían ayudado a fortalecer su autoestima… Si Ginny quería jugar, pues no servía, siempre era demasiado pequeña… siempre era… era mujer… y eso era suficiente para recibir un rotundo rechazo.

Bajo el brazo protector de su madre, no había podido conocer gran cosa del mundo y bueno la información que recibía de los gemelos no era la más confiable. Los gritos de "Pecosa", "Palo de escoba", "Chillona" y "Fea" no se hacían esperar en la casa Weasley y aunque después vinieran fuertes reprimendas de su madre y disculpas mal actuadas por parte de sus hermanos, ella sabía muy bien que no distaban de la realidad. Por ello terminó destruyendo ella misma la poca seguridad con la que había crecido, no confiaba en su carácter, mucho menos en su aspecto.

Su primer contacto con un muchacho que no fuese pelirrojo fue aquella mañana donde conoció a Harry Potter, tan lindo, tan amable, tan diferente a los que habían hecho de su vida un infierno lleno de bromas y burlas; el primer chico que le había dirigido una sonrisa radiante y una mirada cálida. Ginevra Weasley, la primera señorita en una familia de clara descendencia varonil, se enamoró…

Desde ese día; siempre antes de dormir, Ginny recordaba la perfecta alineación de los dientes de Harry y cómo relucían sus hermosos ojos verdes al hacer una mueca para saludarla… aunque hubiera sido sólo una vez. Y cuando al fin volvía a tenerlo cerca, sus piernas se paralizaban y un hueco en el estómago le hacía sentir unas intensas ganas de vomitar; algo que claramente, le impedía decir palabra frente al famoso Harry Potter.

Así llegó su primer año en Hogwarts… Terrible… No había mejor manera de definirlo, el comienzo fue un fiasco… Fred y George se habían encargado de llenar su cabeza de ideas absolutamente equivocadas de lo que sería la escuela y ella asustada e inexperta las había creído todas. Se sentía tan sola, no deseaba demasiado, sólo quería tener un amigo…

Y la encontró a ella, Hermione Granger una chica rígida, pero alegre, decidida y resuelta y… y… y lamentablemente para Ginny, la mejor amiga de Harry Potter… ¿Cómo iba a competir contra ella si, a pesar de sus manías era tan linda¿Es que acaso había alguna comparación? Su pequeño mundo se vino abajo simplemente al notar la marcada preferencia que tenía Harry por su antigua amiga.

De más está el decir que una vez que fue poseída por Lord Voldemort, su vida había ido en picada, las escasas dos amigas que había logrado conseguir, se habían separado drásticamente al admitir que Ginny les provocaba un poco de miedo.

Lo que más le aterraba a Ginny, era que sólo esa vez, con Tom Riddle, había tenido la oportunidad de disfrutar de la agradable sensación de tener un amigo.

De ahí en adelante así había transcurrido todo, sola, dedicada completamente a sus estudios con ropas gastadas y feas, libros de segunda mano y un físico deplorable a su manera de ver, una cara llena de pecas, el cabello de zanahoria y los ojos… para qué hablar de sus ojos… ¿Porqué no habían sido azules como los de Ron¿O verdes como los de Fred y George? Sin embargo Ginny aun seguía sintiendo la ilusión de pensar que pronto todo aquel rechazo cambiaría y tontamente había pensado que ese era el día…

"Ginny…".- pronunció firmemente su madre interrumpiendo sus pensamientos.- "Querida… Ha sido lo mejor… yo se que te prometimos que podrías ayudar esta vez, pero…"

"No".- gritó la pelirroja arrojando la bufanda multicolor que sostenía entre sus manos mientras recordaba la humillación a la que la habían sometido una vez más.- "No madre… ya sé lo que dirás, que soy muy pequeña, que soy muy tonta que no me puedo defender…".- el llanto que trataba de evitar obstruyó su garganta y las lágrimas cayeron copiosamente por sus mejillas.

"Entiendo que te sientas así…".- dijo Molly comprensivamente tratando inútilmente de calmarla.- "Pero deberías entender también… que no…"

"¡Yo no tengo porqué entender nada!... Ustedes lo prometieron, me dijeron que esta vez podría ir con ellos…¡ Prometieron que no me quedaría más en casa, dijeron que podría ayudarlos¡¡¡Hasta el profesor Dumbledore dio su aprobación!"

"Pero Ginny".- Molly trató de acercarse y sintió una grave culpa al notar que Ginny se sacudía de su abrazo.

