Siempre he creído que el destino o el azar se conjugan en nuestra contra para jugarnos malas pasadas, precisamente eso fue lo que le ocurrió a nuestro protagonista, Ichigo Kurosaki, quien después de su batalla contra el Quincy Quilge Opie en Hueco-Mundo, se dirigía a la Sociedad de Almas para detener la invasión… O eso era lo que se supone debía suceder hasta que el destino del Shinigami Sustituto cambió para siempre.
/Garganta que interconecta Hueco-Mundo con la Sociedad de Almas/
El Shinigami de cabello naranja se encontraba atrapado en la jaula creada por el Stern Ritter "J" sin posibilidad alguna de poder escapar, por más que lo intentara, por más que usara su Getsuga Tensho no podía abrir esa prisión.
–Maldición, maldición, MALDICIÓN– rugió lleno de desesperación.
/En una dimensión donde la magia es limitada y escapa del conocimiento de Ichigo/
–Su Majestad, ya tenemos preparado el Anima a su máxima potencia, ya no habrá problemas al absorber magia, lo reconfiguraron para que capte y transporte cualquier tipo de energía que sea lo suficientemente fuerte como para ser detectada.
– ¿No causarán problemas los bloqueos en Earthland?
–No, mi Señor. Al parecer el jefe de personal Byro ha querido probar una nueva teoría suya, según sus propias palabras, puede que haya "otros" lugares de los que se puede absorber magia además de Earthland.
– ¿Otros lugares…?
–Sí, otras dimensiones. Es tan solo una teoría pero si realmente llegara a funcionar, significaría que ya no tendríamos que preocuparnos más por absorber magia de Earthland, aunque según cree el señor Byro, puede que sea una cosa de "una sola vez."
– ¿Por qué sería cosa de una sola vez? ¿No podremos volver a repetirlo si el Anima no trae nada?
–No, su Alteza. El Anima debe estar dilatado al máximo o de otra manera sería imposible debilitar la barrera entre universos, es algo que solo puede hacerse una vez cada cierto tiempo…
– ¿Cada cuánto?
–Podría ser mañana o dentro de veinte años, es difícil decir.
–Un solo intento y no hay total seguridad de que pueda funcionar…
Fausto entrelazó sus dedos y se inclinó hacia delante, pensativo sobre si hacerlo o no.
–No perderemos nada con intentarlo, actívenlo. Si su teoría llegara a ser correcta entonces usaremos lo que se haya absorbido para poner en marcha el código E.T.D.
–De inmediato, mi Rey.
/Garganta /
– ¿Qu-qué me pasa…? Mi poder está…ugh… ¿Acaso ese sujeto usó su técnica de absorción de reishi…? Pero antes no había funcionado… ¿Por qué ahora…?
Ichigo sacó el denreishinki que le había entregado Urahara e intentó comunicarse con Akon, el artefacto con apariencia de celular seguía sin poder mantener la conexión estable. En ese momento fue envuelto por una intensa luz blanca, su cuerpo espiritual se debilitaba con cada segundo que pasaba. Quedó enceguecido por la fuerte luz y sintió como si fuera arrebatado por la fuerza, su cuerpo estaba moviéndose a gran velocidad en un espacio desconocido, pudo sentir que ya no estaba en la jaula de Quilge pero tampoco en la Sociedad de Almas.
/Algún lugar desconocido/
El Shinigami aún sin poder enfocar su mirada debido a que seguía cegado, sintió que caía a gran velocidad y de una gran altura, estaba demasiado desorientado como para poder enderezarse e intentar aterrizar. Tras un fuertísimo impacto, finalmente cayó en tierra firme.
– ¿Dónde estoy?...Me duele el cuerpo...todo está en blanco…
Antes de siquiera poder hacer cualquier cosa, fue acribillado por una serie de terribles sensaciones. Todos sus sentidos, tacto, olfato, gusto, vista, oído y sus demás sentidos espirituales se sobre sensibilizaron. Cubrió sus oídos con sus manos, sus tímpanos zumbaban y sus ojos ardían por la ceguera.
Vomitó sangre a causa del malestar que agobiaba su cuerpo, todo esto sin sumarle la terrible debilidad de la que estaba siendo presa.
Tuvo que esperar varios minutos hasta que las sensaciones se calmaran, como si su cuerpo se hubiera adaptado al extraño ambiente al que estaba siendo sometido, sus sentidos lograron reajustarse.
Alzó su mirada y observó a sus alrededores, estaba en un muy peculiar bosque, de hecho, dicho lugar no era como nada que hubiera visto jamás. Con un poco de esfuerzo logró ponerse de pie y continuó inspeccionando lo que le rodeaba, viendo extraños animales y extravagantes plantas.
Unos cuantos árboles violeta yacían caídos a su alrededor, lo más probable es que fueron tumbados por su larga caída. Aun con una leve jaqueca, decidió investigar el lugar, necesitaba ubicarse para hallar una forma de volver a la Sociedad de Almas.
De inmediato recordó el aparato que estaba utilizando para comunicarse con el vice-presidente del instituto de investigación y desarrollo, Akon, metió su mano en su kosode, a pesar de revisar toda su vestimenta un par de veces, no logró encontrar el aparato comunicador. Intentó sentir algún reiatsu conocido pero no encontró absolutamente nada, aunque sí sintió una muy leve cantidad de reishi en el ambiente, menor a la del mundo humano, pero existente.
Así pues comenzó a caminar, contempló muchas islas que desafiaban la gravedad, en el horizonte se podían observar dos lunas, aunque todos esos detalles se le hicieron irrelevantes, lo primordial para él en ese momento era llegar a la Sociedad de Almas para enfrentarse a la invasión Quincy.
Al pasar varios minutos sin poder encontrar persona alguna, decidió usar su shunpo para acelerar su búsqueda. Tras varios "pasos instantáneos" logró divisar a la lejanía una extraña "planta" con un cartel colgado en la cima, había ventanas e incluso una puerta dándole semejanza a una edificación. A pesar de parecerle extraño y hasta sospechoso, decidió dirigirse hacia allá para ver si podía encontrar a alguien que le dijera donde se encontraba.
