¡Hola! Bueno, concluí hace poco dos fics (Un ItaHina y uno de Terra de los Jóvenes Titanes) y ya me quemaban las manos por escribir un poco de Kakashi y Hinata, por lo que aquí está mi nuevo proyecto.
¡Disfrútenlo!
Disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto, no escribo con fines de lucro, sino de entretenimiento sano entre fans. NaruHina es cannon.
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Capítulo 1. Decisiones.
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El atardecer había dado paso a una tranquila noche, llena de estrellas y una brillante luna. El suave viento mecía los las hojas de los árboles en armonía mientras en el centro de la aldea de Konoha, Tsunade se encontraba en su oficina ordenando los últimos papeles del día.
Mientras planeaba a qué sitio ir a beber, Shizune le anunció la llegada del actual líder del Clan Hyuuga, Hiashi Hyuuga. A regañadientes lo dejó pasar y respirando profundamente intentó mantener la calma, quizás fuera algo importante.
– Buenas noches, Hokage-sama – saludó Hiashi e hizo una elegante reverencia.
– Buenas noches Hiashi, ¿Qué es lo que te trae a estas horas? – cuestionó la mujer acomodando su barbilla entre sus manos cruzadas.
– Bien, iré al grano. – Se sentó frente a la hokage y también se cruzó de manos – seguramente usted sabrá que el hijo del señor feudal del país del fuego está en edad de casarse, por lo que han convocado una gran reunión donde elegirá a su futura esposa. – se detuvo un segundo y observó el inescrutable rostro de la hokage – Para ello han invitado a todos los clanes importantes del país a mandar a un grupo representante –
– ¿Y en qué puedo ayudar a la Comitiva del clan Hyuuga? – Tsunade sonrió, ya sabía por dónde iba la petición del patriarca.
Recordaba que cuando era joven sucedió algo similar, solo que en aquella ocasión era la mano de la hija del señor feudal la que estaba en disputa. Ella había asistido al evento como parte del comité del clan Senju pero Jiraiya se había colado en la fiesta, y había ocasionado tal revuelo al intentar cautivar a la hija del señor feudal, que solo consiguió una orden de restricción de doscientos metros de la chica y el palacio real. Pero lo sorprendente era que Jiraiya no había sido el único alborotador del evento, muchas veces había "accidentes" desafortunados que eran causados con la finalidad de favorecer o desprestigiar a la "competencia". La ambición podía llevar a las personas a cometer actos crueles.
Hiashi carraspeó.
– El clan está honrado de haber sido invitado pero nos encontramos en medio del proceso de iniciación de la nueva heredera del clan por lo que solo podremos enviar a la candidata que representará el clan y ostentará a casarse con el futuro señor feudal – Tsunade asintió, comprendía lo tedioso y ceremonial de esos nombramientos
– Supongo que Hinata estará muy ocupada estos días –
– Hinata será quién viaje a la capital del país, Hokage-sama – Hiashi contempló la sorpresa en el rostro de la rubia.
– ¿Cómo? Pero si Hinata va a irse, entonces… –
– El consejo acordó que Hanabi sería mi sucesora, y que si Hinata consigue casarse con el hijo del señor feudal, no será rebajada al Bouke ni se le impondrá el correspondiente sello –
– Esta es una jugaba muy sucia Hiashi, ¿En serio creen que Hinata…? – pero el hombre la interrumpió.
– Hinata está de acuerdo con esto – Tsunade cerró los ojos.
– ¿Y ustedes quieren que yo…?– preguntó molesta la mujer.
– Necesitamos que disponga de un guardia para ella. No solo para escoltarla hasta la capital si no para cuidar de ella mientras esté allá. Es de conocimiento general que la competencia a veces puede ser salvaje y dado que no llevará a una comitiva Hyuuga solicitamos que uno o dos jounnin la acompañen –
Tsunade meditó, realmente le beneficiaría a la aldea que Hinata se casara con el señor Feudal. No solo el clan Hyuuga recibiría más favores de parte del feudal sino que al ser parte de la aldea ninja podrían contar con más apoyo económico. No todos los clanes que asistían a la reunión eran ninjas y Hinata era inteligente y bellísima, contaba con dos puntos a su favor que la volvían una muy posible elección.