"No quiero que me compadezcan".- gimió la chica.- "Quería demostrarles que no soy una carga… yo también sirvo para algo… Pero por lo visto estoy muy equivocada, fui tan tonta que pensé que esta vez… sería diferente"

"Eso no es cierto Ginny… tú no eres una carga".- replicó la Sra. Weasley.- "Es sólo… es solo que…"

Ginny no escuchó lo que su madre argumentaba; simplemente lanzó una fugaz mirada hacia ella y así, sin más, subió corriendo y azotó la puerta de su cuarto negándose a salir en varios días.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

"Maldita sea".- gruñó Ojoloco Moody mientras sacudía su bota en el aire.

"Vamos Moody".- dijo Tonks.- "Ya deberías estar a acostumbrado a caminar por el campo"

"Si, si…".- masculló Moody.- "Quisiera verte a ti sacando excremento de dragón de tus botas favoritas"

"No lo tomes a mal Ojoloco… Tonks sólo quería ayudar".- inquirió Remus Lupin.

Ojoloco lanzó un nuevo bufido, pero no volvió a protestar de nuevo. Pronto, se cansó de tratar de quitar inútilmente el oloroso material de su bota y se apresuró para unirse al pelotón que marchaba unido llevando al mando al viejo director de Hogwarts.

"¿Qué huele tan mal".- preguntó Ron despistadamente.- "Auch… ¡Hermione que te pasa¿Por qué me golpeas?"

Hermione rodó sus ojos exasperada por la torpeza de Ron.

"Creo que sería mejor que no hablaras de eso Ron".- dijo Neville tímidamente.

"¿Por qué?".- contestó en un grito el pelirrojo.

"Neville tiene razón, Ron… Es mejor que no hables de eso si no quieres que te conviertan en hurón".- diciendo esto Harry volteó a ver disimuladamente a Ojoloco que aun venía muy malhumorado.

"Oh".- fue lo único que atinó a decir Ron.

Todos continuaron caminando pero ahora en silencio. Remus Lupin, Tonks, Deddalus Diggle, seguidos por Neville, Ron, Hermione y Harry recorrían el pesado camino que los llevaría hasta el Valle de Godric, lugar donde seguramente se libraría la batalla que decidiría todo… o al menos así lo pensaban.

A pesar de la presión que podía tener Harry en sus hombros por tener que enfrentarse a Voldemort, el chico no podía dejar de pensar en Ginny. Le habían prometido que podría ayudarles y así sin más la habían dejado nuevamente por fuera de sus planes.

Seguro estaría llorando, pensó. Pues nunca la había considerado una chica fuerte, más bien sabía que tenían que protegerla.

Tratando de esconder sus sentimientos de culpa, Harry siguió argumentándose mil y un razones por la cuales Ginny estaría mejor en casa. Sin embargo la sensación de que habían hecho algo mal no dejaba de acosarlo.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

"Ahhhh".- fue lo ultimo que se escuchó de Hermione antes de que cayera al piso desmayada por el dolor.

"Hermione".- Ron corrió hacia ella lanzándose al piso para con su cuerpo protegerla de los ataques de los últimos mortífagos que asustados escapaban después de haber visto caer definitivamente a su amo.

A su lado pasó corriendo Remus Lupin y Ojoloco Moody, blandiendo sus varitas tratando de alcanzar a los que escapaban.

"Ve con ellos".- dijo Tonks acercándose apresuradamente a él y Hermione.- "Yo la cuido… estará bien conmigo"

Ronald Weasley asintió y de inmediato corrió en la dirección en la que había desaparecido los dos aurores, adentrándose poco a poco en la espesura de un bosque siniestro y oscuro. El sol ya no les favorecía y la oscuridad había comenzado a apoderarse de todo el lugar permitiendo que cualquiera hallase un escondite perfecto.

Las hojas y pequeñas ramas secas que había en el piso tronaban cada vez que daba un paso. No logró encontrar a Moody o a Lupin; pero no quería hacerlo, Ron había visto como Malfoy atacaba a Hermione y aquella búsqueda ya era más personal. No le importaban otros mortífagos… lo quería a él para hacerle pagar por su atrevimiento.

Escuchó hojas y ramas desquebrajarse a su espalda y volteó rápidamente apretando su varita firmemente con su mano. Escudriñó entre las ramas apartando unas de ellas con sumo cuidado… de pronto sintió de nuevo detrás de sí la presencia de alguien y…

"Expelliarmus".- gritó Ron lanzando un poderoso rayo rojo que dio justo en el blanco.