Intentó usar su shunpo otra vez pero ahora no funcionó, dio varios pasos normales, sus rodillas estaban temblorosas, estaba sudando considerablemente y la sensación de debilidad se intensificó mucho más, su Bankai se desactivó y su zanpaku-tō volvió a su estado Shikai.
Su consciencia se desvaneció al ser sobrevenido por esas extrañas sensaciones por segunda vez.
(Unas horas después…)
Miembros del gremio oscuro Fairy Tail partían juntos a una misión. Al salir, notaron que a unos metros de las instalaciones de su gremio yacía inconsciente un adolescente con cabello naranja, ataviado con una extraña vestimenta negra.
Al acercarse más pudieron ver que tenía diversas heridas y su ropa estaba desgastada y rota.
–Está lastimado– mencionó una chica de cabello castaño oscuro.
La chica puso una mano en su hombro intentando hacerlo reaccionar, intento que por supuesto fue infructuoso.
–Wendy, ¿Crees que deberíamos llevarlo al gremio? – agregó a su comentario anterior.
–No lo sé, parece muy sospechoso, además no sabemos si es una trampa del Ejército Real– respondió la peli-azul.
– ¿Qué sucede?
Ambas chicas se giraron para ver a otra de sus compañeras que caminaba hacia ellas, esta también partiendo a la misión.
–Lucy, encontramos a este sujeto. Está lastimado ¿Qué deberíamos hacer con él?
–No podemos dejarle así, deberíamos ayudarlo.
La mujer rubia se aproximó al herido, vio la enorme espada que reposaba en el suelo a un lado de él, su mano débilmente agarraba la empuñadura. Lo giró para sentir su pulso, estaba vivo, miró pensativa el rostro ensangrentado del joven.
–Podría ser un espía de la Armada Real…– dijo la rubia.
–O quizás es alguien que buscaba ayuda– refutó la chica de cabello oscuro.
– ¿Alguien armado que buscaba ayuda?
Las magas que lo encontraron primero se miraron entre ellas y guardaron silencio.
La desconfiada maga de cabellos dorados lo siguió mirando con el ceño muy fruncido, aunque tras unos segundos cabeceó de lado a lado y se puso de pie.
–Llevémosle al gremio, puede ser un miembro del Ejército Real… O quizás algún ex-mago que salió herido luchando contra la Armada, sea lo que sea igual lo llevaremos. El Maestro no habría abandonado a alguien lastimado, nosotros tampoco lo haremos.
Wendy y Cana alzaron al muchacho por los hombros para llevarlo, Lucy al ser la más fuerte físicamente entre las tres intentó levantar a zangetsu.
Tomó la empuñadura de la negra arma con una mano e intentó alzarla, al principio lo hizo sin demasiado esfuerzo al pensar que a pesar de su tamaño la peculiar espada no sería tan pesada, después de darse cuenta que no sería tan fácil levantarla, usó ambas manos y comenzó a esforzarse mucho más.
Abrió ampliamente sus ojos, apretó sus dientes, puso toda su fuerza en ello pero apenas logró mover el arma.
–Nnnngh.
– ¿Lucy, segura que puedes cargar eso tú sola?– preguntó Cana notando como la rubia sudaba y estaba comenzando a respirar agitadamente.
–Yo-ngh puedo, puedo hacerlo sola.
–Si quieres podemos llamar a Jet o a Droy para que te ayuden.
– ¡NO! Yo lo hago.
– ¿De qué demonios está hecha esta cosa?– pensó la chica apenas habiendo levantado un poco la zanpaku-tō.
Después de unos minutos de lucha, Lucy Ashley se resignó a recibir ayuda, hicieron falta cuatro miembros del gremio para poder llevar el arma hacia la edificación.
Luego de cargar al joven Shinigami dentro del gremio y tratar sus heridas, estuvieron debatiendo qué hacer con él, algunos dudaban de sí debía permanecer en el gremio una vez despertara debido a lo sospechoso que lucía. Los minutos pasaron, luego se hicieron horas, hasta que por fin comenzó a recuperar la consciencia.
–Despierta… – retumbó la voz de Zangetsu en su mente.
Ichigo abrió lentamente sus ojos, débil, desorientado y algo mareado.
– ¿Dónde…dónde estoy? Rayos…mi cabeza me está matando– murmuró para sí mismo.
En ese momento sintió una mano tocar su frente y una gentil voz decir:
– Vaya por fin despiertas ¿Cómo te sientes?
El Shinigami Sustituto reaccionó instintivamente, tomó la muñeca de la persona que lo había tocado y se incorporó. Al girar su cabeza hacia su derecha vio a una mujer de cabello blanco.
– ¿Quién, quién eres tú? ¿Dónde estoy?– demandó frunciendo el ceño.
En ese momento notó la camilla improvisada en la que se encontraba, no era más que una simple cama de madera con paja y unas cuantas sabanas.
–Mi nombre es Mirajane Strauss, estás en Fairy Tail. ¿Qué te sucedió?
También se dio cuenta de que su brazo izquierdo y frente estaban vendados, enseguida la volvió a mirar.
– ¿Tú hiciste esto?– preguntó alzando su zurda.
–No, lo hizo una de mis compañeras, yo solo te he estado cuidando.
– ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?
–Unas cuantas horas.
– ¿¡Unas cuantas horas!?
El Kurosaki soltó su mano y se puso de pie, se tambaleó al intentar caminar, la maga inmediatamente lo ayudó a sostenerse.
–Debes descansar, tienes una fiebre muy alta.
–Necesito volver, debo salvarlos, tengo que volver…
– ¿Volver a dónde?
–A la Sociedad de Almas, ellos me necesitan– susurró el desorientado muchacho.
–No sé dónde queda esa "Sociedad de Almas", pero sí sé que debes recostarte y seguir descansando.
Él la miró débilmente, por sus mejillas y rostro descendían grandes cantidades de sudor, sus piernas seguían temblorosas, aun así sabía que no podía detenerse a recuperarse, sus amigos lo necesitaban y debía acudir en su ayuda.
