A solo unos días de empezar el colegio Bella no pensaba más que en magia, pociones y Europa, los mejores colegios estaban allí, pero su padre nunca las había inscripto en tal o cual. Se había quedado desvelada toda la semana pensando en Hogwarts, había subido al ático y había buscado los recuerdos de sus padres en Hogwarts; había encontrado fotos, cuadernos, libros, ropas y un montón de cosas que no había podido bajar a su habitación por si alguien los veía como una jaula de alguna lechuza, dos escobas que al lado tenían un baúl que no se podía abrir y que saltaba cada tanto, pósters donde había personas saludando que entraban y salían del mismo, y cosas por el estilo.

Esa noche había decidido bajar un pequeño baúl e intentar abrirlo pero no lo había logrado y se había quedado frustrada por aquello desde mucho antes de lo que ella había imaginado, decidió irse a acostar aunque no tenía sueño, su padre le había estado levantando temprano todo el verano para practicar magia en las mañanas, y esa semana le había costado muchísimo con eso de no poder dormir.

¡QUÉ ES TODO ESTOOOOO! – Bella se levanto de golpe pensando que la había hecho gritar así a su melliza, y se sorprendió al ver un montón de objetos mágicos en su habitación que tapaban la vista de la puerta, escucho pasos rápidos en el pasillo y rezo que no fuera su padre.

¡ALLYSON BELLA EVANS QUE HAS HECHO EN ESTA HABITACIÓN! – Bella que odiaba que la llamaran por su nombre completo empezó a intentar ver donde estaba su padre y su melliza Bella Mellanie, para empezar a gritarle que ella no había hecho nada pero de la nada surgió un camino entre la puerta y su cama.

¿Qué es todo esto Bella?, ¿Cómo lograste llenar esta habitación de objetos mágicos? – mi padre lo dijo mientras se acercaba a mí caminando, mientras Mellanie miraba que objetos había hecho aparecer esta vez.

No lo se, yo estoy viendo lo mismo que tú – quería gritarle esas palabras pero no pude, no salió más que un suspiro y esas palabras por lo bajo.

En ese instante entro una lechuza por la ventana, se dirigió hacía Bella y le entrego una carta, donde leyó:

Srta. Allyson Bella Evans, habitación tres, Lamadrid 777, Mendoza, Argentina – mi padre miró con precaución mi reacción pero yo lo tomé como algo normal, abrí el sobre y leí en voz alta.

"Srta. Allyson Bella Evans:

Le comunicamos que dados los eventos dados en los últimos días asistirán funcionarios del ministerio de la magia a su hogar en unos minutos, ellos le comunicaran que deben hacer.

Muchas gracias por su atención.

Estefan McOwens

Director del Departamento de Defensa de los

Muggles en ciudades no mágicas."

Al escuchar estas palabras mi padre dijo:

Bueno si van a llegan funcionarios del ministerio mejor que bajemos al living a esperarlos. – se levanto y comenzó a caminar hacía la puerta, pero al ver que Bella ni Mellanie lo acompañaban paro en la puerta – Que esperan una invitación para bajar chicas, vamos que deben esta por llegar.

Bajaron rápidamente al living, el padre de las jóvenes se sentó en una butaca mientras esperaba que algo sucediera, las jovencitas no comprendían porque al living pero no preguntaron.

Los minutos pasaban lentamente para Allyson Bella y Bella Mellanie, las dos se miraban intrigadas por este hecho tan repentino, estaban acostumbradas a ver y practicar magia con su padre pero nunca antes había sucedido que hayan recibido una lechuza; de repente escucharon un estallido en la chimenea y las dos chicas saltaron, al mismo tiempo, del sillón.

De la chimenea salieron tres personas encapuchadas de negro tosiendo, pero con todo el polvo que había alrededor de ellos no se noto hasta unos segundos más tarde. Se sacaron las capuchas y observaron a su alrededor esperando ver otra habitación.

¡Bienvenidos a mi hogar! – el padre de las chicas saludo a los recién llegados como si los conociera de toda la vida y ellos lo miraron con una sonrisa en la cara, las jovencitas eran las únicas extrañadas por la situación.

¡Edward Evans! Si sabía que era tu casa traía a toda la familia. Jajaja.

No puede ser… - Edward, el padre de las jóvenes, comenzo a saludar a la persona que lo acaba de nombrar – Steve, ¡Steve Weasley! Hace cuanto que no te veo, y quienes te acompañan, - primero le dio un gran abrazo a este tal Steve y luego levanto la cabeza quien más lo acompañaba – ¿Maggie Borrow?, ¿Jake Monsoon?

Se saludaron con un gran abrazo, Mellanie y Bella se miraban, todavía no comprendían porque se saludaban con tanto afecto, hasta que escucharon:

Estas son tus niñas, eh! – Jake lo dijo con una sonrisa y se acerco a ellas – Soy Jacob Monsoon, un viejo compañero de habitación de colegio de su padre.

Se acerco primero a Mellanie, le tendió la mano y luego le dio un bezo en cada mejilla; luego hizo lo mismo con Bella.

Ella es Bella y yo soy Mellanie, un placer de conoceros a los tres. – Luego de esto Steve y Maggie se acercaron a saludar a las jovencitas.

Bueno mejor nos ocupamos de esos objetos mágicos ahora, y después nos hablamos todo.

Todos comenzaron a subir a la habitación, pero al llegar a allí los profesionales hicieron una lista de los objetos, los etiquetaron 'mágicamente' y al final los hicieron desaparecer. Terminaron cerca de la hora de almuerzo y Edward invito a sus viejos compañeros a quedarse, tras tantos años de no verse le pareció obvio a todos.