– Está bien, veré quien está disponible – Tsunade se sintió derrotada y muy mal.
– Gracias Hokage-sama, Hinata está recibiendo un entrenamiento intensivo para que pueda mostrar toda su valía y ganar el favor del señor feudal. Esto beneficiará mucho a la aldea –
– Cállate Hiashi antes de que me arrepienta, dale a Shizune todos los detalles del viaje y estancia allá, yo me retiro – Tsunade se puso de pie y abandonó la habitación. Hiashi no se molestó ante tal falta de respeto, estaba satisfecho con la aceptación y respuesta de la hokage.
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En las afueras de la aldea de Konoha un ninja iba caminando sobre el sendero que llevaba a la entrada de la aldea. Al llegar no se molestó en saludar a los guardias, se dirigió directo a su departamento.
Se sentía mal. Terrible. Pero antes de dormir debía escribir el reporte de su última misión.
La misión consistía en encontrar a los responsables de los ataques a diversos pueblos dispersos entre el país del fuego y el país de la arena. El primer pueblo en ruinas que encontró conmocionó a Kakashi, el sitio había sido saqueado, los edificios quemados y había cadáveres de personas e infantes por todos lados. Siguió las huellas de los asaltantes y los pudo alcanzar cuando estaban en medio de otro asalto, eran alrededor de treinta sujetos que mataban, quemaban y violaban sin temor alguno.
No le llevó mucho tiempo en dejar inconscientes a los más débiles y en matar a los que no se rendían. Y a pesar de que contuvo el ataque la aldea ya estaba casi en ruinas. Kakashi ayudó a los sobrevivientes a contener las llamas y a ordenar un poco la situación.
Kakashi se quedó unos días ayudando a las personas. Lo difícil fue a la hora de atender a los heridos, los niños lloraban por sus madres, los hombres intentaban alzar algunas viviendas para el frio que se avecinaba. Y las pocas mujeres que estaban sin ninguna herida no se daban abasto para atender a los heridos. Sin embargo en medio de esa situación, Kakashi conoció a una joven llamada Hanare, quien lo cautivó de inmediato… Pero ella murió sin que sharingan no Kakashi pudiera hacer algo por evitarlo. Y a su regreso a Konoha se sentía más abatido y derrotado que nunca.
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En un bar ubicado en el lado norte de la aldea, la hokage bebía hasta el fondo de una botella de sake. Se sentía un asco de persona por permitir que los Hyuugas trataran a Hinata como cualquier objeto intercambiable. Mientras se lamentaba el ser igual que ellos, un joven de cabellos rubios se acercó a ella
– Abuela Tsunade es hora de ir a su casa – musitó el chico quitando las botellas que rodeaban a la mujer y jalándola de un brazo. – Sakura-chan no pudo venir y me pidió que la acompañara – dijo con una gran sonrisa.
– Naruto, soy una terrible persona – murmuraba Tsunade. Naruto no conseguía que la mujer se moviera por lo que la cargó en su espalda para llevarla. – Naruto, ¿tú quieres a Hinata? – la pregunta descolocó al portador del Kyuubi.
– ¿Por qué la pregunta, abuela? – se ruborizó el chico sin despegar la mirada del frente.
– Hinata se va a ir de Konoha y tal vez no regrese, creo que es momento de que arregles las cosas con ella o nunca… – Tsunade estaba consciente de lo que estaba diciendo, había aprendido a mantener a raya el alcohol después de tantos años. Pero no iba a desperdiciar la oportunidad que se le presentó de hablar con ese chico que quería como un hijo. – hazlo pronto o será tarde. – y pensó en Jiraiya.
– ¿Cómo que se va a ir de la aldea? – Preguntó sorprendido.
– Su clan la postuló como candidata a casarse con el hijo del señor feudal –
– No pueden hacer eso – Iba caminando el chico con la hokage sobre su espalda.
– Te advierto algo Naruto, no te atrevas a detenerla si no es porque la amas de verdad – Naruto bajó la mirada con tristeza – ella ya no es la heredera de su clan, quizás casarse con el fututo señor feudal sea la mejor opción para ella, pueden llegar a amarse y ser felices –
– Yo… lo siento, pienso que sigo amando a Sakura-chan – respondió el chico en voz baja.