Hizo caso omiso a las advertencias de la chica y salió de la habitación en la que estaba, ella lo siguió, tratando de convencerlo de que volviera a descansar.
Observó a sus alrededores, vio un gran salón similar a un bar con varias personas sentadas en la barra y otras más en mesas. El lugar era excesivamente ruidoso, pero apenas su presencia se hizo de notar el ruido desapareció por completo.
Miradas de curiosidad y sospecha se clavaron sobre el Shinigami Sustituto.
– ¿Dónde diablos estoy? – se volvió a preguntar.
–Tú, cabeza de zanahoria. ¿Quién eres?– cuestionó una delgada chica de cabello azul.
El Kurosaki no le prestó atención y continuó caminando, la chica de carácter impetuoso lo tomó por el hombro y lo forzó a girarse.
–Te hice una pregunta.
El aturdido adolescente volvió a ver a sus alrededores, notando que a pesar de sus extrañas vestimentas parecían ser humanos comunes y corrientes, luego dirigió su mirada a la chica.
–Ustedes… ¿pueden verme?
–Claro que puedo verte, ¿qué te crees que eres? ¿Invisible o algo?
–Se supone que las personas normales no pueden ver mi forma espiritual.
Dio un par de pasos más hasta llegar al centro del salón.
– ¿Qué es este lugar?
–Es el gremio de magos Fairy Tail. ¿Vas a responder la pregunta que te hicieron o tendré que sacarte la respuesta a golpes?– preguntó Lucy acercándose.
Por un momento el peli-naranja juró haber visto que la chica rubia que caminaba hacia él y la de cabello azul que tenía a su lado se miraron con gran desprecio entre ellas.
– ¿Magos…? ¿Gremio?– fueron los pensamientos que cruzaron por su mente, pensamientos que fueron echados a un lado al darse cuenta de la ausencia de su arma.
– ¿Dónde está zangetsu?– preguntó, esta vez haciendo uso de un tono de voz más severo.
– ¿Zan…qué? ¿Te refieres a esa espada tuya?
–Sí, la necesito ¿Dónde está?
La rubia al estar frente a frente con él, lo tomó violentamente por su shihakusho.
– ¿Qué harás con tu espada? ¿Nos atacarás? ¿Acaso eres un espía de la Armada Real?
–Lucy, cálmate. Aún está lastimado– exclamó la albina Mirajane.
–Si no responde en este momento, yo lo lastimaré más.
–Escucha, "Lucy" o como te llames, no soy espía de nadie y no sé qué rayos es esa "Armada Real" de la que hablas. Sólo quiero mi espada para marcharme de este lugar e ir a rescatar a mis amigos en peligro– respondió viendo a los ojos a la chica, su ceño estando igual de fruncido que el de ella.
Ambos se observaron durante un par de largos segundos, la maga soltó la vestimenta del adolescente y señaló hacia la barra del bar.
–Tu espada está detrás de la barra, tómala y vete.
Él se aproximó al lugar indicado y tomó su preciada arma, Lucy se sorprendió ligeramente ante la facilidad con la que levantó la espada en total contraposición a la dificultad que tuvo ella para hacerlo, después de ajustarla en su espalda caminó en silencio hacia la salida.
Estando a las puertas del gremio volvió a ver su brazo izquierdo. Miró momentáneamente a la mujer de cabello blanco y luego al resto del gremio.
–Gracias.
–Oi, ¿No nos vas a decir tu nombre aunque sea?– preguntó Jet, otro miembro del gremio.
El adolescente suspiró un poco y se encogió de hombros.
–Mi nombre es-
Un gran estruendo interrumpió su presentación. Los rostros de los magos se llenaron de pavor, todos corrieron hacia la salida. Una vez se vació el salón del gremio, el peli-naranja salió también. Un batallón del Ejército Real montado en Legions volaba directo hacia ellos, estos siendo comandados por la temible Cazadora de Hadas.
–N-no… ¿Por qué ahora?– murmuró aterrado un joven de cabello negro.
– ¿Qué? ¿Amigos suyos?– bromeó sarcásticamente antes de apartar su mirada del batallón y ver a los magos.
El Kurosaki notó como todos estaban atemorizados, no, temor no era la palabra adecuada para describir sus expresiones. Estaban absolutamente aterrorizados, eso ocasionó que se sintiera un tanto culpable por la broma que estuvo de más.
Lucy lo miró enfurecida.
–Tú los trajiste aquí.
– ¿Qué…? Yo no traje a nadie, estás loca.
–Lucy, este no es el momento para culpar a nadie. Debemos irnos rápido– exclamó otra chica albina.
–LEVY, ENVÍANOS LEJOS DE AQUÍ– gritó la rubia.
–CÁLLATE, NO ME DES ÓRDENES. Y NO GRITES, ESTOY JUSTO AQUÍ.
– ¡TÚ ERES LA QUE ESTÁ GRITANDO!
– ¡YO NO ESTOY GRITANDO, TU LO HACES!
–Uhh… Levy, ¿podrías transportar al gremio antes de que la Armada Real NOS MATE A TODOS?– exclamó Max.
–YA LO HABRÍA HECHO SI PUDIERA, NUESTRAS RESERVAS MÁGICAS SE AGOTARON, SE SUPONÍA QUE NATSU IRÍA POR MÁS– respondió la peli-azul gritando aún más tosca y agresiva que antes.
– ¡NATSU!, ¿Porque no fuiste a buscar la fuente de energía mágica que se suponía traerías ayer?– volvió a gritar Lucy aún más demandante que antes.
–Perdón, perdón, perdón– repitió una y otra vez el muchacho de cabello rosa mientras la maga le aplicaba una llave de lucha.
El joven Shinigami Sustituto tan solo los observó con una expresión en blanco, estaba desconcertado por lo cercana que era la actitud de los magos con sus propios amigos.
–Va-vamos a morir – se lamentó entre sollozos un mago de cabello blanco.
Ichigo no pudo refrenarse al verlos en ese estado, debía buscar una forma de volver a la Sociedad de Almas pero no podía dejarlos así a su suerte. Suspiró muy profundamente y pasó una mano entre sus mechones naranjas.
