Recuerdos de tu primera vida
Te encuentras observando el atardecer de Volterra en tu habitación del castillo, la que compartes con tu hermana, recordando los buenos y malos momentos de tu primera vida, de tu vida humana.
Recuerdas cuando tú y tu hermana tenian cuatro años y se miraron al espejo observando por primera vez sus similitudes y sus diferencias.
Recuerdas cuando visitaron por primera vez el lago del bosque cerca de su pequeño hogar; cuando tu hermana decidió juntar flores del bosque para preparar un regalo sorpresa para sus padres.
Recuerdas cuando montaste por primera vez, a los diez años, el caballo que tu padre utilizaba para acarrear al rebaño, sintiendote como todo un hombre trabajador.
Recuerdas la primera vez que besaste a una chica, cuando tenías tan solo trece años. Te acuerdas que se trataba de una chica de tu pueblo, de tu misma edad, que tenía un sedoso cabello negro y unos preciosos ojos verdes; pero aunque lo intentes, eres incapaz de recordar su nombre.
Recuerdas la sádica manera en que descubrieron sus poderes, a la edad de catorce años; cuando la discución sobre que tú y tu hermana tenían edad suficiente para contraer matrimonio se les fue de las manos y terminaros utilizando accidentalmente sus dones contra sus propios padres.
Recuerdas ese fatídico día, aquel 14 de noviembre de 1613, cuando sus padres los declararon como brujos ante la sociedad y fueron condenados a morir en la hoguera. Recuerdas el llanto y los gritos desesperados de tu hermana, suplicando que los soltaran. Recuerdas tus inútiles intentos por desatar las sogas que los amarraban. Te acuerdas cuando empezaste a sentir que el fuego quemaba poco a poco sus pies. Cuando le decías a tu hermana que todo estaría bien, para luego sumergirte en la inconsciencia.
Recuerdas cuando sentías que te quemaban vivo, como si estuvieras en el mismisimo infierno; pero no acabó pronto como esperabas, sino que se intensificaba con cada segundo que pasaba.
Recuerdas cuando la quemazón se apagó completamente y abriste los ojos esperando encontrarte en el cielo, pero solo pudiste ver cuatro paredes negras y los ojos rojos expectantes de tu hermana.
Recuerdas cuando Aro les explicó sobre su nueva vida y que sus poderes se habían intensificado al transformarse en vampiros.
-¡Alec!.-Se escucha la voz de campanillas de Jane, interrumpiendo tus recuerdos.-¿Te encuentras bien, hermano?.
-Si, no te precupes querida hermana.-Respondes volteando a verla.
-Bien, ya ha anochecido. Es hora de salir a cazar.-Te informa volteándose hacia la salida.
Sonríes, recordando lo que ahora eres, porque lo demás eran simples recuerdos. Recuerdos de tu primera vida.