¿Y hace cuánto tiempo vives aquí, Ed? - Maggie había intentado sacar a los hombres de la conversación de Quidditch con algo simple.

Ehh, si, hace unos 16 años. Cuando Bella se quedo embaraza decidimos venir a Mendoza ya que ella era de aquí y queríamos que nuestros hijos crecieran algo alejados de la magia hasta que empezaran el colegio.

Su voz se torno, repentinamente, triste y todos callaron ante ese tono. Maggie si hubiera sabido que por esa pregunta se iba a tornar todo tan triste no la hubiese hecho, pero Edward siguió hablando:

Igual agradezco haber venido a esta ciudad, mis queridas niñas la saben disfrutar al máximo y saben cuanto puedo enseñarles de magia.

¿Pero que extraño que no hayan sido aceptadas en Hogwarts o Bouxbotons?, ya que Bella y tú fueron muy buenos alumnos allí. – El comentario no fue muy buen visto por el padre de las chicas, Steve saco el tema de escuelas mágicas para saber que opinaba Edward y ya que estaban, sus hijas también.

¿Cómo es esto de Hogwarts o Bouxbotons?... ¿Hay más de un colegio de magia en el mundo? ¿Cómo puede ser eso? – las preguntas fueron rápidas y concisas, Bella siempre era directa con lo que quería decir sobre todo si era un tema importante para ella.

Ed no se lo has comentado por lo que veo – Steve sabía que Edward había reaccionado mal a lo anterior pero un poco más no haría daño. – En realidad es como en el mundo muggle, hay muchos colegios de magia solo que los tres más importantes son Hogwarts, Bouxbotons y Drumstrong, al primero asistió su padre con nosotros y al segundo su madre… – Edward palideció rápidamente.

¿Cómo que mi madre fue a Bouxbotons? Creíamos que habían ido a Hogwarts… - Mellanie no lo pudo evitar tampoco, Bella siempre había sido la impulsiva pero con eso se había quedado callada y Mellanie lo había dicho sin darse cuenta.

Sí chicas, su madre fue a Bouxbotons durante un par de años después pidió un cambio para conocer Hogwarts. – Maggie intento con eso calmar un poco a las jóvenes – Al ser tan buena alumna la dejaron hacer el tramite para cambiar de colegio.

Ah, eso explica como se conocieron mis padres – Bella seguía media perdida y volvió a preguntar Mellanie.

Igual ninguna de las dos fue inscripta en ningún colegio mágico – la voz de Edward sorprendió a todos.

Bueno, no nos quejamos de eso - después de esos minutos sin habla; me eche a reír con el comentario de mi padre, lo de que no nos había inscripto en colegio mágico lo habíamos notado hace mucho, ya que no estábamos asistiendo a uno. Los otros cuatro, los tres amigos de mi padre y Mellanie me miraron extrañados, mi padre, al contrario, me miró enojado. - Maggie puedo pedirte que nos cuentes un poco más de Bouxbotons.

Claro que sí, vamos a otro lado y dejemos a los hombres en paz para que hablen.

Mellanie nos acompaño y subimos a mi habitación.

¿En qué curso ingreso nuestra madre a Hogwarts?

Eso es simple, a mediados de cuarto; recuerdo que celebro su cumpleaños días después de llegar a Hogwarts.

¿Fue común que entrara una chica a mitad de año en un curso que no era primero? – pregunto Mell.

Es extraño que cualquier bruja o mago entre a mitad de año en cualquier curso, hasta el día de hoy es insólito.

¿Cuánto antes te avisan de que has sido aceptado en un colegio?

Lo típico es un mes antes del comienzo de clases.

Pero, ¿Cuándo te inscriben? – eso era lo más intrigante para mí.

En realidad toda persona con poder para ser mago es inscripta al nacer, por ser hijo o hija de una familia de brujos ya sabes a donde asistirás.

Entonces nosotras deberíamos ir a algún colegio de magia por lo que nuestros padres fueron a uno. – No podía negarlo, estaba demasiado interesada en eso de asistir a un colegio mágico.

Chicas talvez su padre recibió una solicitud para asistir a colegio mágico pero no quiso enviarlas a uno.

Bella ya estaba pensando en preguntárselo a su padre, pero tendría que esperar hasta más tarde.

¿Qué tipo de ropa se usa en un lugar típico mágico? – Mell siguió con las preguntas desde ese momento, ya con lo del colegio me había bastado.

Y, depende, pasa que la principal vestimenta es la capa, pero abajo se unan vestidos, faldas con blusas o jeans mágicos. En el trabajo puedes tener uniforme, igual que en los colegios.

Que interesante eso, me encantaría ver alguna tienda, tener algo mágico sería espectacular.

Jaja, te gusta ir de compras, no?

Maggie ya sabía la respuesta por el comentario anterior de mi hermana, ella siempre compraba todo lo que le gustaba y lo usaba al poco tiempo.

Los amigos de mi padre se fueron después de la hora del té, era demasiado tarde para ellos; todos dijeron que volverían a visitarnos pronto pero aseguraban que avisarían antes de venir.

Mi padre siguió con la emoción de ver a sus amigos de la infancia un par de semanas, yo no quería que decayera eso con mi pregunta del colegio mágico. Una semana después de que vinieran sus amigos comenzamos las clases nuevamente, las vacaciones de invierno nunca duraban el tiempo necesario para irnos muy lejos.