–Que molestia– pensó antes de cabecear de lado a lado y desenfundar su arma.
–Cálmate, grandote– dijo mientras daba unos cuantos pasos hacia adelante, zangetsu ahora reposando en su hombro.
– ¿Qu-qué harás?
– ¿Tú qué crees? Patearles el trasero.
– ¿¡Estás loco!? Son el Ejército Real y encima de eso están acompañados por la Capitana de la Segunda División de Guerra Mágica, Erza Knightwalker, ¿Qué podrías hacer tú contra todos ellos?– cuestionó Macao tratando de evitar que el muchacho fuera asesinado.
– ¿Se supone que eso debería significar algo para mí? Además…
El Shinigami sustituto volvió a ver al batallón que estaba cada vez más cerca.
–Tampoco se ven tan fuertes.
El Kurosaki comenzó a caminar, seguía debilitado, demasiado de hecho; aunque eso no lo ha detenido antes y no lo iba hacer ahora. Eran muchos y montaban extrañas criaturas draconianas, estaba consciente de que debía dar el primer golpe para tratar de neutralizarlos todos al mismo tiempo si era posible, y si no, por lo menos habría derrotado a la gran mayoría.
–Detente, no estás en condiciones para luchar– exclamó la albina llamada Mirajane.
La compasiva maga intentó correr hacia él para detenerlo por su propio bien, en ese momento Ichigo comenzó a emitir una intensa aura azulada, ella se detuvo, todos lo miraron asombrados. Jamás habían visto algo similar, era casi como si la "magia" proviniera de su cuerpo y no de su espada, cosa que debería ser imposible ya que la magia no reside dentro de las personas.
Lo que escapaba del conocimiento de los magos es que lo que el Shinigami expelía no era "magia" sino presión espiritual; que ya comenzaba a formar un pilar azul celeste. La hoja de la espada se envolvió en su reiatsu, separó sus piernas y posó su zanpaku-tō a un lado antes de exclamar el nombre de su característica técnica de largo alcance.
– ¡Getsuga...TENSHO!– bramó liberando el ataque en forma de media luna.
Los soldados de la Armada Real miraron con completo horror el gigantesco ataque que se aproximaba a ellos. Ninguno esperó un ataque de tal magnitud venir de los magos quienes preferían huir a luchar, fue algo inesperado. Algunos de los militares intentaron esquivarla con sus monturas aladas pero resultó ser demasiado rápida y grande, otros se lanzaron al vacío, prefiriendo unos huesos rotos por la caída a perder sus vidas por el ataque.
Los Legion sin amos comenzaron a dispersarse, los que fueron golpeados por la técnica cayeron de los cielos junto a sus bestias voladoras.
Por su parte los miembros de Fairy Tail miraron estupefactos al muchacho sin comprender totalmente como pudo lograr tal hazaña.
La Capitana del escuadrón por otro lado hizo caso omiso a las acciones de sus hombres y empezó a saltar usando a los Legions como plataforma.
La mujer de cabellera escarlata re-equipó su lanza y disparó una gran cantidad de ondas de vacío hacia el peli-naranja. Él tan solo se mantuvo estático en espera de que uno de los proyectiles se acercara más, apenas uno de los ataques estaba en rango, usó su espada para golpear y regresar el proyectil de vacío que de inmediato chocó y estalló con el resto.
Erza y todos los espectadores quedaron impresionados por como Ichigo se defendió con tanta facilidad de los normalmente mortales ataques de su lanza.
A pesar de su sorpresa la mujer mantuvo su compostura, saltó desde la cabeza de uno de los Legions y caminó hacia el adolescente de cabello naranja. Se detuvo a unos metros de él, lo miró de arriba abajo, su inspecciónate mirada recorrió cada centímetro del Shinigami.
–Así que eres tú…
Knightwalker observó a los magos tras de él y sonrió maliciosamente.
–Y además Fairy Tail está contigo, parece que podré matar a dos pájaros de un solo tiro.
– ¿Qué es lo que balbuceas?– preguntó el irritado Shinigami.
–Hazte a un lado, después de que mate a los magos de Fairy Tail te llevaré conmigo.
– ¿Y qué si no me muevo?– cuestionó fríamente.
–Entonces te haré a un lado y te llevaré por la fuerza.
–Inténtalo.
Hubo silencio durante un par de segundos, todos los miembros del gremio oscuro permanecieron paralizados sin saber qué hacer. Erza re-equipó su lanza y en un instante acortó la distancia entre ella y su oponente, extendió la punta de su arma, Ichigo tan solo movió su cabeza hacia un lado para esquivarla.
El filo del arma cortó de forma superficial su mejilla a pesar de haberla esquivado. El Kurosaki apretó la empuñadura de su zanpaku-tō, la Fairy Hunter abrió ampliamente los ojos y dio un salto para retroceder.
Su semblante permaneció con esa expresión de extrañeza por unos segundos más antes de relajar sus músculos faciales y volver a su expresión neutra.
– Eso hace un momento… ¿qué fue…? Se sintió como si…
– ¿Eso es todo lo que tienes? Mi hermana de catorce puede patear un balón que me haga más daño que eso– comentó jocosamente, algo raro en él.
Erza al escuchar la mofa de su oponente frunció peligrosamente su ceño.
Ichigo limpió con una de sus mangas la sangre que ya empezaba a brotar de su mejilla. Miró por un momento la mancha roja en su negra manga, ¿por qué un ataque como ese le afectó cuando algo así normalmente no podría atravesar la cortina de reiatsu que recubre su cuerpo y le brinda protección? No sintió ningún tipo de reiatsu provenir de su enemiga así que no debería poder hacer algo así, ¿quizás la razón se debía a su actual debilidad?
–Olvida lo de llevarte con vida, todos mueren– bramó la militar antes de re-equipar su lanza a su forma Silfarion.
Erza cambió la forma de su lanza para atacar a corta distancia y a gran velocidad. Aceleró hacia su oponente tan solo para que su estocada fuera bloqueada por la hoja de zangetsu.
–Debo admitirlo, eres un poco rápida, pero he luchado contra enemigos más veloces que tú– comentó mientras forcejeaban.