Pero ante su sorpresa no fue exactamente en lo que él podría considerar un mortífago, mucho menos Draco Malfoy.

"¡Harry!... Qué demonios".- chilló el pelirrojo mientras se acercaba corriendo hasta el adolorido cuerpo de su amigo.

"Tienes buenos reflejos".- dijo Harry mientras se sobaba la cabeza y recogía su varita.

"¿Qué haces aquí¡¡Creí que te quedarías con Dumbledore!".- contestó Ron malhumorado.

"Quiero atrapar mortífagos… ¿Qué? Acaso es malo que tenga ganas de poner a unos cuantos en Azkaban?".- dijo Harry en tono de protesta al ver la molestia con la que le hablaba Ron.

"Yo me conformo con uno de ellos".- dijo Ron más para sí mismo que para su compañero.

"¿Quién?.- preguntó Harry haciendo una mueca.

"Malfoy".- contestó Ron mientras miraba con odio hacia el bosque.

"Entonces lo viste".-dijo Harry.

"Sí".- Ron agachó su cabeza tratando de ocultar el dolor que le producía recordar aquella escena.

"Shhhhtttt".- Harry puso una mano sobre el pecho de su amigo indicándole que permaneciera en silencio.

Escucharon el crujir de varias ramas y de inmediato pusieron sus varitas en guardia. Los dos amigos ya no eran los atolondrados chicos de Hogwarts que sólo pensaban en ganar la copa de Quidditch; no, ahora había algo más oscuro en ellos, el peligro del último año, la muerte de Sirius había provocado un cambio que no tenía vuelta atrás.

Ya no le temían a hacer daño, lo sabían ellos y todos los que les conocían, hasta los mortífagos hablaban de ello, eran peligrosos y juntos lo eran más.

"Ve hacia la derecha".- dijo Ron.- "Yo iré a la izquierda"

Harry asintió con la cabeza y comenzó a caminar sigilosamente… podía sentir la presencia de alguien más y deseaba que fuera la persona que estaba buscando.

El silencio se hizo presente; pero esta vez, más pesado y sombrío que nunca… como cuando se está esperando solamente el momento de empezar una batalla. Ese silencio que aterra y que provoca que el corazón lata más rápidamente.

Draco Malfoy sabía que no tenía salida… estaba atrapado entre el cerco que había tendido Potter y la comadreja pero aun así tendría que intentarlo… no podía dejarse atrapar y vivir lo mismo que su sucio padre… no quería morir en manos de un asqueroso auror, mucho menos en manos de Potter o el pobretón.

Así que espero, se armó de valor y saltó tratando de echarse a correr para poder huir…

"Depulso"… "Impedimenta".- los hechizos provenientes de las varitas de Harry y Ron se mezclaron provocando un fuerte estrépito y un fugaz rayo de luz que alumbró todo el lugar.

Draco recibió en el pecho el potente ataque que le lanzó por los aires provocando que chocara estrepitosamente contra el grueso tronco de un árbol.

Los amigos se acercaron con calma y se encontraron con Malfoy en el suelo inconsciente.

"¿Se habrá muerto?".- preguntó Harry sin dejo de preocupación.

"Sólo hay una manera de comprobarlo".- contestó Ron apuntando su varita hacia el pecho descubierto del Slytherin.- "Crucio"

"Expelliarmus".- la varita de Ron fue lanzada por los aires antes de que concretara la maldición.

Ambos chicos voltearon sorprendidos y vieron como Remus Lupin se acercaba apresuradamente y se ponía en cuclillas para con precaución a tocar la mano de Malfoy.

"Muchachos inconscientes".- gruñó Moody que se aproximaba detrás de él.- "¡Se quieren convertir en uno de ellos¿¿¡¡Atacando por la espalda cuando no puede defenderse?

"¿Y él qué?".- gritó Ron con los ojos brillando llenos de furia.- "Él atacó a Hermione… Le lanzó un Crucio hasta dejarla inconsciente… ¿Eso no cuenta?"

"Claro Ron…".- contestó Lupin.- "Pero no son ustedes quienes tendrán que hacerlo pagar… Vamos llevémoslo con Dumbledore y el resto de los prisioneros, el Ministerio se encargará de ellos".

De inmediato Lupin quien había estado revisando a Malfoy de rodillas, se incorporó y alzando su varita sin pronunciar palabra, ató al rubio tal como lo había hecho una vez con Peter Pettigrew.

