Nuevo Rumbo
Sí, ya estaba harta de esa vida de perfeccionismo
Hoy era un día normal, si normal como todos los demás.
Sonó el despertador, normalmente lo tira abajo, pero al pasar de los años se dio cuenta de que ya no servía de nada descargarse con el pobre despertador. Lentamente empezó a abrir unos hermosos ojos esmeraldas, y los frotó con una mano después de dar un gran bostezo, se levantó y arrastró los pies hasta el baño. Luego de una breve ducha con agua fría para despertarse mejor, buscó su uniforme que consistía en una falda a la rodilla tableada negra, una camisa blanca y una corbata roja, y un saco del mismo color de la falda.
Estaba cansada de la misma rutina de siempre…
Bajó las escaleras a paso lento, con su bolso sobre su hombro, directo a la cocina; donde como pasaba todos los días no había ni un alma. Agarró un yogurt y un vaso de leche, no tenía mucha hambre ni ganas de comer, así que cogió su bolso y se dirigió hacia la puerta del frente donde la esperaba su chofer.
Sakura's Pov…
Me molestaba que mi padre no me dejara conducir mi flamante Ferrari rojo, y me mandara a la escuela con un chofer.
Buenos días, James – le dije en un tono amable. Si no me gustaba que me llevara un chofer a la escuela pero quien dijo que no me agradara el chofer, el es muy amable conmigo.
Buenos días, joven Sakura – me dijo con una sonrisa en el rostro. Él es el único que me recibe con una sonrisa en las mañanas.
Subí al auto y bueno claro el comenzó a manejar. Durante el trayecto me puse a pensar de cómo era mi vida hasta ahora, cosa que nunca había hecho.
Ok. Mi nombre es Sakura Haruno, nací en Japón, pero por ahora estoy en Estados Unidos…se preguntarán porque estoy aquí, pues es muy simple responder…soy hija de Ayumi y Takeshi Haruno, y sí tengo mucho dinero. Bueno tengo 16 años y he vivido aquí desde los 8 años. Mi padre es el dueño de una de las cadenas de hoteles más grandes de Estados Unidos y otros países.
Ahora estoy rumbo al colegio, aquí todo es un tormento. Aunque soy una de las mejores estudiantes del colegio no tengo amigos, mi vida social está por el caño…mis compañeros solo se burlan de mí por el color de mi cabello que es rosa, si lo sé muy extraño pero así me gusta.
El auto se detiene, ya llegamos..!!
Me despido de James, y me dirijo directamente a mi aula de clases, no habla con nadie durante ese trayecto, pues como ya deje antes no tengo amigos… la única persona en quien podía confiar ahora se encuentra muy lejos de mí, mi único y verdadero amigo.
Luego de unos minutos de espera, llegó el profesor. La verdad no recuerdo su nombre, nunca me ha importado aprenderme los nombres de los profesores o compañeros eso es, sinceramente, una pérdida de tiempo.
Cada clase era más aburrida que la otra, hasta que tocó la campana que indicaba que la hora de almuerzo había llegado. Nada varió, me senté bajo del mismo árbol con mi almuerzo en las manos a comer sola, como siempre.
Cuando al fin había llegado la hora de salida, me encaminé hacia el estacionamiento. Mientras caminaba veía como los demás estudiantes se iban en sus respectivos carros, y yo con un chofer.
Cuando llegué a mi casa, pasé directamente al comedor donde ya sabía que mi comida estaba servida, en el mismo lugar de siempre. Terminé mi comida quedando satisfecha, cogí mi bolso, y me encamine hasta mi cuarto. Me tumbé en la cama y saqué mis cosas para empezar a hacer mis deberes escolares.
Ya eran las 8:30 p.m. cuando bajé por las escaleras, ya lista para cenar, era una costumbre de que la familia se reuniera para al menos cenar, y debíamos ir arreglados. Yo vestía una falda tableada corta de color rosa pálido, con una blusa negra y unos zapatos de taco alto del mismo color de la blusa.
Mis padres me esperaban en la mesa, tosa la cena transcurrió de lo más normal, excepto por mi padre parecía estar ansioso por algo pero decidí que era mejor no preguntarle nada, asique en cuanto terminé me disculpe y me levanté de la mesa con la escusa de que estaba cansada por tantas tareas y que tenía mucho sueño.
En realidad no estaba cansada, no me habían dejado tantos deberes. Solo quería tiempo para pensar.
Al llegar a mi cuarto me encerré y me cambié de ropa, me tumbé en la cama mirando hacia el techo y me puse a pensar en cómo era mi vida hasta ahora, tal y como lo había hecho en la tarde.