–No puedo permitir que permanezcas junto a Fairy Tail, el reino no se puede dar el lujo de tener a un enemigo tan peligroso entre las filas de estos patéticos magos oscuros.
Ambos intercambiaron ataques, Erza hizo otro re-equipamiento, esta vez siendo su lanza explosiva. Hubo una gran explosión tras otro golpe por parte de la cazadora, los miembros de Fairy Tail estaba en pánico, muchos querían asistir al misterioso muchacho que estaba luchando por protegerlos pero el temor que les infundía la mujer probó ser mayor.
En un intento de auxiliarlo y tras armarse de valor, Mirajane corrió hacia la peli-roja para tratar de atraer su atención sin importarle lo que podría sucederle, sabía que él estaba muy lastimado y lo menos que quería es que un desconocido muriera por el gremio.
–Erza, ¡déjalo en paz! Tu lucha no es contra él, es con nosotros, pelea conmigo– exclamó entregándose como chivo expiatorio para que el Shinigami no resultara más herido y sus compañeros pudieran huir.
– ¿Qué haces, hermana? Aléjate de allí, por favor– gritó el asustadizo grandulón de cabello blanco.
Knightwalker miró a la maga con desdén, casi como si estuviera viendo simple basura. Equipó su lanza en su forma de cañón y le disparó. El haz de energía se dirigía a Mira, ella tan solo pudo cubrirse el rostro con sus antebrazos ante el enceguecedor ataque, todos sus compañeros escucharon con horror el potente estruendo de la explosión.
Una gran nube de polvo se alzó, los magos pensaron que sucedió lo peor pero solo cuando se esclareció el humo pudieron ver lo que realmente ocurrió. Ichigo se encontraba de pie frente a la albina, bloqueó el ataque con su zanpaku-tō, recibió algo de daño pero en cambio logró protegerla de una muerte segura.
Mirajane lo miró anonadada ante la valentía que demostró al recibir el ataque en su lugar, irónicamente se cambiaron los papeles al ser él quien al final la protegió a ella en lugar de ella a él.
– ¿Por qué te arriesgarías a recibir un ataque como ese por un completo desconocido?– preguntó Erza también desconcertada no tanto por cómo sobrevivió ese impacto sino por el gesto de haberse puesto en medio en primer lugar.
El peli-naranja respiraba pesadamente, la debilidad que sentía se intensificó mucho más por la corta batalla, aun así tomó una posición defensiva con zangetsu y respondió la interrogante de su oponente.
–No soy tan bueno como para dar mi vida por todos... Pero tampoco soy tan malo como para dejar que alguien muera frente a mí.
La albina abrió ampliamente los ojos al oír esas palabras, repentinamente sucedió algo que no esperaría ni en mil años, su rostro comenzó a sentirse caliente, sus mejillas se ruborizaron y su pulso cardíaco se aceleró.
Algunos de los soldados que resultaron "ilesos" del Getsuga Tensho de Ichigo se desplegaron en la zona y rodearon a los desarmados magos y al mismo peli-naranja. Erza alzó su diestra señalándoles que permanecieran a raya.
–Eres más fuerte de lo que pensé en un principio, serías una buena adquisición para el ejército, con suerte incluso podrías llegar a ser Capitán de una división, ven conmigo.
–Claro, ¿porque no?– respondió a la proposición mientras bajaba su espada.
– Si quieres puedes tomarte tu tiempo para pensarlo y… ¿Qué? ¿En…enserio? ¿Vas a aceptar así sin más?– cuestionó perpleja por la respuesta tan rápida que recibió, esperaba que al menos lo pensara por un par de minutos o que su respuesta fuera en negativa.
– ¿Estás loca? ¿Realmente pensabas que diría algo así después de que intentaras matarme?– exclamó con una expresión en blanco.
–Ah, así que era una burla, es una verdadera lástima. Debía llevarte con vida pero parece que habrá un-ugh– intentó decir pero fue interrumpida por un golpe en su abdomen.
De inmediato intentó re-equipar su lanza en otra forma, fue forzada a detenerse por la palma del Shinigami que se conectó con su mentón.
–Escucha, ¿podrías callarte? De verdad me estás comenzando a fastidiar con tus tontas amenazas y tú "ejército esto, ejército aquello", en serio, no me interesa.
Erza se llevó una mano a su mentón, su mirada estaba llena de intenciones asesinas.
–TE MATARÉ POR ESO– gritó histérica mientras re-equipaba su lanza otra vez en su forma Silfarion.
Erza intentó atacar a Ichigo nuevamente con su lanza, el Shinigami Sustituto usó shunpo para alejarse. Ella por más que trató no logró ponerse a la par con él en términos de velocidad, de un momento a otro lo perdió de vista, la lucha terminó con él colocándose detrás de la militar y dándole un rápido golpe en la nuca para dejarla fuera de combate.
–Esa mujer ya me tenía irritado, no parada de hablar de matar– comentó antes de soltar un largo suspiro.
Todos los magos de Fairy Tail e incluso los miembros de la Armada Real no podían articular palabra alguna ante lo que habían presenciado, la poderosa Erza Knightwalker, la portadora del título de Cazadora de Hadas acababa de ser derrotada con suma facilidad por este desconocido. Los soldados tomaron a la noqueada guerrera y empezaron a huir asustados del "Protector de las Hadas" como comenzaron a llamarlo.
Ichigo se hallaba exhausto, no podía moverse por la fatiga tan grande que sufría, su cuerpo estaba entumecido y su reiatsu seguía descendiendo rápidamente, su consciencia se estaba desvaneciendo de nuevo, para su suerte antes de poder caer fue sostenido por la maga que acababa de salvar.
– ¿Estás bien?– preguntó con una cálida sonrisa de agradecimiento.
–Sí….sí… Solo necesito descansar un poco.
Mira lo ayudó a sentarse en el suelo, ella también lo hizo y dejó que él usara su regazo para reposar su cabeza.
–No necesitas hacerte el fuerte, sé que estás lastimado.