Al llegar al centro del valle, lograron ver el desastre que había dejado a su paso la batalla. En medio de todo aquel caos se encontraba el profesor Dumbledore charlando seriamente con el Ministro de Magia, mientras que un sin fin de magos comisionados del ministerio les rodeaban y recorrían buena parte del lugar investigando y tomando notas.

Uno de ellos era Percy, el hermano perdido de Ron, que en ese momento se encontraba gustoso anotando las indicaciones que le daba un mago que parecía tener toda aquella investigación a su cargo. Ron pasó junto a él y aunque este lo miró fijamente con sus ojos azules, Percy desvió la mirada lo más rápido que pudo.

"Profesor".- dijo Lupin dirigiéndose al mago de barba blanca.- "Hemos encontrado a uno más"

"¡Oh¿¿Sí?".- preguntó el ministro ansioso frotándose las manos como quien va a saborear un delicioso manjar.- "¿Y se puede saber quién es?"

Lupin y Moody cruzaron miradas un poco contrariados y después se dirigieron hacia Dumbledore tratando de explicarle de quién se trataba.

"Ehhh…".- interrumpió el viejo mago.- "Creo que sería preferible que lo llevaran con los otros, aquí no es lugar para conocer sus identidades".

Sin embargo el ministro no pudo contra su curiosidad y levantó un poco la capucha que cubría todo el cuerpo del mortífago inerte, dejando caer en primer lugar una mano pálida que poseía un anillo con el sello de los Malfoy.

Boquiabierto, el ministro balbuceó antes de completar:

"¿Es…Es…Es Lucius?".- dijo apuntando con su mano al cuerpo que se alejaba con Moody.

"No… No… Debe ser alguien más".- contestó Dumbledore apresuradamente.- "Dejémoslo para mañana Rufus… ahora tenemos que descansar"

"Tienes toda la razón Albus… Ha sido un día pesado ¿ehh? Hasta creo que estoy viendo muertos… ¿Lucius?Ja, Ja"

Una vez que el profesor Dumbledore despidió cordialmente al Ministro de Magia y a sus investigadores se dirigió a los dos aurores.

"¿Draco?".- preguntó.

Los dos magos asintieron mirándose con cautela.

"Muy bien".- dijo Dumbledore.

"Disculpe profesor".- interrumpió Lupin.- "Exactamente ¿Qué es lo que piensa hacer con él?"

"Sí".- dijo Harry que se había aproximado junto con Ron sin que ninguno de los otros se diera cuenta.

"¿Qué es lo que piensa hacer con Malfoy?".- completó Ron.- "¿Por qué no lo ha mandado con los demás mortífagos?"

Las miradas severas de los dos chicos alteraron un poco el humor del viejo director de Hogwarts.

"Me temo que no podría mandarlo con ellos Ron".- dijo calmadamente.

"¿Por qué?".- replicó Harry enojado.

"Porque él no es un mortífago".- contestó el profesor.- "Simplemente tuvo que actuar bajo las circunstancias que…"

"¿Qué?".- chilló Ron.- "Malfoy nunca estuvo bajo la maldición Imperius, entonces no sé porqué dice que no es un mortífago"

"No entiendo lo que tratan de decir".- chilló Harry.- "¿Lo va a dejar libre¿Y si trata de volver a hacerle daño a alguien?"

"Muchachos".- interrumpió Lupin.- "Creo que primero deberían escuchar al profesor… Debe tener buenas razones para no dejar al Malfoy en manos de Ministerio"

"Gracias Remus".- contestó Dumbledore.- "YRemus tiene razón".- dijo dirigiéndose a Ron y Harry.- "Sé que Draco no es de su agrado, pero no irá a Azkaban, es muy pequeño para merecer un castigo tan terrible… Es cierto que no sé muy bien cual sea su actitud ahora que todo ha terminado… y no estoy muy seguro de que haya dejado de ser peligroso… Es por eso que ya he pensado en la mejor solución"

Dumbledore se alisó la barba y levantó los ojos al cielo comprendiendo lo que le esperaba con esos dos muchachos cuando les comunicara sus planes…

"Draco tendrá que estar bajo la supervisión de todos nosotros por eso viviremos juntos en Grimmauld Place"


AUTORA:

Este es el primer capitulo de mi historia; espero que sea de su agrado y que por supuesto dejen muchos reviews... Sé que aun no deja muchas cosas en claro y que puede sonar un poco trillado, pero les suplico que por favor dejen sus impresiones al final... no les cuesta más de un minuto... Thanks XD...