– Bueno, pues díselo a Hinata, no la dejes esperando una respuesta, que según sé, lleva casi dos años esperando – Tsunade sintió como Naruto se sorprendió – Ser hokage tiene sus ventajas, te enteras de todo… ya lo sabrás un día. – y dejó que el sueño la venciera mientras ese chico pensativo continuaba el trayecto.
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Hinata desataba el obi de su kimono, todo el día estuvo recibiendo clases de etiqueta durante cenas de gala. No es que no supiera cómo comportarse en eventos formales ya que desde que aprendió a hablar se le instruyó en las más elegantes formas de moverse, hablar y actuar.
Es solo que su padre la quería mantener alejada de todos los preparativos para el nombramiento de su hermana como nueva heredera del liderazgo del clan Hyuuga. Con resignación comenzó a guardar el equipaje que llevaría para ir a la capital del país.
De pronto unos pasos la alertaron y su puerta se abrió lentamente. Era Hanabi.
– Onee-san, ¿Cuándo te iras? – preguntó con tristeza la niña, tenía la mirada gacha y sus manos tras su espalda.
– Me iré unos días antes de tu nombramiento, Hanabi – dijo Hinata dejando lo que estaba haciendo y sentándose en su cama, hizo un movimiento que invitaba a su hermana a imitarla.
– Yo me siento muy mal, es tu derecho de nacimiento – Hanabi se sentó y se abrazó a la cintura de su hermana – Yo te quité primero a mamá y ahora tú te irás del clan por mi culpa – comenzó a sollozar en el regazo de la mayor.
– No es así Hanabi-chan, mamá hizo hasta lo imposible para que tu vivieras, no fue tu culpa aquello – y besó su cabeza – y yo sola decidí dejarte a ti como líder – Hanabi la miró sorprendida.
– Pero el consejo… –
– Yo fui consultada por el consejo y me informaron que iban a marcarte – dijo con una triste sonrisa la chica, quitó delicadamente un mechón de cabello de su hermana y lo acomodó tras su oreja – entenderás que eres lo más valioso que tengo y nunca me perdonaría a mí misma si no pudiera salvarte del sello. –
– Hinata… – Hanabi continuó llorando, Hinata conmovido la acompañó en su llanto.
Después de un rato ambas chicas estaban acostadas, Hinata abrazaba a Hanabi.
– Estoy segura de que harás un gran trabajo, eres talentosa y muy fuerte Hanabi-chan –
– Gracias onee-san, pero…– murmuró dudando la menor
– ¿Qué cosa? –
– No podrás estar con Naruto-kun – la pequeña se encogió.
– No te preocupes, él está muy enamorado de Sakura-chan – Hinata suspiró – ahora solo debo preocuparme por agradarle al señor feudal y su hijo – sonrió a su hermana ocultando sus verdaderos sentimientos.
– Eres la mejor, te mereces ser muy feliz onee-san – murmuró la chica quedándose dormida sin soltar a su hermana mayor. Hinata quedó conmovida con las palabras de su hermana y soltó lágrimas de amarga soledad.
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Ya había amanecido y Kakashi no quería levantarse. Había pasado una mala noche, sentía su cuerpo cansado y no tenía ánimos de explicarle a la hokage el por qué se había tardado varios meses más del que estaba planeado para su misión. Con actitud apática se puso de pie y decidió llevar el reporte, de paso comer y comprar algunos víveres para su abandonada cocina.
Iba caminando con su característica parsimonia cuando notó que Naruto iba corriendo buscando a alguien.
– ¡Hey! Kakashi-sensei – el rubio lo saludaba agitando ambos brazos
– Naruto – respondió Kakashi alzando una mano.
– Hace mucho tiempo que no lo veía, sensei – comentó Naruto
– Se alargó mi última misión, ya sabes –
– Si, es horrible cuando eso pasa, dattebayo – Naruto se puso de puntillas, y usó sus manos como visor.
– ¿Buscas a Sakura-chan? – preguntó el copy ninja
– No… busco a Hinata – de pronto el aura de Naruto se puso depresivo.