El Kurosaki se sonrojó fuertemente al darse cuenta de lo que estaba usando como almohada, eso le recordó un poco a la manera tan abierta de actuar de su maestra Yoruichi.
–O-oye, te-tengo mi cabeza en-en tus….
Intento levantarse pero Mirajane lo empujó otra vez hacia su regazo.
–Sí, pensé que sería mejor así a que la recostaras en el suelo– dijo la mujer con un leve sonrojo, aunque no tan excesivo como el de él.
–N-no es necesario que hagas eso– exclamó forcejeando con ella para ponerse de pie.
–Sí, sí lo es, tú mismo dijiste que "solo necesitabas descansar un poco."
– ¡Sé lo que había dicho pero no me refería a descansar en tus….en tus…tus!
Ichigo estaba avergonzado sobremanera, demasiado para siquiera terminar la oración, tan solo se limitó a voltear su enrojecido rostro hacia otro lado.
Mirajane noto esto y no pudo evitar soltar una risita, intentó encubrirla con sus manos, la inocencia del muchacho le causaba demasiada gracia.
– ¡Hey no te burles de mí!– replicó muy irritado e igualmente ruborizado.
–Lo siento, lo siento. Es solo que fue un poco gracioso lo que hiciste.
Mirajane estaba alegre de haber conocido a este misterioso joven que a pesar de lo poderoso que era aún conservaba una inocencia casi infantil.
–Oigan, tórtolos, acabamos de hallar una forma de mover al gremio a otra ubicación– dijo Lucy agachándose, su ceño seguía igual de fruncido que siempre.
–Creí haber escuchado que nuestras reservas mágicas estaban agotadas.
–Lo están, es por eso que Natsu nos dará el combustible de su vehículo para que podamos mover al gremio.
– ¿Lo haré?– preguntó el tembloroso peli-rosa.
– ¡Sí, sí lo harás!– exclamó la rubia soltando una incómoda risa y aplicándole una llave de lucha.
– ¿Lucy? Lo siento, por un momento creí que te llamabas Hiyori…– pensó el Shinigami con una expresión en blanco.
–Y respecto a ti.
El peli-naranja levantó una ceja al ver a la maga apuntándole con su dedo índice.
–Tú….tú… ¡No confío en ti! ¿¡De acuerdo!? Pero…si no hubieses estado aquí hoy es probable que no hubiéramos sobrevivido, así que….así que… ¡Tú sabes el resto!– exclamó la rubia marchándose al interior del gremio.
– ¿Eh? ¿Me está agradeciendo o…?
–Te está agradeciendo, y creo que le caes bien, Lucy no es muy buena con esta clase de cosas– explicó Mirajane algo apenada.
– ¿Te gustaría ir a descansar adentro? En una cama estarás mucho mejor que aquí en el suelo.
–No, yo…necesito irme, debo regresar.
– ¿A dónde?
–Debo ir a la Sociedad de Almas, si dices que han pasado varias horas desde que llegué aquí, entonces necesito apurarme e irme lo más pronto posible.
– ¿Qué es esa Sociedad de Almas de la que hablas?
–Es, es como…– Ichigo suspiró, no es tarea simple explicarlo ya que debía entrar en detalles sobre no solo las almas Plus y los Shinigamis sino que también sobre los Hollows, los Hollows lo llevarían a tener que explicar Hueco-Mundo y el infierno, y eso terminaría enredando mucho más las cosas.
–Es un lugar en donde están personas, personas que me necesitan. Están luchando contra unos sujetos muy peligrosos.
–Si quieres Fairy Tail podría ayudarte, nosotros podríamos ayudarlos a derrotarlos.
–No, dudo que puedan hacer algo contra los Quincys.
– ¿Ah sí? ¿Qué quieres decir con eso?
–Espera, espera, no lo dije de esa forma. A lo que me refiero es que esta no es su pelea, no quiero involucrarlos.
–Erza no era tu pelea e igual te involucraste.
–Es diferente, fue un "impulso."
–Mira, nos vamos en cinco– exclamó uno de los magos desde el interior del gremio.
–No estás en condiciones de seguir luchando, apenas si puedes mantenerte consciente, ¿por qué no descansas un poco y vas a esa Sociedad de Almas cuando te sientas mejor?
–No puedo, debo irme.
–Entonces descansa un par de minutos aunque sea para recuperar algo de fuerzas ¿quieres?
Ante la insistencia y sabiendo que realmente estaba demasiado débil, aceptó la oferta. Ella junto al prominente hombre de cabello blanco que estuvo llorando cuando llegó la armada lo ayudaron a ponerse de pie, y luego a encaminarse al interior de la edificación con forma de árbol. Levy, la pequeña maga peli-azul finiquitó unos últimos detalles para poner en marcha el transportador.
El Kurosaki se sentó en silencio en la mesa más alejada del salón, se encontraba muy perdido en sus pensamientos, tanto que no notó como la gravedad comenzó a cambiar, los vasos, sillas, mesas y demás objetos pequeños estaban flotando, incluso los magos que no pudieron sostenerse también lo estaban haciendo.
Sin darse cuenta él también empezó a flotar en el aire, el gremio entero pasó por una intensa turbulencia, el salón se sacudió con furia durante unos largos segundos hasta que se detuvo súbitamente.
– ¿Están todos bien?– preguntó uno de los magos, este en particular tenía puesto una gran cantidad de ropa.
–Parece que sí.
Un gran grito de júbilo colmó al gremio, todos estaban llenos de alegría por haber sobrevivido el ataque del Ejército Real. El Kurosaki por desgracia no estaba de ánimos para festejos.
En el transcurso del viaje logró recuperarse ligeramente así que se levantó de su asiento, colocó a zangetsu en su espalda y se decidió a salir.
– ¿Y-ya se va, S-señor?– preguntó Natsu.
– ¿Señor? No soy un anciano para que me llames así– respondió con su usual ceño fruncido.
– ¡Lo-lo siento, señor!– exclamó el adolescente mientras hacía reverencias.
Ichigo solo giró sus ojos en señal de irritación, siguió caminando mientras ignoraba los festejos que se llevaba a cabo a su alrededor, se detuvo al llegar a la salida, Lucy bloqueaba la puerta.
