Música provenía del apartamento 221b de la calle Baker. No era algo inusual para John escuchar a su compañero tocar el violín. Era bastante agradable por lo regular, mas sin embargo esta vez las chirriante notas sonaban como si alguien estrangulara a un pobre gato. Sherlock estaba frustrado, no habían podido conseguir un caso decente en semanas. John se dirigió silenciosamente hacia el sillón, tomo su laptop y comenzó a buscar, después de un rato, dijo:
"Sherlock tenemos un caso…".
La música paro de repente con una estrepitosa nota final.