– Eso es nuevo – comentó Kakashi
– Es que la abuela me dijo ella se va a ir de la aldea y necesito hablar con ella antes –
– ¿Se va? – Preguntó Kakashi – bueno, seguro debe estar en la mansión preparándose – usó su lógica, algo de lo que Naruto carecía un poco.
– ¡Oh! Cierto Kakashi-sensei, iré hacía allá… gracias – observó como el rubio emprendió la carrera hacia los terrenos Hyuuga, Kakashi continuó su camino para almorzar algo antes de ir con la hokage.
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Naruto tocó el gran portón de la mansión Hyuuga y un guardia lo recibió. El chico pidió hablar con Hinata y fue conducido al recibidor de la mansión donde le pidieron que esperara mientras la llamaban. Algunos minutos después la chica apareció.
– Naruto-kun, ¿Acaso la hokage me manda llamar? – preguntó la chica, era insólito que Naruto se apareciera en su casa.
– Hinata-chan… ¿podemos conversar un poco? – musitó muy nervioso el chico.
– Claro, ¿deseas tomar té? –
– Por supuesto – y sonrió.
Hinata lo guió a la sala de su casa donde ambos se sentaron frente a frente con una pequeña mesa como único testigo de su encuentro.
– ¿Sucede algo? – Hinata estaba muy nerviosa.
– ¿Cuándo planeabas avisar que te ibas a ir? – preguntó un poco molesto.
Hinata abrió los ojos con gran sorpresa, parecía que sus compañeros ya sabían de su pronta partida.
– Lo lamento, iba a decírselos hoy en la noche a Shino-kun y Kiba-kun – musitó la chica mientras comenzaba a servir el té.
– ¿Y yo? – Hinata lo miró con sorpresa, ¿Cómo decirle sin ser grosera que no creía ser alguien importante en la vida de Naruto-kun?
– Etto… no creí que fuera tan importante – murmuró en voz baja pero el chico la oyó claramente.
– ¡Claro que no! Eres mi amiga – Hinata casi suelta la tetera al oír eso. De verdad Naruto nunca la vería como algo más que una amiga.
– Gracias Naruto-kun – respondió con fingida alegría. El rubio ni se inmutó.
– Bueno, vine porque quería darte una respuesta Hinata-chan – se puso de pie e hizo una reverencia muy pronunciada – Lo lamento mucho, no puedo corresponder tus sentimientos… – Hinata se sonrojó ante la vergüenza de que Naruto le pidiera disculpas – pero te puedo prometer algo – la chica quedó impresionada, todo iba muy rápido – Si necesitas ayuda para cualquier cosa, yo te ayudaré, no importa si es para huir del país o luchar contra tu clan, yo te compensaré por haber estado a punto de perder tu vida por mi – Naruto alzó un poco para ver la expresión de la chica.
– N-n-nada de eso, Naruto-kun n-no debes sentirte comprometido conmigo por nada d-de eso – Hinata también se puso de pie y negó con las manos – en realidad cuando lo hice creí que iba a morir, solo quería que tu siguieras viviendo –
– Eres muy noble Hinata-chan, pero ya lo he decidido – y le guiñó el ojo. Aquello descolocó a la chica. Naruto estaba muy raro. El rubio volvió a tomar asiento y comenzó a beber su té.
– Es posible que no regrese de mi viaje – murmuró la chica con tristeza.
– Pero si te vuelves la esposa del próximo señor feudal podré ir a visitarte – Hinata alzó la mirada sorprendida, así que todo eso se debía a que estaba enterado de su próximo viaje.
– Y-yo no estoy segura de poder lograrlo – dijo mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo.
– Yo pienso que eres una gran chica y que si él no lo ve, es que está ciego – Hinata sonrió, ese era el comentario más cliché pero conocía a Naruto y sabía que él se estaba esforzando, así que se relajó y le dedicó la sonrisa más sincera que pudo.
– G-gracias –
Así pasaron un par de horas charlando hasta que un miembro del clan le anunció a Hinata que su padre la llamaba.
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Kakashi respiró profundo y entró a la oficina de la hokage, Tsunade estaba discutiendo muy molesta con Shizune cuando entró el peliplateado y su expresión pasó de ser de enojo a de felicidad extrema.