– ¿Ya te vas?
–Sí.
–Ni siquiera nos has dicho tu nombre.
–Ichigo, mi nombre es Ichigo Kurosaki.
La rubia quien tenía un tarro de cerveza en la mano puso su brazo alrededor de la nuca del Shinigami, una sonrisa se formó en sus labios.
–Escuchen, imbéciles. Este tipo se llama "Ichigo" y salvó sus traseros-
–También salvó el tuyo– exclamó uno de los magos interrumpiéndola.
–Púdrete, Droy, déjame terminar. Como decía, este tipo con su ropa ridícula y su cabello como zanahoria nos salvó, ¿cómo lo recompensamos al estilo Fairy Tail?
– ¿Con una fiesta?
– ¡Exacto!
Todos alzaron sus bebidas, gritos de alegría, risas y juergas eran lo único de lo que estaba repleto el gremio.
El melancólico adolescente quitó el brazo de la mujer y salió del gremio, ignorando el festejo en su honor.
–Oye, oye ¿A dónde vas?
Al salir se encontró con un bosque, tal vez si no tuviera esa sensación de culpabilidad de no estar con sus amigos cuando más lo necesitaban habría notado la belleza de tal lugar. Poco a poco comenzó a sentirse más y más deprimido, su corazón dolía, dolía incluso más que todas las heridas que llegó a recibir en todos sus combates, sintió una punzada en el centro de su corazón y una sensación asfixiante.
–No sé dónde demonios estoy y ni siquiera sé cómo regresar– se lamentó el apesadumbrado muchacho.
–Zangetsu, ¿Estás allí…?
–Siempre, Ichigo.
–Al menos te tengo a ti.
Tomó la empuñadura de su espada y contempló el horizonte.
– ¿Por qué tuvo que pasarme esto justo en este momento?
–Así es la vida, Ichigo. A veces suceden cosas que escapan de nuestro poder y no podemos hacer nada para cambiarlas.
–No, debo cambiar esto. Necesito volver a la Sociedad de Almas, si no lo hago no sé qué podría sucederles.
–Ichigo, ¿acaso no has notado que este lugar parece-
– ¿Otro mundo? Sí, no se parece a nada que haya visto antes…
–Debemos asumir que ya no estamos en el mundo humano, Hueco-Mundo o la Sociedad de Almas, es "otro" lugar, quizás otro universo con reglas distintas.
–….–
–Esa mujer pareció venir por ti, quizás esta "Armada Real" sepa cómo puedes volver.
–Sí, tienes razón. Tal vez ellos puedan hacerme volver.
–Hmm, oye… ¿Podría preguntarte algo…?
El adolescente se giró para observar a la persona que acababa de llamarlo, era una chica de cabello blanco, mucho más joven que la otra llamada Mira, aunque aún guardaban similitudes físicas, a sus ojos parecían ser parientes.
– Sí ¿Qué?– respondió de forma algo áspera.
–Tú… ¿no eres de "por aquí" verdad? Me refiero a que no eres de Edolas, no perteneces a este mundo.
El peli-naranja abrió ampliamente sus ojos y la observó con mucha atención.
–Por tu expresión creo que eso es un sí.
– ¿Cómo lo supiste?
–Las personas aquí no tienen esa clase de poder, ¿Tú también eres un mago de Earthland?
– Siguen con lo de mago…además, ¿Qué es un Earthland?
–Yo fui traída aquí al igual que tú hace un año atrás– agregó la chica en un tono calmado, aunque él pudo distinguir cierta tristeza en su mirada.
–Ya veo…estamos en una situación similar…
–Lisanna, Lisanna Strauss– dijo la chica extendiendo su mano para presentarse, tal vez tratando de distraerlo un poco de la gran melancolía que lo embargaba.
–Ichigo Kurosaki– correspondió estrechando su mano.
– ¿A qué gremio pertenecías?
– ¿Gremio?
–Sí, gremio…de magos…
El adolescente la miró bastante confundido.
– ¿Magos como el sujeto ese de lentes y cicatriz en forma de rayo?
Ahora fue el rostro de Lisanna que se inundó de extrañeza.
–Tú…eres un mago ¿cierto?
–Uhhh…no, solo soy un estudiante de secundaria.
–Pero tienes poderes, debes ser un mago.
–Mis poderes se deben a que soy un Shinigami Sustituto.
La Strauss menor se extrañó aún más ante esto.
– ¿"Shinigami"?
El Kurosaki asintió en respuesta.
–Sí, sustituto.
–Un Shinigami… ¿Como un dios de la muerte?
–Es un poco más complicado que eso…
– ¿Básicamente me estás diciendo que eres una parca?
–Te dije que no es así de simple…
–Está…bien, de acuerdo…no eres como me imaginaría a la muerte pero pocas cosas te llegan a sorprender después de ver a un gato azul volador nacer de un huevo.
– ¿Qué?
–Nada, no es nada. Es solo que no me esperaba eso…eres la muerte.
–Shinigami Sustituto.
–Sí, al parecer la muerte tiene cambios de turno.
La peculiar plática de ambos fue interrumpida por Mirajane quien llamaba a su hermana para cenar.
–Ven, Ichigo. Apuesto que incluso a la muerte debe darle hambre.
–No gracias, paso– dijo girándose para marcharse.
La chica lo tomó por la mano e intentó arrastrarlo al gremio, intento que fue infructuoso ya que no lo pudo mover, el peli-naranja ni siquiera se tomó la molestia de forcejear.
–Vamos, de seguro tienes…hambre-ngggh.
La albina mayor salió del gremio llevando un cesto lleno de comida.
–Imaginé que tendrías hambre, Ichigo.
–Dice que no quiere comer.
– ¿Qué cosas dices? Te sientes mal, debes comer para recuperar fuerzas.
La hermosa maga caminó un par de metros y tendió un mantel debajo de las copas de un árbol y colocó los platos para que se sentaran a comer. La jovencita Strauss la siguió y se sentó, ambas observaron al muchacho en espera de que también lo hiciera.
– ¿Qué…?