Aburrida – me dije a mi misma.- Solo soy la niña de papá – arrugué la frente al pensar en eso. – Pero es verdad, toda mi vida me la he pasado obedeciendo las reglas, nunca haciendo lo que creo que es mejor para mí, no soy una adolescente normal. La verdad es que nunca he besado a un chico, ni siquiera tengo amigos con quien compartir mis cosas; o ese chico especial que me regale flores solo porque es miércoles.
Con ese pensamiento me quedé dormida.
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Hoy me levanté con una enorme sonrisa en el rostro ¿Por qué? Pues estuve soñando acerca de esa vida que no tengo y siempre voy a desear tener, la manera en que puedo ser libre, con amigos, divirtiéndome y con esa persona especial que quiero conocer lo más pronto posible.
El día pasó igual que siempre, la escuela solitaria para mí.
Cuando la hora de la cena habías llegado, me arreglé y bajé para cenar como todas las noches, al terminar Takeshi nos pidió a mi madre y a mí unos minutos y nos dijo que pasáramos a la sala que tenía que decirnos una gran noticia.
- Tomen asiento – Dijo Takeshi con voz grave. Nos sentamos – Tengo que informarles una notica sumamente importante para la familia Haruno.
- Me imagino que será otro estúpido contrato – pensé con cara aburrida mientras esperaba que terminara de una buena vez con su "discurso".
- Continúa te escuchamos – Dijo con una suavidad en la voz Ayumi.
- Se trata sobre uno de mis mayores logros, como saben tenemos una empresa hotelera, asique obtuve un contrato con uno de los mayores restaurantes de todo el país.- dijo con una emoción que casi no le creo.
- Genial cariño, estoy muy feliz por esto. – lo apoyó mi madre.
- No te apures querida, antes tenemos que cumplir con una condición muy importante,- ¿tenemos? ¿Condición?- para poder fusionar las empresas debemos unir nuestras familias, o sea que nuestros herederos deberán contraer matrimonio.
¿QUÉ?
No, no, no y no! Eso no lo podías aceptar. Había aguantado muchas cosas por el negocio de su padre pero con eso se habías pasado. Jamás les había levantado la voz a sus padres pero hoy iba a ser el día.
¡NO! – no aguanté, les grité poniéndome de pie.
No te atrevas a alzarme el tono de voz jovencita, no hay discusiones. Se hará como yo digo – sentenció mi padre con voz dura.
No me quiero casar, soy muy joven. No quiero esa clase de compromisos con personas que ni siquiera conozco – seguí luchando aunque sabía que jamás podría ganar.
Escúchame bien jovencita, que sea la última vez que me vuelves a alzar el tono de voz, y no quiero más peros, las cosas se hacen como yo digo y tu vas a hacerlo. Ahora vete a tu habitación y no quiero ni oírte. – dijo el furioso y fuera de sus casillas.
No dije más nada, simplemente me fui furiosa a mi cuarto, entré azotando la puerta de mi cuarto.
¡Debe estar loco – grité al borde de la locura! – ¡No me voy a casar con ninguna persona que le dé la gana! – comencé a caminar de un lado a otro mientras no dejaba de insultar las locas ideas que mi papá tenía en su mente ahora mismo. De pronto casi me caigo por tropezarme con esa estúpida maleta.
PLAAF!!!!!
Me llegó como una cachetada
Me largo…
Sí, esa era mi gran idea.
Rápidamente miré el reloj, daban las once de la noche, conociendo a mis padres ya deben estar acostados. Saqué todo la ropa que pude y la metí en la maleta, junto con mis objetos personales y zapatos, además de todo lo que me cupo ahí.
Busqué en mi mesa de noche la cajita de dinero que guardaba, solo eran 5,500, no era mucho pero a menos tenía mi tarjeta de debito y podría sacar todos mis ahorros de ahí.
Cuando terminé de buscar todo eran ya las 11:45 tenía que darme prisa. Baje rápidamente por las escaleras mientras pensaba si debía llevarme MI auto, pero era mejor ser discreta, así que me llevé el BMW negro que estaba en la cochera.
Me metí al auto y salí de allí como una bala, luego de un buen tramo, busqué un cajero automático para poder vaciar la tarjeta que tenía conmigo antes que mis padres se dieran cuenta de que me había escapado y me bloquearan la tarjeta.
Saqué una gran cantidad de dinero. Me subí de nuevo al coche con miedo de que me llegaran a encontrar tan rápido pero después me auto convencí de que no me iba a dar por vencido tan rápido aun que no tuviera rumbo, tenía todo una vida por vivir…no me pienso casar a esta edad, ni siquiera he tenido la oportunidad de ir a una fiesta y…
Hay me llegó
Ya tenía mi destino
Aceleré lo más que pude y
Tomé el rumbo que ni siquiera en sueños tenía pensado ir…
LAS VEGAS