– ¡Kakashi! – Exclamó con felicidad la Hokage – Ya no me acordaba de ti – murmuró la mujer y de pronto la salió una venita en la frente – ¿Dónde diablos estabas? Según el fichero decía que la misión era de aproximadamente dos semanas y te llevaste más de seis meses –
A Kakashi le salió una gota en la nuca al ver la bipolaridad de la hokage.
– Surgieron algunas complicaciones pero la misión fue terminada con éxito. – Entregó un pergamino a Shizune – éste es mi reporte –
– Espero que haya una bitácora de cada día extra –
Kakashi se removió incómodo, no tenía intenciones de que nadie se enterara de aquella mujer de la que quedó tan prendado.
– No, solo hice un balance general – carraspeó – ¡oh! creí que estaba contenta de verme – desvió el tema y pareció que funcionó porque la hokage cambió su expresión de enojo por uno de felicidad.
– Ahora que lo mencionas… siéntate Kakashi – el hombre alzó una ceja, quizás debería huir pronto – bueno, si quieres quédate de pie, ¿Quieres sake? – preguntó muy alegre la hokage.
– No, vaya al grano Tsunade-sama – dijo y su ojo visible se mostró sonriente.
– De acuerdo, te tengo una misión – Kakashi suspiró pesadamente – antes de que digas que no, te ofrezco doble pago debido a que acabas de regresar de otra misión. A demás ésta misión no es tan complicada, es de guardaespaldas –
– ¿De quién se trata? – preguntó mientras rascaba su nuca, quizás viajar le ayudara a despejar su mente en vez de estar todo el día en su cama.
– Escoltar a Hyuuga Hinata a la capital del país del fuego, son dos semanas de viaje ya que deben llevar un enorme equipaje, ella no va en calidad de ninja y su padre solicitó que un jounnin fuera quien la acompañara hasta que el hijo del señor feudal decida si se casa con ella o no, en tal caso deberás escoltarla de regreso a las puertas de su clan. – Tsunade miró con suplica al jounnin.
– No sé, estoy cansado no he dormido muy bien que digamos – decía el ninja mientras se movía lentamente hacia la puerta.
– Espera – Tsunade gritó – eres mi última opción Kakashi, Genma y Yamato están en una misión larga, Kurenai no puede ausentarse tanto tiempo por su pequeña bebe, Gai no es alguien que debería ir al palacio del señor feudal sin vigilancia, y tú eres el más capacitado para ésta misión –
Kakashi meditó en silencio.
– Aun hay más, si aparte de que consigues mantener a salvo a Hinata, porque créeme que la acción va a llegar cuando estén hospedados en el palacio, tú... digamos que podrías ayudarle a llamar la atención del hijo del señor feudal, si lo haces, te triplico el dinero que recibirás por la misión – Tsunade lo miró seriamente.
Kakashi volvió a suspirar, para él el dinero no era importante, pero ahora que lo pensaba se dio cuenta de que podría usar ese dinero para ayudar a la gente del pueblo de donde era originaria Hanare.
– Está bien – aceptó el ninja
– Perfecto, partirán mañana al medio día –
– ¿Por qué tan pronto? – preguntó Kakashi
– Hiashi Hyuuga decidió adelantar la fecha de partida – Tsunade alzó los brazos. – Ya sabes, son muy metódicos los Hyuuga. –
– De acuerdo Hokage-sama – hizo un saludo estilo militar y se retiró, intentaría dormir un poco más antes de salir mañana de misión.
Hola
¿Qué tal el primer capítulo?
Bueno, estoy muy enamorada de éste proyecto, la verdad desconozco qué tan largo va a ser el fic, pero lo iremos averiguando sobre la marcha.
Todos le hacen lavado de cerebro a Hinata de que debe lograr casarse con el señor feudal en contraste con un Kakashi dolido y amargado. ¿Qué puede resultar de eso?
Muchas gracias a todos los que le dediquen un momento para leer.
Ojalá puedan dejar sus impresiones en un Review :D
~Tamashitsumo eien~
Lunes 16 de marzo del 2015.