Mirajane golpeó levemente el suelo con su palma abierta haciéndole señas de que se sentara.
–No gracias, yo no-
La albina cerró sus ojos, sonrió ampliamente y golpeó con más fuerzas el lugar, por alguna razón el Kurosaki se sintió intimidado por el gesto combinado con la sonrisa de la mujer.
Ya sin más negaciones procedió a sentarse, la mujer le entregó su plato con alimentos y un par de cubiertos.
El adolescente no pudo negar el hecho de que realmente estaba hambriento así que comenzó a ingerir los alimentos, enseguida se sorprendió de lo bien que cocinaba la maga. Pero lo que más le sorprendió de todo fue el hecho de que en primer lugar pudo ingerir alimentos humanos en su forma espiritual, algo que en condiciones normales no debería poder ser posible.
Otra interrogante cruzó por su mente, ¿Cómo Mira cocinó tan rápido? Esta no la pudo contener y tuvo que exteriorizarla.
– ¿Oye, podría preguntarte algo?
–Claro, dime.
– ¿En qué momento cocinaste todo esto?
–De hecho lo había preparado mientras dormías, se supone que íbamos a cenar después de que te diera una revisada rápida pero te despertaste y bueno, creo que ya sabes el resto. Es por eso que la comida está tibia.
–Ah… Lo siento.
–Oh, no te preocupes, lo importante es que al menos recuperaste la consciencia.
–Mira, ¿entonces Ichigo está comiéndose la comida de Elfman?
–Sí, pero no pasa nada. Estoy segura que Elfman podrá esperar a que le prepare algo más.
–Disculpen, creo que estoy siendo una molestia.
–No digas eso, Ichigo. No sé qué habríamos hecho si no hubieses estado allí para ayudarnos– dijo la joven Lisanna.
–Es cierto, esto es lo menos que puedo hacer para agradecerte por salvarnos de la Armada.
El adolescente se mantuvo en silencio durante un par de minutos, tan solo pensando. En ese tiempo Mirajane lo observó con curiosidad.
–Ichigo, ¿A qué gremio perteneces?
– ¿Qué?
– Tu gremio ¿Cuál es…?
–Yo… Yo no…
– ¿Perteneces a un gremio…no...?
–No.
Mira se extrañó sobremanera por esto, sin quererlo, quizás siendo su instinto de auto preservación o solo un arranque de desconfianza, se inclinó hacia atrás, alejándose del Shinigami.
– ¿Entonces eres de la Armada Real?
–No, no. Tampoco tengo que ver con esa gente.
La albina se relajó al oír esto.
–Pero ahora que lo pienso, Erza Knightwalker parecía venir por ti además de por nosotros ¿Por qué?
–No lo sé, nunca había visto a esa mujer. Pero tendré que averiguar por qué me quería llevar con ella.
–Si no eres mago ni tampoco estas con el gobierno ¿Cómo obtuviste tus poderes?
–No los obtuve en este lugar, eso te lo puedo asegurar.
– ¿Entonces de dónde?
Ichigo desvío su mirada antes de responder.
–Del lugar del que provengo.
La maga de Fairy Tail se dio cuenta que había cierta tristeza en la voz del peli-naranja.
– ¿De ese lugar al que llamas 'Sociedad de Almas'?
Él hizo un gesto de negación con su cabeza.
–No, bueno, no los obtuve "en" la Sociedad de Almas, mis poderes tienen relación estrecha con el lugar pero…– soltó un suspiro por lo complicado que sería explicar el cómo obtuvo sus poderes de Shinigami además de que hablar del tema solo le hacía recordar a sus amigos.
– ¿Pero...?
–Pero no es donde los obtuve. Lo hice en el lugar en el que vivía… El pueblo de Karakura.
–Nunca he oído de un lugar así.
–Sí, me lo imagino, solo digamos que es un lugar lejano.
–Así que, ehm, Ichigo ¿Tienes donde quedarte mientras estés por aquí?– esta vez preguntó Lisanna.
–No– respondió secamente.
La albina menor bajó su mirada, aunque no lo dijese, ella entendía a la perfección cómo se sentía él, sabía lo difícil que es perder a tus seres queridos sin saber cuándo volverías a verlos, si siquiera volvería a hacerlo algún día.
–Si quieres puedes unirte a Fairy Tail. En el gremio tendrías donde hospedarte, al menos hasta que te recuperes y puedas ir a ayudar a esas personas.
–Lo siento pero no puedo aceptar tu oferta. Yo…yo…
El pobre Shinigami soltó los cubiertos y dejó el plato a un lado, se llevó una mano a la cabeza, apretó sus dientes con mucha fuerza.
–Yo…no sé qué hacer…debo volver para ayudarlos, mis amigos me necesitan pero no sé cómo volver, ni siquiera sé por qué estoy aquí en primer lugar.
Mira lo rodeó con sus brazos y lo abrazó, era demasiado notable el dolor del muchacho, no pudo soportar verlo sufriendo tanto y tan solo se dejó llevar por sus instintos.
El Kurosaki sintió una calidez provenir de la albina, una calidez que lo hizo sentir seguro, como si nada malo pudiera sucederle mientras estuviera con ella, un sentimiento que no había experimentado desde que su madre falleció.
Eso detonó una serie de lágrimas por parte de Ichigo, lágrimas que escaparon por su cuenta y que no pudo refrenar por más que lo intentara. Mira se sorprendió ligeramente ante esto pero tan solo lo abrazó con más fuerza, no preguntó por qué lloraba, no era necesario hacerlo.
Tras unos cuantos minutos que le sirvieron como un muy necesario desahogo de sus penurias, Ichigo se separó de ella y vio fijamente hacia el horizonte con una mirada perdida.
–No sé dónde queda ese lugar al que necesitas ir, pero de alguna forma u otra trataremos de ayudarte a encontrarlo, así que ¿por qué no te unes a Fairy Tail mientras tanto?
Apartó su mirada del paisaje y volvió a observar a la maga, la miró directo a sus azules ojos, esos ojos llenos de dulzura y amabilidad, susurró su respuesta casi sin darse cuenta.
–Sí, creo que lo haré.
